Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 feb 2018

Premios Óscar 2018: una autopsia.................Publicado por Emilio de Gorgot


The Florida Project. Imagen: A24.

Ah, los Óscar.
 Cuando pienso en los Óscar, pienso en El mayor espectáculo del mundo, aquel largometraje dirigido por Cecil B. DeMille, donde Charlton Heston interpretaba al director de un circo y James Stewart encarnaba al payaso triste (no, ¡no me lo estoy inventando!). En tiempos se decía que fue una de las peores ganadoras al Óscar como mejor película. 
Aunque lo más escandaloso era que, gracias a la insensatez de los académicos del momento, le arrebató la estatuilla a insignificantes naderías como, agárrense, Solo ante el peligro de Fred Zinnemann, El hombre tranquilo de John Ford o Moulin Rouge de John Huston, que competían ese mismo año. 
Más despropósitos: había sido nominada a despecho de Cautivos del mal de Vincente Minnelli o Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen, que se quedaron fuera de la lista.
 Aquella ceremonia fue la primera televisada en directo, así que podemos decir que semejante escarnio al séptimo arte quedó convenientemente grabado para la posteridad. 
Siendo justos, en el otro lado de la moneda estuvo Shirley Booth. No se preocupen si el nombre no les suena; era una respetadísima actriz teatral que, siendo ya una mujer de mediana edad, había debutado en el cine aquel mismo año. 
Ganó el Óscar por un papel que ya le había valido un premio Tony como mejor actriz de teatro, además de un Globo de Oro y la Palma de Oro en Cannes, así que no haberse concedido el Óscar hubiera sido sonrojante incluso para los electores de aquel año. 
Con su primera película, Booth fue distinguida por encima de cuatro señoras que apenas sabían interpretar: Bette Davis, Susan Hayward, Julie Harris y Joan Crawford.
 No está mal, ¿eh?
Con los Óscar lo tenemos todos claro, desde siempre. Son un cachondeo.
 Aun así, también son geniales para hablar sobre películas, directores, intérpretes y demás, que a fin de cuentas es lo que a todos nos interesa.
 No, esto no es una quiniela. 
Mi poder predictivo es casi tan inexistente como el de Neville Chamberlain, el mismo que pensaba que a Hitler se lo podía contener a besitos, de lo cual nos habla una de las películas nominadas de este año.
 No sé quién va a ganar, pero sí puedo decir cuáles son los candidatos que me gustaría que ganen en varias categorías porque creo que se lo merecen.
 No todas las categorías, pero sí las más importantes.
 Ah, por cierto, aún no he podido ver Phantom Thread, así que no la comentaré. 

