La escritora, que se hizo famosa por sufrir uno de los más cruentos atentados de ETA, asegura que ha sido una decisión “de mutuo acuerdo y no hay terceras personas”.
Irene Villa, en Madrid, el pasado 15 de noviembre. cordon pres
Irene Villa se separa tras siete años de matrimonio con el empresario argentino Juan Pablo Lauro, con quien tiene tres hijos en común.La escritora, que se hizo famosa por sufrir uno de los más cruentos atentados de ETA, ha asegurado que se trata de una decisión de mutuo acuerdo, sin dramas ni terceras personas.
“Hace un mes que firmamos los papeles de la separación, aunque aún está pendiente el divorcio”, ha dicho Villa a la revista ¡Hola!.
“Este verano nos dimos cuenta de que teníamos que tomar una decisión, pero no fue un drama.
Aunque nuestras familias se han llevado un gran disgusto porque no se lo esperaban…en realidad nadie se lo esperaba”, ha contado la también periodista y psicóloga, que insiste en que la relación entre ellos seguirá siendo muy buena.
“Siempre seremos una familia, aunque la convivencia se ha terminado”. “No es una decisión cerrada, que la vida da muchas vuelta y quién sabe si con el tiempo nos volvemos a encontrar y retomamos la relación donde la dejamos”, revela.
Conoció a Juan Pablo Lauro en 2009, en la Fundación También, una organización de integración social de personas con discapacidad de la que la escritora formaba parte.
Dos años después, en 2011, se casaron en Madrid.
Tras casi 10 años de relación, y siete de matrimonio, la ya expareja son padres de tres hijos: Carlos, de seis años, Pablo, de tres, y Eric, de dos.
Hace justo un año perdieron al cuarto hijo que esperaban debido a que el embarazo resultó ser ectópico, por lo que Villa se vio obligada a ligarse las trompas.
“Hace un año, después de que me operaran yo sentí que cambié. Ese no ha sido el motivo, pero sí, quizá, el comienzo de algo.
Por otra parte, Juan Pablo está haciendo realidad su sueño de ser piloto y eso también nos ha cambiado la vida, pero tampoco tiene nada que ver”, aclara Villa a la publicación.
La positividad que le caracteriza no desaparece tras esta decisión: “No siento que mi matrimonio haya fracaso, para nada.
Más bien al revés, porque tengo la suerte de tener tres hijos maravillosos y un compañero de vida, en vez de pareja, y ojalá que sea para siempre, porque es una persona muy importante para mí”.
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