Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 abr 2019

La lujosa vida de Meghan Markle, en el punto de mira

Tras los elevados gastos de vestuario y los viajes en avión privado, un fin de semana de 39.000 euros son mirados con recelo por la prensa británica.

Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en Londres, el pasado febrero.
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en Londres, el pasado febrero. REUTERS

 

La vida de lujo del príncipe Enrique y Meghan Markle empieza a pasarles factura.
 Este viernes la prensa británica informa de que la pareja se gastó casi 39.000 euros en tres noches en un exclusivo hotel de Hampshire, solo un par de semanas antes de la llegada del bebé real. 
Los duques de Sussex se hospedaron en la habitación Long Room del lujoso hotel Heckfield Place en Hook, en Hampshire.
 Ocuparon una de las suites más caras que además de la habitación cuenta con un salón, un comedor y terrazas privadas.
La mansión georgiana del siglo XVIII se ha convertido en una de las favoritas de las celebridades, entre las que se encuentran Liv Tyler y Cara y Poppy Delevingne.
 La pareja fue vista paseando por sus jardines y eligió comer sola en su habitación, evitando los dos restaurantes del establecimiento dirigidos por la editora de restaurantes de Vogue, galardonada con una estrella Michelin, Skye Gyngell.
Propiedad de Gerald Chan, un "multimillonario invisible" nacido en Hong Kong, Heckfield Place también cuenta con su propio gimnasio que ofrece una gama de clases, ideal para los amantes del yoga como Meghan Markle.

Esta noticia llega cuando ha trascendido que la reina Isabel ha vetado el uso de algunas de las grande joyas de las corona a Meghan Markle.
 Concretamente se le ha limitado la elección de tiaras que en cambio sí están a total disposición de Kate Middleton.
 El primer veto lo puso cuando la esposa de Enrique de Inglaterra escogió la que iba a llevar el día de su boda en la capilla del palacio de Windsor, el pasado 19 de mayo. 
Ella quería una de las más valiosas y la reina le prestó una más sencilla.
También están en el punto de mira los gastos de vestuario que ha realizado Meghan Markle en los diez meses que lleva casada con el príncipe Enrique.
 Por todo ello no extraña que la pareja haya contratado una nueva directora de comunicación: Sara Latham, una ex asesora de Hillary Clinton.
La pareja está ya instalada en Frogmore Cottage después de que los trabajadores pasaran meses renovando la propiedad.
 La residencia contaba con 10 habitaciones que se han convertido en cinco, todas ellas con su propio baño. 
Para todas las reformas, incluida la pintura vegana que ha elegida Markle, se han necesitado 3,5 millones de euros. 
Ese dinero ha salido de las arcas de Isabel II, que también ha prestado a la pareja algunas de las obras de arte que decoran las paredes de la casa.
De lo que no hay duda es de que la pareja despierta mucho interés. Esta semana han abierto su propia cuenta de Instagram y en solo cuatro días han reunido más de 3,7 millones de seguidores, superando así el récord de Guiness al lograr un millón en menos de seis horas.

Hace un mes, Meghan Markle volvió a estar en el punto de mira por la fiesta babyshower que celebró en Nueva York con sus amigas, a la que acudió en un avión privado.
 La tenista y gran confidente de la duquesa Serena Williams tuvo que salir a su rescate y aseguró que los gastos del hotel del Upper East Side donde se habían alojado habían corrido por su cuenta. Asimismo, Amal Clooney, la esposa del actor George Clooney y gran amiga de Markle, informó de que ella se había encargado de los gastos de traslado.

También están en el punto de mira los gastos de vestuario que ha realizado Meghan Markle en los diez meses que lleva casada con el príncipe Enrique. 
Por todo ello no extraña que la pareja haya contratado una nueva directora de comunicación: Sara Latham, una ex asesora de Hillary Clinton.
La pareja está ya instalada en Frogmore Cottage después de que los trabajadores pasaran meses renovando la propiedad. 
 La residencia contaba con 10 habitaciones que se han convertido en cinco, todas ellas con su propio baño.
 Para todas las reformas, incluida la pintura vegana que ha elegida Markle, se han necesitado 3,5 millones de euros.
 Ese dinero ha salido de las arcas de Isabel II, que también ha prestado a la pareja algunas de las obras de arte que decoran las paredes de la casa.

