El Gobierno amplía el confinamiento: “Los trabajadores de actividades no esenciales deberán quedarse en casa”. Sánchez convoca un Consejo de Ministros extraordinario este domingo para aprobar la medida y urge a la UE a tomar decisiones “valientes y contundentes”.
El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en una rueda de
prensa en La Moncloa. En vídeo, Sánchez anuncia el endurecimiento del
confinamiento desde el lunes. FOTO: EFE | VÍDEO: MONCLOA
José Marcos
La tendencia al alza del número de fallecidos por coronavirus
en los últimos días ha llevado al Gobierno a endurecer el confinamiento
de los 47 millones de españoles.
Pedro Sánchez anunció ayer que este
domingo se aprobará, en un Consejo de Ministros extraordinario, la limitación total de movimientos salvo los de los trabajadores de actividades esenciales.
Estará en vigor desde mañana hasta el 9 de abril, ambos días inclusive.
El Gobierno había intentado esquivar esta medida, pese a las crecientes
de peticiones de la oposición y de sus aliados, por el impacto
económico que tendrá.
De hecho, los empresarios la acogieron con recelo.
El presidente del Gobierno aumentó además la presión sobre la Unión
Europea, a la que reclamó “decisiones valientes y contundentes”.
El confinamiento generalizado de la población se produce después de que
España haya superado los 72.000 contagiados y los 5.690 fallecidos por
la Covid-19.
Los socios de Sánchez, incluido Unidas Podemos, presionaban
para que se adoptaran medidas más drásticas.
La Moncloa inició la
semana reacia a endurecer aún más la restricción de movimientos, pero
cambió tras ver cómo la cifra de fallecidos se disparaba en las últimas
48 horas.
El objetivo es rebajar durante las dos próximas semanas la
movilidad a los niveles que hay los fines de semana, pero que aumenta
los días laborables.
La tendencia al alza del número de fallecidos por coronavirus
en los últimos días ha llevado al Gobierno a endurecer el confinamiento
de los 47 millones de españoles.
Pedro Sánchez anunció ayer que este
domingo se aprobará, en un Consejo de Ministros extraordinario, la limitación total de movimientos salvo los de los trabajadores de actividades esenciales.
Estará en vigor desde mañana hasta el 9 de abril, ambos días inclusive.
El Gobierno había intentado esquivar esta medida, pese a las crecientes
de peticiones de la oposición y de sus aliados, por el impacto
económico que tendrá.
De hecho, los empresarios la acogieron con recelo.
El presidente del Gobierno aumentó además la presión sobre la Unión
Europea, a la que reclamó “decisiones valientes y contundentes”.
El
confinamiento generalizado de la población se produce después de que
España haya superado los 72.000 contagiados y los 5.690 fallecidos por
la Covid-19.
Los socios de Sánchez, incluido Unidas Podemos, presionaban
para que se adoptaran medidas más drásticas.
La Moncloa inició la
semana reacia a endurecer aún más la restricción de movimientos, pero
cambió tras ver cómo la cifra de fallecidos se disparaba en las últimas
48 horas.
El objetivo es rebajar durante las dos próximas semanas la
movilidad a los niveles que hay los fines de semana, pero que aumenta
los días laborables.
El
decreto que impuso el estado de alarma enumeraba una lista de
actividades que podían permanecer operativas.
La orden permitía que se
mantuvieran abiertos los establecimientos minoristas de alimentación,
bebidas, productos y bienes de primera necesidad; farmacéuticos,
médicos, ópticas y productos ortopédicos e higiénicos; prensa y
papelería; combustible para la automoción; estancos; equipos
tecnológicos y de telecomunicaciones; alimentos para animales de
compañía; comercio por Internet, telefónico o correspondencia;
tintorerías y lavanderías.
Todas las demás actividades quedaban
suspendidas.
La medida, particularmente contundente, la reclamaban comunidades como Cataluña.
El president
de la Generalitat, Quim Torra, pidió el confinamiento “total” de la
comunidad salvo para los trabajadores de sectores esenciales en la videoconferencia de presidentes autonómicos del pasado domingo.
Barones del PSOE y del PP solicitaron restringir, en distintos grados,
los movimientos de la población.
Entre ellos, Juan Manuel Moreno
(Andalucía), Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La
Mancha), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) y Ximo Puig
(Comunidad Valenciana).
El posicionamiento más extremo
fue el del presidente de Murcia, Fernando López Miras, del PP, que trató
de endurecer de forma unilateral, mediante decreto, la cuarentena.
El
Gobierno desautorizó el “cierre total de la región, excepto los
servicios mínimos” y recordó que una orden de esas características solo
puede darla la autoridad competente, en este caso el ministro de
Sanidad, Salvador Illa, “como autoridad delegada” en virtud de la
declaración del estado de alarma.
El Gobierno argumentó entonces que
seguía “en todo momento” las recomendaciones de la Organización Mundial
de la Salud y reiteró que había adoptado las medidas “más drásticas en
Europa y de las más estrictas a nivel mundial”.
La cifra de contagios
era en ese momento de 28.572 personas y los fallecidos 1.720.
Pese a los avisos del Gobierno de que “lo peor” estaba por
llegar, los casi 4.000 fallecidos y 44.000 infectados más respecto al
domingo anterior dejan un escenario estremecedor.
“En España vivimos las
horas más tristes y amargas.
El pasado fin de semana dijimos que esta
semana iba va a ser muy dura.
A medida que nos estamos acercando a la
cresta de la ola, el virus nos está golpeando con una violencia
despiadada.
Cuando la batalla se hace más intensa, no es el momento de
bajar la guardia.
Es el momento de intensificar la lucha”, dijo Sánchez
para justificar el incremento de las restricciones.
A la
espera de coronar el pico de la epidemia, el presidente hizo un
llamamiento a la unidad frente a la catástrofe sobrevenida.
“Hay quienes
aprovechan para vocear la gravedad de la situación que todos ya
conocemos y extender el miedo, y otros trabajan con abnegación.
Hay
quienes buscan culpables, fomentan el rencor y la división. Otros
trabajan por la unión y la lealtad”, distinguió.
La
situación no puede ser más crítica tras dos días con el número de
fallecidos subiendo —832, según el último parte del Gobierno— pese a las
expectativas optimistas a mitad de semana.
La curva no se aplana y
sigue sin alcanzarse el pico de contagios. “Entre tanto, todo lo que
puedo ofrecer es sacrificio, resistencia y moral de victoria”, dijo
Sánchez al resumir el drama que golpea al país.
“Los responsables públicos debemos dejarnos guiar por los expertos y
solo por ellos, dar la cara y combatir el único enemigo que nos amenaza:
el virus y sus estragos sanitarios, económicos y sociales”, destacó
Sánchez.
“Un día más es un día menos”, finalizó en un último alegato con
el que trató de transmitir esperanza.
Sin que todavía haya pasado lo
peor.