Algunas teorías fijan los orígenes de esta costumbre en la Roma clásica.
Cuando llega diciembre, el espíritu navideño inunda las
calles de todas las ciudades: los árboles de Navidad adornan los salones
de las casas, los estantes de los supermercados se llenan de turrón y
polvorones y los ciudadanos abarrotan las tiendas y centros comerciales
en busca de regalos.
En 2017, cada español gastó 514 euros de media en
regalos de Navidad, según el observatorio Cetelem, del Grupo BNP
Paribas. Pero esta tradición de entregar obsequios en estas fechas no ha
existido siempre.
¿Por qué damos regalos en Navidad? ¿De dónde viene
esta costumbre?
Papá Noel, los Reyes Magos o el amigo invisible son solo algunas de las
excusas para obsequiar a nuestros seres queridos con, por ejemplo,
juguetes, perfumes, libros y ropa.
Pero estas tradiciones tienen
orígenes diferentes.
De hecho, no hay una única teoría sobre por qué
damos regalos en Navidad.
Una de las más lejanas se remonta a la Antigua
Roma y es de origen pagano.
Los romanos realizaban rituales durante el
solsticio de invierno en honor a los dioses.
Las fiestas más populares, según la enciclopedia Britannica, eran las Saturnales, que se celebraban entre el 17 y el 24 de diciembre en honor a Saturno, el dios de la agricultura.
En esta festividad, se celebraba el fin del período más
oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz.
Las Saturnales
culminaban el 25 de diciembre con la celebración del Sol Invictus —el
astro invencible—, cuando los días comenzaban de nuevo a alargarse y la
luz vencía a la oscuridad. Además coincidían con la finalización de los
trabajos del campo y la siembra de invierno.
Por ello, todas la familias
campesinas, incluidos los esclavos domésticos, tenían tiempo para
descansar.
La tradición de Papá Noel
Hoy en día, el día 25 de diciembre es el día de Navidad, en
el que se celebra el nacimiento del niño Jesús.
Además, en muchos
países es cuando Papá Noel (Santa Claus en Estados Unidos, Baboo Natale
en Italia, Father Christmas o “padre Navidad” en Gran Bretaña) se
encarga de repartir regalos a miles de niños..
Este personaje tiene sus orígenes en Licia (en la actual
Turquía) a finales del siglo III.
Allí, un niño llamado Nicolás se quedó
huérfano y heredó una gran fortuna de sus padres.
Años más tarde, el
menor se convirtió en un sacerdote que destinó parte de su fortuna a
ayudar a niños y desamparados.
La devoción por el santo se extendió por
Europa y hay quienes defienden que fue en ese momento cuando comenzó la
tradición de hacer regalos a los más pequeños de la casa.
Orígenes en el siglo XIX
Sin embargo, el historiador Stephen Nissenbaum sostiene que
en Nueva York la costumbre de comprar regalos comenzó en la primera
mitad del siglo XIX.
Según recoge la revista The Atlantic, Nissenbaum explica en su libro La batalla por la Navidad
que en esa época las personas más pobres podían exigir comida y bebida a
las ricas y hacer celebraciones en la calle entre el día de San Nicolás
(6 de diciembre) y el día de Año Nuevo.
Entre 1800 y 1850 la población de Nueva York se multiplicó
por diez.
Las élites, según el historiador, comenzaron a temer que estas
celebraciones se convirtieran en protestas cuando los empleadores se
negaban a conceder tiempo libre o si se avecinaba un largo invierno de
desempleo.
En respuesta a estas preocupaciones, un grupo de hombres
adinerados trató de transformar en una fiesta familiar lo que hasta
entonces había sido una celebración carnavalesca y callejera.
Para ello,
apelaron a una supuesta tradición que sus antepasados holandeses habían
traído de Europa.
Según esta costumbre, los regalos debían darse de
padres a hijos y no de amos a trabajadores y sirvientes.
Esta nueva costumbre cuajó y los comerciantes vieron en
Santa Claus un magnífico impulsor de sus ventas.
De hecho, la imagen de
Papá Noel con el trineo y los renos es una invención estadounidense. En
1823, el escritor inglés Clement Moore escribió el poema Una visita de San Nicolás,
imaginando que Santa Claus surcaba los cielos en un trineo llevado por
nueve renos.
Años más tarde, el ilustrador estadounidense Thomas Nast
dibujó a Santa Claus vestido de rojo con un gorro y en 1931 Coca-Cola le
dio su actual aspecto.
En el siglo XIII, San Nicolás era representado en Holanda
con una barba blanca, ropa eclesiástica, un saco de regalos para los
niños y montado en burro.
Los emigrantes holandeses fundaron en 1624
Nueva Holanda —hoy en día Nueva York— en el continente americano y
llevaron consigo esta tradición al otro lado del charco.
Los cristianos tomaron todos los elementos de las Saturnales para preservar y santificar esa celebración popular e hicieron coincidir el 25 de diciembre con el nacimiento del niño Jesús.
“La influencia de las Saturnales sobre las celebraciones de Navidad y
Año Nuevo ha sido directa y se sigue sintiendo en el mundo occidental”,
explica la misma enciclopedia.
En esos días, los romanos decoraban las
casas con plantas y candelas, celebraban banquetes y regalaban velas y
estatuillas de cera a sus familiares y amigos.
La Biblia no habla de tres Reyes Magos
En algunos países como España, es habitual que los niños
reciban regalos en la noche de Reyes.
Esta costumbre es una tradición
cristiana con varios siglos de historia.
Tiene sus orígenes tras el
nacimiento del niño Jesús, cuando los tres Reyes Magos le entregaron
oro, incienso y mirra.
En la Biblia, solo hay una referencia a estos magos.
Y en
ningún momento dice que sean “reyes”.
De hecho ni siquiera se aclara que
sean tres, ni mucho menos sus nombres, razas o incluso aspectos.
En el
Evangelio apócrifo de la Infancia de Tomás, del siglo II, ya se afirma
que se trata de tres magos, según recoge el periódico de la Iglesia católica en Colombia El Catolicismo.
También se les asignan los nombres con los que hoy en día conocemos a los Reyes de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar.
En la actualidad los grandes almacenes se han hecho eco de
todas estas tradiciones e incitan a la compra compulsiva de regalos.
Pero aunque no esté claro un único origen sobre por qué hacemos
obsequios en Navidad, cualquiera de estas tradiciones es una buena
excusa que puede servirnos para sorprender con un regalo a quienes nos
rodean.
Así son las tradiciones navideñas en diferentes países
Los regalos se abren en días diferentes en distintos países
del mundo.
Los niños holandeses los reciben en la víspera de San
Nicolás, el 5 de diciembre.
Un día más tarde, el día de San Nicolás, es
el turno de los menores en otros países europeos como Bélgica, Alemania y
República Checa
. En España, Reino Unido o Estados Unidos es habitual
recibir los obsequios el día de Navidad (25 de diciembre).
Los últimos
en abrir los presentes suelen ser quienes celebran la noche de Reyes (el
6 de enero).
Es decir, España y otros países católicos como México o
Argentina.
Además, también varía el lugar en el que se dejan los
regalos. En la mayor parte de Europa se ponen alrededor de los zapatos
de los menores o debajo del árbol de Navidad. Mientras tanto, en algunos
países como Reino Unido, Italia o Estados Unidos se suelen introducir
algunos obsequios en calcetines que cuelgan de la chimenea.