El actor en un comunicado anuncia que no asistirá al estreno de su última película y que desea tiempo para los suyos.
Brad Pitt ha
decidido tomarse un descanso para centrarse en su familia. Separado de
Angelina Jolie desde el pasado día 15 se encuentra inmerso en un proceso
legal tanto para disolver su matrimonio
como para establecer los términos de la custodia de sus seis hijos. Por
todo ello, el acto ha enviado un comunicado —el segundo que emite en
una semana— a la web Access Hollywood para informar que no se presentará
mañana en la alfombra roja de Voyage of Time, documental que ha narrado. "Voyage of time, de Terrence (Malick), es una experiencia
IMAX única e increíblemente hermosa para los niños y familias, que
relata el nacimiento del tiempo. Estoy muy agradecido de ser parte de un
proyecto fascinante y educacional, pero actualmente estoy enfocado en la situación de mi familia
y no quiero distraer la atención de este extraordinario filme, que
animo a todos a ver", señaló Pitt. Su apoyo al proyecto llega vía este
comunicado. El actor, desde que se separó de Jolie, no ha sido visto en
público como tampoco la actriz y los niños de ambos. Eso sí, Pitt habló pocas horas después de conocerse la ruptura de su
matrimonio de cómo se encontraba. "Estoy muy triste por esto, pero lo
que más importa ahora es el bienestar de nuestros hijos. Ruego a la
prensa darles el espacio que se merecen durante esta época de retos".
Pitt, además, está pendiente de la decisión del FBI sobre la denuncia
que ha recibido en la que se le acusa de haber tenido un comportamiento
violento con su hijo Madoxx, de 15 años, cuando la familia viajaba en
un avión privado de Francia a Los Ángeles tras haber pasado unos días de
vacaciones. Según la denuncia, el actor, que habría bebido en exceso,
mantuvo una acalorada riña con el adolescente al que puso la mano en la
cara aunque sin llegar a agredirle. Luego, según esta misma versión, al
tomar tierra abandonó el avión subido en un camión de combustible. Horas después, Angelina Jolie
presentaba la demanda de divorcio y reclamaba la custodia física de sus
hijos. Pitt ha negado todo y está colaborando con el FBI, que se
encarga de la investigación al haberse producido los hechos cuando el
aparato estaba en el aire.
Es un referente de la lucha por los derechos de las mujeres. Un icono
vivo de la revolución feminista que, a sus 82 años, sigue en perpetuo
movimiento. Periodista y activista, no pierde
la esperanza de vislumbrar sociedades igualitarias a pesar de los retos
pendientes.
A SUS 82 AÑOS, Gloria Steinem todavía baila. “Me encanta el disco y el
claqué”, dice. Fue su sueño, nunca realizado, pero se dedicó a otros
asuntos: el periodismo y el activismo. Tras medio siglo de batallas por
los derechos de las mujeres, no ha perdido la energía. Es uno de los
últimos iconos vivos de la revolución feminista. Y sigue en perpetuo
movimiento. Recientemente ha viajado a Australia, Nueva Zelanda, Irlanda
e Inglaterra, y prepara más viajes. A California, Ohio, Arizona… Los
viajes son escenario de su biografía, que narra en Mi vida en la carretera
(Alpha Decay), que se publica en octubre. Desde pequeña, cuando su
padre llevaba a la familia por todo Estados Unidos, no ha parado de ir
de un lado para otro. Su nomadismo es indisociable del activismo. Steinem llega a la entrevista, en su casa del Upper East Side
neoyorquino, con un brevísimo retraso. Explica que se ha entretenido en
la farmacia. Una mujer acababa de leer el libro en un grupo de lectura y
se ha puesto a hablar con ella. “Me ha dicho: ‘Solo quiero contarle
que estoy aquí en nombre de todas las personas a las que he conocido y
que gracias a usted han mantenido la cordura”. Steinem sonríe: “¿Quién
podría obtener un mejor premio que esto?”. ¿Qué queda de la Gloria Steinem niña que creció en Toledo, Ohio, y viajando por Estados Unidos? Todo. ¿Ha visto usted esas muñecas rusas que son como piezas encajadas una dentro de otra? Somos así. El yo-niño está dentro de nosotros. Y luego otro mayor, y mayor. Todo sigue allí. Lo que hacemos después es añadir.
