Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

13 nov 2017

Alcàsser: el horror elevado al cubo.......................... Jesús Duva

Si para mí era inquietante aquel paisaje desolado, me imaginaba el terror de ellas.

Miquel Ricart, uno de los acusados, durante el juicio de 1997. VÍDEO: ATLAS
Se cumplen hoy 25 años del secuestro de tres niñas y todavía ahora está viva la enorme sacudida que eso supuso para toda la sociedad. Después vendrían 75 días de angustia colectiva.
 75 días de búsqueda infructuosa y desesperada.
 75 días en los que todo el mundo intentaba rechazar un presagio que los investigadores tenían desde el primer momento de la desaparición.
 75 días que concluyeron con el hallazgo de los cadáveres de Desirée Hernández, Miriam García y Antonia Gómez, salvaje y brutalmente violadas después de haber sido raptadas durante la tarde-noche del 13 de noviembre de 1992.
 El crimen de las niñas de Alcàsser, a tiro de piedra de la capital valenciana, forma ya parte de la historia de España.
La incertidumbre, el miedo, la desesperanza y la angustia de los padres de las tres menores fue compartida con millones de españoles a través de programas de televisión que en esas fechas hacían furor.
 Y, al final, el horror elevado al cubo supuso un antes y un después en la criminalidad española.
 Nunca antes había sufrido España un crimen con tanta vesania.
Ha pasado un cuarto de siglo pero aún me da un vuelco el corazón al recordar aquel 27 de enero de 1993, cuando saltó la noticia de que alguien había encontrado varios cuerpos enterrados cerca de la presa de Tous. 
Las autoridades pedían prudencia. Pero no tuve la menor sombra de duda de que eran las niñas de Alcàsser.
 ¿De quién podían ser esos cadáveres? Solo de Miriam, Toñi y Desirée.
 Siento el mismo escalofrío que sentí cuando comencé el ascenso de aquel monte de la partida de La Romana, cerca de Catadau.
 Iba en busca de la casucha donde las tres adolescentes habían sido violadas y torturadas tras haber sido llevadas allí por los desalmados que las recogieron cuando hacían autostop. 
El camino hacia la cumbre no era tal y el coche del fotógrafo daba sacudidas sin parar cada vez que pisábamos una piedra puntiaguda. Si para mí era inquietante aquel paisaje desolado, me imaginaba el terror que debieron experimentar Miriam, Toñi y Desirée en medio de la noche, sin saber dónde eran llevadas por aquellos individuos.
Llegó un momento en que tuvimos que echar pie a tierra. 
Era imposible seguir. Unas alimañas sobrevolaban el picacho donde estaba la casa de los horrores.
 Sentía en mis propias carnes la angustia que tuvieron que experimentar las tres niñas, forzadas a caminar hacia un destino horrible.
 Casi podía escuchar sus lloros y sus gritos de espanto en medio de la nada, hasta llegar descompuestas a aquella casucha abandonada. Hasta llegar al infierno.

La vivienda, sucia y maloliente, tenía dos plantas.
 En la de arriba había un poste de madera al que los asesinos habían atado a las chicas. 
Allí, en aquella estancia habían sido violadas y torturadas en una especie de orgía salvaje.
 Pese a que yo no conocía entonces los terribles detalles, era fácil de imaginar las largas horas de agonía, humillaciones y sufrimientos que pasaron las tres niñas en manos de aquellas bestias de aspecto humano.

La búsqueda colectiva en la que participó toda España a través del programa televisivo Quién sabe dónde, de Paco Lobatón, no dio ningún fruto.
 Hasta que Gabriel Aquino y José Sala subieron al monte, en la mañana del 27 de enero de 1993, a revisar sus colmenas.
 Fue entonces cuando Aquino se sentó en una piedra para recuperar el resuello y descubrió que emergía de la tierra una mano descarnada, como si fuera la de un náufrago desesperado.
La Guardia Civil cercó la zona en busca de pistas que aclararan el triple crimen. 
Así fue como encontraron un volante de papel del hospital La Fe de Valencia, expedido a nombre de Enrique Anglés. 
Era un hombre con personalidad trastornada, perteneciente a una familia muy conocida en Catarroja por haber tenido algunos de sus miembros más de un problema con la justicia.
Más tarde se sabría que ese volante correspondía en realidad a Antonio Anglés Martins, de 27 años, que había acudido al centro médico para ser atendido de blenorragia.
 Con frecuencia suplantaba la identidad de su hermano Enrique. Pero eso lo conocieron los guardias civiles cuando ya Antonio se había dado a la fuga y, tras burlar el cerco, escapar a Portugal y llegar a Irlanda escondido en el mercante City of Playmouth. 25 años después, nadie sabe qué fue del sospechoso numero uno del triple crimen.
Un cuarto de siglo después, el único culpable de la violación y muerte de Miriam, Toñi y Desirée es Miguel Ricart, un amigo de correrías de Antonio Anglés, que fue condenado a 170 años de prisión.
 Solo cumplió 21 de ellos y recuperó la libertad en 2013.
El caso Alcàsser ha sido objeto de las más disparatadas y rocambolescas teorías, azuzadas en su día por un programa de televisión.
 La más extendida sostiene que las niñas fueron víctimas de una orgía sexual en la que habrían participado personajes relevantes de la vida pública.
 Lo innegable es que el triple asesinato fue un hito en la criminalidad española al dejar al descubierto la existencia del lumpen urbano.
 Creo que la herida social causada por la violación y asesinato de las niñas jamás se cerrará.
Jesús Duva siguió el crimen como periodista para EL PAÍS.

