La hermana
mayor del rey Felipe es la más cercana a su padre, a quien ha
acompañado en múltiples ocasiones este último año en el que sus dos
hijos, Felipe Froilán y Victoria Federica se muestran más centrados que
nunca.
La infanta Elena, en Madrid, el pasado 18 de diciembre.gtresonlineSi Elena de Borbón
hubiera nacido en el siglo XXI su vida hubiese sido radicalmente
distinta, pero Elena María Isabel Dominica de Silos nació el 20 de
diciembre de 1963 en Madrid y, a pesar de ser la primogénita del
entonces príncipe Juan Carlos, nadie pensó siquiera que pudiera optar a
heredera de un reinado que en ese momento –con el dictador Franco en el
poder– todavía resultaba incierto y lejano. Estudió magisterio, trabajó
durante un tiempo como profesora de inglés en el mismo colegio en el que
estudió –Santa María del Camino– y con la Pragmática Sanción vigente y
un hermano varón en la familia, su vida transcurrió durante años dentro
de la familia real, pero sin el peso ni la obligación de sentirse
sucesora de una corona. Durante su juventud muchos de sus días transcurrieron entre sus estudios
y los centros hípicos, un deporte que practica y que sigue formando
parte de sus aficiones. En ese ambiente surgió su primer amor con el jinete Luis Astolfi, una relación que nunca fue oficial pero que también era un secreto a voces. Después, si los hubo, sus novios fueron discretos hasta que Jaime de Marichalar,
hijo de los condes de Ripalda, se cruzó en su camino y llegó la primera
boda real que España conocía en décadas. El enlace de la infanta y el
discreto trabajador de banca se celebró en el Altar Mayor de la catedral
de Sevilla y a partir de entonces los novios cambiaron de registro. Ella transformó su imagen y se convirtió en glamurosa referencia de
estilo gracias –según afirmaban los conocedores de la pareja– a los buenos consejos de su flamante marido. Y él conoció los consejos del mundo de las fundaciones, las entidades
financieras y las grandes empresas, además de frecuentar la amistad y
los desfiles de las grandes firmas de moda internacional. El matrimonio duró desde 1995 hasta 2007, cuando se hizo evidente que ni
siquiera la sangre real otorgaba más paciencia de la necesaria para
mantener un matrimonio que hacía aguas. El eufemístico término “cese temporal de la convivencia”,
dio a entender a todo el mundo que aquello se había acabado y que
empezaba una nueva etapa para la infanta Elena y los dos hijos que tuvo
con Jaime de Marichalar, Felipe Froilán y Victoria Federica. Ella cambió de residencia y siguió representando a la Familia Real
cuando la llamaban. Aún quedaba otro gran cambio, al menos de cara a
salvar la parte de la institución a la que pertenece. Porque para paliar
el escándalo protagonizado por las actividades de Iñaki Urdangarin, marido de su hermana Cristina, en prisión desde el pasado 18 de junio,
bajó el ritmo de su presencia en actos institucionales. Una forma de
hacer ver que la medida entraba dentro de la normalidad y no solo
afectaba a la infanta Cristina. Con o sin caso Noós de por medio, ambas hermanas dejaron de formar parte de la Familia Real en 2008, cuando el rey Juan Carlos abdicó en favor de su hijo Felipe VI.
Don
Juan Carlos de Borbón y la infanta Elena, con Alberto Núñez Feijóo en
un campeonato de de Vela en Santiago de Compostela, el pasado octubre.gtresonline
La vida actual de la infanta Elena, que ahora es solo familia del
Rey, transcurre más tranquila que nunca. Vive en una casa amplia en el
barrio del Niño Jesús de Madrid, muy próxima al parque de El Retiro. Continúa trabajando como directora de Proyecto Sociales y Culturales,
con un sueldo que se dijo rozaba los 200.000 euros anuales y nadie ha
desmentido en estos años, y de vez en cuando su hermano sigue contando con ella para actos puntuales que son remunerados a la pieza, porque su estatus actual no cuenta con asignación fija. Que se haya sabido no ha vuelto a tener una pareja conocida, pero Elena,
cumplidos este jueves los 55 años parece liberada de más de una liana
invisible que antaño la presentaba rígida y distante. Su último año ha
transcurrido dedicada a su trabajo, a sus hijos con los que mantiene una
relación excelente y comparte aficiones como los toros, la gastronomía y
la equitación, y como compañera de muchas de las actividades lúdicas a
las que acude su padre el rey Juan Carlos. Ambos mantienen una
complicidad especial porque, a pesar de la imagen que la acompañó
durante años de cara a la opinión pública, quienes la conocen de cerca
afirman que comparte su carácter campechano.
