Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 dic 2018

La sonrisa imborrable de Elena de Borbón a los 55 años

La hermana mayor del rey Felipe es la más cercana a su padre, a quien ha acompañado en múltiples ocasiones este último año en el que sus dos hijos, Felipe Froilán y Victoria Federica se muestran más centrados que nunca.

 

La infanta Elena, en Madrid, el pasado 18 de diciembre.
La infanta Elena, en Madrid, el pasado 18 de diciembre.
Don Juan Carlos de Borbón y la infanta Elena, con Alberto Núñez Feijóo en un campeonato de de Vela en Santiago de Compostela, el pasado octubre. 
Don Juan Carlos de Borbón y la infanta Elena, con Alberto Núñez Feijóo en un campeonato de de Vela en Santiago de Compostela, el pasado octubre.
La vida actual de la infanta Elena, que ahora es solo familia del Rey, transcurre más tranquila que nunca. 
Vive en una casa amplia en el barrio del Niño Jesús de Madrid, muy próxima al parque de El Retiro. 
Continúa trabajando como directora de Proyecto Sociales y Culturales, con un sueldo que se dijo rozaba los 200.000 euros anuales y nadie ha desmentido en estos años, y de vez en cuando su hermano sigue contando con ella para actos puntuales que son remunerados a la pieza, porque su estatus actual no cuenta con asignación fija.
 Que se haya sabido no ha vuelto a tener una pareja conocida, pero Elena, cumplidos este jueves los 55 años parece liberada de más de una liana invisible que antaño la presentaba rígida y distante.
 Su último año ha transcurrido dedicada a su trabajo, a sus hijos con los que mantiene una relación excelente y comparte aficiones como los toros, la gastronomía y la equitación, y como compañera de muchas de las actividades lúdicas a las que acude su padre el rey Juan Carlos. 
Ambos mantienen una complicidad especial porque, a pesar de la imagen que la acompañó durante años de cara a la opinión pública, quienes la conocen de cerca afirman que comparte su carácter campechano.
La infanta Elena y su prima María Zurita celebrando un triunfo de España. 
La infanta Elena y su prima María Zurita celebrando un triunfo de España.
Sigue siendo discreta, afirman que es muy sincera y no ha tenido ningún inconveniente en demostrar su españolismo haciendo alarde de la bandera española en su balcón, en el retrovisor de su coche, en la muñeca, en los sombreros que utiliza e incluso en las gafas de sol o en los pendientes. 
La serenidad de los años o de su vida actual se le notan en la sonrisa eterna que le acompaña.
 Los tiempos de su divorcio, que llegó en noviembre de 2009, han quedado atrás y sus hijos, de 20 y 18 años, parecen más centrados que nunca.
 Conocidos son los conflictos que como madre ha debido pasar por la escasa aplicación académica de Felipe Froilán –que desde el año pasado ha vuelto a España por empeño propio y estudia Administración y Dirección de Empresas en un centro privado de Madrid– y su afición a la diversión nocturna.
Hechos que le han generado críticas en varias ocasiones sin que haya llegado la sangre al río por tratarse de un adolescente en efervescencia y porque casi nadie puede olvidar alguna de las imágenes de niño travieso que regaló durante su infancia. Victoria Federica es ya también una universitaria, tiene un carácter más tranquilo que su hermano y rehúye ser noticia porque es ante todo discreta. 
Los toros y la música son algunas de sus aficiones conocidas y de ese mundo parece haber partido su primer amor de juventud: el torero Gonzalo Caballero
 Una relación nunca confirmada, pero sí intuida por la complicidad que se ha visto entre ellos en distintas imágenes en las que han aparecido juntos.
 

No hay comentarios: