11 dic 2017
Donde la moda nunca muere.................................
Inditex trata de alargar la vida de sus prendas casi eternamente a través del reciclaje y la reutilización.
Pero sin abandonar este modelo de
moda rápida, la multinacional con sede en Arteixo (A Coruña) ha
implantado también en los últimos años proyectos que pretenden integrar
la “economía circular” en el negocio.
Y así, a través del reciclaje y la
reutilización, las prendas y tejidos que produce la mayor multinacional
textil del planeta han empezado a alargar su vida quién sabe si
eternamente.
El programa bautizado como Closing the Loop
ha supuesto la instalación de contenedores de prendas usadas en 534
tiendas de ocho países (España, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Holanda,
Dinamarca, Suecia y China) y en las oficinas y centros logísticos del
grupo en España.
Otros mil puntos de recogida de ropa han sido
emplazados en las calles de distintas ciudades españolas y en 2016 se
entregaron a Cáritas un total de
7.102 toneladas de ropa, calzado y complementos “evitando que acaben en
un vertedero”, explican desde Inditex.
La empresa subraya que sus
proyectos conjuntos con Cáritas dedicados a la revalorización de ropa y
calzado a través de la reutilización y el reciclaje dieron empleo en
2016 a 300 personas en riesgo de exclusión social.
La firma ha comenzado a recoger de
forma gratuita donaciones de prendas en los domicilios a los que sirve
compras realizadas a través de Zara.com durante el último año.
El
rescate de ropa usada se extenderá además en un futuro próximo a las
tiendas de Oysho y Massimo Dutti, informa la compañía, y también está
previsto ampliar la red de contenedores en las calles hasta los 2.000
puntos, con la idea de llegar a países como Estados Unidos, Canadá,
México, Francia, Grecia, Italia, Bélgica, Suiza, Austria, Alemania,
Finlandia, Noruega, Polonia, Rusia, Corea y Japón.
Innovar con el doble uso
Una de esas alianzas se ha sellado con el Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT) para investigar tecnologías que permitan crear y desarrollar
nuevas fibras textiles a partir de prendas usadas.
“En los procesos de
producción de los tejidos reciclados se consume menos agua, energía y
recursos naturales que en la creación de nuevas fibras, por lo que su
impacto medioambiental es menor”, explican desde la multinacional.
“Aunque el reciclaje downcycling, aquel en el que se consiguen
materiales de menor calidad que los originales, es el más desarrollado
en la industria textil, en Inditex apostamos por el desarrollo del
reciclaje upcycling, que permite crear nuevas fibras con la misma calidad”.
Los esfuerzos de Inditex para darle
una nueva vida a sus residuos textiles se centran sobre todo en el
reciclaje de algodón y poliéster, dos tejidos muy utilizados en sus
colecciones.
Los desechos de algodón se clasifican por tipo y color, se
trituran en fibras pequeñas que se cardan y, finalmente, estas se
mezclan formando nuevos hilos.
El poliéster reciclado se puede producir
incluso a partir de botellas de plástico machacadas en trozos muy
pequeños que, mediante un proceso de polimerización, se transforman en
una nueva fibra sintética.
Con 36,7 millones de prendas
fabricadas al 100% con algodón orgánico certificado, Inditex ha
aumentado en un 318% el uso de esta materia prima con respecto al
ejercicio anterior y se ha convertido en el cuarto consumidor mundial.
Este material está cultivado sin fertilizantes ni pesticidas químicos y
sus semillas no están modificadas genéticamente, explican desde la
compañía.
Su cultivo necesita un 90% menos de agua y un 60% menos de
energía que el algodón convencional.
En vaqueros, camisetas y vestidos, las marcas de Inditex utilizan
también lyocell, un tipo de fibras con las que se consiguen tejidos
“suaves, fuertes y versátiles”.
Con la empresa austriaca Lenzing
produce TENCEL®Lyocell, una fibra sostenible de origen vegetal, y
Refibra™Lyocell, creada a partir de algodón reciclado y madera de
“bosques gestionados de forma sostenible”.
“El lyocell, la viscosa y el
modal pertenecen a un grupo de fibras que se obtienen de la pulpa de
celulosa de determinados árboles.
Desde 2017, ninguno de nuestros
productos contiene fibras de este tipo que procedan de bosques primarios
o de alto valor ecológico”, aseguran desde la compañía.