Imagen: Fox Searchlight Pictures.
Three Billboards Outside Ebbing, Missouri («Tres anuncios en las afueras»).
 Después de que haya quedado impune la violación y asesinato de una chica, su madre contrata tres vallas publicitarias en las afueras de su pueblo para denunciar la supuesta inacción de la policía local, que no ha encontrado al culpable.
 Su furiosa campaña, junto a su conducta desafiante y agresiva frente a casi cualquiera que se le cruce en el camino, desatará todo tipo de tensiones y hará que el ambiente del pueblo se vuelva irrespirable.
Quizá es mi favorita de esta lista.
 Creo además que tiene algunas posibilidades de ganar porque el inglés Martin McDonagh no está nominado como director y sospecho que los académicos querrían premiarlo.
 Recordemos que McDonagh ya ganó un Óscar al mejor cortometraje en 2005 gracias al extraordinario Six Shooter.
 Se le ha comparado mucho con Tarantino por la violencia insensata y teñida de comedia negra que predomina en su trabajo. Sabemos que la Academia tiene poco aprecio por Tarantino, mientras que las películas del londinense, pese a esos paralelismos superficiales entre ambos, contienen algo que se presta más a este tipo de premios: lecturas profundas que dejan al espectador pensando sobre el significado de lo que acaba de ver.
 Sus películas son farsas, como las de Quentin, pero también son bastante más adultas.
 Yo más bien situaría a McDonagh en algún punto intermedio entre Tarantino y los hermanos Coen o Jeff Nichols.
 Este es el tercer largometraje de McDonagh y, como es típico de él, las frustraciones y disfunciones emocionales de los personajes son frecuentemente expresadas mediante tiros, patadas y demás explosiones de furia.
 Esto hace que sus argumentos contengan bastantes momentos inverosímiles y Three Billboards Outside Ebbing, Missouri no es una excepción. 
Su realismo es engañoso; puede parecer un drama convencional a primera vista, pero no lo es. 
Entiendo las críticas de quienes no capten su estilo, porque no se molesta en explicar al espectador en qué registro está narrando, pero se disfruta más su cine entendiendo que es una parodia hiperbólica. 
La sucesión lógica y lineal de acontecimientos está siempre supeditada a la metáfora, como en sus dos anteriores trabajos.
 En cualquier caso, más allá de las peculiaridades de su estilo, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri es quizá la mejor película de McDonagh hasta la fecha —que ya es, después de aquella imperfecta pero inolvidable Escondidos en Brujas— y creo que también la mejor entre las nominadas.
 Al menos me ha parecido la más vibrante, la que mejor representa a un artista en un momento inspirado de su carrera.

La veré antes de la ceremonia, aunque después de contemplar el tráiler y diversos extractos, la idea me produce casi tanta pereza como subir el Everest en bicicleta mientras Risto Mejide me habla de su filosofía de vida.
Óscar a la mejor película
Si tuviera que resumir la temporada cinematográfica en Hollywood, diría que 2017 fue el año de las películas que produjeron chaparrones de serotonina a los críticos mientras yo me preguntaba si sus palomitas estaban untadas con éxtasis y las mías no. Quizá sea tema para otro artículo, pero hace unos años miraba la página de Rotten Tomatoes, por ejemplo, y aun sabiendo que cada persona es un mundo, el consenso mayoritario de los críticos me resultaba útil para estimar de antemano la calidad aproximada de una película. No era una herramienta infalible, pero sí orientativa un 80-90% de las veces. Esto ya no me sucede. Entro, veo altos consensos y puntuaciones medias bastante elevadas, y ya no sé a qué atenerme. O han cambiado ellos, o he cambiado yo. Y como diría Arthur C. Clarke, ambas posibilidades son igualmente aterradoras. Pero bueno, los posibles motivos por los que la crítica se está volviendo cada vez menos exigente serán dignos de un análisis aparte.
 

Familias postizas contra la sigilosa epidemia de la soledad

 

Un proyecto de los franciscanos busca en Galicia personas solas para compartir comidas, tareas y compañía, devolviéndole la vida a edificios eclesiásticos vacíos.

Participantes en el proyecto para combatir la soledad desayunan en el comedor del convento de San Francisco de Betanzos (A Coruña).
Participantes en el proyecto para combatir la soledad desayunan en el comedor del convento de San Francisco de Betanzos (A Coruña).
Rosa enviudó el pasado agosto y desde entonces carga sobre sus hombros con un pesado silencio. 
Solo la llamada de una amiga cada día a las nueve de la noche achica un poco el vacío.
 Siendo ella una de las últimas habitantes de una de esas aldeas del Ayuntamiento gallego de Betanzos (A Coruña) que no deja de menguar, ese es prácticamente el único momento en el que se comunica con alguien.
 “Charlamos durante media hora. No criticamos a nadie pero comentamos cosas y la hago reír”, cuenta Pilar, la voz amiga de Rosa, una de las colaboradoras del proyecto Familia Aberta, impulsado por la orden religiosa de los franciscanos en Galicia para combatir la epidemia silenciosa de la soledad que se extiende sin freno por los hogares occidentales.
Mientras en Reino Unido el Gobierno acaba de crear una Secretaría de Estado contra la Soledad, en Betanzos se ha habilitado el convento de San Francisco de Betanzos, sin vida desde que hace un par de años franquearon la puerta las últimas monjas residentes, para crear una familia con personas “que estén o se sientan solas”. Los participantes pasarían el día en las instalaciones, desayunando, comiendo y cenando, compartiendo la colada y los gastos, regalándose mutuamente compañía.