“tuve la gran suerte de contar con un padre amable que me trataba
de igual a igual. Esto me permitió saber que este tipo de hombres
existían”
¿Qué le enseñó su padre? Me doy cuenta de lo
importante que fue que me dejase claro que me quería, que yo era su
amiga y que hiciésemos aventuras juntos. Es crucial, especialmente para
las hijas. Si no tienes un padre que te trate de igual a igual, no
puedes entender lo que es posible para ti. Yo entonces no lo entendía,
claro, pero se lo agradezco. A ojos del mundo, supongo que él también
era extremadamente irresponsable, siempre endeudado, siempre con un
sueño que jamás se cumplía. Nunca tenía empleo, lo que para él era
motivo de orgullo. Nunca trabajó para otra persona. Aunque esto creó una
gran inseguridad en mi vida, también me preparó para ser una escritora freelance sin ingresos regulares para trabajar en un movimiento que está lleno de incertidumbres y para tener esperanza.
Su familia era extraña. No paraban de viajar. ¿Se sentía distinta de pequeña?
Cuando somos pequeños queremos ser como otras personas. Yo veía en las
películas que la gente vivía en su casa, que iba a la escuela cada
día. Y lo envidiaba. Pero retrospectivamente creo que fue un regalo
crecer como lo hice.
¿Su madre fue una víctima de los tiempos o de su padre?
Mi padre era una persona amable. No fue exactamente culpa suya. Ella
era periodista en un tiempo en el que, como mujer, debía firmar con un
nombre de hombre, porque de otro modo no publicarían lo que escribía. Y a
pesar de esto se convirtió en reportera del Toledo Blade, que
era un gran periódico de Ohio. Amaba su trabajo. Pero al mismo tiempo
tenía a mi hermana, nueve años mayor que yo. Tenía a mi padre, que era
profundamente irresponsable con el dinero. Y, como me contó más tarde,
se enamoró de un hombre que trabajaba en su periódico. Quizá era con el
que debería haberse casado, porque ella y mi padre eran muy distintos. Pero a ella la educaron para creer que una no podía divorciarse. Quería
irse con una amiga suya a Nueva York y trabajar como periodista. Todo
esto, sumado a la preocupación por el dinero y a la vida familiar que
había tenido de pequeña, acabó afectándola y sufrió lo que entonces se
llamaba un ataque de nervios. Estuvo en un sanatorio durante un año o
dos. Al final de este periodo, pareció como si ella hubiese dicho: “No
puedo hacerlo, no funcionará”. También le habían recetado pentotal
sódico, un tranquilizante al que acabó siendo adicta. Así que abandonó
todo aquello que amaba –sus amigos, su trabajo en un periódico– y se
unió a mi padre, que estaba poniendo en marcha un centro de vacaciones
de verano en una zona rural de Michigan. En realidad abandonó su
identidad. ¿Usted culpa a su padre? No. Él no le obligó a
hacerlo. En aquella época las cosas eran distintas. Cuando yo ya era
mayor, le decía: “¿Por qué no le abandonaste, te fuiste a Nueva York con
tu amiga y te casaste con el hombre al que amabas?”. Y ella respondía:
“Si hubiese hecho esto, tú no habrías nacido”. Siempre quise decirle,
pero nunca me atreví: “Pero tú habrías nacido”. No podía decirlo. Era
demasiado triste. ¿La experiencia de su madre influyó en su visión sobre la relación entre hombres y mujeres?
Tuve la gran suerte de contar con un padre amable que disfrutaba de mi
compañía. Esto me permitió saber que este tipo de hombres existían. El
hecho de que mantenga la amistad con todos mis examantes, todos personas
encantadoras, probablemente se deba a mi padre. Con frecuencia las
hijas que tienen padres crueles, o distantes, lo reproducen, porque,
primero, no saben que existe otro tipo de hombres y, segundo, porque
están intentando curar la herida. Así que le estoy agradecida. Usted compara en su nuevo libro los viajes con el “sexo mutuamente consentido”.
La gente tiene hábitos mentales. Algunos viven en el pasado y otros en
el futuro. Solo se puede vivir plenamente en el presente. Estamos aquí,
ahora. Yo vivía en el futuro.
¿Qué quiere decir que vivía en el futuro? Solo pensaba en lo que iba a ocurrir.
Gloria Steinem, retratada en una de las estancias de su vivienda en Nueva York. Christopher Lane
¿Cuando era joven? Siempre. Puesto que, quizá,
adquirimos el sentido del tiempo de pequeños, y puesto que yo siempre he
querido salir, siempre estaba pensando en el futuro. Y estar en la
carretera, como el sexo mutuo, como las emergencias, como los peligros,
te fuerza a vivir en el presente. No tienes otra opción. ¿Vivir en el presente es el combustible que le saca de casa?
