La denominación de origen Ribera del Duero, que acoge viñedos situados en Castilla y León, se ha convertido en una de las regiones vinícolas españolas
más vibrantes. Sus vinos, vigorosos pero a la vez muy seductores,
cuentan con la predilección de numerosos aficionados. Entre ellos, la
variedad de los Robles destaca por el afrutamiento de su juventud,
combinado con una moderada crianza en barrica, de entre tres a nueve
meses, que afianza sus virtudes. Pensando en los aficionados al buen vino, en Escaparate
hemos seleccionado los diez mejores Robles de Ribera del Duero. Para
elaborar esta lista no solo hemos tenido en cuenta las virtudes de unos
vinos plenos, aromáticos y de trago largo, que son todo un placer a los
sentidos, sino también el bolsillo de los compradores. Cada una de estas
botellas se puede comprar en Internet por menos de 10 euros, de manera
que el precio no es una excusa para probarlas.
Libros que no podrás soltar hasta terminarlos, por Bárbara Goenaga.
La actriz donostiarra Bárbara Goenaga se dio a conocer
siendo una adolescente en papeles esporádicos en prácticamente todas las
series que se grabaron en España a principios de la década de los 2000.
Desde entonces no ha parado de trabajar en absolutamente todos los
formatos audiovisuales, del corto al largo, teniendo querencia por los
autores y las historias más cercanas a su tierra.
Lectora empedernida,
la actriz ha vuelto ahora a los cines con 70binaldens, de Koldo Serra.
La actriz cuenta para Librotea qué libros son los que más le han marcado
en los últimos tiempos.
A pesar de que podría ser uno de los libros más tristes, Cosas que los nietos deberían saber (Mark
Oliver Everett) es uno de los favoritos de Goenaga por ese trasfondo
positivo y esperanzador que queda cuando uno lo termina.
A la actriz
también le llegó profundo Lo que me queda por vivir (Elvira Lindo), una obra que según sus propias palabras le ha ayudado a entender cosas que han ido sucediendo a nivel personal.
Nada más personal que la actuación para la actriz.
En su estantería no podía faltar Actuando para el cine,
de Michael Caine, una obra con la que se siente muy en consonancia
debido a que comparte más de una rutina de trabajo con el actor
británico que lo firma.
Más cercano geográficamente, pero igualmente cinematográfico resulta Daniel Sánchez Arévalo.
La Isla de Alice es
su novela y uno de esos libros que no pudo soltar hasta terminarlo.
En
este listado no podía dejar fuera a uno de sus autores favoritos, Haruki
Murakami, de quien destaca Tokyo Blues.
El japonés conquistó a la donostiarra por las poderosas atmósferas que consigue crear en sus libros.
Y
otro de sus clásicos es Stefan Zweig, a quien descubrió junto a Gonzalo
Suárez durante el rodaje de Oviedo Express.
Sueños olvidados y otros
relatos es su favorito después de hincarle el diente a todos los que el
director le prestó en aquella época.
Inmersa como se encuentra ahora en sus primeros años de maternidad le costó quitarse de la cabeza Canción dulce de
Leila Slimani.
Un libro que trata, precisamente, de la confianza de
unos padres a la hora de dejar a sus hijos en los brazos de alguien que
consideran la mejor opción.
Completan este listado Juntos, nada más (Anna Gavalda), El Adversario (Emmanuel Carrère) o Las 1000 mejores poesías de la lengua castellana.
Más de 300.000 mujeres en España entre el final de
su treintena y los 45 años la atraviesan.
El peso del estigma asociado a
la vejez y más complicaciones en la salud como la dificultad
reproductiva o el riesgo cardiovascular, algunos de sus efectos de los
que se habla poco.
La actriz Angelina Jolie
habló públicamente en 2015 sobre su menopausia precoz tras someterse a
una extirpación de ovarios y trompas de falopio.
Foto: Getty Images
En 2015, tras haberse sometido previamente a una doble mastectomía por riesgo de cáncer, Angelina Jolie hacía pública con una carta abierta en The New York Times
su decisión de someterse también a una extirpación de ovarios y trompas
de falopio.
“Es una cirugía menos compleja que la mastectomía, pero sus
efectos son más graves.
Lleva a la mujer a una menopausia forzada. Así
que me he estado preparando física y emocionalmente, discutiendo
opciones con médicos, investigando medicina alternativa y mapeando mis
hormonas para el reemplazo de estrógenos o progesterona”, escribía la
actriz y activista.