“No se trata de un centro de día ni de beneficencia, tampoco de un local social, sino de un espacio autogestionado que no se financia con subvenciones y en el que queremos imitar el ambiente de una familia cualquiera, con libertad para entrar y salir sin compromiso y sin exigencias de confesionalidad”, explica Fray Enrique Roberto Lista sobre un proyecto que está abierto a vecinos de cualquier ayuntamiento y a cuyos responsables les gustaría extender en un futuro a otros edificios eclesiásticos vacíos como las casas rectorales de las parroquias.
 Adela, de 80 años, estuvo tiempo "arrinconadita" en su casa, "llorando sola", pero ahora ha dado el paso de entrar en Familia Aberta:
 "Llevo 15 años sin mi madre y 38 sin mi padre.
 Participar en este proyecto me encanta, porque nos hace trabajar y nos distrae, estoy con compañeros a los que le pasa lo mismo que a mí".
En España viven solas cerca de 4,5 millones de personas, según los datos que manejan los promotores de Familia Aberta, una cifra que se incrementa año a año. 
Según el estudio La soledad en España (2015), de Juan Díez y María Morenos, más del 70% de las almas que habitan estos hogares sufren soledad, un mal que afecta igualmente a más de la mitad de quienes tienen compañía en sus casas.
El proyecto ha echado a andar en Betanzos con nueve mujeres y, según explica la trabajadora social Antía Leira, afrontando dificultades para superar “el estigma de la soledad, la vergüenza”. “A quienes la sufren les cuesta reconocer la situación e incluso identificarla, porque muchas veces conviven con alguien”, apunta Leira. 
“Es una necesidad oculta: todo el mundo admite el problema y las noticias de ancianos que mueren sin que nadie se entere se multiplican, pero dar el paso para combatirla cuesta”.
Los colaboradores del proyecto se han lanzado desde hace seis meses a una campaña de divulgación puerta a puerta, recorriendo incluso lugares de Betanzos frecuentados por personas solitarias y contactando con los servicios sociales de los Ayuntamientos de la comarca.
 El franciscano Lista lleva años implicado en la atención de albergues para ciudadanos sin techo y centros de atención a toxicómanos.
 De hecho, la idea de Familia Aberta le saltó a la cabeza tras colaborar en Italia con un programa que intentaba desenganchar a drogodependientes formando con ellos “familias” que les aliviasen su angustia vital.
“Una soledad más una soledad es compañía, el remedio al problema están en las personas que sufren este mal”, esgrime el fraile franciscano, mientras en el comedor de este convento del siglo XIV los primeros miembros de Familia Aberta se pasan la cafetera y las bandejas de bizcocho y galletas.
 La amiga de Pilar que tan sola se siente aún no ha dado el paso de integrarse en esta familia postiza: 
“Es desconfiada y retraída, y le cuesta, pero yo ya le digo que esto le vendría bárbaro para oxigenarse”.
Entre los sufridores de la soledad, a los promotores de Familia Aberta les preocupa el grupo de los hombres recién divorciados, remisos especialmente a pedir ayuda.
 Ramón, de 67 años, afrontó hace un lustro su tercera ruptura matrimonial y desde entonces pelea a diario por llenar su tiempo libre para esquivar el vacío.
 “Los humanos estamos pensados para vivir en sociedad y necesitamos a alguien a quien dar afecto. 
Pero a la vez es reacia a compartir experiencias como esta porque cree que no tiene por qué contarle su vida a los demás”, apunta.
La tristeza por el aislamiento social no es solo un achaque de la edad. 
“Hay gente muy joven que también está sola”, incide Adriana García, colaboradora del proyecto. 
“Esta sociedad te empuja a la soledad.
 Se tienen menos hijos, la familia se dispersa, las tecnologías te conectan por un lado pero te llevan a encerrarte por otro… 
Y hay jornadas laborales que no te dejan tiempo para la amistad y la familia. 
Racionalizar los horarios sería un gran aporte para combatir este mal”.

