Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

21 may 2019

Iker Casillas: “Este no ha sido un gran cumpleaños”

El portero celebra sus 38 años tres semanas después de sufrir un infarto que cambiará su carrera.

Iker Casillas, en la celebración de su cumpleaños.
Iker Casillas, en la celebración de su cumpleaños. INSTAGRAM
Han pasado tres semanas desde que Iker Casillas sufriera un infarto del que tuvo que ser operado y del que ya ha sido dado de alta. 
Por ello, el guardameta del Oporto tiene dobles motivos para celebrar: por haber salido del trance médico y porque el 20 de mayo ha cumplido 38 años, en casa y rodeado de los suyos. 
El portero ha estado acompañado de los suyos en esta fecha, especialmente señalada este año.
 Ante la avalancha de gestos de cariño, ha querido agradecer las buenas palabras de tantos con un mensaje en su cuenta de Instagram y con una fotografía en la que, con una sonrisa más bien forzada, agarra dos globos con su nueva edad. 
 
"Esta vez, no ha sido un gran cumpleaños", confiesa el propio Casillas en el arranque de su mensaje. 
"Estoy seguro que en algún momento de vuestras vidas os ha pasado alguna cosa, ese día o días atrás, que hace que no tengáis tan buen recuerdo.
 No estamos exentos de que eso nos pase. Aún así, he tenido que posar y mostrar esta cara algo alegre", relata el integrante del Oporto.

Sin embargo, él mismo sabe que es una ocasión para celebrar. "¡Tengo que estar feliz, feliz porque desde hace 20 días uno sigue estando aquí con vosotros!
 Los 37 se fueron... ¡menos mal! Qué nos traerán los 38... por ahora, verlos", afirma, y termina su mensaje dando las gracias "a todas aquellas personas que se han tomado un minuto de su tiempo" para felicitarle a través de Instagram, donde acumula casi 15 millones de seguidores.
Compañeros y excompañeros de equipo y profesión como Sergio Ramos ("Feliz cumpleaños, melón. No más sustos", escribía el sevillano), David Beckham, Andrés Iniesta, Carles Puyol, Luis Figo, Marcelo, Fernando Sanz o Gaizka Mendieta han aprovechado una jornada tan señalada para mandarle su cariño y buenos deseos. También su esposa, la periodista Sara Carbonero, colgaba varias imágenes de la celebración familiar junto a sus hijos Martín y Lucas —en la que no faltaron globos, gorros festivos, tarta y velas— junto a frases como 
"Celebramos tu vida" y "Cumpleaños atípicos pero igualmente llenos de amor. Sonríe siempre".
Tras el infarto que sufrió durante un entrenamiento y por el que tuvo que ser operado de urgencia, Casillas permaneció cinco días en un hospital de Oporto.
 A su salida, el exfutbolista del Real Madrid (equipo del que se marchó hace cuatro temporadas, las que lleva en el club portugués) dio las gracias a los doctores y al centro médico y explicó que tendría que estar en reposo "un par de semanas, o incluso un par de meses". 
Emocionado, relató: "No sé qué será el futuro, lo importante es estar aquí".
 Los próximos meses tendrá que decidir cual será ese destino, personal y profesional, algo para lo que había decidido esperar hasta cumplir 40 años.

 

Guillermo de Inglaterra habla del “dolor como ningún otro” que sintió al perder a su madre

El primogénito de Diana de Gales desvela sus sentimientos en un unas charlas sobre salud mental.

El príncipe Guillermo, en un partido de fútbol en Londres el 18 de mayo. 

El príncipe Guillermo, en un partido de fútbol en Londres el 18 de mayo. Getty Images

 La muerte de Diana de Gales afectó profundamente a sus hijos Guillermo y Enrique de Inglaterra, que tenían entonces 15 y 13 años respectivamente.

 La imagen de los dos niños, enfundados en sus trajes con corbata, andando circunspectos detrás del féretro de su madre fallecida en un accidente de tráfico en París el 31 de agosto de 1997, es difícil de olvidar.

 Pero lo que sintieron durante aquellos días permaneció en el seno de la familia hasta que con motivo del 20º aniversario de la muerte de Lady Di, ambos fueron desvelando retazos de la pena que sintieron entonces y que les perseguirá el resto de su vida.

 A finales de la semana pasada fue el príncipe Guillermo quién habló abiertamente sobre la trágica pérdida de su madre y sobre cómo cambio su vida para siempre.

 Lo hizo en una entrevista con la cadena BBC acerca de la salud mental, uno de los aspectos en los que está personalmente también junto a su esposa, Kate Middleton, que ha hablado sobre ello en charlas y asociaciones benéficas y que durante un día fue redactora jefa de la edición británica del HuffPost y se centró en la salud mental.

