Màxim Huerta: 10 libros intensos entre el recuerdo y la ficción.
El periodista y escritor Màxim Huerta, Premio Primavera 2014 por La noche soñada, lleva
escribiendo desde 2009.
En este listado de libros recomendados hace un
repaso a las obras y autores que le han marcado, tanto en su vida como
en su escritura.
En
todos estos libros se puede apreciar un cierto gusto por la intensidad y
temas como la pérdida, la búsqueda de la identidad y la memoria, muchos
de ellos desde un punto de vista autobiográfico.
Entre sus autores de
cabecera encontramos, por ejemplo, a Rosa Montero con La ridícula idea de no volver a verte,
una obra dura y desgarradora surgida a raíz de la muerte su marido que,
según comenta Huerta es un libro en el que se entra “sin lágrimas” y
“te llena de luz”.
En la misma línea, recomienda El balcón de invierno,
de Luis Landero (quien es para él “el mejor contador de historias”).
Se
trata de una obra que abre las puertas de la memoria huyendo de la
ficción, de quien tanto su autor como Màxim Huerta llegan a estar
saturados en cierto momento.
Y la memoria “maravillosa, brutal,
acogedora y brillante” aparece en El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince, uno de sus títulos preferidos.
Nuestro recomendador confiesa además su admiración
por el Premio Nobel de Literatura Patrick Modiano, maestro en el arte de
escribir sobre la búsqueda de la identidad a partir de recuerdos
difusos, como si una fina niebla invadiese la memoria, que dan un aire
onírico a su obra.
Casi todos sus títulos son breves y sus temas pueden
resultar repetitivos, pero esto para Huerta lejos de ser un defecto esto
es una virtud.
El lector encontrará también en estas recomendaciones dos novelas de iniciación, aunque muy distintas entre sí.
Hablamos de Paraíso inhabitado, de Ana María Matute y Algún día este dolor te será útil,
de Peter Cameron.
De la primera obra, Huerta dice que es su “hoja de
ruta” y no deja de recalcar que Matute es su autora favorita.
“Nos fusilaron al anochecer, nos fusilaron mal”. El humorista Miguel Gila
(Madrid, 1919 – Barcelona, 2001), que trascendió en la cultura popular
española con sus monólogos sobre la guerra, sabía de lo que hablaba. Mediante el surrealismo (“¿está el enemigo? Que se ponga”), el
esperpento (“me dice el tío: '¡Oye que me has dado!'; pues no seas el
enemigo”) y el costumbrismo (“¿a qué hora piensan atacar mañana? ¿no
puede ser por la tarde, después del fútbol?”) Gila proponía un ejercicio
terapéutico no tanto de reconciliación con la contienda como de memoria
sentimental. Reinventando la Guerra Civil española,
reescribiéndola y, por encima de todo, nunca olvidándola.
Él mismo fue
uno de sus muertos pero, como si de uno de sus chistes absurdos se
tratase, vivió para contarlo. En su autobiografía Y entonces nací yo. Memorias para desmemoriados (Temas de Hoy, 1995), Miguel Gila contó por primera vez la noche que fue fusilado. Afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, mintió sobre su edad
(tenía 17 años) para alistarse en el ejército tras el golpe militar de
Franco de julio de 1936 y acabaría formando parte del Regimiento Pasionaria. En diciembre de 1938, cuando todavía quedaban cinco meses para el final
de la guerra, su cuadrilla ya se daba por vencida vagando por los
campos de Córdoba: sin munición, sin camiones y sin agua, fueron
capturados por el dichoso “enemigo” (en este caso, la 13.ª división de
Yagüe). “No le tenía miedo a la muerte”, recordaba Gila, “estaba tan
agotado, tan devorado por los piojos, por el hambre, el frío, el
cansancio y la sed, que morir podía ser una liberación”
. El humorista Miguel Gila
(Madrid, 1919 – Barcelona, 2001), que trascendió en la cultura popular
española con sus monólogos sobre la guerra, sabía de lo que hablaba. Mediante el surrealismo (“¿está el enemigo? Que se ponga”), el
esperpento (“me dice el tío: '¡Oye que me has dado!'; pues no seas el
enemigo”) y el costumbrismo (“¿a qué hora piensan atacar mañana? ¿no
puede ser por la tarde, después del fútbol?”) Gila proponía un ejercicio
terapéutico no tanto de reconciliación con la contienda como de memoria
sentimental. Reinventando la Guerra Civil española,
reescribiéndola y, por encima de todo, nunca olvidándola.
“No le tenía miedo a la muerte. Estaba tan
agotado, tan devorado por los piojos, por el hambre, el frío, el
cansancio y la sed, que morir podía ser una liberación”, escribió Gila
En su autobiografía Y entonces nací yo. Memorias para desmemoriados (Temas de Hoy, 1995), Miguel Gila contó por primera vez la noche que fue fusilado.
Afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas, mintió sobre su edad
(tenía 17 años) para alistarse en el ejército tras el golpe militar de
Franco de julio de 1936 y acabaría formando parte del Regimiento Pasionaria. En diciembre de 1938, cuando todavía quedaban cinco meses para el final
de la guerra, su cuadrilla ya se daba por vencida vagando por los
campos de Córdoba: sin munición, sin camiones y sin agua, fueron
capturados por el dichoso “enemigo” (en este caso, la 13.ª división de
Yagüe). “ La lluvia no dejaba de caer mientras el regimiento de Miguel Gila
esperaba a “pagar el precio de la derrota”. Les habían quitado los
abrigos, las botas y las mantas y les habían sentado en el suelo durante
horas mientras sus captores saqueaban una finca. La dueña, una mujer de
unos 30 años, salió de la casa gritando: “¡Viva Franco!”. No le sirvió
de nada: la violaron entre todos.
Después llevaron a los detenidos a un descampado. “El piquete de
ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino,
la boca llena de gritos de júbilo y carcajadas, las manos apretando el
cuello de las gallinas robadas”, escribió Gila. El alcohol distrajo a
los verdugos de formalidades (no hubo “listos, apunten, fuego”) o
protocolos: dispararon a los 14 hombres una sola vez, sin rematarlos con
un tiro de gracia, y siguieron bebiendo mientras asaban las gallinas
robadas. (Es muy raro que no hayan hecho "El tiro de gracia")
Los científicos advierten de que solo la restricción de las visitas a esta playa gallega puede prevenir otra desgracia.
“Cada año pasan por la playa de As Catedrais cientos de
miles de personas. Que haya habido solo una baja es una enorme fortuna,
pero no tiene por qué mantenerse”. Las palabras del prestigioso geólogo
Juan Ramón Vidal Romaní suenan especialmente inquietantes tras la muerte de una turista esta Semana Santa por el impacto de una roca
mientras contemplaba, junto a cientos de visitantes, una de las más
grandes maravillas labradas por el mar en la costa gallega. Vidal Romaní
es el autor del informe oficial de hace solo seis meses que ya advertía
a la Xunta del peligro de desprendimientos en este arenal de Ribadeo
(Lugo), sobre todo después de días de intensa lluvia como los que
precedieron a la desgracia del pasado 31 de marzo. “La gente está
acelerando la destrucción del acantilado”, lamenta el experto. “Hay
quien hasta se sube a los arcos para hacerse fotos, los chicos saltan de
unas peñas a otras… Pone los pelos de punta” La construcción de esta catedral marina, única en la Europa
continental, la firman un trío de arquitectos que nunca decretan el
final de las obras. Las olas, el viento y las mareas que labraron los
arcos y grutas de As Catedrais hace 135.000 años siguen trabajando desde
entonces, pero no es su irrefrenable erosión la que compromete ahora la
pervivencia del monumento.
“Los visitantes son el riesgo más grande. Hay un efecto
llamada y la cosa se ha desmadrado”,
lamenta Vidal Romaní, director del
Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal y catedrático de
Geodinámica de la Universidad de A Coruña.
Para conservar este delicado
paraje, en el que solo se restringe el acceso en Semana Santa y verano con un tope de 4.812 personas
al día, reclama a las Administraciones un sistema de vigilancia
permanente, que se faciliten cascos protectores para entrar en las
cuevas donde falleció la turista y que se imponga una franja de
separación de los taludes del acantilado.
El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, responsable de este espacio protegido, sostiene que "nada ni nadie hubiera podido evitar" el siniestro mortal
y esgrime que el turista que visita la zona en temporada alta “acepta”
expresamente los riesgos cuando obtiene la autorización para bajar a la
playa.
Tras las críticas recibidas por la muerte de una joven de 25
años, la Consellería de Medio Ambiente ha encargado a ingenieros de
caminos de la Universidad de A Coruña un estudio geotécnico para
analizar el “estado actual” del monumento.
Solo después, apunta la
Xunta, “se podrán establecer las medidas de gestión que garanticen la
conservación del monumento natural y su uso”.
Pero no es seguro que se
haga.
Sobre las recomendaciones recogidas en el último informe
oficial en el que Vidal Romaní alerta de los desprendimientos, fuentes
del departamento que dirige Beatriz Mato inciden también en que, como
consecuencia de este documento, “se reforzó la comunicación sobre los
posibles riesgos”. “En la propia web de reservas”, señala Medio
Ambiente, “ya se advierte de forma expresa que el visitante conoce y
acepta los riesgos derivados de la visita”.
Hay más voces científicas que claman contra los supuestos
excesos de la Xunta en As Catedrais, algunas tristemente premonitorias.
Augusto Pérez Alberti, catedrático Geografía Física de la Universidade
de Santiago, advirtió en enero a través de Twitter de la "inestabilidad"
de las formaciones geológicas y de la posibilidad de que aconteciese
una "desgracia".
La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), que también
alertó a la Administración autonómica de las caídas de piedras antes del
accidente mortal, pide que se restrinja la afluencia a la playa y se
prohíba transitar por la parte superior de los acantilados. "La
promoción de este espacio ha sido abusiva y se ha facilitado una llegada
masiva de gente que es incompatible con la conservación del monumento y
de los hábitats de interés europeo que allí hay", explica Serafín
González, presidente de la SGHN e investigador del CSIC.
