Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 mar 2019

La cúpula de Interior con el PP premió a un confidente clave en la guerra sucia contra Podemos

El 'número dos' de Fernández Díaz firmó un permiso de residencia a un venezolano que suministró informaciones no acreditadas contra Iglesias.




La cúpula del Ministerio de Interior concedió el 11 de abril de 2016, en la etapa de Jorge Fernández Díaz (PP), un permiso extraordinario de residencia en España a un confidente venezolano clave en la guerra sucia abierta por la policía patriótica contra Podemos.
 Así consta en un documento presentado ante notario, dado como válido por dos tribunales de Madrid, cuya veracidad confirman fuentes policiales y que el partido de izquierdas ha pedido incorporar al caso Villarejo en la Audiencia Nacional. El confidente suministró informaciones no acreditadas contra la tercera fuerza política del país.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, a su salida de la Audiencia Nacional tras declarar como perjudicado del caso de la guerra sucia de la 'policía patriótica' contra él y Podemos, el pasado miércoles. En vídeo, su entrevista en 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER, este viernes.
El documento de Interior recoge cómo el ministerio decidió conceder a Carlos Alberto Arias, un ciudadano venezolano, una autorización de residencia en España durante un año por "circunstancias excepcionales" debido a "razones de colaboración con las autoridades policiales"

 Aunque el permiso de residencia, firmado por el entonces número dos de Fernández Díaz, Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad, no detalla cuál fue el tipo de cooperación, el propio Arias declaró ante notario que desde febrero de 2016 trabajaba como "informador" para la Policía española, "aportándole todo tipo de documentos" sobre el dinero que supuestamente el Gobierno de Venezuela había entregado supuestamente a dirigentes de Podemos y a Pablo Iglesias, en este caso, a través de una cuenta de Euro Pacific Bank en las Islas Granadinas, un paraíso fiscal. 

La información nunca fue verificada.


"Toda esta colaboración ha sido autorizada y requerida por el Ministerio de Interior del Gobierno de España", añadió Arias, que se presentó como la fuente que aportó a la Policía varios informes sin verificar sobre pagos irregulares a Podemos, presuntamente elaborados por los servicios secretos cubanos y el Gobierno de Venezuela, cuyo contenido acabó publicado posteriormente en el periódico digital Ok Diario.
 Según el confidente, fue la policía quien filtró esos documentos al diario dirigido por Eduardo Inda. 
Además, el redactor que firmó la noticia, publicada el 6 de mayo de 2016, reconoció ante un juez que Arias era una de sus fuentes.
 En ese momento, Podemos estaba en pleno auge y, tras las elecciones celebradas en diciembre de 2015, era una fuerza decisiva para la formación de Gobierno.

La versión del confidente fue aportada como prueba por el diario digital en el proceso judicial abierto a raíz de una denuncia de Iglesias, que siempre ha negado la veracidad de los hechos, contra el periódico de Inda. 
El Juzgado de Primera Instancia número 84 de Madrid y la Sección Octava de la Audiencia Provincial, que no entraron a valorar si el contenido publicado era cierto o no, dieron por bueno el documento de Interior en el que se le concedía a Arias la residencia el 11 de abril de 2016, apenas un mes antes de que se publicara la información en el digital.
 Fuentes policiales también han confirmado este jueves a EL PAÍS la concesión de la residencia al venezolano.

En enero de ese mismo año, Ok Diario también dio la primera noticia sobre el bautizado como Informe Pisa (acrónimo de Pablo Iglesias SA), un falso documento policial vinculado a la brigada patriótica, donde se afirmaba que el Gobierno de Irán había financiado al líder de Podemos para lanzar su carrera política.
 Ese informe está siendo investigado actualmente en la Audiencia Nacional en el marco del caso Villarejo.
Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad y diputado del PP en esta legislatura, explicó este jueves a EL PAÍS que la concesión de permisos extraordinarios de residencia entraba dentro de sus competencias, pero no recuerda el nombre de Arias. "Me imagino que, como en tantas otras ocasiones, me pasan un expediente por el motivo que sea y, si viene propuesto por la policía, pues yo lo firmo. Lógicamente", dijo Martínez.

Y la animación se hizo carne........................... Carlos Boyero.

El esfuerzo imaginativo de los productores, concretamente de la factoría Disney, para seguir alimentando sus decaídas arcas hace tiempo que encontró una idea suculenta.

