Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 nov 2017

Elton John, 25 años luchando contra el sida

El artista ha recibido dos homenajes esta semana en EE UU por su lucha contra esta enfermedad a través de su fundación que creó tras dejar las drogas.

Bill Clinton, con Elton John, en Nueva York.
Bill Clinton, con Elton John, en Nueva York. AFP

 

Elton John lleva 25 años, de sus 70 años de vida, luchando con el sida. Por ello el martes por la noche, el cantante y compositor fue reconocido por sus "incansables esfuerzos humanitarios" con una fiesta llena de estrellas en su honor celebrada en Nueva York. "Comenzamos [en mi departamento] en Atlanta con solo dos personas", recordó John junto a su esposo David Furnish.
 "Tuvimos grandes apoyos cuando comenzamos, así que hemos sido muy afortunados".
 La fuerza del artista quedó clara en la gala anual en la que recaudó más de 4,3 millones que se sumaron a los 385 millones que la fundación ha logrado a lo largo de su historia.
Entre los invitados llamados a homenajear al músico estaban la actriz Glenn Close y los diseñadores Donna Karan y Valentino: "Elton es un gran amigo", dijo Valentino recién llegado a Nueva York. También se sumaron a la cita Billy Joel, Billie Jean King, Clive Davis, Joseph Abboud, Lynn Wyatt, Sandra Brant, Sting y Neil Patrick Harris, quien pasa las vacaciones de verano con John y Furnish en el sur de Francia.

"Cuando llegué a la sobriedad [a principios de los años noventa] nunca pensé que tendría alguien con quien mantendría una relación de 24 años, con quien me casaría y tendría dos hijos pequeños ", dijo John en un discurso emocionado.
 "¿Ves cómo cambia el mundo?" 

Elton John y su marido David Furnish, vestidos de Gucci.
Elton John y su marido David Furnish, vestidos de Gucci. AFP
 
Alec Baldwin subió al escenario para imitar a los presidentes Clinton y Trump, mientras el primero se reía desde su asiento junto a John. 
"Quiero agradecer al presidente William J. Donald Baldwin por su discurso esta noche", dijo Clinton. 
"Haría cualquier cosa por Elton John; ahora es el mejor capítulo de su carrera", dijo el demócrata.
En esta semana de reconocimientos, Elton John también recibió el premio Peter J. Gomes que otorga la universidad de Harvard por su lucha contra el sida.
 En el escenario del Teatro Sanders, Elton John habló de su pasado más convulso.
  "Realmente soy alguien agradable, pero en el pasado las drogas me convirtieron en un monstruo ", dijo el artista, que pasó por una nube de cocaína en la década de 1980, "arruiné mi vida, pero intento ahora redimirme por ese tiempo perdido".

El sida apareció a principios de la década de 1980 y causó estragos, arrasando casi una generación.
 Elton John  perdió amigos con la enfermedad, pero la droga lo mantuvo alejado de esas preocupaciones.
 A fines de la década de 1980, después del final de su matrimonio con Renate Blauel, asumió su homosexualidad y con la autoaceptación llegó la necesidad de actuar por los demás y en 1992 creó su fundación para la investigación del sida, la financiación de programas de prevención innovadores y para ayudar a las personas que viven con el VIH.

 

El truco del vestido de lunares (sin lunares) de la reina Letizia

Mira, mira bien: no es lo que parece.

Estos días, los reyes están acogiendo al presidente de Israel, Reuven Rivlin, y a su esposa, Nechama Rivlin.
 Eso supone una importante logística de actos, desplazamientos, visitas y cenas.
 Y, en el caso de la reina Letizia, de cambios y combinaciones en el vestidor.
La reina parece no tener término medio: si para la cena de gala en el Palacio Real del lunes sacó del armario una falda de hace 13 años y un top de hace 11 de Lorenzo Caprile, para el encuentro en El Pardo se decantó por un vestido nuevo de una diseñadora internacional, Carolina Herrera.

 

Carlos R. Alvarez via Getty Images
Los reyes Felipe y Letizia en la recepción al presidente de Israel, Reuven Rivlin, y su esposa, Nechama Rivlin. 
 
 
WireImage
La reina Letizia y Nechama Rivlin, esposa del presidente de Israel. 
 
El vestido de la reina, negro, sin mangas y a media pierna, llamó la atención por sus tintineantes lentejuelas y por ser, esta vez sí, de estreno.
 El modelo de Carolina Herrera, sin embargo, tenía truco. Aunque parecía estar confeccionado con una tela negra de lunares blancos, en realidad esos lunares no eran tales.
 Son simplemente más lentejuelas, de mayor tamaño, en blanco mate. 
El vestido, según han explicado fuentes de la firma a Vanitatis, cuesta 890 euros, aunque algunas páginas lo venden hasta por 5.000.
Para acompañar el modelo, la reina se decantó por dos marcas españolas —algo habitual en ella— en sus complementos: zapatos de charol negros de Magrit, una de sus firmas fetiches, y cartera negra de raso de su diseñador de cabecera, Felipe Varela. 
Como joyas estrella optó por los pendientes de chatones, dos de las más imponentes joyas de pasar.

