Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 abr 2019

EUTANASIA...................... Ángel Hernández, este viernes en su casa en Madrid. En vídeo, las declaraciones de Hernández tras pasar la primera noche en casa sin su mujer. María Sosa Troya

“Los policías me decían: ‘Es la ley... pero habríamos hecho lo mismo”.

 

Ángel Hernández, que fue detenido por asistir a su mujer en el suicidio, pide una ley de eutanasia: "Todos los partidos tienen a alguien con este problema".

Esta noche ha sido la primera que Ángel Hernández ha pasado en su casa, solo, tras la muerte de su mujer.

 Antes, 48 horas sin dormir. María José Carrasco le había pedido muchas veces que la ayudara a acabar con el sufrimiento provocado por 30 años de esclerosis múltiple. Estaba en fase terminal, encerrada en un cuerpo que ya no podía moverse, que tenía dificultades para oír, para ver, para hablar.

 Así que él le prestó sus manos y le dio de beber pentobarbital sódico. 

Y lo grabó. Ella, que tenía 61 años, se quedó dormida.

 “No sufrió”, ha explicado Hernández este viernes en su domicilio, en Madrid.

 Él se convirtió en la primera persona detenida en España por ayudar a alguien incapacitado a morir

Las primeras horas de duelo las pasó arrestado, encerrado en un calabozo.
 “Podría haberlo hecho clandestinamente.
 Discutí con mi esposa por esto, ella era secretaria judicial y sabía lo que podía pasarme. 
Pero la convencí de que era importante que esto trascendiera, ya no por ella, sino por la gente que se quedaba”, ha afirmado este hombre, de 70 años.

Hernández habla de la tranquilidad que sintió al volver a casa, tras pasar la noche en el calabozo.
 “Me duché, porque es desagradable estar sobre una colchoneta encima de una piedra que te destroza la espalda.
 Además yo tengo una hernia discal. 
Menos mal que me llevé la medicación para que no me doliera”, relata. 
“No me dormía. Me levantaba y paseaba en un habitáculo de cuatro por cinco metros, como un animal enjaulado”. 
“Lo que más me fastidiaba era que no podía hacer los trámites necesarios para atender a mi mujer.
 Tenía que haber ido al Instituto Anatómico Forense y haber hablado con quienes le hicieron la autopsia. 
Y preparar su incineración”, continúa. 
“No lo pude hacer porque estaba allí.
 Los policías se portaron muy bien. 
Me decían que ‘es la ley’, pero que ellos habrían hecho lo mismo. Sí, es la ley, pero está equivocada, se tendría que haber solucionado hace tiempo”, añade Hernández. 

Esta mañana, la puerta de su casa está abierta.
 Una fila de periodistas espera para hablar con él.
 En el pasillo de entrada, tres cuadros a la izquierda.
 Carrasco, 90, es la firma de uno de ellos. 
Entonces ella aún podía pintar. A la derecha, una estantería repleta de libros, de pintura, novelas... Hernández, que tiene 70 años, atiende a los medios en el salón.
 La butaca de su mujer, vacía, sigue en el centro de la estancia. Fotos de ella en las estanterías, de cuando aún era dueña de su vida. “Yo no quiero ser protagonista de nada, esto me está alterando, pero el tema tiene que salir para que se apruebe la ley de eutanasia, para que no sea un familiar quien dé un fármaco o que deba hacerlo una tercera persona y la familia deba salir de la casa para no meterse en problemas legales”, explica Hérnandez.
Con el vídeo quería mostrar el sufrimiento, no es lo mismo verlo que contarlo. Este problema existe”, insiste. 
Cuenta que se siente muy arropado.
 “Si es que más del 80% de los españoles quieren que se regule la eutanasia
 Es algo transversal.
 No hay absolutamente ningún partido, de entre todos los partidos, que no tenga a alguien inmerso en este problema.
 En todos tiene que haber alguien como estaba mi mujer. ¿Cómo van a estar en contra?”, dice. 
“No se va a aplicar a todo el mundo, indiscriminadamente, sino que se regulará.
 Y se hará para quien lo necesite y quiera, porque así lo manifieste. Si un médico es objetor no tiene por qué hacerlo.
 Pero debe llevarlo a cabo un profesional”, recalca. 
“Yo no sabía cómo iba a resultar, no tenía ni idea de lo que le iba a suponer a mi mujer. Si iba a sufrir o no”, prosigue
Cuenta que cortó la grabación porque era “tremenda”, no por que mostrara sufrimiento, sino por lo que se veía en el vídeo: la muerte de su esposa. 
“No me da miedo lo que pueda pasarme”, asegura Hernández.
 “Lo único que quería era acabar con su sufrimiento”, insiste.
 La petición de su mujer es el último recuerdo que guarda de ella, dice.
 “Me lo había pedido desde hace mucho.
 Pero lo hacía ante la cámara. 
Era muy importante que quedara reflejado”. Eso, y la “satisfacción de que haya podido dejar de sufrir”.

