5 nov 2020
4 nov 2020
No vemos todo lo que existe
A nuestro alrededor hay muchas cosas que no vemos pero que intuimos o sentimos de otras formas diferentes a la vista. En el universo pasa igual, pero a gran escala.
La materia oscura existe sí o sí. Otra cosa es el exotismo de la materia oscura. La composición de nuestro universo, según el modelo más aceptado por los científicos, requiere que más del 80% de la materia, es decir, de todo aquello que tiene masa y ocupa un volumen, tiene que ser de naturaleza diferente a la que conocemos. Sin embargo, los astrofísicos y los físicos de partículas llevamos años intentando detectar directamente esta materia exótica sin mucho éxito, por lo que su existencia está empezando a ser puesta en duda. Para defender la afirmación con la que abrimos este artículo hay que empezar por explicar qué entendemos por materia oscura.
No es exactamente lo que hoy tenemos en mente los astrofísicos cuando hablamos de materia oscura, pero sí es la definición más básica: todo lo que no vemos es materia oscura. ¿Por qué no vemos algo? Según la RAE, porque carece de luz o claridad.3 nov 2020
El iPhone 12 Pro, a prueba: mejores fotografías, más resistencia... más precio
El ‘smartphone’ es compatible con las redes 5G y por primera vez no incluye cargador en la caja
Apple presentó en octubre, en plena pandemia de coronavirus y tras meses de rumores y retrasos, sus nuevos iPhone 12. Para múltiples fans de la compañía, eran los terminales más esperados del año y, si por algo se caracterizan, es porque por primera vez son compatibles con las redes 5G. EL PAÍS ha probado durante unos días el iPhone 12 Pro, que está disponible desde 1.159 euros y destaca por los resultados realistas y con una buena colorimetría en el ámbito de la fotografía y la estabilización de los vídeos.
El diseño del iPhone 12 Pro varía respecto al de sus antecesores. Si en las últimas generaciones la compañía de Cupertino había apostado por los bordes curvos, la última adopta laterales planos que recuerdan tanto al iPad Pro como a smartphones anteriores, como el iPhone 4 o el 5. El terminal está disponible en cuatro colores: gris, blanco, dorado y azul. La trasera, que no se ensucia con los dedos al utilizarlo, tiene un acabado mate y los bordes, metálicos. Además, se conserva en el lateral izquierdo el ya tradicional botón de silenciado físico.
Apple presentó en octubre, en plena pandemia de coronavirus y tras meses de rumores y retrasos, sus nuevos iPhone 12. Para múltiples fans de la compañía, eran los terminales más esperados del año y, si por algo se caracterizan, es porque por primera vez son compatibles con las redes 5G. EL PAÍS ha probado durante unos días el iPhone 12 Pro, que está disponible desde 1.159 euros y destaca por los resultados realistas y con una buena colorimetría en el ámbito de la fotografía y la estabilización de los vídeos.
El diseño del iPhone 12 Pro varía respecto al de sus antecesores. Si en las últimas generaciones la compañía de Cupertino había apostado por los bordes curvos, la última adopta laterales planos que recuerdan tanto al iPad Pro como a smartphones anteriores, como el iPhone 4 o el 5. El terminal está disponible en cuatro colores: gris, blanco, dorado y azul. La trasera, que no se ensucia con los dedos al utilizarlo, tiene un acabado mate y los bordes, metálicos. Además, se conserva en el lateral izquierdo el ya tradicional botón de silenciado físico.
La pantalla OLED del smartphone, de 6,1 pulgadas, está fabricada con lo que Apple llama ceramic shield, un material que supuestamente es más duro que cualquier cristal y cuatro veces más resistente a las caídas. El canal de Youtube EverythingApplePro ha puesto a prueba la durabilidad de esta pantalla dejando caer el smartphone desde diferentes alturas. La pantalla del iPhone 12 Pro ha llegado a sobrevivir a una caída desde una altura superior a los tres metros —aunque en la misma prueba la del iPhone 12 sí que acaba por romperse—. La trasera del terminal se rompe en ambos casos tras las caídas.
