Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 ago 2018

Los jóvenes ‘royals’ europeos, una generación con estilo e Instagram

Isabel de Bélgica, Nicolás de Dinamarca y Amalia de Holanda forman parte del relevo en las casas reales y de la monarquía del siglo XXI.

De izquierda a derecha, Isabel de Brabante, Nicolás de Dinamarca y Amalia de Holanda.
De izquierda a derecha, Isabel de Brabante, Nicolás de Dinamarca y Amalia de Holanda. GTRESONLINE / Getty Images
 Hay una generación de jóvenes royals europeos que vienen pisando fuerte y ganan popularidad por momentos, aunque todavía sin llegar a eclipsar a los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra, a los hermanos Victoria, Carlos Felipe y Magdalena de Suecia o a los hijos de Carolina de MónacoAndrea, Carlota y Pierre Casiraghi—. 
Los adolescentes de las casas reales de Bélgica, Dinamarca, Grecia y Holanda son el relevo natural de los royals más famosos durante la década pasada, y su protagonismo va en aumento.
 Habituados a estar en los focos desde su nacimiento y expuestos a halagos y críticas, han crecido sin conocer qué es el anonimato y acudiendo a actos oficiales desde que eran niños. 
Ahora afrontan su adolescencia asumiendo cada vez más responsabilidades, aunque también exhibiéndose en redes sociales y atreviéndose incluso a estrenarse sobre las pasarelas. 
A la cabeza está Isabel de Brabante (2001), la joven heredera de la corona de Bélgica, hija de los reyes Felipe y Matilde.
 Con 16 años, está llamada a ser una de las mujeres más influyentes en las monarquías europeas.
 Ya tiene una agenda con actos oficiales, ofrece discursos en las tres lenguas oficiales de su país —flamenco, francés y alemán— y, además de estudiar, practicar deporte y tocar el piano, también ejerce de voluntaria en centros de niños y ancianos.
 Ya es una habitual de las páginas de Estilo, es una gran aficionada a las prendas de Zara y deja constancia de su interés por la moda en cada una de sus apariciones.
 En las imágenes oficiales del quinto aniversario de sus padres como reyes de Bélgica, la princesa eligió un pantalón palazzo de la marca estrella de Inditex, y lo combinó con una blusa rosa heredada de su madre, que la utilizó hace ocho años.
 
El príncipe Nicolás de Dinamarca (1999), bautizado como "el príncipe de la moda" en su país, es uno de los más populares del panorama monárquico actual, a pesar de ser el séptimo en la línea de sucesión.
 Su fama se debe a que es el primer miembro de una Casa Real que ha desfilado como modelo profesional para la firma Burberry en la London Fashion Week y para Dior en la Paris Fashion Week. 
Fue en la capital francesa donde dio su paso más importante, al abrir y cerrar uno de los shows más esperados, el primero del diseñador Kim Jones como director creativo de Dior Homme, ante la mirada de Karl Lagerfeld, Kate Moss, Bella Hadid o Victoria Beckham.
 Este verano ha comenzado su formación militar en la escuela de la ciudad danesa de Varde, y todavía se desconoce si continuará con su carrera como modelo o si fueron dos colaboraciones puntuales.

Olympia de Grecia en el 'New York Fashion Week', en febrero.
Olympia de Grecia en el 'New York Fashion Week', en febrero. CordonPress
La primogénita de los reyes Guillermo y Máxima de Holanda ha conocido el lado más oscuro de la exposición mediática.
 Con solo 13 años, la princesa heredera Amalia (2003) ya sabe lo que significa ser trending topic nacional y objeto de burlas y críticas.
 Tanto la prensa —especialmente la alemana— como las redes sociales han sido muy críticas con ella por su aspecto físico.
 El objeto de las burlas que llevó a su nombre a ser trending topic fue una fotografía en la que aparecía vistiendo un abrigo que su madre había llevado cuando estaba embarazada. 
La respuesta de la Casa Real holandesa fue contundente: canceló la participación de la adolescente en actos oficiales, para evitar así que la menor sufra insultos y ofensas.
Sus hermanas Alexia (2005) y Ariane (2007) no han sido tan duramente criticadas.
 Las tres jóvenes llevan una vida bastante similar, con estudios en un colegio público de La Haya, y actividades extraescolares, como violín, hockey, judo o equitación, además de clases de castellano, lengua materna de la reina Máxima.
 Las tres hermanas fueron las protagonistas indiscutibles de la inusual sesión de fotos que protagonizaron junto a sus padres, con motivo del quinto aniversario de su reinado. 
El fotógrafo Erwin Olaf capturó unas sorprendentes imágenes por el tono desenfadado y el aire de estrellas de Hollywood que las caracteriza, y que enviaron un mensaje de naturalidad y modernidad.
De izquierda a derecha, Ariene, Alexia y Amalia, hijas de los reyes de Holanda.
De izquierda a derecha, Ariene, Alexia y Amalia, hijas de los reyes de Holanda. RVC


 

La casa de las flores........................................ Boris Izaguirre...