El Gobierno gallego defiende el actual cupo de visitantes
porque se determinó “de acuerdo con criterios ambientales” y
“actualmente no se cuenta con ningún informe que apunte que la cifra sea
excesiva”. Sin embargo, el Plan Especial de Protección da Praia das
Catedrais elaborado recientemente por el Ayuntamiento de Ribadeo
concluye que el “progresivo” aumento de visitantes “supera ampliamente
su capacidad de carga ecológica”. “El continuo pisado erosiona amplias
áreas de los acantilados” y “el descontrol en el uso público" provoca
que los turistas "deambulen por áreas inestables, con riesgo para su
integridad física y para las personas que se puedan encontrar en la
playa”, dictamina el documento. “El problema es que se ha descubierto la cueva del tesoro
y la gente no parará de entrar si no se le pone freno”, concluye Vidal
Romaní sobre el conflicto que supone limitar aún más las visitas en un
polo de atracción turística de tal calibre. Mientras el alcalde de
Ribadeo, Fernando Suárez Barcia (BNG), ha declinado responder a las
preguntas de este periódico sobre el futuro de As Catedrais, la patronal
hostelera rechaza nuevas restricciones. “No se puede coartar la
libertad que tiene la gente para visitar una playa”, defiende el
presidente de la Asociación de Hosteleros de Lugo, Cheché Real. El representante de los empresarios turísticos de Lugo sí
apoya que los técnicos de la Xunta, Demarcación de Costas y Ayuntamiento
pacten medidas de protección tanto para los visitantes como para el
monumento. Y pide no caer en el alarmismo: "Lo ocurrido en Semana Santa
es un accidente como el que se puede producir haciendo barranquismo o en
un parque acuático".
El famoso
biógrafo real, que está a punto de publicar un libro sobre la prometida
del príncipe, desvela todos los secretos de la relación de la pareja.
Y una compañera con la que el príncipe
Enrique compartirá los privilegios y cargas que le impone su apellido.
Son algunas de las facetas que el escritor Andrew Morton –autor de la controvertida biografía Diana: Su verdadera historia, que en 1992 hizo tambalearse a la monarquía británica– le atribuye a Meghan Markle en su nuevo libro, Meghan: A Hollywood Princess, que se publicará en Reino Unido el 12 de abril.
El
autor habló con miembros de la familia de la actriz (por ejemplo, su
hermanastro Tom), amigos y profesores para completar su semblanza.
Pero
que nadie espere una biografía incendiaria repleta de secretos
escandalosos; la mayoría de entrevistados la retratan con una luz
favorecedora.
“Hablé con él brevemente
y, en cuanto pronuncié el nombre de Meghan, pasó de afable a frío como
el hielo.
Es evidente que el dolor de su separación aún es profundo”,
comenta Morton a EL PAÍS.
Su ex mejor amiga, Ninaki Priddy –que, según
el biógrafo, vendió sus recuerdos y fotos con Meghan por una suma de
seis cifras–, asegura que Markle quiere ser “la princesa Diana 2.0”.
Meghan siempre había sido muy cauta y, sin embargo, se lanzó de lleno”.
El autor da detalles de su primer encuentro (en julio de 2016 en
Londres, en una cita a ciegas orquestada por una amiga común, Violet von Westenholz);
de su primer viaje juntos a Botsuana (adonde Enrique había llevado ya a
otras tres chicas); y de cómo sobrellevaron la distancia con numerosos
vuelos Londres-Toronto y muchas horas de Skype.
Aunque el flechazo fue
mutuo, Morton opina que el príncipe es más afortunado de tenerla a ella
que al contrario:
Formar parte de la familia real es un trabajo duro, especialmente en
una posición donde sabes que vas a ser fotografiado y observado todo el
tiempo”.
Simpson también era americana y divorciada,
pero ahí acaban las similitudes.
A su juicio, la comparación más
atinada no sería ni con ella ni con la princesa Diana, sino con la reina
Letizia:
“Meghan y Letizia son exactamente el mismo caso: dos mujeres
con una carrera de éxito, divorciadas, ambiciosas, centradas, con mucha
determinación y fuertes opiniones, y forzadas por las circunstancias a
guardar un voto de silencio”.
“He hablado con gente en palacio y me han dicho que, hace años, cuando Enrique era básicamente un borracho, no le habría dado permiso para casarse porque habría pensado que no iba a durar. Pero ahora tiene fe en ellos”.
Cuando el 19 de mayo su padre la lleve al altar
(“así será, me lo han confirmado dos fuentes distintas”, adelanta
Morton), Markle –que, por parte de madre, desciende de esclavos– habrá
aportado más inclusividad a la institución monárquica que cualquier otra
novia real.
¿Se adaptará ella a “la firma”? “Lo va a encontrar duro al
principio: nueva casa, nueva vida, nueva cultura, comenzar una
familia... Tiene mucho que digerir.
Pero como alteza real y duquesa
tendrá un megáfono para hablarle al mundo”.