La pareja
de Cristiano Ronaldo asegura que está muy a gusto en Madrid pero que si
el jugador decidiera hacer un cambio de país y de club de fútbol, ella
le apoyaría.
Georgina Rodriguez y Cristiano Ronaldo en Lisboa el pasado mes de marzo.Carlos CostaGettyGeorgina Rodríguez
se ha convertido en una celebridad y aunque no se trata de desmerecer
ninguno de sus méritos profesionales –es bailarina, modelo, deportista y
tiene 5,5 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, la más seguida de España
en competencia directa con la de la actriz Úrsula Corberó– su mayor
valor de cara a la curiosidad pública es ser novia de Cristiano Ronaldo.
Comparte vida, familia y aficiones con el delantero del Real Madrid
desde hace menos de dos años y ese ha sido el corto período de tiempo
necesario para convertirse en una estrella de la prensa del corazón.
Georgina Rodríguez
se ha convertido en una celebridad y aunque no se trata de desmerecer
ninguno de sus méritos profesionales –es bailarina, modelo, deportista y
tiene 5,5 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, la más seguida de España
en competencia directa con la de la actriz Úrsula Corberó– su mayor
valor de cara a la curiosidad pública es ser novia de Cristiano Ronaldo.
Comparte vida, familia y aficiones con el delantero del Real Madrid
desde hace menos de dos años y ese ha sido el corto período de tiempo
necesario para convertirse en una estrella de la prensa del corazón.
Acaba de conceder una nueva exclusiva a ¡Hola!, su revista
de cabecera del gremio, y en ella descubre pequeños secretos de familia,
que muchos de los seguidores del astro del balompié diseccionarán con
lupa para saber más sobre la vida y el destino del jugador. "Yo estoy
muy feliz en Madrid", dice Rodríguez en la entrevista, "pero porque la
felicidad me la dan mi pareja y mis niños, por lo que, si Cristiano
decidiera hacer un cambio de país y de club de fútbol, yo lo apoyo (...)
Nadie mejor que él para saber hacia dónde se dirige y lo que quiere. Yo
siempre voy a acompañarlo en las decisiones que tome".
Nada que desvele las dudas sobre la permanencia de Cristiano Ronaldo en el club blanco tras las confusas declaraciones que realizó el jugador
después de ganar la undécima Copa de Europa para el Real Madrid. "Él
siempre tiene muy claro lo que quiere, lo que necesita y lo que le
conviene. Es un hombre con mucha determinación.
(...) Yo le digo que estoy feliz, pero que si los cambios son positivos
para él, que cuente con mi apoyo. Donde sea, pero juntos", explica la
joven de 24 años cuando le interrogan sobre si el jugador le ha pedido
consejo a la hora de tomar una decisión.
Sobre la personalidad de su pareja destaca que admira "su constancia y
su responsabilidad". "Cuando llega a casa, sigue trabajando duro, nunca
es suficiente para él. Por todo esto es el mejor", cuenta sobre Ronaldo. Respecto a aspectos más íntimos de su vida en pareja, Georgina
Rodríguez desmiente los rumores sobre un nuevo embarazo y se ríe de los
comentarios sobre su tripa tras aparecer con una falda de tubo ajustada
el pasado fin de semana en Gran Canaria Moda Cálida Swimwear Fashion
Week. "No estoy embarazada", afirma, "estos días he tenido muchos
viajes, he comido pasta durante cuatro días seguidos y eso afecta al
abdomen de cualquiera. Soy humana y no deberíamos olvidarnos, además,
que aún estoy recuperándome del parto".
Georgina Rodriguez durante Gran Canaria Moda Calida Fashion Week, el pasado sábado.