 En el caso de este documental, que tiene más capítulos que protagonizan el futbolista Thierry Henry o el entrenador Gareth Southgate, el objetivo es ayudar a otras personas, específicamente a los hombres, a hablar sobre sus emociones.

 “Cuando estás desconsolado, especialmente a una edad temprana, sientes un dolor como ningún otro”, dice el príncipe Guillermo en este encuentro. 

“Sabes que en tu vida va a ser muy difícil encontrar algo que sea peor que ese dolor”, continúa explicando a quienes le escuchan.

 Sin embargo, el duque de Cambridge continúa explicando a su audiencia que aunque perder a un ser querido puede ser muy difícil de superar, él encontró la fuerza para poder compartir lo que sintió con otras personas que se han encontrado en la misma situación: 

“Te acerca tanto a todas esas personas que han sido víctimas del duelo que instantáneamente, cuando hablas con alguien… a veces casi puedes verlo en sus ojos”.

El conde Spencer y los príncipes Guillermo, Enrique y Carlos de Inglaterra, en el funeral de Lady Di, el 6 de septiembre de 1997 en Londres. 
El conde Spencer y los príncipes Guillermo, Enrique y Carlos de Inglaterra, en el funeral de Lady Di, el 6 de septiembre de 1997 en Londres. CORDON PRESS

 

Guillermo de Inglaterra se muestra consciente de que expresar las emociones no es precisamente una de las mejores características de los británicos y por eso lucha por cambiarlo.
 “Tiene que haber un momento para poder hablar sobre nuestras emociones porque no somos robots”, afirma en referencia a la alabada flema británica
Ya el pasado mes de enero el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono británico, centró su discurso sobre las enfermedades mentales en su participación en el Foro de Davos y de la campaña Heads Together, dirigida a desestigmatizar esta dolencia.
 Entonces no dudó en hablar sobre sus propias fases de ansiedad y desorden emocional relacionadas con la etapa en la que murió su madre y durante el tiempo en el que fue piloto de emergencias y le invadió la tristeza por tener que enfrentarse al dolor que él mismo había experimentado a través del duelo de otras familias.
La misma situación a la que se enfrentó recientemente su hermano Enrique, duque de Sussex, cuando solo unos días después de haber sido padre de su primer hijo, Archie, tuvo que viajar a Ámsterdam para participar en un evento relacionado con los Juegos Invictus que él mismo fundó en 2014.
 Allí conversó con un soldado que, como él, estaba esperando un hijo y que además compartía con el príncipe la pérdida de su madre.
 Dennis van der Stroon, de 31 años, desveló después que había sido una conversación “increíble y conmovedora” y que el príncipe le había dicho que perder a una madre te hace no volver a sentirse seguro y que todo se derrumba en ese momento.
Durante esa charla Enrique de Inglaterra confesó lo mismo que su hermano un par de semanas después: que gracias a su trabajo había hablado con muchas personas que han perdido a familiares y que escuchar sus historias le había hecho sentirse menos solo ante su propia pérdida.
 En esa línea de escucha y ayuda, el príncipe y su esposa, Meghan Markle, van a crear una serie de televisión en Apple junto a la presentadora y productora Oprah Winfrey para hablar sobre salud mental, que consideran "la llave para un liderazgo poderoso, para tener comunidades productivas y para un yo impulsado por un propósito".


Valle-Inclán y Berlanga en el Wanda Metropolitano




La XIII Legislatura se abre con una estampa genuinamente española, la inefable mezcla entre la grandeza y lo grotesco-

Agustín Javier Zamarrón, presidente de la Mesa de Edad del Congreso.
Quiso el azar, que a veces es algoritmo, que el presidente de la Mesa de Edad, don Agustín Javier Zamarrón, diputado por Burgos de 73 años y primoroso en su desempeño, se diera mucho más que un aire razonable a don Ramón María del Valle-Inclán, que en paz descanse. 
Mataba Zamarrón así varios pájaros de un tiro sin recurrir a ninguna arma más allá de su singular y poderosa presencia: encarnar el espíritu de la jornada y facilitar notablemente la tarea de los cronistas sirviéndoles en bandeja tan golosísima metáfora. Había que estar ciego, perdón, discapacitado visual severo, para no ver un esperpento en la sesión de apertura de la legislatura.
 La inefable mezcla entre la grandeza y lo grotesco que tan bien nos retrata.
 Eso, con sus buenas dosis del mejor Luis García Berlanga, ha sido la apertura de la XIII Legislatura. 
Una estampa genuinamente española.
Solo había que imaginar a los diputados presos, Junqueras, Rull, Turull y Sànchez, levantarse aún de noche en la prisión de Soto del Real, quitarse las legañas, plantarse el terno y la camisa lavada y planchada por sus compañeros de trena en la lavandería penitenciaria, y subirse al furgón policial rumbo a sus escaños de padres de la patria —española— para revivir el espíritu de Todos a la cárcel.
 La escopeta nacional ya estaba representada por sus noveles señorías de Vox que, haciendo honor a su apropiación indebida del lema “la España que madruga” y con un enhiestísimo Santiago Abascal a la cabeza, llegaron los primeritos y se atrincheraron estratégicamente detrás del banco azul del Gobierno con manifiesto ánimo de echarle el aliento en el cogote al presidente Sánchez y a sus ministros, todos ellos en funciones de diputados electos hasta que se invista al jefe.
 Había que ver al pobre José Zaragoza, número dos del Partido Socialista de Cataluña, castigado por llegar pronto, encajonadito entre Abascal y Espinosa de los Monteros con cara de encomendarse a la Moreneta preguntándose por qué le habían abandonado los suyos en semejante tesitura y apurando tamaño cáliz.