No es el único, porque me encantan los movimientos a los que
pertenezco. Me gusta intentar que las cosas mejoren. Todavía me fascina
comprobar que ante una injusticia se pueden realizar acciones para que
las condiciones cambien. Me seducen las palabras. Mi idea del paraíso es
una reunión editorial. ¿Por qué? Porque puedo pensar en ideas, en títulos
para artículos, y aprender unos de otros, y encender al otro con
propuestas. Todo esto es parte del motivo por el que viajo.
Usted no tiene carné de conducir. Esto es poco habitual en Estados Unidos. Estoy tan acostumbrada a esta manera de moverme que, hasta que empecé
este libro de viajes, no me di cuenta de que tenía que explicar por qué
no conducía. Me gusta esta forma de viaje porque, si no conduces, el
camino empieza en el momento en que sales por la puerta de casa. Estás
en el autobús, en el taxi, hablando con gente. No estás encerrada en una
lata de hojalata contigo mismo. En el proceso [de escribir el libro]
descubrí que Jack Kerouac, que publicó la obra más famosa sobre la
carretera, tampoco conducía. Siempre estaba en el coche con otras
personas.
Los medios recompensan la novedad. Barack Obama era nuevo. Ellos y
el país lo descubrían . Era más fácil proyectar tus esperanzas en una
figura nueva. Hillary Clinton ha estado bajo la mirada pública durante
mucho tiempo.
Por su biografía, ¿usted tuvo que rebelarse como las mujeres que estaban atrapadas en un matrimonio?
¡Claro que tuve que rebelarme! Una vez fui a una revista a recibir un
encargo para un artículo. Y el editor me miró y me dijo: “No queremos
una chica guapa, queremos un escritor, vete a casa”. La revista Time me
pagaba menos por escribir un reportaje que a un hombre. Y el tema del
reportaje era el movimiento de las mujeres. Doble ironía. Cuando me
quejé, el editor me envió un bolso, que devolví para recuperar el
dinero, pero no me lo restituyeron. Menciona en el libro una anécdota con los escritores Saul
Bellow y Gay Talese en los años sesenta. Iban en un taxi los tres y
Talese dijo algo así como: “Cada año, una chica guapa viene a Nueva
York…” “… y hace ver que es escritora”. Yo estaba sentada entre los dos. Él hablaba como si yo no estuviese.
¿Recuerda la primera vez que escuchó la palabra “feminismo”?
Siempre fui consciente de que existía un desequilibrio y una
injusticia. Pero pensaba que podría superarlo individualmente. Siempre
hubo un grupo de escritoras en Nueva York que se ayudaban entre sí y se
aconsejaban sobre qué editor podría ser más razonable. Pero no me di
cuenta de que esto podía cambiarse hasta que las mujeres del movimiento
contrario a la guerra de Vietnam y el movimiento de los derechos civiles
–movimientos que nuestra generación adoraba, pero en los que las
mujeres seguían estando mayoritariamente en un papel tradicional–
empezaron a rebelarse contra esto y a decir: “Un momento, debemos tener
un movimiento autónomo para las mujeres”. Así comprendí que no solo
debías rebelarte en silencio y en secreto, sino que podías tener un
movimiento de verdad. Recientemente se ha hablado de él por unos supuestos comentarios sexistas y por su libro sobre un voyeur en un motel. ¿Lo ha leído? No. No tengo el menor interés. ¿Le conoce? No. Es impecable. Es pequeño y pulcro, y
quisquilloso, y viste de una manera muy cuidadosa. Parece algo obsesivo.
Y escribe sobre esto del voyerismo sexual. Se pasó un año entero o más
[preparando, con un intenso trabajo de campo, su libro sobre las
costumbres sexuales de los estadounidenses, La mujer del prójimo]. No lo entiendo, y lo que menos entiendo es que tiene una mujer que es
una editora maravillosa [Nan Talese]. Es su vida privada. Pero no
comprendo cómo acabó así. No hay la misma emoción ahora con Hillary Clinton, que puede
ser la primera mujer presidenta de EE UU, que con Barack Obama en 2008
por ser el primer presidente negro. ¿Por qué? Creo que hay un
motivo, y es la naturaleza de los medios de comunicación. Los medios
recompensan la novedad . Barack Obama era nuevo. Ellos y el país lo
descubrían. Era más fácil proyectar tus esperanzas en una figura nueva .
Hillary Clinton ha estado bajo la mirada pública durante mucho tiempo.