La infanta Elena y su prima María Zurita celebrando un triunfo de España.gtresonline
Sigue siendo discreta, afirman que es muy sincera y no ha tenido ningún inconveniente en demostrar su españolismo haciendo alarde de la bandera española
en su balcón, en el retrovisor de su coche, en la muñeca, en los
sombreros que utiliza e incluso en las gafas de sol o en los pendientes. La serenidad de los años o de su vida actual se le notan en la sonrisa
eterna que le acompaña. Los tiempos de su divorcio, que llegó en
noviembre de 2009, han quedado atrás y sus hijos, de 20 y 18 años,
parecen más centrados que nunca. Conocidos son los conflictos que como
madre ha debido pasar por la escasa aplicación académica de Felipe
Froilán –que desde el año pasado ha vuelto a España por empeño propio y
estudia Administración y Dirección de Empresas en un centro privado de
Madrid– y su afición a la diversión nocturna.Hechos que le han generado críticas en varias ocasiones sin que haya
llegado la sangre al río por tratarse de un adolescente en efervescencia
y porque casi nadie puede olvidar alguna de las imágenes de niño
travieso que regaló durante su infancia.
Victoria Federica
es ya también una universitaria, tiene un carácter más tranquilo que su
hermano y rehúye ser noticia porque es ante todo discreta. Los toros y
la música son algunas de sus aficiones conocidas y de ese mundo parece
haber partido su primer amor de juventud: el torero Gonzalo Caballero. Una relación nunca confirmada, pero sí intuida por la complicidad que
se ha visto entre ellos en distintas imágenes en las que han aparecido
juntos.
La Navidad también llega a las cárceles españolas.
El Centro
Penitenciario de mujeres de Brieva (Ávila), donde está recluido desde el
pasado 18 de junio Iñaki Urdangarin, marido de Cristina de Borbón,
ya ha elegido el menú que servirá a éste y a las reclusas en la noche
del próximo 24 de diciembre y al día siguiente.
Según la orden interna, a
la que ha tenido acceso EL PAÍS, el cuñado de Felipe VI
y las presas podrán disfrutar en Nochebuena de primer plato un “consomé
al Jerez”, cuatro langostinos, tres lonchas de chorizo ibérico, tres de
lomo embuchado y una cuña de queso.
De segundo, degustarán “paletilla
de cordero con ensalada de escarola”, salvo que se decante por el menú
vegetariano, compuesto en este caso por “cinco espárragos y dos
pimientos rellenos”.
De postre, todos los internos recibirán una mousse, “dulces de navidad” y sidra.
El día de Navidad se iniciará con un desayuno especial compuesto de
chocolate con churros, además de los habituales pan, mantequilla y
mermelada. Al mediodía, la cárcel servirá a los reclusos en primer lugar
un plato compuesto de berenjena, coliflor y calabacín rebozados y dos
rollitos de primavera. De segundo, un "entrecot con ensalada". De
postre, la dirección del centro se ha decantado por "fruta y dulces de
Navidad". Es costumbre que Instituciones Penitenciarias
haga un esfuerzo presupuestario para ofrecer a los algo más de 50.000
personas actualmente recluidas en establecimientos penitenciarios
dependientes del Ministerio del Interior —la Generalitat tiene
transferidas las competencias sobre las cárceles en esta comunidad—
menús especiales durante los días más significativos de las fiestas
navideñas. Así, el gasto fijado por preso y día en manutención,
incluyendo desayuno, comida y cena, es durante el resto del año de 3,75
euros. Para los días de las festividades navideñas ese importe se dobla. Un esfuerzo económico que sólo se repite otra vez a lo largo del año:
el 24 de septiembre, Festividad de La Merced, patrona de Prisiones. Desde que Urdangarin ingresó hace seis meses en la cárcel de Brieva para cumplir la condena de cinco años y diez meses por el caso Nóos,
han transcendido pocos datos sobre su estancia. Y ello a pesar de que
varios grupos políticos han presentado preguntas en el Congreso y el
Senado para que el Gobierno informe sobre las circunstancias de su
encarcelamiento y si supuestamente recibe un trato privilegiado en una
prisión en la que él es el único recluso varón y en el que cumplió
condena en circunstancias similares el exdirector general de la Guardia
Civil Luis Roldán. El pasado octubre, el Ministerio del Interior admitió
en una respuesta parlamentaria que se estaba dispensando un trato
preferente a la hermana de Felipe VI cuando acudía a visitar a su marido
a prisión dadas las “circunstancias de seguridad” que rodean. El
Gobierno aseguró que Cristina de Borbón continuará accediendo con su
vehículo privado hasta las puertas del recinto y no tendrá que esperar
junto a los familiares que acuden a ver a las reclusas para “evitar manifestaciones ofensivas o posibles altercados con otros comunicantes”, según se recogía en aquella respuesta parlamentaria. En otra ocasión aseguraba que las actividades penitenciarias que Urdangarin
desarrollaba en el módulo, donde es el único recluso, “no conllevan
gastos adicionales a la actividad que desarrollan otras personas
internas en cualquier módulo del mismo centro”. En julio ya había
recalcado que la presencia del esposo de la Infanta en la prisión de
mujeres no había hecho precisa “ninguna modificación a nivel material ni
personal” del centro penitenciario.
