Un Blues

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9 abr 2018

Andrew Morton: “Enrique está tan obesionado con Meghan como Eduardo con Wallis Simpson”

El famoso biógrafo real, que está a punto de publicar un libro sobre la prometida del príncipe, desvela todos los secretos de la relación de la pareja.

 


Meghan Markle y Enrique de Inglaterra en una visita a Irlanda del Norte. En vídeo: Así es Meghan Markle.

Una niña carismática en permanente búsqueda de su identidad debido a su familia fracturada y al hecho de ser biracial.
  Una licenciada en Relaciones Internacionales que podría haber acabado como diplomática.
 Una actriz vocacional que de pequeña ensayaba el discurso de aceptación del Oscar, pero a quien el éxito se le resistió ocho largos años.
 Una activista por la igualdad de género que llegó a dar un discurso en la ONU.
 Una arribista muy estratégica a la hora de elegir sus amistades. Una celebrity enganchada a las redes sociales. 
  Y una compañera con la que el príncipe Enrique compartirá los privilegios y cargas que le impone su apellido. 
 Son algunas de las facetas que el escritor Andrew Morton –autor de la controvertida biografía Diana: Su verdadera historia, que en 1992 hizo tambalearse a la monarquía británica– le atribuye a Meghan Markle en su nuevo libro, Meghan: A Hollywood Princess, que se publicará en Reino Unido el 12 de abril. 
El autor habló con miembros de la familia de la actriz (por ejemplo, su hermanastro Tom), amigos y profesores para completar su semblanza. 
Pero que nadie espere una biografía incendiaria repleta de secretos escandalosos; la mayoría de entrevistados la retratan con una luz favorecedora.
Entre las excepciones está su primer marido, el productor Trevor Engelson, que no quiere, literalmente, ni oírla nombrar.
 “Hablé con él brevemente y, en cuanto pronuncié el nombre de Meghan, pasó de afable a frío como el hielo.
 Es evidente que el dolor de su separación aún es profundo”, comenta Morton a EL PAÍS. 
Su ex mejor amiga, Ninaki Priddy –que, según el biógrafo, vendió sus recuerdos y fotos con Meghan por una suma de seis cifras–, asegura que Markle quiere ser “la princesa Diana 2.0”.
 Y, aunque no ha participado en el libro, la hermanastra de Meghan, Samantha (nacida Yvonne), también ha dejado claro en varios tuits y entrevistas el poco afecto que se profesan.
 “Yvonne siempre estuvo celosa y resentida porque sentía que su padre le dedicaba mucho más tiempo y atención a Meghan”, apunta el escritor. 
Lo que más le sorprendió a Morton es “lo rápido que Enrique y ella conectaron. 
 Meghan siempre había sido muy cauta y, sin embargo, se lanzó de lleno”.
 El autor da detalles de su primer encuentro (en julio de 2016 en Londres, en una cita a ciegas orquestada por una amiga común, Violet von Westenholz); de su primer viaje juntos a Botsuana (adonde Enrique había llevado ya a otras tres chicas); y de cómo sobrellevaron la distancia con numerosos vuelos Londres-Toronto y muchas horas de Skype.
 Aunque el flechazo fue mutuo, Morton opina que el príncipe es más afortunado de tenerla a ella que al contrario: 
 Formar parte de la familia real es un trabajo duro, especialmente en una posición donde sabes que vas a ser fotografiado y observado todo el tiempo”. 
Andrew Morton.
Andrew Morton. Gtresonline
Simpson también era americana y divorciada, pero ahí acaban las similitudes.
 A su juicio, la comparación más atinada no sería ni con ella ni con la princesa Diana, sino con la reina Letizia:
 “Meghan y Letizia son exactamente el mismo caso: dos mujeres con una carrera de éxito, divorciadas, ambiciosas, centradas, con mucha determinación y fuertes opiniones, y forzadas por las circunstancias a guardar un voto de silencio”. 
Los miembros de la casa real no pueden significarse políticamente pero, antes de conocer a Enrique, Markle dejó muy claras sus inclinaciones. 
“Meghan ha hablado sobre feminismo e igualdad de género, ha declarado que no le gusta Trump y que quería que Hillary Clinton fuera presidenta. 
 Ha sido muchísimo más franca que Kate Middleton, y a partir de ahora tiene que tener cuidado con eso”, advierte Morton.
 Y, sin embargo, al escritor le consta que la reina Isabel está encantada con el compromiso
“He hablado con gente en palacio y me han dicho que, hace años, cuando Enrique era básicamente un borracho, no le habría dado permiso para casarse porque habría pensado que no iba a durar. Pero ahora tiene fe en ellos”.
 
Cuando el 19 de mayo su padre la lleve al altar (“así será, me lo han confirmado dos fuentes distintas”, adelanta Morton), Markle –que, por parte de madre, desciende de esclavos– habrá aportado más inclusividad a la institución monárquica que cualquier otra novia real. 
¿Se adaptará ella a “la firma”? “Lo va a encontrar duro al principio: nueva casa, nueva vida, nueva cultura, comenzar una familia... Tiene mucho que digerir.
 Pero como alteza real y duquesa tendrá un megáfono para hablarle al mundo”.

 

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