Es menos probable que se la idealice. Ya es bastante conocida. Además,
creo que hay un fondo sexista, porque muchos de nosotros, de niños,
fuimos criados por mujeres más que por hombres. No todo el mundo, pero muchos sí experimentaron la autoridad y el
poder femeninos de pequeños, y el poder masculino solo lo percibieron de
mayores, de una manera más racional. Todavía hay muchas personas que
cuando ven a una mujer poderosa se sienten mal y viven una regresión a
la infancia, porque fue la última vez que se encontraron con alguien de
esas características. Resulta más frecuente entre los hombres, por esa
idea descabellada de la masculinidad. La costumbre ante la autoridad
femenina en la infancia, y no en la vida pública, probablemente sea más
universal que la experiencia del racismo. Ambos están igual de mal, el
sexismo y el racismo, pero quizá es más común y menos consciente.
¿Lo que usted dice se aplica a los hombres o también a las mujeres? A ambos. Pero no a todo el mundo. A usted no. No. En parte es porque me crio mi padre, no mi madre, lo que es inusual.
“hay muchas personas que cuando ven una mujer poderosa viven una
regresión a la infancia, la última vez que vieron una mujer poderosa”
Si gana Hillary Clinton, ¿es el fin de la lucha? ¡Oh, Dios mío! No. Apenas está comenzando. No. No es el final.
¿Significará algo?¿O solo será un accidente de la historia?
Significará algo. Pero no significaría lo mismo si Sarah Palin
[candidata republicana a la vicepresidencia en 2008] ganase. No se trata
de la biología. Lo más importante es la sustancia. Y es importante que
ella, visceralmente, sepa lo que supone moverse por este país como un
ser humano hembra, del mismo modo que Obama sabe visceralmente lo que es
caminar como humano afroamericano por este país. ¿Las mujeres tienen otro modo de gobernar? Con
frecuencia es diferente porque nosotras no tenemos que demostrar nuestra
masculinidad. Hay estudios que muestran que si hay un grupo de mujeres
tomando una decisión es más probable que elijan una solución
conciliadora o cooperativa. Si es un grupo de hombres, es más probable
que opten por una solución agresiva o conquistadora. Probablemente los
mejores grupos estén formados por una mitad de mujeres y otra mitad de
hombres. Los papeles de género acabarán desapareciendo: los hemos
fabricado. ¿Desaparecerán? Sí, como la raza. Los seres humanos
son seres humanos. El 99% lo compartimos. Y las razas… Todos venimos de
África. Algunos fueron a climas fríos y perdimos melanina en nuestra
piel. La raza es en gran parte una invención, y el género es casi todo
una invención. ¿Cuáles son hoy las batallas más urgentes del feminismo?
Estadísticamente, la violencia contra las mujeres en todo el mundo. Si
sumas todas las formas de agresión –la violencia doméstica en este país,
la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, la violencia
sexualizada en las zonas de guerra, la preferencia por los hijos por
encima de las hijas, lo que significa que hay un excedente de hijos en
buena parte de Asia–, ahora, por primera vez que sepamos, hay menos
mujeres que hombres en la Tierra. Asegurarse de que ellas controlen sus
propios cuerpos es crucial. También lo es para ellos, pero debido a la
reproducción es más probable que las mujeres estén controladas
externamente. Poder o no decidir si tienes hijos y cuándo es el mayor
factor que determina tu salud, si trabajas fuera de casa, si tienes
educación y cuánto vives. Usted no tuvo hijos. ¿Fue una decisión consciente?
En la generación en la que crecí se nos enseñaba que debías casarte y
tener hijos. El movimiento de las mujeres llegó y me di cuenta de que no
todo el mundo debía vivir igual.
Mirando atrás, ¿tiene la impresión de que ha ganado?
Hemos avanzado, pero aún estamos lejos de una sociedad en la que los
hombres críen a los hijos como las mujeres, en la que las diferencias
menores de sexo, raza, clase y casta sean menos importantes que nuestra
humanidad compartida y nuestra individualidad única. Estamos lejos de
una sociedad que existió en el pasado, donde las personas estén
conectadas y no ordenadas en rangos . Podemos llegar allí. ¿Cuándo? No lo sé, porque estamos en una carrera con
muchas cosas: el calentamiento global, la sobrepoblación. Ni siquiera
sabemos cuánto tiempo tenemos. Sé que debemos comportarnos como si todo
lo que hacemos importase, porque puede que importe.
La
figurinista y presidenta provisional de la Academia de Cine presenta su
programa electoral junto a sus dos vicepresidentes, Mariano Barroso y
Nora Navas.