Carrasco temía por él, le había advertido de que podrían acusarle de homicidio o incluso de violencia machista.
 Hernández la convenció de que era importante dar la cara, “salir del armario” para poner la eutanasia sobre la mesa.
 Ahora tiene que esperar hasta saber qué le imputa el juez instructor.
 “Puede pedir de todo. Puede ser que considere que no hay que aplicarme eximentes, pero mi abogada las va a reclamar.
 Si piden para mí dos años, por ejemplo, al haber reconocido los hechos, no entraría en prisión.
 Pero tampoco me preocupa mucho.
 Lo que me preocupaba era que mi mujer sufriera. 
Y eso se ha acabado”. 
Cuenta que es feminista y que sería “terrible” para él una acusación de violencia machista. 
“Por este motivo y por muchos otros, pero también por este, grabamos el vídeo”, añade.
 “Para que no crean que lo que quiero es librarme de ti, después de 30 años cuidándote”, dice, como si le estuviera hablando a su mujer.

“Lo que quería es que la gente supiese que esto existe, que hay mucha gente que sufre y que está en la clandestinidad. 
Nosotros tampoco lo habíamos mostrado prácticamente, salvo en las entrevistas que concedimos en octubre.
 Pero pasamos casi 30 años sin decir ni esta boca es mía. 
Nadie lo sabía, solo los vecinos y la familia”, afirma Hernández. “Es muy interesante que esto salga a la luz.
 Mi mujer ya ha fallecido y está libre de sufrimiento. ¿Pero y la gente que queda?”.

“Hay que hacer todo lo posible para que esa gente pueda tener la satisfacción de poder morir dignamente. 
Y sean libres de decidir que quieren morir dignamente. 
Esto de las leyes y la moral… ¿Qué ocurre con quien, como le pasaba a mi esposa, no puede hacerlo? ¿Siguen sufriendo? ¿O que a sus familiares les pase lo mismo que me puede pasar a mí? No todos tienen la fuerza para decir: 
‘Yo no te voy a abandonar en tus últimos momentos, de ninguna manera”. Así lo hizo él.
Asegura que le quedan fuerzas para seguir peleando.
 Y que lo va a hacer. Por los que quedan.
 “Porque por mi mujer, ya…” Se le entrecorta la voz.
 Dice que esta mañana ya no puede atender a más medios.
 Se va al Instituto Anatómico Forense. Va con retraso. 
No quiere espectáculos. 
 Solo incinerarla.

 

 

Màxim Huerta: “Reconozco que con un poco de apoyo del Gobierno me habría quedado”

Màxim Huerta: “Reconozco que con un poco de apoyo del Gobierno me habría quedado”.

Fue el ministro más breve de la democracia.

 A los seis días de ser nombrado, la noticia de sus problemas con Hacienda provocó su abrupta salida. 

Diez meses después, habla por primera vez en profundidad sobre ello en un medio.

 Un “duelo y un silencio” que rematará con el lanzamiento de su nuevo libro, 'Intimidad improvisada'

 

Maxim Huerta
Cuenta Màxim Huerta que en este tiempo ha recibido el apoyo de gente como Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina y María Teresa Fernández de la Vega. La exvicepresidenta le recomendó no leer prensa al segundo día de ser ministro.

4 abr 2019

El juez concluye que ‘El Chicle’ agredió sexualmente a Diana Quer antes de estrangularla

El instructor abre juicio oral a José Enrique Abuín y defiende que la sumergió en el pozo con el objetivo de borrar las huellas de su delito sexual.

José Enrique Abuín Gey, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en una carrera.
José Enrique Abuín Gey, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en una carrera.
Las “precauciones” tomadas por El Chicle “no solo tendrían por objeto evitar la localización de la víctima, sino también la comisión y posterior descubrimiento del delito de agresión sexual", defiende el magistrado Félix Isaac Alonso, titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ribeira, en el auto con el que abre juicio oral al autor confeso de la muerte de Diana Quer
"Con el sumergimiento de la víctima en agua durante un periodo muy prolongado de tiempo, y llevándose su ropa", José Enrique Abuín "impedía que pudieran hallarse restos orgánicos de la comisión de tales hechos".
Con vistas a un juicio que se espera celebrar después del verano, el instructor ha puesto punto final a su investigación de la desaparición y muerte de la madrileña de 18 años y plantea los supuestos delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal. El Chicle, que solo ha reconocido haberla matado de forma "accidental", será enjuiciado por el tribunal del jurado en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago.


