Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 mar 2019

Iñaki Urdangarin busca trabajo

El marido de Cristina de Borbón pretende conseguir el tercer grado que le permitiría estar fuera de la cárcel durante unas horas al día y los fines de semana.

Iñaki Urdangarín en el aeropuerto de Madrid el 17 de junio de 2018, día que ingresó en prisión.
Iñaki Urdangarín en el aeropuerto de Madrid el 17 de junio de 2018, día que ingresó en prisión. GtresOnline
 
 

 

El 23 de agosto de 2018, Iñaki Urdangarin obtenía el segundo grado penitenciario después de dos meses y cinco días ingresado en la prisión de Brieva, en Ávila.
 Condenado por el Tribunal Supremo a cinco años y diez meses de cárcel por el caso Nóos, la medida —que es igual para cualquier otro preso cumplidos los dos meses de cárcel— no implicaba prácticamente ningún cambio en su rutina carcelaria.
 Obtener este grado no supone mucho más que el preso pueda salir y participar en mayor número de actividades.
 Pero Urdangarin se encuentra solo en un pequeño módulo para hombres en una cárcel de mujeres.
Cada seis meses la junta de tratamiento de cada centro revisa la situación de los internos.
 El marido de la infanta Cristina tiene en el horizonte la posibilidad de acceder al tercer grado penitenciario, lo que ya sí supone un gran cambio respecto a su situación actual porque le permitiría residir en un centro de inserción social (CIS), salir de lunes a viernes hasta la hora marcada para regresar a pernoctar, y pasar fuera el fin de semana.
 No supone ningún privilegio ni trato especial, pero tampoco un trámite automático.
El tercer grado se puede obtener, si no concurren circunstancias anómalas que lo impidan, cuando se ha cumplido una cuarta parte de la condena, lo que en el caso de Urdangarin ocurrirá transcurridos 15 meses en prisión, es decir, el próximo mes de diciembre. 
Su situación como penado será revisada de nuevo el próximo verano pero, como ocurre con cualquier otro preso es común intentar adelantar la salida de prisión en régimen de tercer grado y conseguirlo exige aportar motivos que demuestren que la petición está justificada. Uno de los principales motivos para poder lograrlo es tener un trabajo y por eso Urdangarin está moviendo sus contactos para tener uno que pueda presentar ante la Junta de Tratamiento.
Además del trabajo –requisito prácticamente imprescindible– otro parámetro que se tiene muy en cuenta es tener en el exterior una vinculación familiar, un apoyo social, un hogar al que acudir y un familiar cercano que se haga cargo de él. 
Y dado que la infanta Cristina y sus hijos residen habitualmente en Ginebra, este es otro de los aspectos que la familia está valorando para organizar su futura residencia, ya que su actual situación no es nada proclive a que se le concede ese tercer grado precisamente por no tener domicilio en España, ni trabajo.
 Atendiendo a su vida anterior, se manejan tres posibles ciudades a las que ha estado vinculado por residencia y lazos familiares: Madrid, Barcelona y Vitoria. 
En Madrid ni ha vivido ni la familia a la que podía estar vinculado, su familia política, parece ser por razones obvias la mejor opción a valorar.
