Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 dic 2018

Irene Villa se separa tras siete años de matrimonio y tres hijos

La escritora, que se hizo famosa por sufrir uno de los más cruentos atentados de ETA, asegura que ha sido una decisión “de mutuo acuerdo y no hay terceras personas”.

Irene Villa, en Madrid, el pasado 15 de noviembre. Irene Villa, en Madrid, el pasado 15 de noviembre.

Irene Villa se separa tras siete años de matrimonio con el empresario argentino Juan Pablo Lauro, con quien tiene tres hijos en común.
 La escritora, que se hizo famosa por sufrir uno de los más cruentos atentados de ETA, ha asegurado que se trata de una decisión de mutuo acuerdo, sin dramas ni terceras personas.
 “Hace un mes que firmamos los papeles de la separación, aunque aún está pendiente el divorcio”, ha dicho Villa a la revista ¡Hola!.
“Este verano nos dimos cuenta de que teníamos que tomar una decisión, pero no fue un drama.
 Aunque nuestras familias se han llevado un gran disgusto porque no se lo esperaban…en realidad nadie se lo esperaba”, ha contado la también periodista y psicóloga, que insiste en que la relación entre ellos seguirá siendo muy buena. 
“Siempre seremos una familia, aunque la convivencia se ha terminado”. “No es una decisión cerrada, que la vida da muchas vuelta y quién sabe si con el tiempo nos volvemos a encontrar y retomamos la relación donde la dejamos”, revela.
Irene Villa y Juan Pablo Lauro. 
Irene Villa y Juan Pablo Lauro. Europa Press
Villa se convirtió en la niña de todos los españoles cuando, a los 12 años, sufrió un grave atentado de ETA el 17 de octubre de 1991. Como consecuencia de la explosión de una bomba adosada al vehículo en el que viajaba con su madre, perdió las dos piernas y tres dedos de una mano, pero su valentía y sus ganas de superación ante la adversidad la convirtieron en un auténtico ejemplo de coraje.
Conoció a Juan Pablo Lauro en 2009, en la Fundación También, una organización de integración social de personas con discapacidad de la que la escritora formaba parte.
 Dos años después, en 2011, se casaron en Madrid. 
Tras casi 10 años de relación, y siete de matrimonio, la ya expareja son padres de tres hijos: Carlos, de seis años, Pablo, de tres, y Eric, de dos.
 Hace justo un año perdieron al cuarto hijo que esperaban debido a que el embarazo resultó ser ectópico, por lo que Villa se vio obligada a ligarse las trompas.
 “Hace un año, después de que me operaran yo sentí que cambié. Ese no ha sido el motivo, pero sí, quizá, el comienzo de algo.
 Por otra parte, Juan Pablo está haciendo realidad su sueño de ser piloto y eso también nos ha cambiado la vida, pero tampoco tiene nada que ver”, aclara Villa a la publicación.


La positividad que le caracteriza no desaparece tras esta decisión: “No siento que mi matrimonio haya fracaso, para nada.
 Más bien al revés, porque tengo la suerte de tener tres hijos maravillosos y un compañero de vida, en vez de pareja, y ojalá que sea para siempre, porque es una persona muy importante para mí”.


Kim Basinger, el ocaso tranquilo de quien fue mito erótico en los ochenta

La actriz que ha protagonizado el 'striptease' más imitado de la historia del cine, acaba de cumplir 65 años libre para hablar sobre su pánico escénico y sus adicciones.

 

Kim Basinger en el estreno de 'Cincuenta sombras más oscuras' en febrero de 2017 en Los Ángeles. En vídeo, la escena del 'striptease'.

Kim Basinger forma parte de la historia del cine, del arte de la seducción y del erotismo. 
La escena de la película Nueve semanas y media, en la que realizaba un striptease frente a un jovencísimo y atractivo Mickey Rourke, la catapultó a finales de los años 80 a la categoría de mito erótico, pero también la ha perseguido para siempre.
 Desde su estreno en febrero de 1986 han pasado más de 32 años pero la huella que dejó en la carrera y la vida de Basinger aún continúa.



