Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 oct 2018

Joaquín Torres, el arquitecto de los famosos, se declara en concurso de acreedores

Los bienes del empresario, que desde 2017 es pareja de Raúl Prieto, uno de los hombres fuertes de La Fábrica de la Tele, serán controlados por un administrador que tendrá que autorizar todos sus gastos y negociar con sus acreedores.

Joaquín Torres en una fotografía de archivo en un acto en Madrid.

 Joaquín Torres en una fotografía de archivo en un acto en Madrid. 

Joaquín Torres es un símbolo.

 Ha sido el arquitecto de los nuevos ricos, incluso cuando estalló la burbuja inmobiliaria y la construcción casi se paralizó en España.

 El nombre que se usa para designar un estilo de vivienda, una forma de vida y un estatus económico porque sus casas cotizan en millones de euros.

 Su nombre y el de A-cero, el estudio de arquitectura que fundó en 1996 junto a Rafael Llamazares, está ligado a un tipo de viviendas que rompió moldes en su momento y que ha creado un modelo de casas de apariencia minimalista y concepto integral, ya que sus creadores entienden los proyectos como un todo en el que desde el paisajismo al interiorismo forman parte del proyecto.

Pero Joaquín Torres también es en sí mismo un espectáculo, un provocador, un charlatán casi incontenible y un profesional convertido en personaje desde el día en el que decidió sin consultar con nadie que salir en televisión era la forma de conseguir su obsesión: 
dar a conocer su arquitectura incluso arriesgándose a ser clasificado como un bufón por los arquitectos más puristas.
 Fernando Hierro, Carlos Sainz, Fonsi Nieto, Ronaldo, Penélope Cruz y Javier Barden, Gonzalo Miró, Alejandro Sanz o Fernando Torres han sido algunos de sus famosos clientes.
“Desde que empecé en 1996”, dijo a este diario en una entrevista realizada por Jesús Rodríguez para El País Semanal, “tuve claro que de lo que se trataba era de vender, y el márketing era básico. Teníamos que ser noticia.
El tiempo me ha dado la razón”.
 Estas palabras las pronunciaba en 2012, cuando la crisis económica que arrasaba estudios de arquitectos parecía ajena al suyo.
 Pero desde el pasado 29 de septiembre, según publicó el Boletín Oficial del Estado, Joaquín Torres es también una persona que se ha declarado voluntariamente en concurso de acreedores.
De momento se desconocen los motivos que le han llevado a recurrir a esta figura legal pero conviene aclarar que le afecta a él como persona física y no a su estudio de arquitectura, que como negocio independiente tiene personalidad jurídica propia y aparentemente no pasa por problemas económicos.
 Este proceso significa que es Joaquín Torres quien se declara en quiebra, un recurso al que puede recurrir cualquier persona física desde que se aprobó en 2015 la que se conoce como Ley de Segunda Oportunidad, que permite que un particular pueda presentar concurso voluntario para liquidar sus bienes y conseguir que se condonen parte de sus deudas.
El arquitecto Miguel Torres con su actual pareja, Raúl Prieto, el pasado mayo.
El arquitecto Miguel Torres con su actual pareja, Raúl Prieto, el pasado mayo. GtresOnline
Para llegar a este punto Joaquín Torres, como cualquier otro que quiera recurrir a esta ley, ha tenido que acreditar judicialmente que no puede hacer frente a determinados pagos, que es insolvente o lo puede ser a corto plazo.
 También tiene que haber intentado previamente llegar a un acuerdo extrajudicial con sus acreedores, una situación en la que Torres ha estado trabajando desde la pasada primavera sin llegar a una solución.
 Una vez sin acuerdos es cuando el acreedor, en este caso Torres, se dirige al juzgado para declararse en concurso voluntario, un hecho que solicitó el pasado día 17 de septiembre.

Desde que la nueva situación de Joaquín Torres se publicó en el BOE, la ley establece que “las facultades del deudor quedan sustituidas por la Administración concursal”, es decir que un administrador se encarga de gestionar desde ese momento las cuentas personales del arquitecto, que deberá pedir autorización para sus gastos.
 Este mismo administrador se encarga de negociar con los acreedores cómo se pagarán las deudas, lo que implica que Torres tendrá una asignación para sus gastos básicos —ropa, facturas de su vivienda y comida— y el resto quedará sujeto a criterio del administrador para ir amortizando las deudas que haya contraído hasta el momento el arquitecto.
La situación no es nueva para el mediático arquitecto.
 En 2014 ya solicitó concurso para la sociedad limitada A-Cero Inmobiliaria, que acumulaba más de diez millones de euros en impagos, aunque según la versión que entonces facilitó Torres se trataba de deudas que en realidad eran de una de las empresas ligadas a la familia propietaria de la exclusiva urbanización La Finca, entorno en el que están ubicadas algunas de las millonarias construcciones que se le atribuyen al arquitecto y su estudio.