Según los datos
aportados por el grupo, Inditex es líder mundial en consumo de
TENCEL®Lyocell, tras comercializar en 2016 un total de 6,35 millones de
prendas de este material.
El día que Picasso regresó a la playa de Málaga....... Esperanza Codina
Antonio Banderas se estrena en el rodaje de la serie ‘Genius’, en la que interpreta al pintor, con una escena ambientada en 1939.
Picasso se ríe con cierto desdén.
Está leyendo la prensa y Dora Maar, tumbada junto a él sobre una toalla en la playa de Antibes, en la Costa Azul francesa, le pregunta qué es tan divertido.
“Mi buen amigo, el Caudillo, Generalísimo Francisco Franco, ha ilegalizado el divorcio en España”, replica el artista.
Es 1939, poco después del final de la Guerra Civil. La pareja de amantes inicia un diálogo sobre la conveniencia o no del matrimonio que evidencia su complicidad y se besa.
Él le pide entonces a la fotógrafa regresar al hotel porque quiere pintarla.
No se trata, en realidad, de la playa de Antibes.
Es La Misericordia, en Málaga, a primera hora de la mañana del pasado 1 de noviembre.
La escena está incluida en la segunda temporada de la antología Genius, de National Geographic y Fox, dedicada a Pablo Picasso y en pleno rodaje.
El estreno de la serie de televisión está previsto para el otoño de 2018.
Y quien se pone por primera vez en la piel del pintor es Antonio Banderas.
De malagueño a malagueño. “Por fin”, piensa caracterizado como el artista con camisa de lino beige, bañador con listas y pelo canoso con raya muy marcada por encima de la oreja derecha.
La secuencia dura poco más de dos minutos y es la actriz Samantha Colley quien da vida a Dora Maar.
Banderas anhelaba interpretar a Picasso y era importante hacerlo en Málaga para lograr, de cierta forma, que el genio pudiera regresar a su ciudad natal.
Se fue siendo un crío y no volvió más.
Pero “las imágenes de un niño durante 10 años son muy poderosas y se quedan grabadas”, cuenta el actor a EL PAÍS.
Este fue el argumento que utilizó para convencer al productor Ron Howard, y al creador de la serie y director, Ken Biller, de que había que rodar en la capital malagueña, que no estaba incluida inicialmente en la agenda de trabajo.
“A mí me pasa. No puedo olvidarme de determinadas luces, formas, colores, sensaciones con mi familia.
Con mi mamá, con mi padre. Agarrado de la mano de mi madre en la Semana Santa de aquí”, añade.
Apenas tres días después de grabar la escena de Picasso con EL PAÍS como testigo, Banderas perdió a su madre, de 84 años.
Visitó con él las localizaciones relacionadas con el pintor en la ciudad andaluza y el equipo estuvo tres días recreando la infancia del protagonista antes de trasladarse a Barcelona.
La primera parada fue París y la última, Budapest, donde se graban ahora los interiores.
Las imágenes de Málaga se centran en la casa natal, reconvertida en museo; la iglesia de Santiago, donde Picasso fue bautizado; la plaza de toros de La Malagueta, donde con siete años pintó su primer cuadro, un picador.
Y la escena de la playa, un auténtico “regalo” para Banderas, de 57 años, uno menos de los que tiene su personaje en la secuencia.
La transformación se produjo tras una sesión de dos horas de maquillaje.
El actor habla con pasión del complicado genio.
De la persona y del artista.
Conoce bien su obra y ha leído mucho sobre él.
Cita varias veces Mi vida con Picasso, de Françoise Gilot, la mujer que sustituyó a Maar en el corazón del artista y madre de sus hijos Paloma y Claude.
“Hay que saber leer entre líneas para tratar de encontrar a Picasso de la forma más justa posible con su vida”, argumenta.
Y el mismo entusiasmo pone Banderas para relacionar al personaje con la ciudad de nacimiento de ambos. “¿Recuerdas Ciudadano Kane? ¿Te acuerdas de lo que era Rosebud, el trineo?”, pregunta. “Yo creo que Málaga es Rosebud para Picasso”, afirma.
Está leyendo la prensa y Dora Maar, tumbada junto a él sobre una toalla en la playa de Antibes, en la Costa Azul francesa, le pregunta qué es tan divertido.
“Mi buen amigo, el Caudillo, Generalísimo Francisco Franco, ha ilegalizado el divorcio en España”, replica el artista.