El iPhone 12 Pro, como la generación anterior, carece de lector de huellas. En su lugar, se desbloquea con reconocimiento facial. El sistema funciona bien, pero no es la opción más cómoda en plena pandemia de Covid-19 ante la obligatoriedad de llevar mascarilla. En estos casos, el usuario debe conformarse con introducir el código de desbloqueo. De esta manera, la experiencia empeora, por ejemplo, a la hora de intentar pagar rápidamente con el móvil.
Además de una cámara frontal de 12 megapíxeles, el iPhone 12 Pro mantiene el módulo cuadrado de cámaras con tres sensores, también de 12 megapíxeles cada una: una gran angular, una ultra gran angular y un teleobjetivo. En el ámbito de la fotografía, el iPhone 12 Pro es más ambicioso que sus hermanos pequeños —iPhone 12 Mini y iPhone 12—, pero menos que el Pro Max. El terminal no da un gran salto respecto al iPhone 11 Pro. Aun así, en general, los resultados son positivos. Se consiguen fotografías muy realistas, con una buena colorimetría y un nivel de detalle destacable.
A Apple no le cabe duda de que la realidad aumentada va a cambiar la forma de trabajar, aprender, jugar e interactuar con todo lo que nos rodea. Una de las principales novedades de este smartphone es que incorpora un sensor LiDAR, que sirve para calcular la profundidad de diferentes objetos en una habitación y mejorar así las posibilidades en el ámbito de la realidad aumentada. Del mismo modo, puede ser útil en el campo de la fotografía, ya que permite mejorar el enfoque en condiciones de baja iluminación. Aun así, en ambientes con poca luz, en ocasiones es imposible salvar el ruido en algunas imágenes.
La grabación se hace por defecto en HDR y Dolby Vision. Esta última tecnología —que pueden incluir desde ordenadores a televisiones, videoconsolas o smartphones— se caracteriza porque busca mostrar una imagen ultra vívida, reflejos más brillantes y una amplia gama de colores. Al igual que las fotografías, los vídeos grabados con el iPhone 12 Pro son realistas y se consigue una buena definición. Pero si hay algo que destaca en la creación de contenido, son los resultados que se consiguen con el sistema de estabilización.
Almacenamiento, batería y procesador
Hay tres versiones del iPhone 12 Pro —de 128 GB, 256 GB y 512 GB de almacenamiento—. El terminal que ha probado este periódico es el de 512 GB. En cuanto a la memoria RAM, Apple no suele revelarla en sus eventos, pero todo parece indicar que tiene 6 GB, según el portal MacRumors. la empresa tampoco suele especificar la capacidad de sus baterías. En este caso, la autonomía no destaca especialmente frente a otros terminales de gama alta pero, con un uso normal, se extiende durante un día entero.
Este año por primera vez los iPhone 12 no incluyen en la caja ni cargador ni auriculares. Solo vienen con un cable Lightning-USB tipo C. Esta decisión ha resultado polémica al ser vista también como una forma de quitar estos accesorios de la caja para aminorar costes y luego venderlos por separado. ¿Cómo puede afectar esta decisión al usuario? Depende. Algunos tendrán en casa algún cargador que les permita llenar la batería del móvil. Pero otros se verán obligados a comprarlo, especialmente teniendo en cuenta que una gran parte de los cargadores de móviles Android no tienen el USB tipo C que se necesita para cargar en este caso el iPhone.
El usuario puede optar también por adquirir el cargador MagSafe. El smartphone cuenta en su trasera con un sistema de imanes que sirve para dejarlo fijado a este cargador al ponerlo encima.
‘La trinchera infinita’, de Arregi, Garaño y Goenaga, candidata española al Oscar a mejor película internacional
El drama sobre los topos de la Guerra Civil, que se estrenó con premios en el festival de San Sebastián de 2019, inicia su carrera hacia la ceremonia de la Academia de Hollywood, el 25 de abril.