Kim Basinger cumplió el pasado sábado 65 años, sigue siendo una mujer bella aunque su rostro refleje no sólo el paso del tiempo y las batallas estéticas por aminorar sus efectos, sino también las huellas de una vida no tan dorada como prometía su carrera en los ochenta. En 1983 una portada en la revista epítome del erotismo, Playboy, le abrió la puerta del cine y ese mismo año llegó su papel de Domino Petachi en Nunca digas nunca jamás, la chica Bond que baila en el filme con el más célebre agente secreto interpretado, en esa ocasión, por Sean Connery.
 Después llegaron las escenas junto a Mickey Rourke en un filme del que nadie recuerda el argumento pero sí las pasiones que levantó su protagonista femenina con su desnudo al ritmo de la música de Joe Cocker.
 Fue suficiente para que su nombre se asociara para siempre a una actriz convertida en objeto de deseo, y no se libró del peso de esta fama ni cuando consiguió el Oscar a Mejor Actriz Secundaria por su interpretación en L.A. Confidential en 1998.
Mickey Rourke y Kim Basinger en 1986 y en 2009.
Mickey Rourke y Kim Basinger en 1986 y en 2009.
Intentó con verdadero ahínco conseguir papeles más serios acordes a sus dotes como actriz, pero la sombra de un desnudo impecable la ha perseguido hasta ahora y ella permanece en las sombras cuando otras intérpretes han conseguido reengancharse gracias al auge de las series de televisión que han sacado del olvido a otras compañeras de generación.
 Su última aparición sobre una alfombra roja fue en 2017 cuando interpretó un papel simbólico en Cincuenta sombras más oscuras, otro filme que le volvió a recordar que el mito del erotismo la acompañará para los restos.
Su vida personal ha sido como sus películas una noria con altos, bajos y mucho tiempo de anodina soltería.
 Primero se casó con el maquillador Ron Snyder, un matrimonio que duró nueve años y que no tuvo hijos. 
 Después llegó a su vida el actor Alec Baldwin con quien estuvo casada desde 1993 hasta 2002 y tuvo a su única hija, Ireland.
 Esta relación, fotografiada hasta la extenuación por la fama de la que entonces disfrutaban los dos miembros de la pareja, acabó en un crudo proceso de divorcio con acusaciones de ida y vuelta para conseguir la custodia de la hija que tenían en común que entonces tenía siete años.
 Baldwin calificó a su exesposa de psicópata y de querer poner contra él a la niña. 
Muchos años después la actriz habló de aquella etapa y de lo desagradable que resultó para ella y su hija: “Un divorcio es difícil para un niño sin importar cómo se produzca. Pero el nuestro fue muy público y sucio.
 Crié a Ireland de una manera poco convencional. Solo quería que se sintiera libre. Si quería invitar a amigos y rayar las paredes con lápices, me parecía bien.
 Hoy estamos bien, la vida sigue”, dijo entonces. 
Pero bromeó diciendo que debería haber elegido mejor sus películas porque en una de ellas conoció a su exmarido. 
Para rodarla renunció a protagonizar el filme Durmiendo con mi enemigo. “¿No es curioso?”, afirmó entonces Basinger, “luego me fui precisamente a dormir con el enemigo”.
 En los últimos años mantiene una relación sentimental con Mitch Stone, quien fue su peluquero. 

Kim Basinger y Mitch Stone en Sicilia en junio de 2017.
Kim Basinger y Mitch Stone en Sicilia en junio de 2017. GtresOnline
Lo realmente curioso es que la mujer que elevó la temperatura de medio mundo es en realidad una tímida compulsiva afectada por el miedo escénico durante toda su vida profesional.
 La actriz no ha ocultado nunca que sufría frecuentes ataques de ansiedad y agarofobia, una situación con la que ha tenido que luchar durante años y que en ocasiones le ha hecho recluirse durante meses en su casa. 
“Todavía me pongo ansiosa a veces, pero ya no me paraliza como solía”, afirmó en una entrevista hace unos meses.

En la vida de la intérprete existen algunas curiosidades mucho menos conocidas que las sinuosas curvas de su cuerpo.
Sus compañeros de instituto han dicho que en su juventud Kim Basinger casi no hablaba y parecía una ermitaña. 
A los 16 años perdió una apuesta con su padre y se presentó a Miss Athens, la ciudad de Georgia donde nació. 
Allí desfiló, bailó, cantó y ganó y comenzó su nueva vida como modelo, trabajo con el que consiguió ganar bastante dinero pero que también ha confesado se gastó en estupefacientes.
 Durante mucho tiempo tuvo que luchar con sus adicciones hasta conseguir salir limpia de ellas.
Kim Basinger con su hija Ireland, que como ella es modelo.
Kim Basinger con su hija Ireland, que como ella es modelo.
Antes de que comenzara su relación sentimental con Alec Baldwin, por Hollywood corrió el rumor de que Kim Basinger había mantenido un tórrido romance con la actriz Jodie Foster. 
Nunca llegó a confirmarse pero sí es cierto que vivió una breve relación con el cantante Prince mientras rodaba Batman.
 De esta época manifestó: "Solo diré que no me puse ninguna restricción durante esa etapa". Saquen sus propias conclusiones.
 Eso sí, el romance la animó a probar suerte y sacar un disco, Hollywood affair, que según los críticos podía haberse ahorrado.
Los animales son una de sus grandes pasiones, ha llegado a tener casi veinte gatos y nueve perros, y según ella sus mascotas le hacen relativizar las cosas y los problemas del día a día.
 La música es otro de sus refugios. Su padre tocaba en una big band y a ella le encanta tocar el piano y la guitarra.
Cuando el dinero entraba sin límite en sus cuentas corrientes llegó a comprar un pueblo entero de Georgia, su estado natal, y pensó en crear un parque temático sobre Hollywood. 
El proyecto nunca llegó a hacerse realidad y la elevada indemnización que tuvo que pagar tras negarse a cumplir el contrato de una película que debía protagonizar, la obligó a malvenderlo y a retirarse una temporada.