Es 1939, poco después del final de la Guerra Civil. La pareja de amantes inicia un diálogo sobre la conveniencia o no del matrimonio que evidencia su complicidad y se besa.
Él le pide entonces a la fotógrafa regresar al hotel porque quiere pintarla.
No se trata, en realidad, de la playa de Antibes.
Es La Misericordia, en Málaga, a primera hora de la mañana del pasado 1 de noviembre.
La escena está incluida en la segunda temporada de la antología Genius, de National Geographic y Fox, dedicada a Pablo Picasso y en pleno rodaje.
El estreno de la serie de televisión está previsto para el otoño de 2018.
Y quien se pone por primera vez en la piel del pintor es Antonio Banderas.
De malagueño a malagueño. “Por fin”, piensa caracterizado como el artista con camisa de lino beige, bañador con listas y pelo canoso con raya muy marcada por encima de la oreja derecha.
La secuencia dura poco más de dos minutos y es la actriz Samantha Colley quien da vida a Dora Maar.
Banderas anhelaba interpretar a Picasso y era importante hacerlo en Málaga para lograr, de cierta forma, que el genio pudiera regresar a su ciudad natal.
Se fue siendo un crío y no volvió más.
Pero “las imágenes de un niño durante 10 años son muy poderosas y se quedan grabadas”, cuenta el actor a EL PAÍS.
Este fue el argumento que utilizó para convencer al productor Ron Howard, y al creador de la serie y director, Ken Biller, de que había que rodar en la capital malagueña, que no estaba incluida inicialmente en la agenda de trabajo.
“A mí me pasa. No puedo olvidarme de determinadas luces, formas, colores, sensaciones con mi familia.
Con mi mamá, con mi padre. Agarrado de la mano de mi madre en la Semana Santa de aquí”, añade.
Apenas tres días después de grabar la escena de Picasso con EL PAÍS como testigo, Banderas perdió a su madre, de 84 años.
La ciudad, protagonista
Banderas convenció a Biller.Visitó con él las localizaciones relacionadas con el pintor en la ciudad andaluza y el equipo estuvo tres días recreando la infancia del protagonista antes de trasladarse a Barcelona.
La primera parada fue París y la última, Budapest, donde se graban ahora los interiores.
Las imágenes de Málaga se centran en la casa natal, reconvertida en museo; la iglesia de Santiago, donde Picasso fue bautizado; la plaza de toros de La Malagueta, donde con siete años pintó su primer cuadro, un picador.
Y la escena de la playa, un auténtico “regalo” para Banderas, de 57 años, uno menos de los que tiene su personaje en la secuencia.
La transformación se produjo tras una sesión de dos horas de maquillaje.
El actor habla con pasión del complicado genio.
De la persona y del artista.
Conoce bien su obra y ha leído mucho sobre él.
Cita varias veces Mi vida con Picasso, de Françoise Gilot, la mujer que sustituyó a Maar en el corazón del artista y madre de sus hijos Paloma y Claude.
“Hay que saber leer entre líneas para tratar de encontrar a Picasso de la forma más justa posible con su vida”, argumenta.
Y el mismo entusiasmo pone Banderas para relacionar al personaje con la ciudad de nacimiento de ambos. “¿Recuerdas Ciudadano Kane? ¿Te acuerdas de lo que era Rosebud, el trineo?”, pregunta. “Yo creo que Málaga es Rosebud para Picasso”, afirma.
Un formato nuevo que gusta al actor
Era su personaje deseado y la oportunidad ha llegado para la televisión tras no lograrlo en el cine.
“Algunos factores cambian, pero a mí me favorecen, me gusta rodar rápido”, explica.
Es su primera serie y destaca la “enorme” calidad de la producción.
El equipo es el mismo de los 10 primeros capítulos de Genius, que narraron la historia de Albert Einstein.
Banderas decidió bajar el ritmo de trabajo tras sufrir un ataque al corazón a principios de año y después de interpretar a Picasso, su mirada se dirige con ganas hacia el proyecto escénico, otro reto pendiente, que desarrollará en el Teatro Alameda de Málaga.
Ha ideado un plan ambicioso, el edificio será rehabilitado y el actor espera abrir temporada en septiembre de 2019.
“Me he metido en este lío maravilloso.
Lo mismo vengo aquí a arruinarme, pero no me importa”.
10 dic 2017
Risto Mejide: “Soy especialista en caer mal”......Luz Sánchez-Mellado
El presentador, que tiene en antena la nueva temporada de 'Chester', se define como un intruso en su trabajo.