 
Joaquín Torres y su exmujer, la pintora Mercedes Rodríguez, en 2013.
Joaquín Torres y su exmujer, la pintora Mercedes Rodríguez, en 2013. GtresOnline
Joaquín Torres ha sido lo que se conoce popularmente como un rico de familia.
 Su padre es Juan Torres Piñón, un ingeniero de caminos que fue socio de Florentino Pérez, el actual presidente del Real Madrid, en diversas aventuras empresariales hasta que fundaron juntos el imperio ACS.
 En 1998 sus destinos se separaron después de llegar a un acuerdo económico que dejó la economía de la familia Torres más que saneada.
 Una fortuna que se sigue moviendo en el mundo de la construcción, las inmobiliarias, el ocio y las energías limpias. 
El arquitecto, además de tener sus propias empresas, comparte con su familia la sociedad propietaria en un 99% de Cartera Kairos, la empresa matriz de los negocios familiares.
“Cuanto más mediático eres, cuanto más destacas, peor te trata el gremio. 
Y si encima tienes un padre rico y haces casas para Ronaldo, Raúl, Alejandro Sanz o Bardem, que son las estrellas de nuestro tiempo, te machacan. 
Cuestión de envidia. Soy un maldito entre esos arquitectos superestirados, vestidos de negro y con portaminas en el bolsillo de la chaqueta de Prada”, dijo Torres en su entrevista con El País Semanal.
 Además de por su verbo ligero, Joaquín Torres también se convirtió en personaje de la prensa del corazón en 2015, fecha en la que su mujer, la pintora Mercedes Rodríguez, solicitó el divorcio alegando diversas infidelidades. 
En julio de 2017 el arquitecto oficializaba su relación sentimental con Raúl Prieto, entonces director del programa Sálvame, de Telecinco, y uno de los hombres fuertes de la productora La Fábrica de la Tele. 
 Desde entonces la pareja no ha ocultado su relación y han aparecido juntos en numerosos actos sociales o han compartido fotografías de sus vacaciones en las redes sociales, como ha ocurrido este verano, cuando han viajado a Maldivas y Hong Kong.  

 

 

Historia trágica del pop-rock español: 26 transgresores que nos dejaron demasiado pronto

La música de este país está llena de cicatrices: músicos talentosos que se quedaron en la cuneta. Estos son algunos. Nos quedan sus canciones.

Poch (Derribos Arias) Quién. Ignacio María Gasca ‘Poch’ (San Sebastián, 1956- 1998), verso libre del pop español de los ochenta.
 Pasó por varias formaciones, pero fue en Derribos Arias donde desarrolló en todo su esplendor su actitud punk esquizoide y su música audaz.
Cómo se fue.
A los 42 años, víctima de la enfermedad de Huntington.
 Unos años antes se había retirado de la música buscando refugio en su familia.
 Veía su final cerca. Antes de dedicarse profesionalmente a la música fue estudiante de Medicina.
 Por lo tanto, conocía los efectos de esta enfermedad degenerativa y las recomendaciones de los especialistas de llevar una vida moderada y tranquila.
 No les hizo caso: prefirió vivir intensamente.
Por qué lo echamos de menos. Porque el mundo necesita artistas osados.
 Y Poch andaba sobrado de esta actitud única y surrealista. Si no lo conoces, en YouTube puedes disfrutar de su particularísimo talento: ‘Branquias bajo el agua’, ‘O flúor’, ‘Aprenda alemán en siete días’… Maravillosas.