En otras respuestas, Interior ha insistido en la ausencia de
privilegio. Así, el 15 de octubre respondía al senador de Podemos Joan
Comorera que “el interno referido, como cualquier otra persona que se
encuentre internada en el Centro Penitenciario de Ávila, disfruta de las
mismas comunicaciones ordinarias y familiares que están establecidas en
la normativa penitenciaria para cualquier interno y en las mismas
condiciones”.
El creador
de 'La guerra de las Galaxias' acumula una fortuna de 5.400 millones de
euros y la modelo Kylie Jenner entra en esta lista de privilegiados,
con solo 21 años, gracias a los beneficios de su línea cosmética.
George Lucas, en Hollywood.Cordon press
El cineasta George Lucas, de 74 años, creador de la saga Star Wars, encabeza la lista de millonarios estadounidenses famosos de la revistaForbes,
con una fortuna calculada en 5.400 millones de dólares (4.735 millones
de euros), procedentes en buena parte de la venta de su productora Lucasfim a Disney. La lista de las celebridades más ricas de los Estados Unidos, realizada por Forbes con estimaciones de sus bienes conocidos, coloca en segundo lugar a otra figura del cine, Steven Spielberg, de 72 años, con 3.700 millones de dólares (3.240 millones de euros). La primera mujer en la clasificación, sin embargo, es la comunicadora Oprah Winfrey,
que ocupa el tercer lugar de la lista con 2.800 millones de dólares
(2.463 millones de euros), seguida por el exjugador de baloncesto Michael Jordan
con 1.700 millones de dólares (más de 1.500 millones de euros) que sube
en la clasificación por el aumento del valor del equipo de baloncesto Charlotte Hornets, del que posee el 90%.
Los últimos puestos de la clasificación están ocupados por el ilusionista David Copperfield, quien amasó su fortuna a través de un agotador ritmo de 600 espectáculos por año en Las Vegas, el rapero Sean 'Diddy' Coms, el golfista Tiger Woods y el escritor James Patterson. Las celebridades situadas en los diez primeros puestos de la
clasificación suman 18.700 millones de dólares (16.400 millones de
euros), una cantidad que supera al producto interior bruto de Islandia.
La modelo Kylie Jenner,
la pequeña del clan Kardashian, entra por vez primera en la lista con
solo 21 años y una fortuna calculada en unos 900 millones de dólares
(más de 806 millones de euros). Los beneficios que genera la línea de
cosméticos que lleva su nombre es el motor que empuja a la modelo y
empresaria a convertirse en la multimillonaria hecha a sí misma más
joven en entrar en este lista que realiza la revista. Jenner comparte
posición y cantidad de ingresos con el rapero Jay-Z.
La monarca
sueca celebró este miércoles su 75 cumpleaños, que tendrá lugar el 23
de diciembre, con una recepción y asistiendo a un concierto navideño en
un momento de aparente calma familiar.
La
reina Silvia de Suecia en una entrevista en el Palacio Real de
Estocolmo en diciembre de 2018, días antes de su 75º cumpleaños. Olle Sporrong/EXP/TTGTRES
El próximo 23 de diciembre cumple 75 años y ayer se
sucedieron en Estocolmo distintos actos para conmemorarlo. Por la
mañana, el Palacio Real acogió una recepción para autoridades y diversas
organizaciones;
y en la tarde noche un concierto navideño en la iglesia
Hedvig Eleonora al que la reina asistió junto a su marido, el rey
Carlos Gustavo de Suecia.