 

 

4 feb 2018

En la cárcel de las musas..................... Carmen Morán

Un ciclo de conferencias aborda la relación entre hombres considerados genios y sus parejas relegadas a espacios de sombra.

La actriz Marilyn Monroe y el dramaturgo Arthur Miller, en 1950.
La actriz Marilyn Monroe y el dramaturgo Arthur Miller, en 1950.
La cara oculta de la actriz Hedy Lamarr, posiblemente una de las mujeres

 más bellas de la historia, era la de una brillante ingeniera que desarrolló un sistema cifrado que impedía al enemigo interceptar torpedos, una patente que décadas después ha dado base tecnológica a nuestros millones de comunicaciones inalámbricas. Pero fueron sus besos los que se cotizaron.
La semana pasada, la Academia de cine francesa anunciaba que este año su César de Honor será para Penélope Cruz y las dos primeras expresiones que justificaban tal distinción no parecían tener mucho que ver con su trabajo:
 Por ser “musa de grandes cineastas y esplendorosa belleza latina”.

Alfred Hitchcock agradeció de este modo, en un homenaje que recibió a los 80 años, la influencia que en su vida y su carrera habían tenido cuatro personas: 
“La primera es una montadora cinematográfica, la segunda, una guionista, la tercera es la madre de mi hija Pat, y la cuarta es la cocinera más excelente que haya obrado milagros en una cocina doméstica
. El nombre de las cuatro es Alma Reville”. Pero muchos de ustedes seguramente no sabían que así se llamaba la mujer del director del suspense, ni siquiera si estaba casado.
 Caras ocultas.
Este no es, sin embargo, un reportaje de cine, sino de las muchas mujeres cuyo trabajo, inteligencia y genialidad han quedado en un segundo plano, ocultos bajo un nombre etéreo que condena al anonimato: musas.
 Algunas de ellas estuvieron acompañadas de hombres que fueron ensalzados sin reparos con el calificativo de genios.

La actriz Marilyn Monroe y el dramaturgo Arthur Miller, en 1950.
La actriz Marilyn Monroe y el dramaturgo Arthur Miller, en 1950.


Un ciclo de conferencias que empieza hoy en el CaixaForum de Madrid pretende abordar este asunto, la cárcel en que se ha encerrado a las musas, negando, bajo ese nombre, su capacidad de creatividad, ingenio, arte, mientras ellos desarrollaban esas facultades tan a gusto, inspirados por esos seres cuyas vidas muchas veces eran “vacías y deprimentes”. 
“No fueron musas, sino secretarias, enfermeras, madres, cocineras, amantes, mientras su creatividad quedaba aparcada u oculta”, explica la escritora Laura Freixas, coordinadora de estas jornadas junto a Pilar Vicente de Foronda, con la participación de Fedepe y la Biblioteca Nacional.
 Cada lunes, durante seis semanas, una conferenciante está invitada a hablar de una pareja famosa. 
Hoy es el turno de la profesora y escritora británica Griselda Pollock, que abrirá al público el matrimonio entre Marilyn Monroe y Arthur Miller. 
Ella, el producto más brillante de la América del consumo, el espectáculo y el glamour de los años 50; su marido, un reconocido dramaturgo e intelectual de izquierdas, premio Pulitzer. Griselda Pollock destaca las muchas biografías sobre la icónica actriz en las que, sin embargo, “hay muy poco análisis sobre su TRABAJO”, escribe así, en mayúsculas en un correo electrónico desde su país. Esta profesora se preguntó “¿cómo logró una mujer blanca, sin estudios y abusada convertirse en una estrella como la que fue? ¿Por qué la lloraba Andy Warhol? ¿Por qué Elton John se identificaba con ella? ¿Por qué Madonna forjó su imagen a semejanza de la actriz?”
 Formó con Arthur Miller “lo que es una mitología patriarcal: genio y musa.
 La oposición clásica entre actividad y pasividad, deseo y objeto del deseo, creatividad e inspiración”. 
La profesora opina que ya “se necesita un lenguaje diferente”. Marilyn, dice “actuaba frente a la cámara con genialidad y consiguió que guiones de comedias insulsas sean recordados solo por ella”.
 “Era inteligente, inquisitiva y muy comprometida políticamente; apasionada y desesperadamente ambiciosa por comprender el arte de actuar”. 
“A Miller”, añade, “no le inspiraba ella, estaba obsesionado con ella. Creo que ambos son genios fallidos”

El rompedor montaje de la escena de la bañera en Psicosis y el hecho de que fuera acompañada de música son productos del ingenio de Alma Reville, la esposa de Alfred Hitchcock, con quien cofirmó varios guiones.
 “En el nacimiento de la industria del cine había muchas mujeres que fueron saliendo a medida que aquello se convirtió en un gran negocio”, explica la guionista y directora Inés Paris, que se encargará de esta “curiosa pareja”.
Sobre Yoko Ono y John Lennon disertará la cantante Christina Rosenvinge: 
“Yoko es vilipendiada por gran parte del mundo de la música.
 Ella nunca ha respondido al arquetipo de musa dulce y angelical. Era una potencia en sí misma y fue fundamental en la evolución intelectual de John Lennon.
 Hasta hace muy poco no se ha reconocido su autoría en canciones como Imagine”.
Las palabras musa y genio no tienen su complementario de género: ni hay musos ni genias.
 Algo no va bien. El diccionario parece indicar que las mujeres, por el hecho de serlo, están incapacitadas para la genialidad mientras que servirían para revolotear cual ninfas alrededor de las mentes masculinas haciendo florecer todo su esplendor
. O reteniendo a los niños para que en la casa reine la paz para seguir escribiendo, ya se encargarán las musas de pasarlo a máquina. 

 

David Bustamante, en sus horas más bajas

El cantante vive su peor momento en pleno divorcio de Paula Echevarría y con su carrera artística en declive.

David Bustamante durante su actuación en Santander en mayo del año pasado.
David Bustamante durante su actuación en Santander en mayo del año pasado. Cordon Press

 Tras muchos meses de especulaciones, esta semana Paula Echevarría por fin ha confirmado que se divorcia de David Bustamante.

 Algo que era tan esperado que no ha sorprendido. 

Sin embargo, por parte del cantante continúa el silencio. Algunos medios aseguran que el artista no va a ratificar ningún comunicado que venga de su expareja, por lo que ambos estarían todavía lejos de un acuerdo.

 Otros creen que incluso podrían acabar enfrentados en un juzgado ya que el cántabro no piensa aceptar las condiciones de manutención que le pide la actriz ni las del régimen de visitas sobre la hija de ambos, Daniella, de 9 años.

La separación de una de las parejas españolas más populares ha dejado dos realidades muy distintas. 

 Paula Echevarría sale del matrimonio con un nuevo novio (hay rumores de que está iniciando una relación con el futbolista del Málaga Miguel Torres) y en un inmejorable momento profesional.

 Acaba de firmar un contrato televisivo muy suculento con Mediaset, y se habla de sueldo millonario para la actriz, modelo e influencer.

 En cambio David Bustamante deja atrás 12 años de relación solo y sin grandes proyectos a corto plazo.