 Pero algunas fuentes señalan que la infanta Cristina puede estar planeando trasladarse a la capital de España el próximo verano. En Vitoria, vive su madre y algunos de sus hermanos.
 Y en Barcelona es donde ha tenido su domicilio anteriormente, donde se encuentra su círculo de amigos y donde vive su hermana Ana, que es quien ha ido más veces a visitarle a la cárcel.
 También es la ciudad en la que Claire Liebaert –la madre de Urdangarín y uno de sus grandes apoyos durante los años que ha durado su juicio público y legal– pasa temporadas precisamente junto a su hija debido a su avanzada edad, 83 años.
 Pero el clima generado por el procés tampoco parece indicar que vaya a ser esta la opción elegida.
Cristina de Borbon durante una visita a Madrid el pasado mes de octubre donde acudió con su hija a ver un musical.
Cristina de Borbon durante una visita a Madrid el pasado mes de octubre donde acudió con su hija a ver un musical. GtresOnline
Sea cual sea la decisión final, exige un proceso.
 Iñaki Urdangarin tendrá que presentar su petición a través de su abogado; la Junta de Tratamiento de la Cárcel de Brieva deberá aprobarlo y después tendrá que presentar su decisión a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que es quien decide. 
 En función del análisis de muchos otros elementos –entre los que siempre se contempla que la excarcelación del preso no cree alarma social– es esta Junta la que determinará si procede o no el tercer grado.
 Decisión contra la que caben recursos por ambas partes y que puede prolongar el proceso varios meses.
De la vida de Iñaki Urdangarín en la cárcel de Brieva no se conoce mucho más de que vive aislado en un pequeño módulo destinado a hombres donde no hay ningún otro interno.
 Un hecho que pesa en su ánimo y que preocupa a su familia, que discretamente le visita de manera regular. 
Por el centro penitenciario de Brieva han pasado sus hijos mayores, sus hermanos y sobrinos.
 También su esposa, la hermana del rey Felipe VI quien, eso sí, accede a las instalaciones de manera que evita poder ser fotografiada.  
También transcendió el pasado mes de diciembre que Urdangarin solicitó poder llevar a prisión una bicicleta estática de su propiedad porque las que tiene el centro penitenciario para las reclusas no son adecuadas para su estatura.
 El centro admitió que era cierto pero rechazó la petición, motivo que provocó una queja del marido de Cristina de Borbón ante el juez.
 Precisamente fue la respuesta del juez de vigilancia penitenciaria 1 de Valladolid, Florencio de Marcos, la que dio algunos detalles más de las condiciones de vida del preso en Brieva. El magistrado autorizó la entrada de la bicicleta porque consideró que era “un útil instrumento para ocupar las largas horas de soledad y ayudar con ello al mantenimiento de la salud mental del penado”. 
Y en su auto recalcó que, “frente a cierta creencia popular” de que esta forma de cumplir una pena “es un privilegio”, hay que tener en cuenta “el efecto desestructurador que produce la soledad sobre la persona”.
 Con la que intentó alertar sobre el peligro para “la salud física y mental” que esta forma de cumplimiento de la pena puede tener para un recluso.