 Todos y cada uno de los puntos más morbosos del orden del día, más allá de la cantada elección de Batet como presidenta de la Cámara en segunda y tediosísima vuelta, fueron satisfechos a su debido tiempo por sus protagonistas, conscientes todos de tener a las cámaras pendientes de cualquier arqueo de ceja.

 El saludo entre Junqueras y el presidente Sánchez, reducido a un apretón sin más ceremonia, fue la foto más esperada, aunque por el rato que el primero estuvo departiendo con los ministros Josep Borrell y Dolores Delgado de vuelta a su escaño tras depositar su voto, se diría que estaban puenteando a Marchena arreglando el procés y su problemática.

 También se materializó la libre circulación de los diputados presos por el hemiciclo y el ambigú de los recesos, pero eso fue en los ratos que les dejaba libres su desaforada actividad ¿whatsappera? con los móviles de que dispusieron durante toda la sesión parlamentaria. 

Y, por supuesto, se levantó acta de la frialdad entre los populares y los presos, Ciudadanos y los presos, y Vox y los presos, quienes, sin embargo, se deshacían en sonrisas con todos quienes les dirigían la mirada, presos, quizá, valga la redundancia, del síndrome de la soledad del talego al que volverían cumplido el trámite de acatar la misma Constitución que violentaron.


 Por lo demás, la vuelta al cole de los parlamentarios semejó, como todas, un reencuentro de colegiales después de las vacaciones. Besos, abrazos, risas, cuchicheos, empellones, recelos con los nuevos y compadreo con los repetidores, toma de posiciones en la fila y cálculo de futuras posibilidades con los profes, los amiguitos y los rivales del patio.
 En cuanto al uniforme, de los padres no me atrevo a opinar, porque un traje es un traje y los ternos siguen dominando la estética masculina del Congreso, sobre todo en las grandes ocasiones, pero apuesto a que el grueso de las madres de la patria contribuyeron generosamente al engorde de la cuenta de resultados del imperio de Amancio Ortega, dada la espectacular profusión de chaquetas blancas y rojas de entretiempo que lucían y que hacían del hemiciclo una réplica a escala del Wanda Metropolitano.

Dicho sea con el debido respeto al resto de equipos y a todos y cada uno de los grupos parlamentarios.
 

20 may 2019

EP Global BLOGS Mundo Global CRÓNICAS INTERNACIONALES Evacúan la Torre Eiffel por la presencia de un hombre escalando el monumento

Los bomberos y la Policía se han desplazado hasta el lugar, cuyos alrededores han sido también cortados al tráfico.

Un hombre escala la Torre Eiffel mientras varios bomberos tratan de detenerlo.
"La Torre Eiffel está cerrada hasta nuevo aviso".
 La Sociedad de Explotación de la Torre Eiffel (SETE) se ha visto obligada este lunes a evacuar a los turistas presentes en el monumento de la capital francesa y a cerrar sus puertas por la presencia de un hombre que escalaba el edificio.
Una portavoz de la SETE ha explicado que los trabajadores del monumento parisino, uno de los más visitados del mundo, descubrieron a primera hora de la tarde a un hombre encaramado a la estructura del edificio, lo que les llevó a evacuar y cerrar el lugar. "El hombre entró en la torre normal y empezó a escalar cuando estaba en el segundo piso", ha declarado un portavoz del monumento.

El hombre ha alcanzado casi la cima del monumento de 324 metros de altura.
 Se encuentra en el tercera y última plataforma de la Torre.
 Un especialista en escalada de los bomberos se ha acercadoe al hombre rapelando desde el tercer piso. 
 Los bomberos y la Policía se han desplazado hasta el lugar, cuyos alrededores han sido también cortados al tráfico para facilitar la intervención. 
No es la primera vez que que una persona intenta escalar este emblemático monumento de más de 18.000 piezas de hierro construido para la Exposición Universal de 1889. 
En octubre de 2017 fue completamente evacuada debido a la presencia de un joven que amenazaba con suicidarse.