15 oct 2018
Los dos vestidos de Zara que lograron colarse en la boda de Eugenia de York
Dos invitadas al enlace real apostaron por diseños de la hermana mayor de Inditex.
Hace unos días, Sassa de Osma hacía lo propio.
Parece que vestir de una gran cadena en un evento de postín está de moda.
Clara Ferrero
Tampoco Kate Middleton se quedó atrás con el vestido de Alexander McQueen que escogió para la ocasión.
La lista podría seguir mencionando el Stella McCartney de Demi Moore, el esmoquin de Armani de Cara Delevingne o el Ralph & Russo de Naomi Campbell.
Pero entre todas estas grandes marcas se coló un diseño mucho más asequible firmado por Zara.
Una de las invitadas al enlace, capturada por los fotógrafos del brazo de otras dos asistentes, eligió una túnica de la marca española.
Se trata de un vestido de estampado geométrico, manga larga y contraste en el bajo que cuesta 49,95 euros y que, de momento, está disponible en todas las tallas.
No fue la única que confió en la enseña de Inditex para asistir al enlace real.
Tal y como ha detectado Claudia Mayo, al frente de la cuenta de Instagram @invitadalowcost, otra de las asistentes al evento (Louisa Clare Wentworth-Stanley, aristócrata y hermana del actual novio de Cressida Bonas) eligió un vestido de corazones con volante en el bajo de Zara (39,95 euros) y zapatos negros calados de la misma marca (49,95 euros).
Muchos comentarios en redes sociales aplauden la elección de ambas argumentando que sus looks demuestran que no hace falta invertir mucho dinero en vestidos de invitada para acertar.
Incluso si se acude a una boda real.
Hace unos días Sassa de Osma hacía lo propio dejándose ver junto a Christian de Hannover en la boda de María Vega-Penichet y Fernando Ramos de Lucas con un vestido de Uterqüe.
El diseño, de corte midi, manga corta y corte camisero con cuadros vichy (129 euros) la convirtió en una de las mejor vestidas del enlace para muchas publicaciones especializadas y logró agotar online el diseño de la firma más sofisticada de Inditex en todas las tallas.
A pesar de que muchos temen coincidir con otra invitada si compran el look en una cadena de moda pronta, Sassa de Osma demuestra que puede ocurrir justo al contrario.
Mientras que el vestido de cuadros de Uterqüe la convirtió en una de las asistentes más aplaudidas y originales de la boda de María Vega-Penichet, el pasado fin de semana coincidía con el mismo look que otra invitada en el enlace de Eugenia de York.
En esta ocasión no eligió un diseño de Inditex, sino un vestido floral de Andrew Gn.
Justo el mismo por el que se decantó otra anónima invitada que, al entrar a la capilla de San Jorge justo detrás de la presentadora y diseñadora Marrisa Montgomery, acabó colándose en varias instantáneas del evento evidenciando la coincidencia.
Aunque cada vez es más común ver a celebrities y miembros de la realeza luciendo diseño de Zara y otras firmas low cost (la propia reina Letizia suele llevar vestidos y complementos de estas marcas), resulta llamativo que se decanten por diseños asequibles en eventos de postín como una boda real.
Después de ver ropa de Zara, Topshop, H&M o Mango en grandes alfombras rojas y entregas de premios y tras esta reciente oleada de invitadas reales con diseños que cualquiera podría comprar, no hay duda de que cada vez son más las que prefieren no dejarse mucho presupuesto en un vestido que, probablemente, luzcan una única vez.
Incluso aunque su cuenta bancaria pueda permitirles el capricho más que de sobra.
Julián Contreras no tiene casa y vive con 160 euros al mes
El hermano de Francisco y Cayetano Rivera ha desvelado que tiene tres maletas y duerme cada noche en casa de algún amigo junto a su padre que se está quedando ciego.
El pasado 21 de septiembre saltaba la noticia de que Julián Contreras y su padre habían sido desahuciados de su casa porque llevaban meses sin pagar el alquiler.
Al ser interrogado por la situación, el hijo de la fallecida Carmen Ordóñez no negó los hechos pero dio evasivas.
Casi un mes después, Contreras ha admitido cuál es la situación en la que se halla. "Me siento en exclusión social. Llevo dos años en concurso de acreedores.
Vivo con 160 euros al mes. Uno cree que esto solo le pasa a las familias desestructuradas, pero no es así.