  Quién.  Antonio Vega Tallés (Madrid, 1957- 2009), líder de Nacha Pop, autor de 'Chica de ayer' y responsable de que no haya ningún ser humano en este país al que no le guste alguna de sus canciones.    Cómo se fue.  Antonio Vega arrastró durante años una dependencia a la heroína. España asistió a una descomposición física que no le impedía ofrecer conciertos: con poco que hiciera valía por mucho. Alguien dijo de él que tenía una “mala salud de hierro”. Un día llegó la triste noticia. Murió de un cáncer de pulmón con 51 años.    Por qué lo echamos de menos.  Porque la palabra sensibilidad cobraba sentido cuando Antonio Vega abría la boca y cantaba esas letras que unas veces tocan el alma y otras la arañan.   
Antonio Vega Quién. Antonio Vega Tallés (Madrid, 1957- 2009), líder de Nacha Pop, autor de 'Chica de ayer' y responsable de que no haya ningún ser humano en este país al que no le guste alguna de sus canciones.
Cómo se fue. Antonio Vega arrastró durante años una dependencia a la heroína.
 España asistió a una descomposición física que no le impedía ofrecer conciertos: con poco que hiciera valía por mucho. Alguien dijo de él que tenía una “mala salud de hierro”.
 Un día llegó la triste noticia. Murió de un cáncer de pulmón con 51 años.
Por qué lo echamos de menos.
 Porque la palabra sensibilidad cobraba sentido cuando Antonio Vega abría la boca y cantaba esas letras que unas veces tocan el alma y otras la arañan.





  Quién.  Evangelina Sobredo ‘Cecilia’ (Madrid, 1948- Zamora, 1976), cantautora de los años setenta que ha sido reivindicada con el transcurso de los años por gente tan dispar como Miguel Bosé o bandas del pop independiente español.    Cómo se fue.  En un accidente de tráfico, cuando contaba 27 años. Había actuado en Vigo y se dirigía a Madrid para una grabación. Estamos a mediados de los 70, con una España llena de carreteras secundarias chapuceras. Su Seat 124 se estrelló contra un carro de bueyes en Colinas de Trasmonte (Zamora).    Por qué la echamos de menos.  Porque Cecilia era distinta, nuestra Joni Mitchell, a pesar de que fue domesticada por la potente CBS para convertirla en una cantante de pop comercial. A ella le gustaba el folk con ínfulas intelectuales. Hubiese sido interesante ver su evolución ya en los años de libertad en España. Pero esa vertiente de la España negra que eran unas infraestructuras indecentes (las carreteras) se la llevó.    
Cecilia 
Quién. Evangelina Sobredo ‘Cecilia’ (Madrid, 1948- Zamora, 1976), cantautora de los años setenta que ha sido reivindicada con el transcurso de los años por gente tan dispar como Miguel Bosé o bandas del pop independiente español.
Cómo se fue. En un accidente de tráfico, cuando contaba 27 años.
 Había actuado en Vigo y se dirigía a Madrid para una grabación.
Estamos a mediados de los 70, con una España llena de carreteras secundarias chapuceras.
 Su Seat 124 se estrelló contra un carro de bueyes en Colinas de Trasmonte (Zamora).
Por qué la echamos de menos.
  Porque Cecilia era distinta, nuestra Joni Mitchell, a pesar de que fue domesticada por la potente CBS para convertirla en una cantante de pop comercial.
A ella le gustaba el folk con ínfulas intelectuales. Hubiese sido interesante ver su evolución ya en los años de libertad en España.
 Pero esa vertiente de la España negra que eran unas infraestructuras indecentes (las carreteras) se la llevó.

  Quién.  Sergio Algora (Zaragoza, 1969- 2008), uno de los tipos más personales de la explosión del pop independiente español de los noventa. Formó parte, como cantante y letrista, de El Niño Gusano y La Costa Brava.    Cómo se fue.  Algora tenía una dolencia cardiaca congénita. Convivía con ella, con unos rígidos tratamientos. Él respondía a ella con humor y mucha vitalidad. Hasta que un día, cuando contaba 39 años, el corazón se le paró mientras dormía.    Por qué lo echamos de menos.  Porque sus letras eran únicas. Surrealismo de lo cotidiano, requiebros lingüísticos que solo podía hacer él. “Tejí con hilo verde una alfombra de hojas donde tumbarme, también fabriqué un dado con la palabra 'hoy' en cada lado. Yo no sé contar lo que pasa en la realidad”, canta en 'Pon tu mente al sol'. Como poeta también se postulo en el lado anticonvencional.  
Sergio Algora (El Niño Gusano) Quién. Sergio Algora (Zaragoza, 1969- 2008), uno de los tipos más personales de la explosión del pop independiente español de los noventa.
Formó parte, como cantante y letrista, de El Niño Gusano y La Costa Brava.
Cómo se fue.
 Algora tenía una dolencia cardiaca congénita. Convivía con ella, con unos rígidos tratamientos.
Él respondía a ella con humor y mucha vitalidad. Hasta que un día, cuando contaba 39 años, el corazón se le paró mientras dormía.
Por qué lo echamos de menos.
 Porque sus letras eran únicas. Surrealismo de lo cotidiano, requiebros lingüísticos que solo podía hacer él.
“Tejí con hilo verde una alfombra de hojas donde tumbarme, también fabriqué un dado con la palabra 'hoy' en cada lado.
 Yo no sé contar lo que pasa en la realidad”, canta en 'Pon tu mente al sol'.
 Como poeta también se postulo en el lado anticonvencional.