De lo que no hay duda es de que la pareja despierta mucho interés. Esta semana han abierto su propia cuenta de Instagram y en solo cuatro días han reunido más de 3,7 millones de seguidores, superando así el récord de Guiness al lograr un millón en menos de seis horas.

“Letizia me encanta, tenemos una reina rockera y ‘top model’”

Vuelve Mario Vaquerizo con un libro para ‘niños rockeros’. Hablamos con él de política, fama, monarquía o paternidad.

Aunque son las 10 de la mañana, Mario Vaquerizo, genio y figura, nos espera con su sempiterna cervecita en la terraza del hotel The Principal, con vistas a su adorada Gran Vía.
 “Me sienta bien, ¿qué quieres que te diga?”. 
Hemos quedado con la excusa de hablar de su nuevo libro, el quinto ya, Cuentos para niños rockeros (Espasa, ya a la venta). Son cincuenta perfiles de artistas a los que admira y que él considera rockeros, aunque algunos estén tan alejados del género como Lola Flores o Raphael. 
Lo escribe porque cree que a él le habría gustado leerlo de pequeño, en vez de buscar esas historias “en la Súper Pop y El Gran Musical”.
 Mario es el autor pero, en realidad, su propia historia podría formar parte de uno de esos cuentos.
 Uno que sería algo así: “Érase una vez… un niño de Vicálvaro que soñaba con ser rockero y vivir en la Gran Vía, que trabajó de guionista y 'promocionero' y acabó por enamorarse de una de sus ídolos, Alaska.
 Se subió a un escenario con las Nancys Rubias y fue una presencia recurrente en todos los platós de televisión”. 
Normal que, como los buenos rockeros, haya acabado exhausto, víctima de su frenética actividad: un dolor de espalda lo ha tenido postrado en cama los últimos meses.
 Pero por nada del mundo iba a dejar de hacer la promoción de su último libro y regresar a un contacto con un público que lo adora.

"A mí me gusta la fama, pero tengo un concepto de ella muy 'warholiano'", dice Mario Vaquerizo, que presenta su nuevo libro: 'Cuentos para niños rockeros'. Foto: DRMario Vaquerizo


Vuelves después de una baja por enfermedad. En el libro cuentas la historia de Elvis Presley, ¿te sientes un poco como él cuando volvió de hacer la mili?
No, hombre, eso sería un poco 'despropositado'.
 Cuando eres un poco mayor, sabes cuáles son tus limitaciones. Elvis es el rey del rock.
 Aunque bueno, Elvis cuando estuvo de uniforme no dejó de ejercer de rockstar: más que hacer la mili, lo que hizo fue hacer un photocall.

¿Tenías mono de fama?
De lo que tenía mono es de volver a ser Mario Vaquerizo.
 Muchas veces proyecto una imagen de frívolo y de que solo me gusta la fama y demás.
 Y sí, a mí me gusta la fama, pero tengo un concepto de ella muy 'warholiano'. Sé que es efímera.
 Mi pretensión en la vida no ha sido llegar a ser famoso. Simplemente, se han dado una serie de circunstancias, que no sé si las he buscado o no, que me han convertido en una persona célebre. Yo lo que quería era ser el Mario de siempre, que se reía, que estaba de buen humor y que iba al gimnasio.
 Pero el dolor me lo impedía. Tenía mono de volver a ser Mario. Y poco a poco lo voy consiguiendo.
 Porque, aunque suene un poco prepotente decirlo, me gusta ser Mario.

¿Y quién es Mario?
Mario es un marciano. A veces me autoanalizo y me digo: “La verdad es que eres un maricón muy raro”. Mario es un tío divertido, que siempre está tirando para adelante, que aglutina a mucha gente, que se inventa un montón de proyectos aunque luego no salgan.

Los libros, de momento, sí salen. Este es ya el quinto…
Soy consciente de que cuando Espasa Calpe me pidió mi primer libro, lo hizo por mi posición mediática.
 Por eso lo titulé de manera irónica Haciendo majaradas, diciendo tonterías.
 Pero uno es profesional e intenta hacerlo bien. 
Y de esas “majaradas” se vendieron 30.000 ejemplares, y eso me sirvió a mí para hacer lo que yo realmente quería hacer, que era la biografía de Fabio McNamara (Fabriografía), que es el libro del que más orgulloso me siento, no solo por lo que representa Fabio para mí, sino por el ejercicio de investigación que tuve que hacer.
¿Te consideras una persona ambiciosa?
Nunca he tenido pretensiones: no he querido ser escritor, ni tener un grupo. 
Yo hago las cosas porque me apetecen. Si luego llegan a mil personas, fenomenal; que son superventas, fenomenal; que actúo con los Pet Shop Boys o en el Baile de la Rosa, pues fenomenal… Pero no ha sido mi pretensión.
 La pretensión te acaba generando frustración. Tienes que hacer las cosas porque te apetecen y te hacen sentir bien. Y punto.

 

Mario Vaquerizo

EUTANASIA...................... Ángel Hernández, este viernes en su casa en Madrid. En vídeo, las declaraciones de Hernández tras pasar la primera noche en casa sin su mujer. María Sosa Troya

“Los policías me decían: ‘Es la ley... pero habríamos hecho lo mismo”.

 

Ángel Hernández, que fue detenido por asistir a su mujer en el suicidio, pide una ley de eutanasia: "Todos los partidos tienen a alguien con este problema".

Esta noche ha sido la primera que Ángel Hernández ha pasado en su casa, solo, tras la muerte de su mujer.

 Antes, 48 horas sin dormir. María José Carrasco le había pedido muchas veces que la ayudara a acabar con el sufrimiento provocado por 30 años de esclerosis múltiple. Estaba en fase terminal, encerrada en un cuerpo que ya no podía moverse, que tenía dificultades para oír, para ver, para hablar.

 Así que él le prestó sus manos y le dio de beber pentobarbital sódico. 

Y lo grabó. Ella, que tenía 61 años, se quedó dormida.

 “No sufrió”, ha explicado Hernández este viernes en su domicilio, en Madrid.

 Él se convirtió en la primera persona detenida en España por ayudar a alguien incapacitado a morir

Las primeras horas de duelo las pasó arrestado, encerrado en un calabozo.
 “Podría haberlo hecho clandestinamente.
 Discutí con mi esposa por esto, ella era secretaria judicial y sabía lo que podía pasarme. 
Pero la convencí de que era importante que esto trascendiera, ya no por ella, sino por la gente que se quedaba”, ha afirmado este hombre, de 70 años.

Hernández habla de la tranquilidad que sintió al volver a casa, tras pasar la noche en el calabozo.
 “Me duché, porque es desagradable estar sobre una colchoneta encima de una piedra que te destroza la espalda.
 Además yo tengo una hernia discal. 
Menos mal que me llevé la medicación para que no me doliera”, relata. 
“No me dormía. Me levantaba y paseaba en un habitáculo de cuatro por cinco metros, como un animal enjaulado”. 
“Lo que más me fastidiaba era que no podía hacer los trámites necesarios para atender a mi mujer.
 Tenía que haber ido al Instituto Anatómico Forense y haber hablado con quienes le hicieron la autopsia. 
Y preparar su incineración”, continúa. 
“No lo pude hacer porque estaba allí.
 Los policías se portaron muy bien. 
Me decían que ‘es la ley’, pero que ellos habrían hecho lo mismo. Sí, es la ley, pero está equivocada, se tendría que haber solucionado hace tiempo”, añade Hernández. 

Esta mañana, la puerta de su casa está abierta.
 Una fila de periodistas espera para hablar con él.
 En el pasillo de entrada, tres cuadros a la izquierda.
 Carrasco, 90, es la firma de uno de ellos. 
Entonces ella aún podía pintar. A la derecha, una estantería repleta de libros, de pintura, novelas... Hernández, que tiene 70 años, atiende a los medios en el salón.
 La butaca de su mujer, vacía, sigue en el centro de la estancia. Fotos de ella en las estanterías, de cuando aún era dueña de su vida. “Yo no quiero ser protagonista de nada, esto me está alterando, pero el tema tiene que salir para que se apruebe la ley de eutanasia, para que no sea un familiar quien dé un fármaco o que deba hacerlo una tercera persona y la familia deba salir de la casa para no meterse en problemas legales”, explica Hérnandez.
Con el vídeo quería mostrar el sufrimiento, no es lo mismo verlo que contarlo. Este problema existe”, insiste. 
Cuenta que se siente muy arropado.
 “Si es que más del 80% de los españoles quieren que se regule la eutanasia
 Es algo transversal.
 No hay absolutamente ningún partido, de entre todos los partidos, que no tenga a alguien inmerso en este problema.
 En todos tiene que haber alguien como estaba mi mujer. ¿Cómo van a estar en contra?”, dice. 
“No se va a aplicar a todo el mundo, indiscriminadamente, sino que se regulará.
 Y se hará para quien lo necesite y quiera, porque así lo manifieste. Si un médico es objetor no tiene por qué hacerlo.
 Pero debe llevarlo a cabo un profesional”, recalca. 
“Yo no sabía cómo iba a resultar, no tenía ni idea de lo que le iba a suponer a mi mujer. Si iba a sufrir o no”, prosigue
Cuenta que cortó la grabación porque era “tremenda”, no por que mostrara sufrimiento, sino por lo que se veía en el vídeo: la muerte de su esposa. 
“No me da miedo lo que pueda pasarme”, asegura Hernández.
 “Lo único que quería era acabar con su sufrimiento”, insiste.
 La petición de su mujer es el último recuerdo que guarda de ella, dice.
 “Me lo había pedido desde hace mucho.
 Pero lo hacía ante la cámara. 
Era muy importante que quedara reflejado”. Eso, y la “satisfacción de que haya podido dejar de sufrir”.