La figurinista Yvonne Blake, Premio Nacional del Cine,
ha presentado esta tarde su programa electoral junto a los futuros
vicepresidentes, el director y guionista Mariano Barroso y la actriz
Nora Navas. En el auditorio, no más de una treintena de académicos, de
los casi 1.200 miembros de la institución, y algunos periodistas. Desde
Barcelona, solo tres (una, Judith Colell, vicepresidenta interina). Antes de comenzar a desgranar sus planes de futuro, Blake explicó sobre
su falta de rivales: "Nos habría gustado que hubiera más candidaturas,
porque apostamos por el debate". Presidenta interina desde el 15 de julio, tras la dimisión del anterior presidente, Antonio Resines, Blake se convirtió en presidenta in péctorecuando su terna se quedó en la campaña electoral en solitario. "De las otras dos candidaturas anuladas, una ni siquiera era terna y
la otra se retiró al saber que nos presentábamos nosotros". El 15 de
octubre será confirmada por la Asamblea General. O no, porque por
primera vez la Asamblea puede votar en contra de la terna, aunque sea
única.
La diseñadora de vestuario (Manchester, 1940), con cuatro goyas y un oscar
a sus espaldas, contó sobre el pasado reciente: "Las cosas que han
pasado en la Academia, complejas y difíciles, se han ido con el verano. Heredemos de las dos anteriores presidencias los proyectos de la Memoria
del Cine y de la Fundación Academia. Queremos regenerar y rejuvenecer
la institución, alejándonos del elitismo". A su lado Barroso y Navas
aseguraron que tienen muchas ganas y que sentían que se movían "en las
mismas vibraciones". Para Blake, el inicio de su programa arranca con "la transparencia".
"Debemos renovar los estatutos, hacer más fácil el acceso de los nuevos
miembros. Queremos flexibilizar estas entradas". Barroso anunció más
planes, como una academia "más abierta y participativa". Ahondó en sus
líneas: "Queremos reclamar el respeto que nos merecemos ante este
inexplicable desprecio que sufrimos en temas como el 21% del IVA". Sobre
la próxima gala de los Goya, Blake anunció: "Será más austera, y a la
vez más elegante y con más encanto. Daremos más noticias muy pronto". No
explicó más. Hubo diversas intervenciones desde el patio de butacas. Fernando Lara
reflexionó sobre la poquísima participación de los académicos en sus
actos. "Va a tener que ser la junta directiva quien impulse mayor
presencia, porque ya veis los que somos aquí". Desde el escenario, el
trío aseguró estar en esa línea. "Debemos abrirnos, empezar a crear
cursos y encuentros que sirvan en ese objetivo", contó Barroso. Blake
desveló: "Ya hemos tenido una larga conversación con la representante de
la Academia de Hollywood en Londres para generar actividades en común. Hemos planeado un encuentro parecido con BAFTA y pensamos también en
acercarnos a los franceses". Sobre los ingresos económicos, Blake
planteó: "Tenemos que buscar nuevos patrocinios, más generosos, que
lleguen más lejos que la gala de los Goya".
Blake se negó a responder sobre el despido del director general de la
Academia, Porfirio Enríquez. "Hoy no toca", repitió dos veces. El paso
de Enríquez ha sido controvertido. Chocó con Enrique González Macho, y
Resines vivió en medio la marejada del intento de su primer despido por
parte de la junta directiva, que falló cuando descubrieron el blindaje
de su contrato. La habitual endogamia del cargo, los directores surgian
de la junta, no se repetirá en la próxima elección, según la misma
junta. Y sobre las quejas del anterior presidente, Antonio Resines,
dijo: "Me opongo a que cambie el funcionamiento de la junta directiva,
no veo porqué ya que hay gente maravillosa en ella, y dar más poder al
presidente. Podríamos caer en el caciquismo". Sobre la falta de
voluntarios para entrar en la terna, Barroso comentó que efectivamente
esa ausencia refleja "la situación general del país". No llegaron más
lejos en la explicación de su programa electoral, salvo en que quieren
implicar "a la gente que hoy hace cine en España". Barroso tampoco respondió sobre la AIE (Asociación de Interés
Económico) creada el año pasado para los premios Goya. "No tengo
información porque todavía no estamos al cargo ni acceso a los papeles".
Blake respondió sobre los problemas de Resines que le llevaron a su
dimisión, según el presidente, con la junta directiva: "La junta
directiva no obstruirá lo que vayamos a hacer. No creo que haya
discrepancias. No creo que haya problemas con nosotros. En el pasado
hubo problemas sobre dineros gastados por la presidencia y la dirección
sin pasar por la junta directiva, de forma opaca. Queremos traer más
transparencia a las decisiones".