Mientras otras actrices viven el ocaso de su carrera con desesperación, a Basinger no parece importarle demasiado.
 Aceptó el papel en Cincuenta sombras más oscuras por la insistencia de su hija y el brillo de las bambalinas no parece crearle inquietudes:
 “No siento presión por no estar donde solía”, afirmó en una entrevista.
 “Lo estuve y fui muy afortunada pero sería muy triste querer tener 20 años otra vez”.
 Si a alguien todavía le queda un resto de duda, otras declaraciones de la actriz les sacaran del error: “Rezo cada noche para que este planeta piense en el futuro en algo más que en Nueve semanas y media” y “Lo que recuerde la gente de mí me importa poco, la verdad”.

El drama de Massiel tras confesar que se está quedando ciega

La popular cantante afronta uno de los momentos más difíciles de su vida ante una enfermedad ocular degenerativa e incurable.

 


La cantante Massiel en octubre pasado.
La cantante Massiel en octubre pasado. GTRES

11 dic 2018

Jesús Aguirre, otra vez............................ Manuel Vicent

Hijo natural, homosexual, hubiera pasado sin pena ni gloria por esta vida de no haber entrado a saco con todo el desparpajo a formar parte de la Casa de Alba.

Jesus Aguirre La duquesa de Alba y Jesús Aguirre, en marzo de 1978.

Jesús Aguirre, decimoctavo duque de Alba, fue un personaje de ficción.
 En el París de entreguerras pudo haber sido una criatura de Marcel Proust; y en España, sin duda, Ramón del Valle-Inclán lo hubiera introducido en la Corte de los Milagros.
 Su vida forma parte del esperpento de medio siglo XX como un reflejo deformante de los espejos del callejón del Gato. 
No obstante, fue un personaje real, no solo un ente literario.
 Hijo natural, excura, homosexual, rodeado de teólogos alemanes, de escritores e intelectuales progresistas españoles, Jesús Aguirre hubiera pasado sin pena ni gloria por esta vida de no haber entrado a saco con todo el desparpajo a formar parte de la Casa de Alba.
Así recibieron la noticia sus amigos. 
“El cura Aguirre, ¡duque de Alba! Es lo mejor que nos ha pasado en la vida”, exclamó José María Castellet
 “Primera impresión, desconcierto. Primera reflexión, entusiasmo”, fue el telegrama que le mandó Carlos Barral. 
“Vamos a convertir Liria en nuestro Palacio de Invierno”, gritaron chocando las copas sus amigos progresistas en la tertulia de Parsifal, un sueño que, por supuesto, no se realizó.

La duquesa no entendía por qué se escandalizaba la gente.

 Era viuda, se casaba con un hombre soltero del que estaba enamorada y, por otra parte, era una mujer que se había puesto el mundo por montera y había hecho siempre lo que le había dado la gana.

 Lo que criticaba la gente no era la boda, sino la personalidad del novio, un excura con fama de izquierdista liberal, con ocho años menos que la duquesa y al que muchos consideraban un arribista cazadotes.

Pedida y boda de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, con Jesús Aguirre, en el palacio de Liria de Madrid. Los novios en un salón del palacio.  
 
Pedida y boda de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, con Jesús Aguirre, en el palacio de Liria de Madrid. Los novios en un salón del palacio.