Aunque, sin duda, el mayor regalo de esta
mujer que ha sido toda una pionera en las monarquías europeas ha sido
tener de nuevo reunida a toda su familia, incluida su hija mediana, Magdalena de Suecia, que vive en Florida desde el pasado verano
y se ha desplazado hasta su país natal junto a su marido y sus hijos
para celebrar el aniversario de la reina y las cercanas fiestas
navideñas.
Silvia Sommerlath y Carlos Gustavo se
conocieron en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, donde ella
trabajaba como azafata. Cuatro años más tarde contraían matrimonio en la catedral de Estocolmo y ella se convertía en reina, un trabajo que ha desarrollado sin sobresaltos públicos pero con muchos líos familiares, desde el pasado nazi de su padre a las infidelidades de su marido y la rebeldía de sus tres hijos. Aunque su cumpleaños llega cuando sus asuntos parecen estar en calma. Nació en Alemania pero sus orígenes son brasileños, por eso dicen en
su país que es una obsesa de la belleza y que combate el paso del tiempo
con operaciones y tratamientos de estética que la han llevado a ser
calificada como “la reina que nunca envejece”. Hay otros observadores de la corte sueca que han achacado sus retoques a
los momentos de tristeza que ha vivido por la alocada vida de su
marido, que ella ha tratado de minimizar llegando incluso a entrar en
batalla con los medios de comunicación. Silvia de Suecia, que siempre ha
preferido estar en un segundo plano en la guerra que la familia real
declaró a la prensa sensacionalista alemana, entró en ella en 2003 en una extensa entrevista realizada por la revista Welt am Sonntag, en la que se declaraba dispuesta a luchar contra las mentiras.
De
izquierda a derecha, Victoria de Suecia, su marido, Daniel Westling, y
su hija, la princesa Estelle, los reyes Silvia y Carlos Gustavo, los
príncipes Sofia y Carlos Felipe y la princesa Magdalena y su marido,
Chris O'Neill, el martes 18 de diciembre en una de las celebraciones del
cumpleaños de la reina.Jonas Ekströmer/TTGTRES“A nadie que esté felizmente casada”, dijo, “le apetece leer que su
matrimonio ha entrado en crisis y está en vías de separación”, afirmó
aludiendo a las múltiples ocasiones en que alguna publicación
sensacionalista de su país publicitó historias de supuestas amantes, divorcios o separaciones
de su matrimonio con el rey Carlos Gustavo. “La batalla contra las
mentiras debe continuar”, dijo Silvia, “por nuestros hijos, porque nada
peor podría ocurrir en nuestra condición de padres que mañana ellos nos
reprocharan que no hicimos nada para defenderlos de las calumnias”. Obligado a asumir la responsabilidad del trono a los 27 años, Carlos
Gustavo de Suecia vio en el pasado cómo se convertía en el objetivo de
muchos y afilados ataques. Particularmente tras la publicación en 2010 de una biografía no autorizada en la se hablaba de sus reiteradas infidelidades y sus salidas nocturnas a clubes de alterne y striptease,
y hasta de una relación seria con la cantante local Camilla Henemark.
Tampoco ayudó la difusión de una grabación en la que uno de sus mejores
amigos intentaba negociar para que no se publicaran unas fotos
comprometidas del monarca.
Los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia a su llegada a una de las celebraciones de cumpleaños de la reina.Albert NieboerGTRES
Con el paso de los años, la pareja real ha recompuesto su relación y
parecen haber llegado a un pacto de convivencia que parece funcionar. Pero lo que no ha logrado hacer olvidar Silvia de Suecia es el pasado de
su familia relacionada con la Alemania nazi. Uno de los mayores
disgustos fue cuando se publicó un fotomontaje de la familia sueca
en que la reina Silvia estaba arrodillada en el suelo, tratando de
esconder una cruz gamada nazi. Los negocios de su padre, Walter
Sommerlath, miembro del partido nazi en Alemania y director de una
empresa confiscada a un judío berlinés, han sido objeto de discusión en
Suecia en el pasado. La propia reina tuvo que explicar que su progenitor
nunca fue soldado ni tampoco activo políticamente. “Era difícil ir
contra corriente en aquellos momentos”, se ha justificado. Ahora Silvia se muestra encantada en su papel de abuela. Victoria, la heredera, dejó atrás sus problemas de anorexia; el matrimonio de Magdalena parece estar en calma tras estar su esposo en entredicho por sus negocios; y su hijo Carlos Felipe parece feliz con Sofía, la joven que pasó de salir en realities a ser princesa.