  Quién.  Carlos Berlanga (Madrid, 1959- 2002), uno de los grandes compositores del pop español de los ochenta, en bandas como Kaka de Luxe, Alaska y Los Pegamoides, Dinarama y luego en solitario. Su padre fue el gran director de cine Luis García Berlanga.    Cómo se fue.  De una enfermedad hepática, a los 42 años. Pocas veces se ha reunido tanta gente del arte para velar a un músico. Por allí pasaron: Miguel Bosé, Concha Velanso, Alaska, Pedro Almodóvar, Víctor Manuel, Ana Belén, Massiel…    Por qué lo echamos de menos.   Porque fue el tipo más ‘cool’ que pisó la España de los ochenta. Porque era, a la vez, Warhol, Bowie y Morrissey. Y porque componía canciones pop brillantísimas. Solo hay que escuchar joyas como ‘El hospital’, de la que, por cierto, realizó  una escalofriante versión  otro músico de esta lista, Enrique Urquijo.  
 
Carlos Berlanga
 Quién. Carlos Berlanga (Madrid, 1959- 2002), uno de los grandes compositores del pop español de los ochenta, en bandas como Kaka de Luxe, Alaska y Los Pegamoides, Dinarama y luego en solitario.
 Su padre fue el gran director de cine Luis García Berlanga.
Cómo se fue. De una enfermedad hepática, a los 42 años.
Pocas veces se ha reunido tanta gente del arte para velar a un músico.
 Por allí pasaron: Miguel Bosé, Concha Velanso, Alaska, Pedro Almodóvar, Víctor Manuel, Ana Belén, Massiel…
Por qué lo echamos de menos.
Porque fue el tipo más ‘cool’ que pisó la España de los ochenta. Porque era, a la vez, Warhol, Bowie y Morrissey.
 Y porque componía canciones pop brillantísimas. Solo hay que escuchar joyas como ‘El hospital’, de la que, por cierto, realizó una escalofriante versión otro músico de esta lista, Enrique Urquijo.

  Quién.  Miguel Ángel Benítez 'Migué', fundador y alma de Los Delinqüentes, ese grupo que actualizó la naturalidad y el pellizco de Veneno (los hermanos Amador + Kiko Veneno).    Cómo se fue.  Muy pronto. A los pocos días de cumplir 21 años. De un ataque al corazón mientras dormía, en la cama. Tiempo atrás había ingresado en una clínica de desintoxicación. Su entorno dijo que llevaba tiempo sin drogarse.    Por qué lo echamos de menos.  A pesar de que Los Delinqüentes tuvieron una exitosa carrera sin él, el genio anárquico de Migué nos proporcionó una letras que anunciaban lo que podría haber sido uno de los grandes poetas urbanos del rock español. Recordemos: solo tenía 21 años recién cumplidos cuando se fue.  
Miguel Ángel Benítez ‘Migué’ (Los Delinqüentes) 
Quién. Miguel Ángel Benítez 'Migué', fundador y alma de Los Delinqüentes, ese grupo que actualizó la naturalidad y el pellizco de Veneno (los hermanos Amador + Kiko Veneno).
Cómo se fue.
Muy pronto. A los pocos días de cumplir 21 años. De un ataque al corazón mientras dormía, en la cama.
Tiempo atrás había ingresado en una clínica de desintoxicación. Su entorno dijo que llevaba tiempo sin drogarse.
Por qué lo echamos de menos. A pesar de que Los Delinqüentes tuvieron una exitosa carrera sin él, el genio anárquico de Migué nos proporcionó una letras que anunciaban lo que podría haber sido uno de los grandes poetas urbanos del rock español.
Recordemos: solo tenía 21 años recién cumplidos cuando se fue.