El juez indica en el auto que de las diligencias practicadas "se desprenden indicios suficientes” para procesar a Abuín, como único sospechoso, por los delitos que reclaman tanto la fiscal del caso como la acusación particular, que ejercen los padres de la víctima. Y luego desgrana una serie de informes y hallazgos obtenidos durante las pesquisas como el estudio de los terminales telefónicos, los informes forenses y la brida “con una abertura compatible con el estrangulamiento” que se localizó en fin de año de 2017, cuando se rescató el cadáver de un pozo en Rianxo.
La versión del acusado, según el instructor, "presenta notables incoherencias e incompatibilidades” con el resultado de las diligencias practicadas.
 Él dijo que se encontraba en A Pobra do Caramiñal (la localidad coruñesa de la que desapareció Diana Quer) robando gasoil. 
 Pero el juez recuerda que no consta que se produjese en la zona ninguna sustracción de combustible, por lo que ese motivo “no explica su presencia en el lugar”.
 Además, es “poco creíble” que la víctima abandonase por propia iniciativa el paseo por el que solía regresar a su casa para cambiarse a una vía “que no se encontraba en la trayectoria que seguía y que discurre entre naves abandonadas de peores características y en cuyas proximidades se encontraban instalados los vehículos de los feriantes”.

También dijo que le había "agarrado el cuello" de forma "accidental" (después de saber que los forenses habían descubierto el estrangulamiento).
 "Pero eso no justifica las lesiones constatadas”, responde el magistrado.
 Las “precauciones tomadas por el investigado no solo tendrían por objeto evitar la localización de la víctima, sino también la comisión y posterior descubrimiento del delito de agresión sexual", defiende a continuación Félix Isaac Alonso. 
Y para esto se apoya en el segundo informe médico-forense recabado a petición de la familia de la víctima y la fiscalía.
No existe indicio alguno que apunte a que la víctima abandonase el camino hacia su casa voluntariamente o que hubiese fallecido ya en el momento de subirla al vehículo del acusado, ni que descarte la comisión de la agresión sexual”, insiste el juez. Al contrario, Abuín Gey abordó supuestamente a la víctima el 22 de agosto de 2016 sobre las tres menos veinte de la madrugada cuando se dirigía a su casa por el Paseo do Areal, en A Pobra. La introdujo en el maletero del vehículo “por la fuerza, evitando que gritase” y le arrebató el teléfono móvil, como también, presuntamente, pretendió hacer con otra mujer en las navidades de 2017, un hecho por el que será juzgado la semana que viene.
Después de maniatarla de pies y manos con bridas y amordazarla con cinta adhesiva, según el magistrado abandonó el lugar a gran velocidad.
 A las 2.52 horas se incorporó a la autovía AG-11, y condujo hasta la salida de Rianxo, adonde llegó hacia las tres. Cuando se encontraba en el puente sobre la ría, cerca de Taragoña, lanzó el móvil de la víctima al agua por la ventanilla del coche. 
El juez relata que sobre las 3.09 horas llegó a una nave abandonada situada en el lugar de Asados (Rianxo).
 Allí permaneció hasta una hora después.
Durante ese tiempo, según el instructor, agredió sexualmente a la víctima y la estranguló con una brida.
 “Consumada la acción y con el fin de evitar que se descubriesen los hechos cometidos, introdujo el cuerpo de la víctima en el pozo, donde arrojó también su bolso", abandonó el lugar y "se llevó la ropa de la víctima, de la que se deshizo en un lugar indeterminado”, describe.
 Transcurridos al menos 20 días, El Chicle "regresó a la nave para comprobar el estado del cuerpo y lo lastró con unos bloques de hormigón".

 

Freddie Highmore: “No necesitamos antihéroes en la televisión si los tenemos en la realidad”

El protagonista de 'The Good Doctor', licenciado en Filología Hispánica y Árabe por Cambridge, lleva en la actuación desde los siete años.

El actor Freddie Highmore, el pasado martes en Madrid. En vídeo, trailer de la serie.



—No sé si prefiere que le pregunte en inglés o en castellano.

—Puedes preguntar en español, sí, sí.
Freddie Highmore (Londres, 27 años) habla un perfecto castellano, casi sin acento.
 Solo se le resisten un poco los subjuntivos (“es que los subjuntivos...”, ríe tímidamente). 
El protagonista de The Good Doctor, serie cuya segunda temporada acaba de terminar de emitir AXN (donde está disponible entera bajo demanda), entrega que próximamente se verá en Telecinco, es licenciado en Filología Hispánica y Árabe por la Universidad de Cambridge.
 Vivió nueve meses en Madrid en 2012 mientras trabajaba haciendo traducciones en un bufete. 
“Sí, una cosa bastante distinta de la actuación.
 Ya veremos qué pasa con las series, pero si no, siempre puedo convertirme en abogado”, bromea.
 Al final, contestó en una entrevista la semana pasada en Madrid a las preguntas de EL PAÍS en castellano, aunque al hablar de la serie saltaba al inglés.