Diez casos en los que los hombres borraron de la historia a mujeres

"Durante la mayor parte de la historia, Anónimo era el nombre de la mujer". Lo dijo Virginia Woolf y estos casos lo demuestran.


Margaret Keane pintando, en 1965, sus características figuras de ojos grandes. Al fondo, su marido Walter, que se llevó toda la gloria. Tim Burton contó la historia en la película 'Big eyes' (2014), protagonizada por Amy Adams.
Margaret Keane pintando, en 1965, sus características figuras de ojos grandes. Al fondo, su marido Walter, que se llevó toda la gloria.
 Tim Burton contó la historia en la película 'Big eyes' (2014), protagonizada por Amy Adams. Foto: Getty

No le demos más vueltas: el mundo era y es machista. Se trata de tenerlo claro y de trabajar por una sociedad igualitaria para conseguirla lo antes posible. Empezar reconociendo casos de injusticia sobre mujeres en beneficio de los hombres es un paso. Estos son algunos que han ocurrido en el mundo del arte, de la ciencia, de los avances técnicos, del entretenimiento...


La pareja sentimental y profesional formada por Gerda Taro y Endre Friedmann. Firmaron célebres fotografías de guerra con el seudónimo de Robert Capa. En el imaginario colectivo Capa es un hombre. Pero no.
La pareja sentimental y profesional formada por Gerda Taro y Endre Friedmann. Firmaron célebres fotografías de guerra con el seudónimo de Robert Capa. En el imaginario colectivo Capa es un hombre. Pero no. Getty


- Gerda Taro: se ocultó junto a su pareja bajo el seudónimo del mejor fotógrafo de guerra de la historia, Robert Capa, pero sólo él consiguió la gloria

Quién. Gerda Taro (Alemania,1910 – España, 1937), una de las mejores fotoperiodistas de la historia.
Cómo fue silenciada. Si se le pregunta a alguien por su fotoperiodista favorito es fácil que su respuesta sea Robert Capa (Hungría, 1913- Vietnam, 1954).
 Para esas personas probablemente sea una sorpresa descubrir que realmente Robert Capa no existe y que esa persona que viene a sus mentes es realmente Endre Friedmann, la mitad de la pareja (profesional y sentimental) de fotógrafos que se ocultaba tras un seudónimo; la otra mitad es Gerda Taro, seudónimo a su vez de Gerta Pohorylle.
 Gerta, alemana y judía, tardó poco en cambiar su nombre a Gerda Taro, más sencillo y evocador, porque tenía claro que en aquel nuevo arte del fotoperiodismo tan importante como saber disparar en el momento adecuado era saber venderse: por eso cuando conoció al judío húngaro Friedmann le convenció para que ambos uniesen sus fuerzas en un proyecto común.
 En la Europa de los años 30 los judíos Friedmman y Pohorylle no tenían mucho futuro, pero todos se rendirían ante Robert Capa, un célebre fotógrafo estadounidense que acaba de llegar a París con sus trajes caros y su glamour del nuevo continente (la pareja se inventó una historia bastante creíble).
 En 1936, Gerda y Endre se incrustaron en el bando republicano español y realizaron algunas de sus fotografías más célebres.
Un año después Gerda falleció tras ser atropellada por un tanque en El Escorial (Madrid). 
Endre siguió usando el seudónimo hasta el final de su vida y la figura de Gerda se diluyó hasta el punto de desaparecer. 
Pero el hallazgo en los noventa de La maleta mexicana (4.300 negativos de imágenes de la pareja que nadie sabía que existían) revitalizó el interés por su figura y, aunque aún hoy es difícil determinar a quién de los dos pertenecen las primeras fotos firmadas por Capa (incluida la celebérrima Muerte de un miliciano), es imposible seguir ocultando la importancia de ella.



Katharine Wright, junto a sus hermanos, Orville y Wilburg. Los tres inventaron el primer vuelo de un artefacto más pesado que el aire
Katharine Wright, junto a sus hermanos, Orville y Wilburg. Los tres inventaron el primer vuelo de un artefacto más pesado que el aire Foto: Getty

- Katharine Wright, la mujer que inventó la aviación junto a sus dos hermanos, pero fue borrada por los libros

Quién. Katharine Wright, profesora estadounidense (1834-1929), y pieza fundamental en la invención de la aviación junto con sus hermanos Orville y Wilburg.

Cómo fue silenciada. “Cuando el mundo hable de los hermanos Wright deberá incluir también a nuestra hermana. Ella ha sido la fuente de inspiración de todo nuestro trabajo”, declaró Orville Wright tras realizar el primer vuelo de un artefacto más pesado que el aire.
 Fueron apenas unos segundos, pero cambiaron la historia para siempre.
 Tanto Orville como Wilburg sabían que si aquel rudimentario aparato había podido alzar el vuelo se debía en gran parte a los esfuerzos de aquella hermana que había sacrificado su vida por cuidarles (su madre había fallecido cuando eran muy pequeños). Katharine sustentaba económicamente su proyecto con el dinero que ganaba como profesora de lenguas clásicas, se encargaba de la administración y las finanzas de su empresa, e incluso había trabajado físicamente en el artefacto.
 Su importancia fue vital: cuando se produjo el primer accidente aeronáutico con víctimas de la historia, abandonó sus estudios para cuidar al malherido Orville, que era quien pilotaba el avión; cuando viajaron a Europa para buscar financiación, ella, que hablaba perfectamente francés, fue su relaciones públicas con tanto éxito que fue galardonada con la Legión de Honor al igual que sus hermanos. 
Sin embargo, la historia de la aeronáutica, escrita principalmente por hombres, la ha borrado de sus libros y cuando escuchamos “hermanos Wright" solo pensamos en Orville y Wilburg. 