  Quién.  Antonio González Flores (Madrid, 1961- Madrid, 1995), el único hijo de la portentosa Lola Flores, el llamado a demostrar que en la familia, además de mucho arte sobre las tablas, también se lo tenía con un papel y un lápiz.     Cómo se fue.  En 15 días de locura, los que van de la muerte de su madre, Lola Flores, a la suya, en el famoso Lerele, en La Moraleja, Madrid. Antonio no digirió el fallecimiento de su madre (por cáncer) y se embarcó en una orgía de depresión y barbitúricos que acabó con una sobredosis. “Mi hermano murió de pena”, se han hartado de repetir sus hermanas, Lolita y Rosario, durante todos estos años. Antonio tenía 33 años.    Por qué lo echamos de menos.  Más por lo que apuntaba que por lo que realmente dejó. Salvaje, rockero y flamenco a partes iguales, Antonio tenía los mimbres para convertirse en algo importante en la música española. Nunca lo sabremos…  

Antonio Flores 
Quién. Antonio González Flores (Madrid, 1961- Madrid, 1995), el único hijo de la portentosa Lola Flores, el llamado a demostrar que en la familia, además de mucho arte sobre las tablas, también se lo tenía con un papel y un lápiz.
Cómo se fue.
En 15 días de locura, los que van de la muerte de su madre, Lola Flores, a la suya, en el famoso Lerele, en La Moraleja, Madrid.
 Antonio no digirió el fallecimiento de su madre (por cáncer) y se embarcó en una orgía de depresión y barbitúricos que acabó con una sobredosis.
“Mi hermano murió de pena”, se han hartado de repetir sus hermanas, Lolita y Rosario, durante todos estos años. Antonio tenía 33 años.
Por qué lo echamos de menos. Más por lo que apuntaba que por lo que realmente dejó.
 Salvaje, rockero y flamenco a partes iguales, Antonio tenía los mimbres para convertirse en algo importante en la música española. Nunca lo sabremos…


Pérez-Reverte: “Picasso no pintó el ‘Guernica’ por patriotismo, sino por muchísimo dinero”

El escritor recorre en París los escenarios de la tercera novela de su serie de Lorenzo Falcó,

un agente del espionaje franquista sin escrúpulos.

  • Arturo Pérez-Reverte en París el 1 de octubre.
    Arturo Pérez-Reverte en París el 1 de octubre.
    Que nadie busque lo que no hay en Lorenzo Falcó.
     Bajo la seductora sonrisa y los impecables modales del hijo díscolo de una familia andaluza adinerada, el agente estrella del servicio de espionaje franquista que protagoniza la última saga de Arturo Pérez-Reverte es un ser “sin conciencia, sin ética y sin remordimientos”.
     Un mercenario, insiste el autor, para quien matar no es más que una “herramienta de trabajo” que pone al servicio del mejor postor, que resulta ser el bando de los malos en una guerra que dejó unas heridas que no han cerrado aún del todo en España.
     “Quería hacer un perfecto hijo de puta”, sonríe el escritor al presentar en París Sabotaje, la última parte de la trilogía que comenzó en España recién iniciada la Guerra Civil, continuó en Tánger y, ahora, se traslada a la capital francesa.
    Hace frío en París y Pérez-Reverte se cierra bien la chaqueta antes de emprender un paseo por algunos de los lugares en los que se desarrolla la trama de Sabotaje, como el histórico café Les Deux Magots, punto de paso casi obligado de buena parte de la intelectualidad del siglo XX y donde Falcó recala tras visitar el estudio donde Pablo Picasso pinta el Guernica, unas calles más abajo.
     O su puente parisino favorito, el Pont des Arts, desde donde Pérez-Reverte obliga al espía a tirarse a las aguas del Sena para huir de sus enemigos.
    El escritor retrata una Ciudad de la Luz donde, a la habitual ebullición de artistas e intelectuales, se añadía en ese mayo de 1937 en que se sitúa la trama una explosiva mezcla de idealistas y republicanos en el exilio, fascistas que admiraban y colaboraban sin complejos con la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini y espías, muchos espías, de todos los servicios secretos de una Europa que no era consciente de la catástrofe hacia la que caminaba a marchas forzadas.
     Una situación no tan distinta, advierte Pérez-Reverte, de la actual.