No lejos de allí estaba la fosa en la que los asesinos habían sepultado los cadáveres. Eran unos pocos metros que las adolescentes se habrían visto obligadas a recorrer, rotas y ensangrentadas, sabiendo que era el final de sus vidas. Unos minutos terribles que, al recordarlo, todavía me hace estremecer. Porque tuvo que ser espeluznante el instante en que una detrás de otra fueron asesinadas de un tiro, sin que nadie oyera sus gritos ni oyera las detonaciones. Y después, el silencio.
 

 

12 nov 2017

Aves del paraíso............................................... Boris Izaguirre....

Una investigación puede dejar una crisis de nervios en tus cuerdas vocales.

Shakira, en un concierto en Puerto Rico, en 2014.
Shakira, en un concierto en Puerto Rico, en 2014. WireImage

 

Con frecuencia tenemos un problema con el uniforme, o dotación como también le llaman, de nuestra selección nacional de fútbol. Hace unos años, se lo encargaron a una empresa rusa y la verdad consiguieron que algunos de nuestros extraordinarios atletas desprendieran un aire a azafata de alguna empresa rusa de aviación. En esta ocasión, el problema es que la camiseta lleva una estampación vertical con un atrevido efecto óptico cuyo resultado es una franja de color morado y podría crearse un metamensaje recordando la bandera republicana.
 ¡Uy, la que se ha montadooo! 
Lo que faltaba precisamente en estos tiempos de banderas erizadas y nacionalismos exaltados.
 Pero a mí lo que me preocupa es esa persona en esa empresa textil que ha decidido mezclar el rojo con el azul.
 Pienso que debería ser entrevistada en televisión, necesitamos conocer su razonamiento, una explicación. 
El morado es un color difícil y el naranja también.
 Yo una vez lo mezcle con verde para una boda en Ibiza y Tamara Falcó me riñó muchísimo.
 Ahora me gustaría saber lo que ella opina de esta polemiquísima camiseta.

Encima anularon la fiesta para presentarla y me sienta mal no solo por los diseñadores sino también por los futbolistas. 
Los tratan peor que a las modelos de los años 90, que las obligaban a salir con diseños imponibles y las pobres tenían que defenderlos sin ganas.
Con todas sus ganas, el papa Francisco condenó hace dos días, el uso del teléfono móvil durante la misa.
 “¡Alzad vuestros corazones, no vuestros telefoninos!” dijo. Y dijo más: “La misa no es un espectáculo”. 
Entonces pensé, o tiene mala cobertura o qué equivocado está el santo padre. 
La misa es un espectáculo, y cuanto mejor sea el espectáculo, mejor resulta la misa. ¿No?
El príncipe saudí Mohammed bin Salman.
El príncipe saudí Mohammed bin Salman. REUTERS
Hasta ese momento la semana parecía acogedora y, ¡zas!, se volvió espectacular, saltaron nuevos papeles comprometedores, como los de Panamá pero que ahora son del Paraíso. 
La lista de los que disfrutan de paraísos fiscales es como la caja B de la lista de millonarios de la revista Forbes.
 Pero salir públicamente en la investigación puede dejarte con una crisis de nervios en tus cuerdas vocales, como le pasó a Shakira, que tuvo que anular su concierto en Alemania esta semana.
 A mí no se me fue la voz pero carraspeé cuando encontré al ex alcalde de Barcelona, Xavier Trías, en ese listado. 
 Con Trías he departido bastante porque tengo mucho imán con los alcaldes, pero nunca le ví cara de tener una offshore.
 Ni de ser un ave del paraíso.
 Insisto en creer que la gente así lleva ropa y relojes carísimos, pero resulta que eso lo hacemos los pobretones con pretensiones. Shakira le agrega a su ingeniera financiera las fundaciones que preside.
 Cada vez entiendo menos a los millonarios y más cuenta me doy de que jamás seré uno de ellos precisamente porque no sé actuar bien ni en la cena benéfica para recaudar fondos ni delante del banquero que me diseña mi paraíso artificial.
 Soy tonto. 
Shakira y el príncipe Carlos, no.
 Los que más nos alucinan con su juego de tronos son los ministros y miembros de la realeza saudita que forman parte de la gigantesca purga efectuada por el príncipe Mohammed bin Salmán. 
Hay más presos que años tiene el príncipe purgador.
 Todos ricos y todos acusados de corrupción.
 En eso Arabia y España coinciden, al parecer es una cosa que no distingue ni banderas ni nacionalidades.
 El príncipe no podía enviarlos a la cárcel pero encontró la solución más glamurosa: meterlos en el hotel Ritz de Riad. 
En esas suites sí que combina el morado, porque básicamente todo es dorado y lo bueno del oro, mi amor, es que combina con todo. Esa es su nobleza.
 De nuevo confirmo que soy bobo. 
Yo quería ser príncipe árabe en mi infancia, pero ahora me doy cuenta de que es mucho el riesgo de ser purgado por un príncipe treintañero y terminar en un Ritz Carlton rodeado de arena.
 Esa solución deberíamos plantearla aquí por si alguna vez llega a haber muchos culpables en el caso Gurtel, un caso que cada día nos pone más verdes.
 Y rojos. Y morados.
 De repente es como si todo el mundo hubiera decidido hacer un homenaje a esa película de Berlanga, Todos a la cárcel.
 Pero con la decoración de un paraíso artificial, como la del hotel Ritz.
 