Una respuesta tajante que no descarta que vayan a aumentar la familia
en el futuro aunque ahora "estamos contentos como estamos, disfutando de los cuatro pequeños de la casa". Esos cuatro niños son los tres hijos que el deportista ha tenido
mediantes gestación subrogada —Cristiano Jr, de ocho años y los mellizos
Eva y Mateo de un año— y Alana Martina, la niña que
tuvieron en común y que tiene siete meses. "Cristianito está feliz con
la fiesta de cumple que le preparamos; Eva y Mateo hacen amagos de
caminar y Alana Martina se espabila muy rápido gracias a los hermanitos
mayores", desvela quien ejerce de madre de todos ellos. Rodríguez que ha terminado sus estudios de contabilidad y afirma
estar pensando en ponerlos en práctica en su propia empresa "cuando lo
tengamos claro", también habla sobre su suegra para acallar los rumores
de distanciamiento entre ambas. "Se hablan tantas cosas...", dice en el
reportaje, "Yo a Dolores la respeto como madre de mi pareja y abuela de
mis hijos que es". Un punto y aparte que tampoco va más allá respecto a
su relación y que no entra en mayores detalles o muestras de complicidad
entre ellas.
De momento Dolores Aveiro no debe preocuparse más de lo necesario si
tiene dudas sobre la relación de su hijo con Georgina Rodríguez, porque
es la misma novia del jugador quien aparca una posible boda: "Como a
toda mujer enamorada, me encantaría, en algún momento una boda con mi pareja. Pero, por ahora, tenemos muchas cosas en mente y entre manos, y ahora mismo no es prioritario"
El torero y la diseñadora, casados desde hace cinco años, tendrán su próximo hijo a finales de año
Lourdes Montes y Francisco Rivera durante la romería del Rocío, el 18 de mayo de 2018.GTRESONLIN
El torero Francisco Rivera Ordóñez
y su esposa, la diseñadora Lourdes Montes, han anunciado que están
esperando su segundo hijo. Montes está embarazada de unas 10 semanas,
por lo que esperan el nacimiento del pequeño para finales de año. La noticia la han dado en la revista ¡Hola!,
que les ha concedido su portada de este miércoles, 20 de junio, para
anunciar a lo grande y en exclusiva la noticia con su casa de Ronda
(Málaga) como telón de fondo. Tal y como explica el hijo de Carmina
Ordóñez y Francisco Rivera Paquirri en la publicación, la buena nueva se la comunicó su hija Carmen, que en agosto cumplirá tres años. Montes ha explicado que este embarazo está siendo "peor que el anterior". "Papá, va a venir la cigüeña', me dijo", explica Rivera Ordóñez que le explicó su hija. Además, Rivera ha hablado en Espejo Público,
programa en el que colabora. Asegura que va a estar contento sea niño o
niña, aunque reconoce estar "acostumbrado" a las niñas. Sólo pide que
venga bien, y asegura que quien no está nada contenta es su hija Carmen. "No quiere ni oír hablar: 'No quiero ningún bebé, ya tengo a Cayetano. Lo voy a encerrar, papi'. Está muy celosa", ha explicado entre risas el
torero, haciendo referencia al hijo de su hermano Cayetano Rivera y la presentadora Eva González, nacido el pasado marzo.
Rivera también ha explicado que este ha sido un hijo "muy buscado", y
que llevaban dos años intentando tenerlo. Además, no ha querido
confirmar si seguirán aumentando la familia. Este será el segundo retoño para Rivera y Montes, aunque para el
torero es el tercero, puesto que tiene una hija mayor, Cayetana, fruto
de su primer matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo, hija menor de la
duquesa de Alba. La joven cumplirá 19 años en octubre.
Durante su
visita a la Casa Blanca, la esposa de Felipe VI llevó un vestido de
Michael Kors exactamente igual a otro que lució la primera dama de EE UU
hace un año.
Melania Trump y la reina Letizia el 19 de junio en la Casa Blanca.MANDEL NGAN (afp) / atlasDentro de la gira de los reyes de España por Estados Unidos, el 19 de
junio era la fecha más esperada. A las dos en punto de la tarde (las
ocho, hora peninsular española) Felipe VI y la reina Letizia se reunían en la Casa Blanca con Melania y Donald Trump.
El titular de la jornada lo dejó el presidente de EE UU, que aseguró que viajará a España.