Lo que Jolie exponía a sus entonces 39 años es que se había estado preparando para atravesar la menopausia precoz,
que se da alrededor de la treintena y hasta los 45 años aproximadamente
-la edad media a la que se alcanza la menopausia común en nuestro país
es a los 49-.
Ya sea por causa mayor y tras la
extirpación de los ovarios, como en su caso.
O bien porque estos pierden
su capacidad de producir hormonas de forma natural (o debido a otras
causas externas que lo pueden agravar: consumo de tabaco, quimioterapia,
enfermedades autoinmunes…), la “insuficiencia ovárica precoz”, como
prefieren referirla desde la Asociación Española para el Estudio de la
Menopausia, afecta en España a más de 342.000 mujeres, según cifras del INE en 2016.
“Sofocos de día y de noche,
que pueden aparecer antes incluso de que cese la función de los
ovarios, y consecuencias asociadas a estas como la falta de sueño, de
concentración y rendimiento o las molestias y la sequedad en la zona genitourinaria, que puede dificultar las relaciones sexuales.
Así como un aumento de los riesgos cardiovasculares o de osteoporosis”, son algunos de los síntomas que advierten de la llegada de la menopausia, explica a S Moda la
doctora María Jesús Cancelo Hidalgo, Jefa de Servicio de Ginecología
del Hospital de Guadalajara y secretaria de la Sociedad Española de
Ginecología y Obstetricia.
También, “ansiedad y depresión de intensidad variable”, añaden desde la AEEM y “ganancia de peso, redistribución de la grasa corporal, atrofia vaginal o disminución del deseo erótico”, como suma la Doctora Elena Requena, médica de familia y sexóloga.
Se
comparten tanto en el caso de la menopausia común como en la precoz,
pero la segunda conlleva una serie de peculiaridades. “Cuando aparece en
una mujer joven, con una expectativa de vida más larga y en edad
reproductiva, en la que faltan estas hormonas que protegen -más notable
si además se le han quitado los ovarios-, los estudios señalan que
aumentan tanto la morbilidad como la mortalidad”, apunta Cansado
Hidalgo.
“Cuando aparece ya pasados los 40, la
vivencia es más temprana de lo esperado, pero no suele suponer un gran
terremoto para la mujer, el problema es mayor cuando aparece en mujeres más jóvenes o con expectativa reproductiva”,
señala la ginecóloga.
“Estas que quieren tener su vida igual que sus
amigas (sus reglas, hijos…) y es importante que entiendan bien cuál es
el proceso por el que se ha producido eso e intenten que con el
tratamiento su vida sea lo más parecida a ello”.
Como explica la
doctora, con el tratamiento hormonal que se prescribe en estos casos,
las mujeres pueden incluso seguir teniendo sus reglas.
Y en España ya existen casos que abren la puerta a una posible maternidad.
A finales de 2018, una mujer con menopausia precoz, daba a luz
a su primer bebé en el Hospital Clínic de Barcelona gracias a una
técnica de reimplantación de su propio tejido ovárico desarrollada por
el doctor Francesc Fàbregues.
Naturalizar la menopausia
Afrontar el cambio de etapa es diferente
para cada mujer, pero la necesidad de combatir los estigmas asociados a
la menopausia, como la creencia de que esta es sinónimo de vejez -y la
vejez como la etapa en la que, tradicionalmente, las mujeres dejan de
existir a ojos de la sociedad- o de la falta de deseo erótico,
persisten. “Muchos de estos presupuestos tienen que ver con cómo se percibe socialmente a la mujer una vez que ya no puede tener hijos.
Ocurre
que esto se señala como una falta de valor y la mujer puede comenzar a
experimentar sentimiento de devaluación y afectar a su autoestima”,
explica la doctora y sexóloga Requena.
“Esto, unido a los cambios
físicos, puede dar como resultado una disminución del deseo erótico, no
como fruto de la menopausia en sí, sino como resultado de la presión
social y el cambio de rol y estándar físico de la mujer.
En
consulta vemos cómo las mujeres al llegar a esta etapa se sienten más
inseguras respecto a su cuerpo y esto repercute en su vida erótica,
dependiendo a su vez de la autopercepción previa. Desde a las que no
les importan en absoluto estos cambios y siguen sintiéndose bien y
activas en cuanto a deseo (con el añadido de no tener que preocuparse
por la anticoncepción) a las que, en un porcentaje nada desdeñable,
comienzan a sentir a que ya no son atractivas o deseables por sus
parejas”, expone Elena Requena.