Málaga despide a Chiquito: “Hasta luego, don Gregorio”

Málaga despide a Chiquito: “Hasta luego, don Gregorio”.

El auditorio de la Diputación Provincial acoge la capilla ardiente del humorista, cuyas cenizas reposarán junto a las de su mujer en la cofradía del Cautivo.

 

Familiares del humorista Chiquito de la Calzada velan sus restos mortales en la capilla ardiente instalada en el auditorio de la Diputación de Málaga.
Juan Pablo, de 40 años, es uno de los muchos malagueños que este sábado se ha pasado por la capilla ardiente de Gregorio Sánchez Fernández, el gran humorista Chiquito de la Calzada, fallecido esta madrugada a los 85 años.
 Con su hija en brazos, se ha parado unos segundos frente al féretro del cómico, cuyo cadáver se vela en el auditorio Edgar Neville de la Diputación, sobre el mismo escenario en el que Gregorio recibió agradecido, en noviembre del año pasado, el título de Hijo Predilecto de la Provincia. 
"Despídete de Chiquito", le ha dicho Juan Pablo a su hija Carina, de solo seis meses.
 "Es que hace los mismos ruiditos que él... jaarl", contaba después, con una sonrisa y en homenaje a la persona entrañable que se ha ido.
En Málaga, a Chiquito de la Calzada se le venera. 
Su capilla ardiente permanecerá abierta hasta las 22.00 y mañana domingo se oficiará una misa sepelio en la iglesia de San Pablo, en el barrio de la Trinidad, donde nació Gregorio.
 Sus cenizas serán depositadas en el columbario de la cofradía del Cautivo, una de las imágenes más veneradas de la Semana Santa malagueña, donde se encuentran también los restos de su esposa, Josefa García Gómez, Pepita, fallecida en marzo de 2012 de forma inesperada.
 El matrimonio no tuvo hijos y la muerte de Pepita dejó al cómico inmerso en una melancolía que ha arrastrado hasta su último día. 

"Grande entre los grandes [...] Me quedo con tu recuerdo, humor y sonrisa eterna. Descansa en paz", se lee en el libro de condolencias abierto para que los malagueños transmitan su pésame a la familia. "Hasta luego, don Gregorio", ha escrito otra persona anónima. 
Pero lo más repetido son los agradecimientos a Chiquito por las carcajadas que su peculiar humor ha provocado desde que saltó a la fama en 1994, gracias al programa de chistes Genio y figura.
 Tenía ya 62 años y arrastraba una vida de sacrificios y trabajo como cantaor de flamenco y palmero en compañías que hacían bolos por tablaos de todo el país y fiestas privadas de gente adinerada.
Jóvenes, personas mayores y niños.
 El goteo de personas para despedir a Chiquito no ha cesado desde que la capilla ardiente ha quedado abierta a las 12.00 del mediodía. Su hermano Tomás ha agradecido el cariño de la gente y el interés por su salud durante estos últimos días. Gregorio fue ingresado en el Hospital Regional de Málaga el pasado 31 de octubre por una angina de pecho que se complicó con una infección a principios de semana. Fue traslado a la UCI y ha fallecido la madrugada de este sábado.

 

 

Carmen Alborch: “La alegría es saber resistir”

 
  • La exministra de Cultura y escritora celebra sus 70 años y recoge la cosecha de una vida acción y compromiso socialista y feminista.