"Es un país precioso. Estuvimos en España no hace demasiado tiempo y
nos encantó", dijo en referencia a su visita a Barcelona en junio de
2014. En cambio, una de las fotos más buscadas ha sido la de la reina
Letizia junto a la primera dama, Melania Trump. Era la primera aparición de calado de Melania tras su operación de riñón de mediados de mayo. Se la había visto en un pequeño acto a principios de junio, pero este suponía su gran retorno.
Como es habitual, lo que llevaron puesto ambas consortes llamaron
poderosamente la atención. La esposa de Trump apostó por un vestido
estampado sin mangas en blanco, verde y marrón de Valentino, que cuesta
alrededor de 8.000 euros. Además, le dio el toque español a su conjunto
con unos zapatos cerrados de punta y tacón alto del zapatero Manolo
Blahnik. Más que un guiño al país local, simplemente optó por uno de sus
creadores favoritos.
La reina Letizia y Melania Trump en la Casa Blanca.Francisco GómezEFE
Por su parte, doña Letizia escogió un vestido inédito. Ella sí quiso
hacer un guiño al país que la recibía, y para ello optó por un diseñador
estadounidense del que no había llevado nada antes: Michael Kors. La
reina llevó un vestido rosa entallado, sin mangas y con un detalle de
tres botones en la cadera, que acompañó de un bolso de mano y zapatos
rosas, de Magrit, a juego. El vestido tiene un precio de unos 1.500
euros Lo llamativo es que, aunque la esposa de Felipe VI no había llevado
nunca esa marca, Melania sí que la había lucido. De hecho, y
curiosamente, había llevado exactamente ese mismo vestido, solo que en
color azul claro. Y lo había hecho precisamente un año antes del
encuentro, el 19 de junio de 2017, en la Casa Blanca. Tras el posado de rigor, Melania Trump y la reina pasaron al Salón
Rojo de la Casa Blanca y tomaron el te juntas, aunque sin cámaras ni
prensa presente, por lo que su conversación no ha trascendido. Lo único
que se sabe de su charla es gracias al mensaje que ha colgado la primera
dama de EE UU en su cuenta de Twitter, donde asegura que fue "una gran
visita". "La reina Letizia y yo disfrutamos de nuestro tiempo juntas
centrándonos en cómo podíamos tener un impacto positivo en los niños", escribió Melania, lo que se puede interpretar como un rechazo implícito de la esposa de Trump a las políticas de separación de niños de sus padres en la frontera del país, que ya han afectado a más de 2.000 niños y ante la que la primera dama se ha pronunciado en contra.
El modisto regresa al cine con el 'thriller' 'Animales nocturnos'
El célebre diseñador relata la lucha interna que vive por ser un símbolo del consumismo.
Impecable. O no. A primera vista, Tom Ford
(Austin, 1961) roza la perfección. Risueño, cercano, políglota, y, cómo
no, elegante. Al fin y al cabo, en su mundo la apariencia lo es todo. Y el genio que revitalizó a Gucci, viste a decenas de estrellas e ingresa mil millones de euros
al año gracias a su propia marca no puede no estar a la altura. Pero
las palabras y los demonios interiores del diseñador cuentan una
historia mucho más accidentada, repleta de contradicciones y sombras,
alcoholismo y depresión. Caos y altibajos, como en la vida real. Y como en Animales Nocturnos, la segunda película que el modisto presenta ahora, a siete años de su exitoso debut cinematográfico, Un hombre soltero. “¡No sé por qué he tardado tanto!”, contaba Ford en el pasado festival
de Venecia, donde el filme se hizo con el Gran Premio del Jurado. Aunque
a continuación él mismo se contestaba: “He tenido un hijo [Alexander, adoptado junto con su pareja, Richard Buckley],
que es lo más importante para mí. He abierto cientos de tiendas y
reforcé los otros lados de mi vida, que marcan el ritmo para las
películas. Y me costó un tiempo encontrar el siguiente guion, libro u