He pasado hambre, he vivido sin luz, sin agua, sin gas... Te dejan sin margen y te vas ahogando", y afirma: "Si me meten en [la cárcel de] Soto del Real, viviría mejor. Por lo menos tendría asegurada la comida".
¿No tiene familia paterna? Sus hermanos de madre siempre le han ayudado, sin duda alguna, pero parece que no soluciona nada.
Las declaraciones las ha hecho en exclusiva al diario La Razón: "Yo ahora tengo toda mi vida en tres maletas y mi padre, en cinco. Es lo único que hemos podido salvar después de que nos echaran de la casa.El resto, mi ropa, muebles, fotos, mis libros, que son mi vida, eso está todo perdido".
Y añade: "Desde que me desahuciaron y no me dieron ni la prórroga de 30 días que establece la ley, cada día hemos dormido en un lugar.
La primera, un amigo dentista nos dejó un sótano de su consulta. Así vamos tirando, de nosotros y de nuestras maletas" .
Contreras, además, explica la delicada situación que vive su progenitor: "Mi padre se está quedando ciego.
Imagínense cómo se vive esto si cada noche dormimos en un sitio distinto. Lo más lesionado que tiene es la visión periférica.
Si tú le pones una mesa debajo de las rodillas, sabes que se va a golpear"
Paradójicamente, este palo llega en una época de celebración laboral para Contreras hijo, que acaba de fichar para trabajar de colaborador en la televisión.
En el programa Corazón (TVE) coincide con su cuñada, Lourdes Montes, esposa de Fran Rivera. Contreras no mantiene relación con sus hermanos Francisco y Cayetano Rivera.
Las rencillas entre ellos son habituales. Julián, es el hermano por parte de madre que menos suerte ha tenido.
Vivió junto a Carmina Ordóñez durante sus últimos años y alguna vez ha deslizado palabras que hacen entender que se sintió abandonado por sus hermanos mayores en momentos duros, en los que las adicciones de su madre pudieron llegar a sobrepasarle. Después ha pasado por situaciones propias de depresión, negocios fallidos y problemas económicos.
Su padre es hijo de un profesor de Instituto, que estudió para aparejador porque no le dejaron dedicarse a la música y que en cuanto pudo abandonó su trabajo junto a un arquitecto sevillano para probar suerte en su pasión.
Cuando el eterno aspirante a cantante se divorció en 1994, diez años después de su boda con ella, resumió en un frase su trayectoria:
"No me han respetado como persona ni como artista. Para la gente yo solo era el marido de Carmen Ordoñez".
La misteriosa vida de Miguel Bosé en México................ Jon Martín Cullell..
El cantante mantiene un perfil discreto y todavía no se ha dejado ver en público desde que se mudó a la capital azteca hace un par de meses.
Llegó acompañado de dos de sus hijos y con 11 maletas.
Miguel Bosé se ha mudado a México por la puerta de atrás,
como un auténtico bandido.
El cantante, de 62 años y residente en Panamá
durante los últimos tres, confirmó su traslado a la capital azteca
a finales de septiembre, tres meses después de que Hacienda lo
incluyera en la lista negra de morosos.
“Ahora estoy viviendo en México
por razones de familia y trabajo”, respondió a Efe en un cuestionario
por escrito.
Pero, extraño para una ciudad donde conviven diariamente
casi 20 millones de habitantes, todavía no se le ha visto en público y
los detalles sobre su nueva vida son un secreto guardado bajo llave.
“Está
más escondido que un bandolero, pero no vienes a Ciudad de México para
tratar de esconderte”, bromea Gilberto Barrera, un veterano periodista
del corazón de la cadena Televisa.“Su cabeza tiene un precio entre los paparazis”, asegura este conocedor del mundo de los famosos.
Pero los fotógrafos de la prensa rosa todavía no han dado con el cantante.
Y se ha convertido para ellos en uno de los personajes más buscados del país.
Pese al tamaño de la capital mexicana, la mayor aglomeración urbana del continente, no hay tantas zonas susceptibles de ser residencia del cantante.
Según fuentes cercanas al músico, la familia Bosé vive en una exclusiva urbanización en el barrio de Interlomas, una zona alejada del bullicio de la capital, donde abundan los coches de alta gama y los condominios de lujo con nombres como La Isla de Agua o Hacienda de la Soledad.
El complejo residencial elegido por el cantante está protegido por estrictas medidas de seguridad donde las casas cuentan con jardín y piscina privada, ideal para sus hijos (Diego, Tadeo, Ivo y Telmo, nacidos en 2011).