 Si en el momento de subir al altar él era una de las grandes estrellas de la canción surgidas del fenómeno Operación Triunfo y ella prácticamente una desconocida, ahora es Busta quien con 35 años parece haber quedado como el más afectado por la ruptura.

Paula Echevarría y David Bustamante
Paula Echevarría y David Bustamante Cordon Press
El bache profesional es evidente por mucho que los que le conocen apunten a que lo superará centrándose en su trabajo y relanzando una carrera como solista que hoy está lejos de ser un ídolo de millones de jovencitas. 
Porque lo cierto es que sus actuaciones en escenarios de ciudades importantes que llenaban aforos han ido dando paso a conciertos en localidades más modestas como Baeza, Roses, El Pinoso o Mancha Real. 
Mientras que a finales de 2016 y principios de 2017 Bustamante llenaba Sevilla, Valencia, Madrid o Santander, hoy el único concierto anunciado en la web oficial del cantante será el próximo 23 de marzo en un pequeño teatro de Reus.
 
David Bustamante quedó tercero en la primera edición de OT, pero aquel chico de San Vicente de la Barquera que trabajaba en la construcción con su padre y se emocionaba hasta llorar con cada acontecimiento del concurso fue el gran triunfador junto a David Bisbal.
 Bustamante salió de la Academia como una superestrella que vendió medio millón de copias de su primer disco en tres días. Desde entonces han transcurrido 16 años en los que ha despachado más de dos millones de discos y ha ofrecido 900 conciertos.

En 2006 se casó con Paula Echevarría y comenzó una transformación.
 La influencia de su mujer le convirtió en un hombre más sofisticado, amante del gimnasio y de la moda. 
Juntos formaron una pareja al estilo de los Beckham, y Bustamante vivió sus años más felices en lo personal mientras continuaba triunfando sobre los escenarios.
 La estabilidad culminó con el nacimiento de su hija, y esa madurez se trasladó a su carrera no sin ciertos sacrificios. 
David dejó atrás el fenómeno fan y fue transformándose en el clásico cantante melódico de corte latino. 
Una evolución que implica salir de la órbita de los artistas superventas de las emisoras pop y pasar a un nivel más discreto. Cuando surgieron los rumores de separación matrimonial hace un año llegó también el bajón profesional para él.
 El cantante desafinó, no conseguía llegar a las notas y también se le vio físicamente desmejorado.
Su último disco, editado el año pasado, alcanzó el número uno la primera semana. 
Bustamante en ningún momento ha dejado de trabajar, pero sus apariciones como jurado en concursos de talentos han sido más trascendentes que el éxito popular de sus últimos temas.
 Su presencia en dos galas de la nueva edición de OT ha puesto aún más de manifiesto lo lejos que quedan sus tiempos de éxito masivo. Hoy se refugia en su hija y en su madre, a la que visita frecuentemente en su pueblo natal.
 Todo ello lo refleja en sus redes sociales, en las que en lo profesional últimamente solo promociona su colección de fragancias masculinas. 

Respecto a Daniella, la pequeña siente devoción por su padre, hasta el punto que prefiere seguir los pasos del cantante frente a la profesión de su madre y quiere presentarse al concurso La Voz Kids
 Apoyado en el amor de su hija, afronta una nueva etapa en la que deberá resolver su divorcio y continuar con su vida y carrera. 
Lo más inminente para él es otro momento simbólico de los que remueven por dentro. 
Este lunes termina Operación Triunfo 2017, una edición que ha rivalizado en éxito y calado popular con aquella primera de 2001. En la gala final actuará David Bisbal, como nexo entre el triunfo de dos generaciones 16 años después.
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David subió su última fotografía a Instragram, junto a su familia, el pasado 14 de enero con motivo del 58 cumpleaños de su madre.
David subió su última fotografía a Instragram, junto a su familia, el pasado 14 de enero con motivo del 58 cumpleaños de su madre.