La actriz y presentadora ha explicado que sigue debiendo dinero y bromea: "Llegaré a los 120 años y seguiré pagando".
Bibiana Fernández lo ha intentado todo para librarse de sus problemas con Hacienda pero, aún así, no termina de quitarse la losa de las deudas.
En la presentación de un libro el miércoles por la noche en Madrid, la actriz y presentadora confesó que aún tiene que pagar dinero al Estado en una situación que se le está haciendo interminable.
"Mi situación actual sigue siendo que tengo un pequeño pico que voy
pagando porque me van embargando todo el tiempo.
No es que yo quiera pagar, es que me lo quitan directamente con lo cual es una cosa que no se termina nunca", explicaba la protagonista de Kika y Tacones Lejanos. en declaraciones a Europa Press.
Ante esta compleja situación y en su habitual tono distendido, Fernández no dudaba en bromear con el asunto:
"Llegaré a los 120 años y de no estar muerta, seguiré pagando. Eso de que España somos todos es mentira; soy yo sola, yo y dos o tres más".
Ella misma lo decía: "En la vida no queda más remedio que tirar del sentido del humor, son cuatro días y el sentido del humor a veces no te acompaña. Incluso cuando no te acompaña, tienes que seguir tirando".
"Cada cual solventa sus problemas como puede, cuando llegas a una situación así, más allá de los errores que se hayan podido comentar, hay un problema y son los intereses del Estado", explicaba la actriz durante la presentación.
"Yo he pagado más de intereses que de deuda, ya no sé cuánto llevo pagado", explicaba Fernández, que a mediados de febrero cumplió 65 años.
En 2017 se hacía público que la actriz tenía problemas con Hacienda que la habían obligado a sacar a la venta su casa de Boadilla del Monte (Madrid) y trasladarse a otro piso más pequeño de Madrid.
A finales de agosto y tras una época de cierto ahogo —tardó un año en venderla— lograba deshacerse de la vivienda vendiéndosela a dos de sus mejores amigos, Mario Vaquerizo y Alaska, que pagaron 500.000 euros por ella.
Además, también se vio obligada a sacar a la venta otras dos viviendas más, en Málaga, por alrededor de 170.000 euros.
Para sanear la deuda también apostó por nuevos proyectos empresariales, como una obra de teatro (precisamente junto a Alaska y Vaquerizo) y una mediática participación en MasterChef Celebrity.
Aún así, y como contó en febrero y ahora remacha, no ha logrado quitarse del todo esa deuda, que ahora ya es casi todo intereses de lo que debió antes y no pudo pagar a tiempo ("No me quejo de pagar, me quejo de intereses del 20% cuando no puedes afrontar la deuda", decía ella misma en sus redes).
"Hacienda me lo quitó todo, y juro por dios que si era lo justo no hay lamento, pero ¿tiene el Estado derecho a quitarte la ilusión? No tengo respuesta, los bancos sí", escribía en una publicación de Instagram hace un par de meses.
En una respuesta a un comentario de un seguidor afirmaba: "Este tema me tiene quemada. Llevo 10 años, pagué de sanciones y multa más del 150% de la deuda y solo quiero llegar a un lugar, un acuerdo, lo que sea".
Un acuerdo que, al parecer, aún no ha llegado.
En la presentación de un libro el miércoles por la noche en Madrid, la actriz y presentadora confesó que aún tiene que pagar dinero al Estado en una situación que se le está haciendo interminable.
No es que yo quiera pagar, es que me lo quitan directamente con lo cual es una cosa que no se termina nunca", explicaba la protagonista de Kika y Tacones Lejanos. en declaraciones a Europa Press.
Ante esta compleja situación y en su habitual tono distendido, Fernández no dudaba en bromear con el asunto:
"Llegaré a los 120 años y de no estar muerta, seguiré pagando. Eso de que España somos todos es mentira; soy yo sola, yo y dos o tres más".
Ella misma lo decía: "En la vida no queda más remedio que tirar del sentido del humor, son cuatro días y el sentido del humor a veces no te acompaña. Incluso cuando no te acompaña, tienes que seguir tirando".
"Cada cual solventa sus problemas como puede, cuando llegas a una situación así, más allá de los errores que se hayan podido comentar, hay un problema y son los intereses del Estado", explicaba la actriz durante la presentación.
"Yo he pagado más de intereses que de deuda, ya no sé cuánto llevo pagado", explicaba Fernández, que a mediados de febrero cumplió 65 años.
En 2017 se hacía público que la actriz tenía problemas con Hacienda que la habían obligado a sacar a la venta su casa de Boadilla del Monte (Madrid) y trasladarse a otro piso más pequeño de Madrid.
A finales de agosto y tras una época de cierto ahogo —tardó un año en venderla— lograba deshacerse de la vivienda vendiéndosela a dos de sus mejores amigos, Mario Vaquerizo y Alaska, que pagaron 500.000 euros por ella.
Además, también se vio obligada a sacar a la venta otras dos viviendas más, en Málaga, por alrededor de 170.000 euros.
Para sanear la deuda también apostó por nuevos proyectos empresariales, como una obra de teatro (precisamente junto a Alaska y Vaquerizo) y una mediática participación en MasterChef Celebrity.
Aún así, y como contó en febrero y ahora remacha, no ha logrado quitarse del todo esa deuda, que ahora ya es casi todo intereses de lo que debió antes y no pudo pagar a tiempo ("No me quejo de pagar, me quejo de intereses del 20% cuando no puedes afrontar la deuda", decía ella misma en sus redes).
"Hacienda me lo quitó todo, y juro por dios que si era lo justo no hay lamento, pero ¿tiene el Estado derecho a quitarte la ilusión? No tengo respuesta, los bancos sí", escribía en una publicación de Instagram hace un par de meses.
En una respuesta a un comentario de un seguidor afirmaba: "Este tema me tiene quemada. Llevo 10 años, pagué de sanciones y multa más del 150% de la deuda y solo quiero llegar a un lugar, un acuerdo, lo que sea".
Un acuerdo que, al parecer, aún no ha llegado.