Bosé fue visto a su llegada con dos de ellos y 11 maletas a mediados de agosto.
En el aeropuerto le esperaban representantes de la promotora de espectáculos OCESA.
Otro de los beneficios del barrio para un famoso es precisamente la cercanía de colegios privados de prestigio.
De hecho, dos de los vástagos del cantante han empezado en primaria, según las mismas fuentes, en un centro laico y bilingüe de la zona, frecuentado por hijos de expatriados.
Dispone de amplias instalaciones deportivas, como una cancha de baloncesto y dos campos de fútbol, y un abanico de actividades extraescolares, desde taekwondo hasta hip hop.
Aunque el curso escolar empezó hace un par de meses, no han trascendido fotografías del cantante y sus hijos a las puertas del colegio, señal del empeño del artista por pasar inadvertido.
“No me he percatado y eso que me encantan sus canciones”, dice Darien, trabajadora de un supermercado cercano a la escuela. “Ahora prestaré más atención”, reconoce entre risas.
Miguel Bosé, junto a dos mujeres de la organización Patrimonio Indígena MX, el pasado agosto.
A Christian García, presidente del club de fans oficial de Bosé en México, no le extraña la discreción del cantante, siempre muy celoso de su intimidad.
“Le molesta que le molesten”, dice.
De hecho, ahora que su ídolo se ha mudado a México, las admiradoras mexicanas a menudo le preguntan por su paradero, y García prefiere hacerse el loco.
“Son capaces de buscarlo donde sea y tirarse encima”, cuenta quien hace unas semanas asegura haber acompañado al cantante en el avión rumbo a un concierto en Medellín (Colombia).
Pese al misterio que rodea la nueva vida del cantante, el destino no sorprende.
Primero, porque México es su principal mercado en Latinoamérica y desde hace 35 años lo visita con frecuencia durante sus giras por el continente.
En 2012 formó parte del jurado de la versión mexicana del programa televisivo La Voz y en 2017 inauguró su gira Estaré con tres conciertos en la capital mexicana que colgaron el cartel de agotado.
Además, tiene otros amarres: su discográfica Warner Music cuenta con oficinas en la capital, y desde 2015 gestiona su carrera la empresa de representación OCESA, filial del grupo mexicano CEI. Con estos apoyos y tras cuatro años sin sacar nuevo disco, Bosé prepara en México su próximo álbum, que previsiblemente saldrá a la venta en 2019.
Pero su conexión con el país va más allá de lo profesional.
En México tiene un círculo de amigos reducido pero sólido, fruto de sus constantes visitas.
De entre sus amistades más cercanas en la capital azteca destacan músicos como Benny Ibarra y Sasha Sokol, integrantes de la banda pop Timbiriche; empresarios como Miguel Alemán, dueño de la aerolínea Interjet y nieto de un expresidente mexicano, y Miguel Soberón, director general del Grupo CIE.
Recientemente se ha incorporado un nuevo miembro al círculo: el actor Diego Boneta, que interpreta al cantante Luis Miguel en la serie de Netflix.
El traslado de Bosé también se ha analizado desde el punto de vista fiscal.
Aunque la presión impositiva es similar en España y México, la mudanza llega unos meses después de que el cantante apareciera en la lista negra de morosos por deber 1,8 millones de euros (casi 2,1 millones de dólares) a Hacienda.
Para pagar sus impuestos en México, el cantante tendrá que vivir en este país al menos 183 días durante 12 meses o demostrar que obtiene la mayoría de sus ingresos en el país, según Roberto Colín, del Colegio de Contables de México.
Sigue la estela de Ana Torroja, vocalista de Mecano, que se mudó a la capital mexicana tras ser condenada en 2014 al pago de 1,5 millones de euros a Hacienda.
En 2015 ya se especuló sobre las razones que le empujaban a mudarse a Panamá, lugar donde nació, además de paraíso fiscal.
Él declaró que buscaba una tranquilidad para su familia que no encontraba en España.
El perfil bajo que ha mantenido hasta ahora en México parece casar con ese cambio de vida anunciado tras el nacimiento de sus hijos. Antes, como dijo en el Festival de Viña del Mar a principios de año, fumaba y bebía “de todo y más”.
Ahora prefiere, quedarse en casa. Quizás, en honor de su nuevo hogar, con una chela (como se llama coloquialmente la cerveza en México) en la mano.
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