 

Antes de ser nombrado director general de Música por Pío Cabanillas, nuestro Jesús Aguirre se tomaba las vacaciones en julio, siempre invitado, esta vez allá por 1976, por su amigo el famoso jurista Matías Cortés y Mai, su primera mujer, en su casa de Marbella.
 Una tarde, su amigo dio una copa y por allí de forma imprevista cayeron los duques de Arión acompañados por Cayetana de Alba. Aguirre en la hamaca lucía un pareo, barba negra, melena sobre las orejas y gafas de espejo.
 Frente a estos aristócratas comenzó a lanzar algunas maldades ingeniosas con el afán de epatar como siempre, pero esta vez sin demasiado éxito porque al final cuando se largaron estos invitados Jesús le dijo a Matías: 
“Esta Cayetana me ha caído de la patada”. 
Y, a su vez, de vuelta a casa en el coche Cayetana le dijo a su amiga “A mí este hombre me ha parecido un fatuo, un impertinente”. 
La próxima vez, nombrado director general de Música, Jesús y Cayetana se reencontraron en el palco principal del teatro de la Zarzuela y el sortilegio entre los dos se produjo mientras sonaba la barcarola de Los cuentos de Hoffman.
Desde ese palco se lanzó Jesús a la toma de la alta sociedad. Adoraba a los amos, despreciaba a los criados y con una boutade volteriana dejaba admirados a los distinguidos comensales de la nobleza poco leídos.
 Era como un encantador de serpientes, mejor dicho, era la propia serpiente del paraíso dispuesto a regalar a cualquier Eva de alta cuna la manzana de su inteligencia divertida, cáustica y provocativa. 
Todo le parecía fácil. Primero lo intentó con la princesa Irene de Grecia.
 ¿Por qué no enamorarla con una maldad unida a un verso de Hölderlin? Pero un día el rey Juan Carlos le paró: “Jesús, por ahí no. Pon tu fe en otra caza”.
 Jesús le contestó: “Majestad, la fe es la salvación, pero no un consuelo”.
 Jesús Aguirre que ya se movía a sus anchas por los salones de la aristocracia cañí, bajó el tiro y se consoló jugando a seducir a la duquesa de Alba.
Un instante de la boda de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba, con Jesús Aguirre, en el palacio de Liria de Madrid. 
Un instante de la boda de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba, con Jesús Aguirre, en el palacio de Liria de Madrid.
“Lo mío con Jesús fue un flechazo en toda regla”, dijo Cayetana. “Yo presidía la asociación de Amigos de la Ópera y fui al ministerio a hablar con él. 
Cuando estuve a punto de marchar me preguntó si me podía llamar. Le dije que sí. A los dos días fuimos a almorzar.
 Luego vino otra cita y luego otra”.
 A partir de ese momento se veían discretamente en Liria, en el castillo de Malpica de los duques de Arión, en cortijos y casas solariegas cedidas por los amigos.
 La duquesa veía en Aguirre a un tipo cortés, divertido, brillante, que sabía de todo, que a cualquier pregunta tenía una respuesta erudita o mordaz.
 Cayetana, amiga de toreros, de flamencos, de gitanos, de bailarines y de actores no estaba acostumbrada a un ser para ella extraterrestre.
Eran las doce y cuatro minutos del 1 de marzo de 1978 cuando Cayetana, duquesa de Alba y un antiguo clérigo volteriano se casaron en la capilla de Liria.
 “Al principio fue difícil”, manifestó la duquesa.
 “Era una persona nueva que entraba en nuestra familia, pero con el tiempo se creó una armonía estupenda entre nosotros. 
De todos los hombres que han pasado por mi vida, Jesús ha sido el que más lejos me ha llevado en mis éxtasis”. ¿Quién podría negarlo?
 La convivencia llena de chismes y quebrantos duró 23 años. 
Jesús Aguirre murió el 11 de mayo de 2001, solo, abandonado en un rincón del palacio de Liria mientras Cayetana estaba en Sevilla entregando un trofeo a Curro Romero.

Un pésimo recuerdo

EL PAÍS
Los hijos de la duquesa siempre miraron con resquemor esta relación, aunque han tardado años en hablar públicamente de esa época. 
Tres de ellos se han pronunciado. Eugenia, Cayetano y Fernando. La pequeña de los Alba abrió la caja de pandora en el programa de Jesús Calleja: “Aguirre fue pésimo para nosotros. Era muy culto, pero cero humano. Era muy malo”. 
Cayetano Martínez de Irujo también se pronunció sobre él en el programa de Televisión Española Lazos de sangre: “Jesús llegó después de la muerte de mi padre y me dijo que yo estaba bajo su mando. 
Y de eso nada”, afirmó entonces. 
Ahora, Cayetano ha apoyado las palabras de su hermana Eugenia en unas declaraciones a Semana
“Ratifico lo que ha dicho mi hermana al cien por cien, no tiene vuelta de hoja. Jesús fue nefasto, una cosa durísima y tremenda para todos”. 
El cuarto de los hijos varones, Fernando, también ha dado su opinión sobre el que fue marido de su madre: “Aguirre era un hombre muy retorcido”.