Carrasco temía por él, le había advertido de que podrían acusarle de homicidio o incluso de violencia machista.
 Hernández la convenció de que era importante dar la cara, “salir del armario” para poner la eutanasia sobre la mesa.
 Ahora tiene que esperar hasta saber qué le imputa el juez instructor.
 “Puede pedir de todo. Puede ser que considere que no hay que aplicarme eximentes, pero mi abogada las va a reclamar.
 Si piden para mí dos años, por ejemplo, al haber reconocido los hechos, no entraría en prisión.
 Pero tampoco me preocupa mucho.
 Lo que me preocupaba era que mi mujer sufriera. 
Y eso se ha acabado”. 
Cuenta que es feminista y que sería “terrible” para él una acusación de violencia machista. 
“Por este motivo y por muchos otros, pero también por este, grabamos el vídeo”, añade.
 “Para que no crean que lo que quiero es librarme de ti, después de 30 años cuidándote”, dice, como si le estuviera hablando a su mujer.

“Lo que quería es que la gente supiese que esto existe, que hay mucha gente que sufre y que está en la clandestinidad. 
Nosotros tampoco lo habíamos mostrado prácticamente, salvo en las entrevistas que concedimos en octubre.
 Pero pasamos casi 30 años sin decir ni esta boca es mía. 
Nadie lo sabía, solo los vecinos y la familia”, afirma Hernández. “Es muy interesante que esto salga a la luz.
 Mi mujer ya ha fallecido y está libre de sufrimiento. ¿Pero y la gente que queda?”.

“Hay que hacer todo lo posible para que esa gente pueda tener la satisfacción de poder morir dignamente. 
Y sean libres de decidir que quieren morir dignamente. 
Esto de las leyes y la moral… ¿Qué ocurre con quien, como le pasaba a mi esposa, no puede hacerlo? ¿Siguen sufriendo? ¿O que a sus familiares les pase lo mismo que me puede pasar a mí? No todos tienen la fuerza para decir: 
‘Yo no te voy a abandonar en tus últimos momentos, de ninguna manera”. Así lo hizo él.
Asegura que le quedan fuerzas para seguir peleando.
 Y que lo va a hacer. Por los que quedan.
 “Porque por mi mujer, ya…” Se le entrecorta la voz.
 Dice que esta mañana ya no puede atender a más medios.
 Se va al Instituto Anatómico Forense. Va con retraso. 
No quiere espectáculos. 
 Solo incinerarla.

 

 

Màxim Huerta: “Reconozco que con un poco de apoyo del Gobierno me habría quedado”

Màxim Huerta: “Reconozco que con un poco de apoyo del Gobierno me habría quedado”.

Fue el ministro más breve de la democracia.

 A los seis días de ser nombrado, la noticia de sus problemas con Hacienda provocó su abrupta salida. 

Diez meses después, habla por primera vez en profundidad sobre ello en un medio.

 Un “duelo y un silencio” que rematará con el lanzamiento de su nuevo libro, 'Intimidad improvisada'

 

Maxim Huerta
Cuenta Màxim Huerta que en este tiempo ha recibido el apoyo de gente como Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina y María Teresa Fernández de la Vega. La exvicepresidenta le recomendó no leer prensa al segundo día de ser ministro.