La primera vez que se puso delante de una cámara tenía siete años. Desde entonces, ha trabajado tanto en el cine como en la televisión. Fue uno de los niños de Descubriendo Nunca Jamás (2004) y repitió con Johnny Depp un año después dando vida a Charlie en Charlie y la fábrica de chocolate.
Más tarde, interpretó a un joven Norman Bates en la serie Bates Motel (2013-2017), que imaginaba lo ocurrido antes de la historia que Hitchcock narró en Psicosis. Y ahora encarna al doctor Shaun Murphy de The Good Doctor.
'The Good Doctor'.
'The Good Doctor'.
Interpretar a alguien con autismo como este personaje suponía un reto importante para Highmore.
 "Desde el principio, David Shore [el responsable de la ficción] y yo trabajamos con un consultor que está todo el día en la serie, compartimos documentales y libros que nos fueron útiles para construir el personaje, y también personas de nuestras vidas con autismo.
 Todo sirvió como inspiración, pero al mismo tiempo, Shaun no se basa en una persona específica", precisa Highmore.
Otro desafío era no caer en la caricatura o la exageración.
 "En realidad, eso puede pasar siempre.
 Cada personaje puede convertirse en algo sobredimensionado. Siempre lo interesante es ver los matices de cada personaje, especialmente con alguien como Shaun, que no expresa necesariamente sus emociones de una forma que solamos ver en televisión.
 Queríamos que el espectador hiciera el viaje emocional con él. Parte de cuestión era ir contra el estereotipo de que la gente con autismo no tienen emociones".
En un género tan clásico y manido como el de las series de médicos, The Good Doctor sorprendió con muy buenos datos de audiencia en Estados Unidos, que se han repetido también a España tanto en AXN, donde es la serie más vista del canal desde que comenzó a emitirla, como en Telecinco, con una media de 3.049.000 espectadores en su primera temporada. ¿Cómo explica este éxito? 
"Hay un mensaje optimista detrás: Shaun nos da más fe en la humanidad.
 Imagino que será lo mismo en España, pero en Estados Unidos y Reino Unido en este momento hay muchísima negatividad que se puede ver cada vez que encendemos la televisión.
 Con el entretenimiento, las personas están buscando algo un poco diferente y algo más optimista.
 No necesitamos antihéroes en la televisión si los tenemos en la realidad", reflexiona.
Freddie Highmore, en 'Bates Motel'.
Freddie Highmore, en 'Bates Motel'.
Pese a lo temprano que despuntó como actor, Highmore huye de la etiqueta de niño prodigio.
 Se tomó un descanso en la interpretación para estudiar en Cambridge justo antes de embarcarse en el rodaje de Bates Motel. "Ese fue el momento clave en el que decidí qué era lo que iba a hacer como adulto.
 La interpretación nunca fue el centro durante mi niñez, siempre tenía una vida normal cada vez que regresaba a Londres con mi familia, yendo al cole y eso", recuerda.
El trabajo le traerá de regreso a España en las próximas semanas para rodar en inglés la película Way Down a las órdenes de Jaume Balagueró.
 Entonces aprovechará para ver más cine y series españolas. "Acabo de ver por primera vez Ocho apellidos vascos; he visto un poco de La casa de papel, como todo el mundo, pero necesito más.

Me encantaría hacer algo en España en español", apunta. 
¿Y por qué quiso aprender castellano (y árabe y francés, que también habla de forma fluida)?
 "Siempre me interesaron los idiomas en general. 
Y también por el fútbol. Me gusta mucho el fútbol, y cuando el Arsenal no ganaba, prefería centrarme en los equipos de aquí", ríe.
Ante la posibilidad de que The Good Doctor se prolongue durante años y años, dados sus buenos datos de audiencia, Highmore no se asusta, al contrario. 
"Es lo que me encanta de hacer una serie, tener la oportunidad de interpretar un papel a lo largo de mucho tiempo y profundizar en el personaje", dice el actor, que también ha firmado ya uno de los episodios de la serie como guionista y ha dirigido otro. 
"Me encantaría tener algún día una serie que escriba yo, o una película".
 Para el doctor Shaun Murphy, Highmore tiene un ambicioso deseo: "me encantaría que terminara siendo el director del hospital, eso sería genial", remata con una sonrisa que no ha perdido durante toda la entrevista.