La trinchera infinita, de Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga y Jon Garaño, será la candidata española al Oscar a mejor película internacional. Esta mañana, la actriz Susi Sánchez, acompañada de la productora María Luisa Gutiérrez como representante de la Academia, ha leído el título del drama elegido de un trío en el que también figuraban O que arde, de Óliver Laxe, y El hoyo, de Galder Gaztelu-Urrutia. La 93ª ceremonia de los premios Oscar se celebrará en Los Ángeles el 25 de abril de 2021. Los académicos españoles han seleccionado La trinchera infinita de entre 58 largometrajes, 22 más que en la pasada convocatoria, debido a que el periodo temporal de estreno ha aumentado: del 1 de octubre de 2019 al 31 de diciembre de 2020. Aunque ha dado igual: el trío finalista se estrenó en 2019. No es la primera vez que Arregi, Goenaga y Garaño entran en esta carrera: ya la hicieron hace cuatro años con su Loreak (2014) para los Oscar de 2016.
Su inclusión en octubre en el trío preseleccionado pilló a los directores guipuzcoanos de gira de promoción en Francia, donde la película se iba a estrenar el pasado 28 de octubre, después de tener que posponer la fecha prevista en abril. Tampoco pudo ser, porque ese día se confinó el país -ironías de la vida, de eso va La trinchera infinita-. Sin embargo, su distribuidor avisó que volvería a lanzarla en cuanto abran las salas. En el resto del mundo, en 190 territorios, el drama se ha visto a través de Netflix, que la estrenó en su plataforma en febrero. Sin embargo, en EE UU habrá -si el coronavirus lo permite- un estreno en salas este viernes 6. Según Netflix, lo realizan “animados por los grandes resultados de visionados en streaming, y conscientes del potencial de la película", tanto comercialmente como en “una apuesta estratégica" de cara a la carrera a los premios.
En la Academia, tras conocerse la noticia, Belén Cuesta y Vicente Vergara (que encarna a Gonzalo) aseguraban que la película aporta algo muy especial: “Es nuestra, habla de nuestra historia”.
Y decidieron no mirar más allá: “Celebremos esto hoy y ya veremos más adelante”. Para la ganadora del Goya, “La trinchera infinita habla del miedo, de cómo marca las vidas y puede paralizar a la gente.
Ese miedo condiciona la existencia de todos los personajes”. Sobre el actual paralelismo con los confinamientos, explicaron: “Mucha gente nos contaba cuando se estrenó en las plataformas casi a la vez que el Estado de Alarma cómo veían el paralelismo, y cómo hay encierros peores”.
Arregi, Goenaga y Garaño funcionan como una cooperativa muy eficaz. “Escuchan, colaboran, se decide en grupo, aunque de manera rápida y precisa”, cuentan sus actores. Los aludidos confirman así es el método de trabajo de su productora, Moriarty. “Es una estrategia, pensamos que hubiera uno fijo”, dice Goenaga, que fue el elegido, “al que pudieran tener como interlocutor los actores”. Aunque después vuelve la mesa redonda: “En pre y posproducción estamos los tres, en el rodaje somos dos porque uno se encarga de los actores y otro del equipo técnico. Todos en todo sería ingobernable”, dicen.
Por la pandemia, la ceremonia de los Oscar 2021, la 93ª edición, se celebrará en Los Ángeles el próximo 25 de abril, cuando inicialmente estaba prevista para el 28 de febrero. Ese día de febrero acaba ahora el periodo de presentación de candidaturas. Las shortlists, las cribas previas de algunas categorías, se harán públicas el 9 de febrero, y las candidaturas definitivas se anunciarán el 15 de marzo. El año pasado, la candidata española, Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, llegó hasta la ceremonia final, aunque finalmente ganó Parásitos, del surcoreano Bong Joon-ho.
Entre los países que ya han elegido representante están Alemania (And Tomorrow the Entire World, de Julia von Heinz), Austria (What We Wanted, de Ulrike Kofler), Bosnia (Quo Vadis, Aïda?, de Jasmina Zbanic), Croacia (Extracurricular, de Ivan-Goran Vitez), República Checa (Charlatan, de la polaca Agnieszka Holland), Georgia (Beginning, de Dea Kulumbegashvili, última Concha de Oro), Polonia (Never Gonna Snow Again, de Małgorzata Szumowska y Michał Englert), Rumania (Collective, de Alexander Nanau), Costa de Marfil (Night of the Kings, de Philippe Lacôte), Japón (True Mothers, de Naomi Kawase), Corea del Sur (The Man Standing Next, de Woo Min-ho), Canadá (Funny Boy, de Deepa Mehta) o Palestina (Gaza mon amour, de Arab Nasser y Tarzan Nasser).