Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 mar 2019

“Llévate una rebequita por si refresca”:..............Clara Ferrero |

“Llévate una rebequita por si refresca”: el sabio consejo de madre es ahora tendencia.

La chaqueta de punto, perfecta para los días de entretiempo, invade las grandes cadenas y el armario de las expertas en moda. 

Bautizada así por su aparición en la película Rebeca de Hitchcock, toca rescatarla esta primavera.

chaqueta entretiempo
Rebecas de las firmas francesas Sézane y Rouje. Foto: Sézane / Rouje

Después de “bébete el zumo antes de que se le vayan las vitaminas” o “espera las dos horas de digestión antes de bañarte”, puede que el consejo más repetido por cualquier madre española sea “llévate una rebequita por si refresca” (también popular en su variante más hipocondriaca: “Ponte una rebequita, que te vas a resfriar”).

 La infinita sabiduría materna, tantas veces despreciada por adolescentes en edad del pavo y adultos en edad de elegir si quieren o no cargar con el porsiacaso, tiene esta temporada validez más allá de lo práctico.

 La dichosa rebequita se ha convertido en la prenda imprescindible de la primavera, y tanto si refresca como si no, las expertas en moda no dudan en llevarla a todas horas y con todo tipo de estilismos.

 Ya se sabe que, aunque cueste aceptarlo, las madres siempre tienen razón. 

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Expertas en tendencias como Pandora Sykes, Camille Cacherrie y Jeanne Damas no se la quitan. Foto:

 Getty / Instagram @jeannedamas
La chaqueta de punto regresó a nuestras vidas con fuerza hace un par de años por culpa de firmas como Prada, Gucci, Christopher Kane o Miu Miu. 
Esa prenda que siempre había estado ahí, a medio camino entre básico de armario y denostada ropa de abuela, volvía convertida en tendencia por enésima vez. 
Desde entonces no ha dejado de inundar las colecciones de grandes firmas y de cadenas de moda pronta en todas sus versiones: larga, corta, con o sin botones, estampada, lisa, más o menos gruesa…
Ahora cobran especial protagonismo los diseños de punto fino que terminan en la cintura, teñidos en tonos pastel o colores neutros y con un marcado corte retro.
  Igualitas que las que tejían nuestras abuelas cuando éramos pequeños y se empeñaban en seguir colocando en nuestros looks a medida que pasaban los años.
 Ya se sabe que las abuelas también tienen siempre razón.
La famosa rebeca debe su nombre en castellano al célebre filme homónimo de Hitchcock (Rebeca, 1940). 
Su protagonista, Joan de la Fontaine, se pasó media película ataviada con chaquetas abiertas que hicieron historia y sirvieron para bautizar la prenda.
 También es conocida en inglés con el nombre de cardigan (castellanizado como cárdigan), en honor al séptimo conde de Cardigan, James Thomas Brudenell, y su afición por ponerse este tipo de prendas y vestir a su ejército con idénticas chaquetas durante la Guerra de Crimea.
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Las chaquetas de Joan de la Fontaine en la película ‘Rebeca’ (Hitchcock, 1940) dieron nombre a la prenda.
La versión actual y fashionista le debe mucho a Coco Chanel, que decidió cortarle el cuello a los jerséis masculinos que le estropeaban el peinado cada vez que se los ponía y quitaba convirtiéndolos en prendas abiertas con falda a juego.
 Un nuevo uniforme para la mujer moderna francesa que en el fondo bebía de los trajes militares de Lord Cardigan (la diseñadora incluso hablaba en su paleta cromática del tono ‘soldado azul’).
 A mitad de siglo la comodidad del punto con el que se confeccionaban las rebequitas hizo que ganaran adeptas entre las estadounidenses, hartas de los looks encorsetados.
 Fue entonces cuando se acortó su longitud y comenzaron a triunfar las versiones con botones llamativos como las que proliferan esta temporada.


Su estética se transformaría años después auspiciada por el grunge de Kurt Cobain y tuvieron un papel fundamental en la tercera ola del feminismo.
 Las Riot Grrrls crearon un reconocible uniforme a base de cárdigan de bibliotecaria comprados en tiendas de segunda mano con vestidos baby doll y botas Dr. Martens.
 Una combinación que también es perfectamente vigente hoy día tanto a nivel estético (los vestidos son la mejor pareja de este tipo de chaquetas y una buena forma de adaptar los diseños más veraniegos a las exigencias climáticas del entretiempo) como sociopolítico.
 En plena cuarta ola feminista, el éxito del cárdigan no deja de ser llamativo –aunque la implicación política de la prenda se haya diluido– y por su carácter unisex también se convierte en estandarte de la era agender.
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Dos pruebas del éxito de la prenda a lo largo de los años: Vogue 1953 y Diana de Gales en los


 