La aviadora Amelia Earhart lo cuenta así en su autobiografía Por el placer de hacerlo: “A pesar de que ella misma nunca voló, dudo que ninguna otra mujer americana haya jugado un papel tan directo y relevante en el nacimiento de la aeronáutica como Katharine Wright, hermana de Orville y Wilburg Wright.”. 
Y algo sabría Amelia del tema.

Walter y Margaret Keane, junto a los cuadros que ella pintaba y que compraron estrellas como Kim Novak, Natalie Wood o Jerry Lewis.
Walter y Margaret Keane, junto a los cuadros que ella pintaba y que compraron estrellas como Kim Novak, Natalie Wood o Jerry Lewis. Foto: Getty

- Margaret Keane: encerrada en casa, pintaba cuadros para estrellas del cine mientras su marido los vendía como suyos

Quién. Margaret Keane, pintora estadounidense (Nashville, 1927) cuya vida contó Tim Burton en la película Big eyes.

Cómo fue silenciada. Cuando Walter Keane descubrió que aquellos cuadros poblados de extrañas criaturas con ojos enormes que pintaba su mujer tenían cierto éxito, decidió dejar su trabajo para dedicarse exclusivamente a su venta. 
Pero no se limitó a ser una agente más o menos rapaz, sino que también se atribuyó su autoría.
 Mientras Walter se pavoneaba vendiendo cuadros a las estrellas de Hollywood (Kim Novak, Natalie Wood, Joan Crawford y Jerry Lewis entre ellos), su mujer permanecía encerrada en casa durante 16 horas diarias realizando aquellas obras que la crítica aborrecía, pero el público adoraba y por los que estaban dispuestos a pagar hasta 50.000 dólares. 
El engaño de Walter se mantuvo hasta que una noche en una fiesta alguien le preguntó si ella también pintaba como su marido.
 La dependencia económica y el maltrato psicológico al que estaba sometida provocó que la mentira no fuese desvelada hasta que se divorció de Walter y contó toda la verdad en un programa de radio. Para dejar claro quién era el verdadero artista le retó a pintar un cuadro en una plaza de Nueva York: Walter ni siquiera se presentó. Carecía del más mínimo talento para la pintura, su punto fuerte era embaucar.
 Tim Burton, fan irredento de la obra de Keane, como queda patente en el diseño de muchos de sus personajes, contó su historia en la película Big eyes.












Jason Pollock con Lee Krasner. Ella pintaba antes que él (se llamaba Leonore, pero cambió a un andrógino Lee para poder vender), le presentó a los agentes de arte, a gente influyente... y lo cuidó. Pasó a la historia como
Jason Pollock con Lee Krasner. Ella pintaba antes que él (se llamaba Leonore, pero cambió a un andrógino Lee para poder vender), le presentó a los agentes de arte, a gente influyente... y lo cuidó. Pasó a la historia como "la mujer de Jason Pollock". Foto: Cordon


- Lee Krasner: la pintora que acabó siendo "la mujer de Jason Pollock"

Quién. Lee Krasner (Estados Unidos, 1908-1982), pintora expresionista
Cómo fue silenciada. Cuando Krasner y Jason Pollock se conocieron ella era la artista reputada. No lo había tenido fácil. Durante su formación, su maestro, el prestigioso Hans Hoffman, no tuvo ningún rubor en decirle cosas como "es una obra tan buena que nadie sabría que fue realizada por una mujer". Probablemente él incluso lo consideró un halago. En los años cuarenta Krasner exponía al lado de artistas que nadie pone en duda, como Rothko o De Kooning. Pero firmando como L.K, para que nadie pensase que era una mujer, algo desgraciadamente común a lo largo de la historia que la llevó a cambiar definitivamente su nombre de Leonore a Lee, mucho más andrógino. A los artistas americanos del expresionismo abstracto no les gustaba compartir espacio con sus colegas femeninas. Toleraban a las pintoras siempre que ellas se centrasen en paisajes, bodegones y retratos, pero, pensaban, que aquellos trazos vigorosos en lienzos de gran formato eran terreno acotado para su virilidad. En una de esas exposiciones fue donde Lee conoció a Pollock.