    Sale de un taxi al tráfico de la Gran Vía y es una explosión de color en la grisura del otoño.
     Pelo en ascuas, ojos negros, labios rojos, chaqueta con todas las flores de la pasión y el paraíso juntas, y pendientes como serpentinas estallándole en los lóbulos.
     Anda “malita” del mal de tantos sin taparlo ni pregonarlo. Pero ni la cojera, ni el bastón, ni los 70 años que estrena restan carisma a esta mujer de “causas más que banderas” cuya irrupción en el Congreso como ministra de Cultura en 1993 provocó torsión general de cuellos entre sus señorías varones. 
    Está recogiendo la cosecha de una vida de acción y compromiso.
     Flamante medalla de la Universidad de Valencia como icono del feminismo, la primera pregunta es de libro.

    ¿'Usted también', Carmen?
    No, yo no. Nunca me han acosado.
     He sentido miradas machistas, pero independientemente de que te moleste y de que sea una falta de respeto, en el acoso sexual hay una relación de poder y en mi caso no la había.
    Ha sido de las primeras mujeres 'jefas' en muchos foros. Decana, directora de museo, ministra.
     ¿El acosador acosa a quien quiere o a quien cree que puede?

    Carmen, Carmen, Carmen

    Primera mujer decana de Derecho en Valencia, Directora del IVAM, Ministra de Cultura socialista. Senadora. Escritora de éxito ('Solas', 'Malas', 'Libres'). Retirada de la política activa, Alborch (Valencia, 1947) sigue siendo hoy una “rebelde alegre”, que no ilusa.
    El acosador sabe que se aprovecha de alguien más débil. Es la base de su repugnante chantaje.
    Hay quien llama 'moda' a la eclosión de denuncias al respecto.
    Una frivolización impresentable. 
    Me produce horror y esperanza. Es como la violencia de género: estaba oculta y emerge porque las mujeres se arriesgan a contarlo. 
    Si no se destapa, no se acaba
    Su sonrisa es legendaria. Las procesiones van por dentro?
    Claro. Yo lloro mucho. 
    Por no haberle dado más besos a mi madre. Por haber hecho no sé qué, o por no haberlo hecho. 
    Emocionarse es sano, yo ya no me reprimo.
     Pero el secreto de la alegría es la resistencia. Saber encajar y adaptarse a las circunstancias.
    Lo digo porque, frente a esa imagen sonriente, hay feministas cuya estrategia es evidenciar gráficametne el eterno enojo frente el heteropatriarcado.
    No hemos aprendido a decir patriarcado, y ahora es heteropatriarcado [ríe]. Es broma.
     Las respeto muchísimo, porque si fuera joven, no sé cómo estaría.
    Estaría cabreada?
    No sé, pero igual sería más agresiva y pensaría que ese es el camino. 
    Todo debate enriquece, siempre que no sea ir contra nosotras mismas. Hay quien quiere que nos tiremos del moño, pero no lo vamos a consentir.
     El feminismo no es un catecismo y cada una lo vive a su modo.
     Las causas evolucionan, pero siempre hay que tener al menos una.
    El feminismo. Y el socialismo.
    Pues ahí también hay tajo.
    Lo estamos repensando, que es una palabra muy de ahora. Pero el socialismo es necesario.
    Ahí sí que se tiran del moño.
    Bueno, no tanto. Hay ententes, no siempre cordiales, cierto,pero al final somos los mejores.
    Es una mujer muy bella. Cómo vive el deterioro físico?
    Aceptándolo.
     No puedes luchar contra el tiempo, y la capacidad de adaptación es fundamental.
     Estoy viva, tengo recursos, estoy aquí con vosotros, vengo de recoger un premio y me voy a dar una charla. De qué me quejo?
    Hablando de juventud, algunos no tan niños dicen que los políticos 'del 78' están muertos.
    Es injusto. Hicimos muchas cosas que ellos disfrutan y dan por hechas. 
    A veces les diría: 'A ver quién está más vivo, tú o yo'.
    ¿Nostalgia de aquellos años?
    No, recuerdos. 
    Yo me lo he pasado bomba. He trabajado muchísimo, pero era una labor útil y divertida. 
    Veo lo que han de luchar los jóvenes de ahora y no querría volver a los 20 años.
    Haga balance, dígame los grandes placeres de la vida. ¿El amor, el sexo, la amistad, los hidratos?
    Depende de la etapa, pero todas las épocas tienen sus placeres. El amor, en todas sus facetas. La amistad, siempre. Y el sexo dicen que también...
    ¿Dicen? ¿Habla de oídas?
    Ahora mismo, sí.
     Pero no lo echo de menos porque tampoco es una renuncia. Ya vendrá ¿no? No hay que cerrar puertas.