Los agentes tienen que determinar ahora si su muerte fue accidental o violenta.
El cadáver hallado este lunes a mediodía en un paraje escarpado de
Huelva es de Laura Luelmo, la maestra desaparecida el pasado miércoles
cuando salió a hacer senderismo, según han confirmado a EL PAÍS fuentes
de la investigación.
Los agentes tienen ahora que identificar las causas de la muerte, algo que determinará si el fallecimiento fue accidental o sufrió una muerte violenta.
La autopsia será clave para determinar estos aspectos.
La familia de Luelmo denunció su desaparición el pasado jueves, después de que la profesora de 26 años faltase a su puesto de trabajo y nadie de su entorno consiguiese contactar con ella.
Tras un registro en su domicilio, la Guardia Civil descubrió que faltaba ropa de deporte, unas zapatillas, unas llaves, el móvil y un monedero.
No se llevó su coche, un Kia de color azul que sigue aparcado en la calle paralela a su casa.
La última pista que tienen los investigadores es que su teléfono estuvo conectado por última vez a un repetidor en algún punto a nueve kilómetros al norte de Campillos, la población de unos 2.000 habitantes en la que se había alquilado una vivienda.
Fue el miércoles a las 20.00, apenas cuatro horas después de hablar con su novio por última vez.
El equipo que se encargó de la búsqueda de Diana Quer —la joven madrileña que desapareció en agosto de 2016 en la localidad gallega de A Pobra, cuyo cadáver apareció casi 500 días después— se ha unido a la investigación de la profesora zamorana.
La Guardia Civil ya ha descartado que se trate de una desaparición voluntaria pero trabaja con todas las hipótesis posibles y está tomando declaración a sus familiares y vecinos.
El hallazgo del cadáver se ha producido en torno a las 12.00, según ha confirmado por el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Gómez de Celis.
"Ha llamado una persona que estaba paseando por el campo alertando de la localización de un cuerpo", ha informado a los periodistas desplazados a Campillos.
Procedente de Zamora, Luelmo llegó a Nerva el pasado 4 de diciembre para cubrir una suplencia como profesora de Plástica en el Instituto Vázquez Díaz.
Tras unos días buscando vivienda, encontró una residencia en El Campillo, en la calle Córdoba, 13.
“Llegó el domingo pasado, pero ni tiempo me dio a verla”, reconoce una vecina a pocos pasos de la vivienda de la joven, ahora precintada por un cordón policial y custodiada por dos guardias civiles.
Desde esa casa modesta de pueblo, la profesora salió el pasado miércoles, entre las 16.00 y las 18.00 para practicar senderismo.
Desde la casa de la profesora se aprecia el paraje en el que se pierde la señal del teléfono: un paisaje minero aterrazado y rodeado de montañas escarpadas y boscosas.
“Por ahí hay un pantano y más allá, otro pantano, el de Campofrío. Es una zona con muchos pozos mineros”, ilustra un vecino que prefiere no decir su nombre.
Los agentes tienen ahora que identificar las causas de la muerte, algo que determinará si el fallecimiento fue accidental o sufrió una muerte violenta.
La autopsia será clave para determinar estos aspectos.
La familia de Luelmo denunció su desaparición el pasado jueves, después de que la profesora de 26 años faltase a su puesto de trabajo y nadie de su entorno consiguiese contactar con ella.
Tras un registro en su domicilio, la Guardia Civil descubrió que faltaba ropa de deporte, unas zapatillas, unas llaves, el móvil y un monedero.
No se llevó su coche, un Kia de color azul que sigue aparcado en la calle paralela a su casa.
La última pista que tienen los investigadores es que su teléfono estuvo conectado por última vez a un repetidor en algún punto a nueve kilómetros al norte de Campillos, la población de unos 2.000 habitantes en la que se había alquilado una vivienda.
Fue el miércoles a las 20.00, apenas cuatro horas después de hablar con su novio por última vez.
El equipo que se encargó de la búsqueda de Diana Quer —la joven madrileña que desapareció en agosto de 2016 en la localidad gallega de A Pobra, cuyo cadáver apareció casi 500 días después— se ha unido a la investigación de la profesora zamorana.
La Guardia Civil ya ha descartado que se trate de una desaparición voluntaria pero trabaja con todas las hipótesis posibles y está tomando declaración a sus familiares y vecinos.
El hallazgo del cadáver se ha producido en torno a las 12.00, según ha confirmado por el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Gómez de Celis.
"Ha llamado una persona que estaba paseando por el campo alertando de la localización de un cuerpo", ha informado a los periodistas desplazados a Campillos.
Procedente de Zamora, Luelmo llegó a Nerva el pasado 4 de diciembre para cubrir una suplencia como profesora de Plástica en el Instituto Vázquez Díaz.
Tras unos días buscando vivienda, encontró una residencia en El Campillo, en la calle Córdoba, 13.
“Llegó el domingo pasado, pero ni tiempo me dio a verla”, reconoce una vecina a pocos pasos de la vivienda de la joven, ahora precintada por un cordón policial y custodiada por dos guardias civiles.
Desde esa casa modesta de pueblo, la profesora salió el pasado miércoles, entre las 16.00 y las 18.00 para practicar senderismo.
Desde la casa de la profesora se aprecia el paraje en el que se pierde la señal del teléfono: un paisaje minero aterrazado y rodeado de montañas escarpadas y boscosas.
“Por ahí hay un pantano y más allá, otro pantano, el de Campofrío. Es una zona con muchos pozos mineros”, ilustra un vecino que prefiere no decir su nombre.