27 mar 2019

Eva Green ¿te parece tan guapa como decía Bertoluchi













Eva Green, la chica rara que vuela con Dumbo

La actriz, de la que Bernardo Bertolucci dijo que “es tan guapa que es indecente”, estrena este viernes el último proyecto de 

En vídeo, declaraciones de Evan Green en el estreno europeo de 'Dumbo', en Londres. PA | Vídeo: Europa Press

 

Eva Green empezó a ir a clases de interpretación obligada.
 Cuando tenía 12 años, sus profesoras del colegio pensaron que sería bueno para ella, que la curaría su timidez patológica.
 “Y, en parte, sí: ponerme ahí delante de otros estudiantes y ser capaz de canalizar mis emociones fue como una epifanía”, recuerda, sentada en un hotel de Londres.
 Casi 30 años después, aquella epifanía por obligación es hoy una carrera de estrella en la que aún lucha contra su timidez.
 A punto de estrenar el próximo viernes Dumbo, versión con personajes reales del clásico de Disney, dirigida por Tim Burton, la actriz dice que esa timidez es como las grandes orejas del pequeño elefante. 
“Mucha gente no lo entiende y cree que por dedicarme a esta profesión no debería ser así de tímida, muchas veces ni yo lo entiendo, soy un poco masoquista”, continúa.
“Y antes era mucho peor, era un hándicap en mi vida. 
De pequeña no podía ni celebrar mi cumpleaños porque no quería ser el centro de atención”.

“La gente espera encontrarse con otra cosa cuando me conoce”, añade. 
 Sabe que ella misma creó esa confusión con su primera película, Soñadores (2003), en la que mostraba absolutamente todo su cuerpo.
 Se ríe al pensarlo. “Lo sé, es una paradoja. No sé qué haría si no fuera actriz, probablemente estaría escondida en una cueva”, bromea.
 Bernardo Bertolucci le dio aquella primera oportunidad en el cine después de verla en el teatro y dijo de ella que “es tan guapa que es indecente”.
Eva Green como 'Colette' en una escena de 'Dumbo'.  Sin haberlo superado aún, a sus 38 años años, sabe, además, que ha podido ser un problema para ella en una industria a la que le gusta presumir, enseñar, ser un poco descarada. 
“Soy única en ese sentido, y aún me siento como el patito feo en todo este mundo.
 Por eso me entiendo tan bien con Tim Burton, porque también él es muy tímido. 
Es verdad que quizá he perdido oportunidades en mi carrera por mi timidez.
 Me hace gracia porque a veces la gente dice que soy misteriosa”. Y pronuncia el adjetivo con cierto tono irónico.
 “No es verdad, es que no voy a fiestas porque soy terrible en la charla trivial. Ojalá tuviera ese talento”.

Sus padres y amigos le desaconsejaron que aceptara el papel, con miedo a que pasara por lo mismo que Maria Schneider, la protagonista de El último tango en París. 
 Pero Green tenía un póster de esa película en su habitación adolescente, admiraba al cineasta italiano y jamás ha dicho nada malo de él. 
“Era mi primera película y me respetó mucho”, asegura.
 Aunque luego este papel supuso que durante años rechazara escenas de desnudos.
 Incluso estuvo a punto de decir no a ser chica Bond en Casino Royale (2006) porque se negaba a ser la mujer adorno del espía.
“Sé que a menudo la gente no sabe o se olvida de que soy francesa.  
Mi padre es sueco, no me criaron en inglés, pero mi apellido confunde, es Green”, y lo pronuncia marcando mucho la erre. 
Le ha costado incluso tener una carrera en Francia.
 “A partir de Bond empecé a trabajar muy duro con el inglés y ahora ya llevo 15 años viviendo en Londres”. 
Así que cuando su amigo Tim Burton, cuyo Dumbo es la tercera película que hacen juntos, le pidió que le pusiera acento galo a su personaje Colette, dudó un poco.
 “Y lo trabajé con una profesora, no quería excederme”.
Una de las características que más le atribuyen —quizá por los personajes oscuros que ha interpretado en las películas de Burton— es el de gótica o rara.
 Ella se ríe. “La gente piensa que soy rara. Incluso mi propia hermana. Tengo una gemela no idéntica y somos muy diferentes, cuando teníamos 13 o 14 años ella se tiñó de rubio platino, está casada, tiene hijos”, explica.
 “Durante años me molestó lo de gótica. ¿Qué quieren decir? ¿Que me gusta la muerte, que visto de negro? 
Sí, visto de negro, pero no me atrae la muerte. ¿Es ser romántica?
No sé. La gente se siente más segura cuando te mete en una caja, si no te pueden colocar en una caja, se vuelven locos. 

Ahora me parece bien lo de rara, quizá significa que eres tú misma”. 

El juez del ‘caso Villarejo’ investiga el informe que la policía del PP fabricó contra Pablo Iglesias