Llega a la hora, se pone a las órdenes, cero pamplinas, todo facilidades.
Le acompañan, eso sí, dos asistentes más o menos personales y su esposa, la modelo Laura Escanes, de 21 años, a la que presenta como “mi pareja”, y a la que no puede dejar de mirar cuando se cruzan.
Cierto que está en plena promoción de la nueva temporada de Chester (Cuatro, los domingos las 21.30) y que, como buen publicista, sabe que la amabilidad con los medios le va en el sueldo.
Pero su interés por el otro parece genuino y su talante, amabilísimo. Si se lo hace, el interesado y el amable, lo disimula fantásticamente.
Pero no sería la primera vez que da gato por liebre al respetable.
Hola, colega, ¿cómo está?
Feliz, fenomenal, como nunca.
Cuánto me alegro. Pero lo de colega iba con segundas.
Ya. Ya me gustaría ser colega, pero no lo soy. Soy un intruso donde voy.
Un publicitario que no estudió publicidad y un entrevistador que no estudió periodismo.
¿Un intruso o un impostor?
También, pero eso implica mentira y yo no miento.
Lo que no soy es falso. En el 97 me pagaban 3.000 euros en un banco para trabajar como financiero y me fui a trabajar gratis a una agencia
.
O sea, le mueve solo la pasión.
¿Qué, si no? ¿Por qué te ríes?
O sea, le mueve solo la pasión.
¿Qué, si no? ¿Por qué te ríes?
Porque eso choca con los prejuicios que circulan sobre usted.
¿Qué prejuicios? Dispara.
Que es un chulo. Desmiéntalo.
No, eso no puedo desmentirlo.
Me perseguirá toda la vida. Uno no puede decir que es humilde. En cuanto lo dice, deja de serlo.
Además, soy especialista en caer mal a todo el mundo, lo sé. Algo habré hecho para ello, lo asumo.
¿Se le caen los prejuicios con sus invitados en sus entrevistas?
Yo también los tengo, ¿quién no? Pero un prejuicio es una oportunidad de actualización.
Y al tener a alguien cara a cara dos horas, cambia mi opinión sobre él siempre, para bien o para mal.
¿Usa cuestionario previo?
Jamás. Si estás pensando en la siguiente pregunta, no escuchas.
Me cuesta muchísimo escuchar, pero ese es mi único secreto, lo único que realmente hago ahí.
¿Necesitamos ser escuchados?
Siempre. Y tenemos los mismos problemas
. Queremos enamorarnos, ser felices. Trascendernos y transformarnos.
Transformarnos en el sentido de evolucionar, realizarnos, sentir que haces algo por ti o por alguien. Y trascendernos, que lo que hagamos resuene en alguien, quien sea.
¿Una entrevista es de quien pregunta o de quien responde?
Una entrevista es un pacto, un deporte de equipo.
Si el otro no decide ser generoso, te vas a ir de vacío, y tú lo sabes mejor que yo
. Pamela Anderson, por ejemplo, puso el foso y se me fue cruda.
¿Hay formas de vadear fosos, un gesto, una mirada un silencio?
Absolutamente.
Un silencio puede ser una pregunta porque invita al otro a rellenarlo. Y una cara de póker: esa cara es la pregunta.
Pero ahí sí que ha habido una evolución mía. He pasado de usar el bate de beisbol a la acupuntura.
Esa es mi evolución como... no sé cómo llamarme, ya he dicho que soy un intruso: ni periodista, ni entrevistador, ni sparring...
Autodefínase, pues. Deme un titular de cinco palabras.
No, no voy a hacerte tu trabajo, colega, pero casi. Digamos que soy el tipo que está ahí sentado.
Pero ese tipo sentado es también una celebridad que ha sido noticia por su boda, por ejemplo.
Todos tenemos un escaparate que mostramos, y decidimos qué poner en él.
Yo he decidido tener un escaparate pequeño, porque me dedico a esto y entiendo el interés, pero también tengo tienda y trastienda, y esas son solo mías.
En el escaparate, y usted lo sabe, se pone lo más vistoso.
Sí, y lo que más vende, puede ser, pero no siempre lo mejor.
Es sabido que una pregunta íntima suya, más allá del escaparate que ella decide mostrar, le costó un disgusto con Vanessa Martín. ¿Vale todo por un titular?
No. Hice mal.
Traspasar esa línea roja me costó caro. No hay titular que merezca una amistad.
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