Carlos Boyero habla de 'Dumbo'.
Imagino que los ejecutivos y estrategas de Hollywood derriten sus sesos buscando fórmulas aún más pragmáticas que mágicas para que siga latiendo su ancestral negocio, cercado por depredadores audiovisuales que se han propuesto lanzar la dentellada final a algo tan agonizante como ir al cine. 
Disponen de una notable masa de veinteañeros colgados de la sobredosis de superhéroes, la inacabable saga galáctica y todo lo que lleve el sello de Marvel.
 El público de jubilados que todavía acudimos a las salas le interesamos lo mínimo, aunque pueden otorgarle de vez en cuando su mimosa atención con productos a la medida de sus gustos como la oscarizada Green Book.
  Y mantienen un filón eternamente jugoso con el cine infantil, ya que pillan no solo a los críos, sino también a los padres o familiares que forzosa o gustosamente deben acompañarlos.



DUMBO
Dirección: Tim Burton.
Intérpretes: Colin Farrell, Michael Keaton, Danny DeVito, Eva Green.
Género: comedia. EE UU, 2019.
Duración: 112 minutos.

El esfuerzo imaginativo de los productores, concretamente de la factoría Disney, para seguir alimentando sus decaídas arcas hace tiempo que encontró una idea suculenta: renovar sus múltiples clásicos en formato de dibujos animados, con los que varias generaciones de espectadores se sintieron embelesadas en la niñez (también sufrieron, como en Bambi, con el intolerable asesinato de la madre del cervatillo), convirtiéndolas en películas protagonizadas por seres de carne y hueso.
 Y la innovación está funcionando. 
La taquilla respira. Cualquier pretexto es bueno si prolonga la complicada supervivencia de las salas de cine.
Recurren a Tim Burton para conducir Dumbo. 
 Apuestan sobre seguro. 
Lo que más le gusta a este hombre es narrar cuentos, moverse en el terreno de la fantasía, otorgándole a veces un tono inquietante. Hace bastante tiempo que está en baja forma, que sus sueños y sus pesadillas han perdido su poder de fascinación, que algunos espectadores sentimos demasiada añoranza de películas maravillosas como Ed Wood y Big Fish. Burton hace un trabajo solvente, aunque sin sorpresas, con la historia de aquel bebé elefante dotado de unas orejas descomunales que propician la burla. Tengo un recuerdo muy vago del argumento da aquellos dibujos animados, pero alguien me pregunta si en la nueva versión aparece el borracherón que pilla el elefantito.
 No. 
Los tiempos exigen corrección, y Burton, cuyo cine siempre estuvo emparentado con la transgresión, se limita a filmar con profesionalidad un guion ajeno que no ofrece sorpresas.
Y es imposible no creerse a Danny DeVito interpretando al dueño de un circo y presentador del espectáculo.
 O a Michael Keaton de villano melifluo. Estoy seguro de que los críos la disfrutarán mucho.
 Y los adultos pasarán un rato aceptable. Es mi caso.

 

Pablo Casado vuelve a meter la pata con la geografía española

"También le regalaron el título de primaria": Pablo Casado vuelve a meter la pata con la geografía española.

"Menudo patriota estás hecho".

Europa Press News via Getty Images
Pablo Casado no se recupera en Geografía. 
Después de que el viernes pasado situase Getxo en Gipúzcoa y no en Vizcaya, este miércoles ha vuelto a tener problemas con ubicar ciudades dentro del mapa de España, esta vez en Melilla.
El candidato a la presidencia del Gobierno del Partido Popular visitó la ciudad autónoma este miércoles como parte de su campaña y soltó un comentario que le dejó de nuevo en evidencia.  
El popular se reunió con Juan José Imbroda —el presidente de esta comunidad autónoma también del PP—y le dijo: “Tengo el orgullo de estar en la única ciudad española y europea en este continente [África]”. 
Sí, efectivamente se olvidó de Ceuta y de la ubicación de las Islas Canarias.

 

 

 

28 mar 2019

Prisioneros de guerra: obreros gratis y descalzos

Un informe encargado por el Gobierno recopila 20 años de investigaciones sobre trabajos forzados durante el franquismo.

Un grupo de presas cose para reducir sus penas en la cárcel de mujeres de Barcelona en 1952.
Un grupo de presas cose para reducir sus penas en la cárcel de mujeres de Barcelona en 1952.

 

Solo entre 1940 y 1957, el total de jornadas trabajadas por presos en ferrocarriles asciende a 4,7 millones. 
Son datos del informe que el Gobierno ha encargado al investigador de la Universidad Complutense Gutmaro Gómez Bravo para tratar de reunir toda la información sobre el trabajo en los campos de concentración y en las prisiones, ahora dispersa.
Ochenta años después del final de la Guerra Civil, el Estado no dispone de censos oficiales sobre todas las formas de represión franquista. 
Fueron decenas de asociaciones de familiares quienes se presentaron en 2008 en la Audiencia Nacional con cajas, maletines y bolsas para entregar al juez Baltasar Garzón los nombres de los desaparecidos: 143.353.
 El Gobierno ha encargado a expertos informes que reúnan la información ahora diseminada en distintos archivos y trabajos de especialistas, como Juan Carlos García-Funes, de la Universidad Pública de Navarra, que hizo una tesis doctoral sobre espacios de castigo y trabajos forzado en el franquismo, o la investigación de Carlos Hernández. 
“Un Estado democrático necesita conocer su pasado, saber la verdad”, explica el director general para la Memoria Histórica, Fernando Martínez.