Por nostalgia o por operación estética, sentimos que la familia Franco desaparece de España y que los Ubrique Campanario reaparecen.

La actriz Cecilia Suárez, que interpreta a Paulina de la Mora en la serie de Netflix ‘La casa de las flores’, en un fotograma de la misma.
La actriz Cecilia Suárez, que interpreta a Paulina de la Mora en la serie de Netflix ‘La casa de las flores’, en un fotograma de la misma.
Cuando languidece el verano te aferras a cosas que crees que recordarás para siempre. 
Series que ves en un día, trozos de conversaciones, elementos desordenados que crees que se harán trascendentes.
 Un ejemplo, la transformación de Menorca en el nuevo sitio influencer.
 Sin darnos cuenta se ha convertido en la alternativa chic discreta a las otras islas Baleares, mezclando naturaleza mansa con un listado de grandes anfitrionas que todavía no combaten entre sí por dar la mejor fiesta sino por quién sube el Instagram que mejor puede definir ese secreto ingrediente que ha puesto a la isla en el top de lo más buscado. 
Es melancolía, ese algo más que nunca sabemos definir ante el ocaso.
En el interior del país, no menos misterioso y casi místico, en Cuenca, la noticia también se mezcla con la arena: Jesulín de Ubrique reaparece en la plaza, vestido de ese azul índigo que luce tan bien en los escaparates.
 Más maduro y con los brazos en la cintura, en plan miss Universo. Pero la que de verdad devora toda la atención es su esposa, María José Campanario, que ha reaparecido con un look que mezcla algo de ella misma, algo de Belén Esteban con unas gotas de María Dolores de Cospedal.
 Es que La Campa le va a la zaga a La Esteban en cuanto a intervenciones estéticas. 
Y el resultado es bastante miamero
 Y, por nostalgia o por operación estética, sentimos que la familia Franco desaparece de España y que los Ubrique Campanario reaparecen.
Unos marchan, otros permanecen.
 Jesulín de Ubrique, su familia, sus esposas, su estética, han alimentado la vida española con ese cruce de campo y ciudad, de balaustrada, cirugía estética y toros como nadie ha sabido combinar.
 La longevidad de sus esposas en la prensa del corazón unifica a la España de este siglo.
 No sería lo mismo sin la convivencia tensísima de La Esteban y La Campanario. 
A veces pareciera que sostienen un diálogo oculto donde deciden qué hacen y dicen.
 Algo muy propio de la política española.
 La reaparición de Campanario, más rubia, casi céltica, delgada, aliviada de cualquier gesto de dolor en su rostro, hace pensar en la respuesta de Belén.
 Y en la de Cospedal.
La que dio el campanazo fue Elena Tablada, casándose con su novio Javier Ungría discretamente en Miami.
 Respondiendo a la jugada de Bisbal, el padre de su hija, que se casó primero.
 Es que este verano, quizás a consecuencia del MeToo, las chicas o novias están empeñadas en convertir a sus novios en nuevas Barbies.
 Por ejemplo, mi entrenador personal, que domina un sistema que te endurece gracias a la eletroestimulación, apareció en casa con el pelo amarillo pollito.
 Fingí no darme cuenta hasta que él mismo me explicó que había sido “un juego” con su novia:
 “Empezó a teñirme, salió fatal y ya puestos seguimos hasta este rubio”.
 Mi mirada le indicó que no lo aprobaba, pero esa misma noche salí a cenar con unos amigos y un viejo amigo apareció con las uñas de las manos esmaltadísimas de negro.
 En mi entorno se susurró que era el Blue Vernis que popularizó Chanel
 “No, mi amor, no te confundas: ese esmalte no es Chanel”, corroboró mi marido.
 Me acerqué a hablar con mi amigo. 
“Estoy cambiando, no de bando, sino de pareja y a una amiga nueva le pareció guay que me pintara. ¿No te gusta?”. 
Recordé ese momento en que Antonio David Flores, entonces marido de Rocío Carrasco, se depiló las cejas. 
“Allí empezó todo, pero lo de ahora es más fuerte”, me aclaró una actriz mexicana, 
“Las mujeres estamos guerreras y lo que antes les hacíamos a las Barbies, ahora se lo hacemos a los hermanos, novios, amantes”.
Hay una actriz mexicana que es la última moda, Cecilia Suárez, en La Casa de las Flores.
 La serie de televisión es el tema de conversación entre Madrid, Menorca, México y Miami.
 Otra operación estética.
 Una perfecta vuelta de tuerca al culebrón mexicano escrita por Manolo Caro con ingredientes nuevos y picantes. 
Suárez interpreta a Paulina, cuya manera de hablar, como si estuviera entre colocada y regresando del espacio exterior, se ha convertido en lo más imitado del momento. 
“¡Se me olvidó cancelar el mariachi!”, es el grito de guerra. 
Cuando termine el verano estaré harto de imitar las frases de Paulina.
 Y entonces qué, maravillosos personajes, ¿esperaremos otro verano para vuestro regreso?