    “Me interesa mucho remarcar esa falsa seguridad de los que estaban aquí refugiados.
     Lo que venía era muy gordo y no todo el mundo lo sabía ver”, explica sentado en uno de esos falsos refugios de entonces y ahora, el Deux Magots, ante las fotos de dos invitados a su novela, Picasso y Ernest Hemingway.
     “Entre el París del 37 y la Europa de 2018 he querido, sin forzar, establecer algunos vínculos.
     Como ahora, pensaban que estaban a salvo, que no iba a pasar nada.
     Y no, la ola parda siempre está ahí, sea parda, azul, verde, amarilla o color butano.
     Y siempre llega. Quería, aunque tampoco con eso cambie la mentalidad de nadie, decir: ‘Cuidado con las certezas, con las seguridades y con las tranquilidades”.
    Falcó, extraficante de armas, conquistador irreductible y mortífero para los enemigos de sus patrones —“no es un fascista ideológicamente, trabaja para ellos pero no es de los suyos, hace su propia guerra”, precisa el autor—, viaja a París para cumplir, una vez más, órdenes de la inteligencia falangista: desacreditar a un héroe del bando republicano, el intelectual y aviador Leo Bayard (inspirado sin complejos en André Malraux) y, a la par, evitar como sea que Picasso muestre en la Exposición Universal el Guernica que está pintando por encargo de la República.
     Una doble misión que le ha permitido a Pérez-Reverte recrear “sin caer en los tópicos” una ciudad y una época que, una vez eliminada la pátina de romanticismo y heroicidades —y Falcó alias Pérez-Reverte es un maestro en arrancarla a mordiscos— transpira un mensaje recurrente en las novelas del reportero de guerra reconvertido en escritor de éxito:
     “El mundo real nunca es blanco o negro, no es azul o rojo, es una gama de grises”. 
    Y no todos son héroes ni actúan por motivos meramente altruistas, empezando por un Picasso que “no pintó el Guernica por patriotismo ni por democracia; lo pintó por muchísimo dinero”.

    Una paliza

    Hacer navegar a Falcó por esa paleta de grises también le ha permitido a Pérez-Reverte darse licencias como ajustar cuentas con un Hemingway al que oculta, con muy poco celo, tras el personaje del borrachuzo escritor Gatewood. 
    “Como no me cae bien Hemingway, sí como escritor, pero no como persona, decidí que en esta novela Falcó le diese una paliza en los lavabos de un cabaret de Pigalle”, el mismo lugar donde transcurre otra de sus escenas favoritas: un fugaz encuentro entre el canalla agente y una Marlene Dietrich que, ella sí, aparece con nombre y apellido reales en esta ficción de espías que tantos placeres le ha dado a su autor.

    Aun así, por el momento, la de París será la última aventura de Falcó
     Pérez-Reverte tiene otros proyectos en mente y el pese a todo irresistible agente secreto falangista tendrá que “hibernar” por un tiempo aún indefinido. 
    Pero no es, promete, un punto final.
     “Cierro la trilogía pero el personaje, tengo proyectos para él”, asegura.
     Y conflictos, con una Guerra Civil inacabada y una Mundial por empezar, hay de sobra para revivir a Falcó en nuevos escenarios y aventuras.

    Una injusticia histórica

    Arturo Pérez-Reverte no se cansa de repetir que las de Falcó no son obras sobre la Guerra Civil, sino “novelas canónicas de espías” que tienen como escenario el conflicto español. 
    Lo que no quita que le sirvan al escritor, que como periodista vivió muchas guerras, para denunciar lo que considera una “injusticia histórica”. 
    “El problema que tiene toda guerra, y las civiles más, es que al final se apropian de ella los intelectuales”, señala el autor, que no duda en reflejar esta situación en Sabotaje a través de algunos personajes en los que, tras un nombre ficticio, se esconden individuos reales y fácilmente identificables, más allá de Hemingway.

    “Y cuando hay una guerra como la española, protagonizada por los desgraciados de ambos bandos, incultos, campesinos, o gente que realmente tenía fe, como el comunista, el socialista o el falangista, una vez pasado el conflicto o incluso durante, es el intelectual el que se adueña de la historia”.

    Todo ello cuando “había intelectuales que no pisaban el frente más que para hacerse fotos.
     Gente que se paseaba por la retaguardia con pistola, y en los bares y los cafés”. “En ambos bandos”, subraya acerca de una “injusticia” que, dice, pervive.


 

2 oct 2018

Me gusta la gente......................Mario Benedetti

 
Este es un bonito y sencillo poema (al menos lo parece, por la facilidad con la que se expresa el escritor) de Mario Benedetti.
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
 La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
 Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.