 

Todo lo que Stieg Larsson sabía del asesinato del primer ministro sueco

 

El periodista Jan Stocklassa retoma la investigación del novelista sobre el homicidio de Olof Palme. El libro implica a neonazis suecos y a servicios secretos sudafricanos.


Stieg Larsson en un vagón del Transiberiano en 1987
Stieg Larsson en un vagón del Transiberiano en 1987

Soy Lisbeth Palme, ¿es que no lo ve? Y ese que está ahí es mi marido, Olof Palme, el primer ministro”, gritaba la mujer del dirigente sueco a la policía a escasos centímetros del cadáver de su esposo cuatro minutos después de que un desconocido le disparase una bala de gran calibre  en una calle de Estocolmo, el 28 de febrero de 1986. 
Esta llamada desesperada fue el inicio de una serie de errores y conspiraciones que dejaron el prestigio de Suecia por los suelos y el caso sin resolver.
 Obsesionado con el magnicidio y su conexión con la extrema derecha sueca, el escritor y periodista Stieg Larsson dedicó parte de sus energías a trazar una teoría razonable.
 La complejidad del asunto, oscuros intereses y su muerte dejaron la labor inconclusa. 

 

8-M: sobran motivos....................... Pilar Álvarez = Isabel Valdés

Las mujeres están llamadas a movilizarse en un día marcado por el éxito de 2018 y el riesgo de involución. 

EL PAÍS reúne a una veintena de profesionales de todos los ámbitos para escuchar sus razones.

22 mujeres de múltiples ámbitos se reunieron este jueves a petición de EL PAÍS en la azotea del Círculo de Bellas Artes, con vistas a la Gran Vía madrileña en la que se vivió la gran movilización feminista en 2018.
 De izquierda a derecha, de pie: Elvira Lindo, escritora; Marta Sanz, escritora; Christina Rosenvinge, música; Marcela San Martín, empresaria; Esther Sánchez, ingeniera aeronáutica; Pepa Bueno, periodista; María Renilla, ingeniera informática; Victoria Molina, agricultora; María Luisa Blanco, cuidadora; Ana Rosa Quintana, periodista; Juana Hervás, camionera; Estefanía Cortés, directora de teatro; Irene Castellanos, estudiante; Mar García- Hernández, científica; Concepción Martín, gerente de la Complutense de Madrid; Ana Parra, auxiliar de enfermería y sindicalista de UGT. Debajo: Amaya Valdemoro, baloncestista; Bárbara Lennie, actriz; Dora Postigo, cantante; María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional; Marta Eguilior, directora de escena de ópera; y Patricia Puerto, trabajadora de violencia de género.
 
 

Fue un día para la historia.

 En 2018, millones de mujeres fijaron España como el epicentro de la protesta feminista con una huelga inédita solo para ellas. Han pasado 12 meses, dos Gobiernos y un periodo electoral aguarda a la vuelta de la esquina.

 Vuelve el 8 de marzo.

 Ha cambiado todo y nada. Sigue la brecha de género abierta, techos de hormigón en las empresas. Las siguen matando.

 Es el año más incierto, con un riesgo de involución por la irrupción de la ultraderecha en distintos países del mundo, incluida España.

 Un marzo en el que los partidos que en 2018 renegaban de etiquetas, se atribuyen la de feminista y le quieren poner apellidos.

 Día de la Mujer en España, año dos de la huelga. El movimiento feminista dice que hay más de 1.000 motivos. Una veintena de mujeres explican los suyos.