obra que me apasionara”. Hasta que leyó Tres noches (Salamandra), de Austin Wright. Ese thriller
metaliterario le dejó tan impactado que adquirió la opción para
llevarlo al cine. Y se encerró a trabajar en el guion: aislado en su
cama, bajo las mantas, escribió de forma compulsiva hasta tener un
borrador definitivo. A ello, sumó un reparto de estrellas, encabezado
por Amy Adams y Jake Gyllenhaal, y una poderosa estética, marca de la
casa. Aquel proyecto llega a las salas acompañado por las buenas críticas
pero arrastrando dos pesos. Tras una subasta aguerrida, Focus Features
adquirió los derechos de distribución hace un año en el festival de
Cannes por 19 millones de euros, la cifra más alta jamás pagada en un
certamen de cine. Además, tras demostrar que no era un intruso en el
séptimo arte—para sorpresa incluso de varios amigos, que le auguraban un
ridículo estrepitoso—, Ford se mide con el segundo intento:
¿reafirmación o caída? “Me gusta asumir grandes desafíos. Un hombre soltero
me enorgullece, pero tienes que seguir adelante, hacer el segundo
filme, el tercero, el cuarto. Has de tomar riesgos si eres una persona
creativa. Si no, es bastante insulso”. “Susan soy yo. Tiene pertenencias materiales pero se da cuenta de que no
son las cosas importantes. Lucha contra el mundo en el que yo vivo: el
de los ricos absurdos, de la falsedad y la vacuidad”, relató el cineasta a The Hollywood Reporter. El modisto reconoce que a ratos lucha contra su propia figura. Vende
bolsos que valen 18.000 euros, diseña vestidos hasta para Michelle
Obama, y ha construido un imperio de lujo y consumismo repartido por 122
tiendas en todo el planeta. Y, sin embargo, afirma: “Nuestra cultura
nos dice: ‘¡Bebe esto, serás feliz! ¡Compra esto, serás feliz!’. Lo
triste no vende. Nuestro mundo está construido sobre consumidores y una
idea falsa de felicidad. Y suena raro que lo diga yo. Es algo con lo que
me siento en conflicto, ser una de esas personas que contribuye a crear
esa cultura de las cosas”. De hecho, el modisto defiende también que la moda es perecedera y sin mucho valor, mientras que el cine pervive para siempre. Cualquiera juzgará si la contradicción es hipócrita o sensata. Lo cierto
es que, detrás de la superficie envidiable, Ford parece esconder una
cara más humana. De pequeño, era excluido y menospreciado por distinto,
porque se sentía más artista que futbolista. Ya de mayor, padeció
depresión, ahogó sus penas en el alcohol y, cuando en 2004 dejó Gucci,
se encontró "perdido". Tenía, eso sí, 100 millones de ases en la manga,
tantos como el valor de las acciones de la compañía que retuvo. Así que
se lanzó al cine y se financió por su cuenta Un hombre soltero. “Perdí mucho dinero, pero valió cada centavo”, dijo a The Hollywood Reporter.
Aunque ni siquiera el éxito en dos sectores distintos aplacó su caos
emocional. Asegura que vive en el “constante miedo” de que algo cambie o
se tuerza, no pasa "ni una hora" sin que piense en la muerte y acude al
analista una vez por semana. Además, cada día acaba tomando demasiados
cafés y fía su sueño a las píldoras. A su manera, él también es un
animal nocturno. Así que el filme arranca con una imagen chocante: varias señoronas bailan desnudas, sacudiendo sus voluminosas carnes. La performance
es la enésima idea de Susan, galerista de éxito con una vida personal
camino de la depresión. Tras 15 años de silencio mutuo, la mujer recibe
de repente la novela que su exnovio Edward por fin ha escrito . Resulta
que aquel soñador que ella criticaba por débil y poco ambicioso tenía
dentro de sí una prosa animal. Así que Susan se sumerge intrigada en las
páginas y el espectador descubre junto con ella el drama salvaje que
acontece en el libro. Ambos mundos parecen mezclarse cada vez más, hasta
un final que Ford no quiere aclarar, para que el público lo interprete
cómo prefiera.