El historiador explica que ni siquiera hay datos sobre todas las comunidades autónomas y está deseando poder consultar los archivos militares aún por catalogar que el Gobierno aprobó desclasificar el año pasado.
  “En este informe recojo datos de 20 años de historiografía.
 El objetivo es hacer un censo oficial de edificaciones hechas por mano de obra esclava”.
Presos y prisioneros de guerra (la mayoría jóvenes capturados en el frente o civiles en espera de ser movilizados) fueron utilizados para reconstruir las infraestructuras afectadas por los bombardeos, levantar otras nuevas, hacer obras en edificios religiosos o incluso trabajar para particulares afectos al Régimen.
 En los más de 280 campos de concentración repartidos por todo el territorio nacional (ubicados en antiguas fábricas, campos de fútbol, plazas de toros...), el trabajo era una forma de castigo.
 En los centros penitenciarios, los presos podían rebajar un día de pena por cada dos trabajados siempre que hubieran cumplido ya un tercio de la condena.
 En ambos casos, las condiciones eran infrahumanas.
 No ingerían las calorías necesarias pese a que el cálculo del coste de su alimentación se hacía ajustando las calorías de cada preso según el trabajo que fueran a realizar.
 La media del salario, en 1939, eran dos pesetas diarias por persona.
Joan Guari recuerda en Los campos de concentración de Franco, de Carlos Hernández, su paso por el batallón de trabajadores de Arizcun, en Navarra:
 “Era un holocausto sin hornos crematorios”. “Nos hacían construir fortificaciones con nidos de ametralladoras. 
Teníamos mucho cuidado para que las piedras no se nos cayeran en la cabeza, pero ocurría con frecuencia porque estaban heladas y resbalaban.
 En cuanto alguien caía desmayado, la única asistencia eran cuatro bofetadas”.
Hernández recoge también las anotaciones del sacerdote Agustín Zubicaray en su diario sobre el batallón de trabajadores en Mirabueno, cerca del frente de Guadalajara: 
“Nos levantamos a las cinco de la mañana. Tenemos dos tajos. El primero está a nueve kilómetros. 
El segundo, a 12. Ida y vuelta a pie.
 De 600, más de 200 no tienen calzado. Muchos de ellos envuelven los pies con sacos. Nos morimos de frío.
 Para cuando llegamos a acostarnos son siempre las diez [de la noche]”.

El hacinamiento era total. 
En 1940, la cifra de presos en la provincia de Murcia rozaba los 8.000. 
Ante el temor a una revuelta o una epidemia, los responsables de prisiones solicitaron enviar presos a la isla de Tabarca, pero la dirección lo desaconsejó, como cita en su informe Gómez Bravo, “porque el viaje cuesta más de dos horas, y muchos no lo aguantan dado el deplorable estado”. 
El colapso era tal que el Régimen alquiló 256 fincas privadas para usarlas como cárceles.
El franquismo se aprovechaba de aquella mano de obra que trabajaba en condiciones extremas, pero tejió un amplio sistema de propaganda para presentar los centros de reclusión como lugares de “recristianización” y "reeducación". 
Era obligado hacer el saludo franquista, cantar los himnos correspondientes o asistir a oficios religiosos.
 Y con frecuencia se hacía posar a los presos leyendo o practicando deporte para ilustrar una revista llamada, precisamente, Redención.
El sistema contó pronto con una burocracia estable.
 En 1937 se creó la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros, que distribuía a los mismos en la reparación de carreteras, ferrocarriles, fábricas, minas.... Y en 1938 se firmó el Decreto de Redención de Penas por el trabajo.
 De aquella mano de obra se beneficiaron, entre otras muchas empresas, Ferrocarriles y Construcciones A.B.C, los hermanos Nicolás Gómez, Construcciones Elizaran, Amsa o los hermanos Banús.
Entre las grandes obras construidas por los presos del franquismo, la más conocida es el Valle de los Caídos.
 Cuarenta y tres años después de la muerte de Franco, el Estado batalla con sus nietos para levantar una losa de 1.500 kilos como primer paso para convertir el monumento en un lugar de memoria que recuerde, entre otras cosas, a quiénes lo construyeron y en qué condiciones.
 La exhumación del dictador tiene fecha: el próximo 10 de junio, pero los descendientes del dictador han pedido al Tribunal Supremo que paralice el traslado de los restos.