 
 
La reina Letizia en el palacio de El Pardo.
 
Letizia, con vestido de Carolina Herrera. 
 Curiosamente, el vestido de Letizia ya lo llevó otra persona: su propia diseñadora, Carolina Herrera
La venezolana lo lució —de manga larga y con un escote algo distinto— en una fiesta en su honor en Nueva York, y también se la ha visto con él (bajo una americana, eso sí) en un evento en Madrid.
 
Carolina Herrera por las calles de Madrid, en noviembre de 2016.  

8 nov 2017

Por qué hay más gente sola que nunca................... Esther Paniagua

Estamos construyendo un modelo de sociedad que va en contra de nuestra naturaleza.

gente sola
A todos nos ha pasado.
 En alguna ocasión nos hemos sentido excluidos o marginados. Desde el cole, tras un temido “ya no te ajunto”, hasta el círculo familiar, en un grupo de amigos o de deporte en los que no encajamos ni con calzador.
 O en el trabajo.
 Como mínimo, en alguna situación puntual dentro de nuestro entorno en la que hubiéramos querido formar parte
. Este tipo de situaciones no siempre se echan fácilmente al baúl de los recuerdos.
 A veces dejan huella psicológica, emocional y física y, como mínimo, causan sufrimiento mientras se están viviendo.
 ¿Por qué nos duele tanto el rechazo?
 “Pertenecer, ser, creer y benevolencia son los cuatro pilares por los cuales medimos el valor de nuestras vidas”, nos explica Saul Levine, psiquiatra y profesor emérito de la Universidad de California en San Diego (EE UU). 
Con esto se refiere a la sensación que se experimenta de sentirse parte integrante y apreciada por un grupo de personas que son importantes para uno mismo, para su autoestima, para la propia salud, ya sean familiares, colegas o grupos religiosos.

gente sola

Somos una especie social y la sensación de que estamos compartiendo partes significativas de nuestras vidas con otras personas que nos reciben y abrazan es una etapa vital de nuestro crecimiento personal y de nuestra salud psicológica e incluso física”, continúa el psiquiatra. 
Sentirse integrado ayuda a superar en compañía fracasos amorosos y pérdidas, éxitos y contratiempos, en una comunidad íntima y especialmente solidaria.”
Por todas estas razones, cuando sufrimos al ser rechazados o excluidos socialmente es una respuesta del todo normal. “Significa que somos personas sanas”, señala Miriam Ortiz de Zárate, psicóloga y directora del Centro de Estudios del Coaching (CEC), en Madrid.
“Sufrimos cuando nos excluyen de un grupo del que queremos formar parte porque nuestra biología nos lleva a funcionar como seres sociales, vinculados a un clan”, explica. Este modo de reaccionar no es nada nuevo bajo el sol. 
Es un sentimiento compartido con nuestros más lejanos antepasados.
 “Responde a las necesidades humanas de hace 20.000 años, cuando un individuo aislado no tenía ninguna posibilidad de seguir vivo si no contaba con el apoyo de una tribu”, afirma esta experta en coaching.

Una cuestión de supervivencia

Vivir dentro de un colectivo permitía repartirse la búsqueda de alimento y la carga de trabajo entre varios y protegerse mutuamente ante los peligros del exterior. 
 “Esta necesidad se arraigó en nuestro cerebro más primitivo, el reptiliano, que regula las funciones vitales primarias con el objeto de sobrevivir”, explica Ortiz de Zárate.
“Ser excluido provoca una falta de integración que conduce a la búsqueda desesperada de un espacio social, aunque sea en grupos tóxicos”, (Pablo Herreros, sociólogo y antropólogo).
Miles de años más tarde, o sea hoy, las circunstancias externas han cambiado, pero nuestro cerebro —para bien o para mal— ha variado muy poco. 
“Ahora tenemos plenamente integrada la necesidad de pertenencia e incluso la hemos llevado al extremo: somos capaces de morir o de matar con tal de cubrir esa necesidad tan básica”, asegura.
Esa es precisamente la clave del éxito de algunos grupos terroristas, según apunta Pablo Herreros, sociólogo y antropólogo. “Ser excluido de manera sistemática provoca una falta de integración que conduce a la búsqueda desesperada de un espacio social en el que seamos aceptados, aunque sea en grupos tóxicos”, añade el autor del libro Yo, mono (Ediciones Destino).

¿Qué otros riesgos entraña el sentimiento de rechazo?

“Las vivencias de exclusión generan en nosotros creencias del tipo: ‘no soy adecuado, tengo una carencia, hay algo en mí que no encaja, no soy válido, no soy digno’...”, explica la directora del CEC. “Los efectos son muy diversos y repercuten tanto en el estado de ánimo como en el comportamiento, y pueden ser fuente de problemas psicológicos como ansiedad, depresión, ideas de suicidio, etcétera”.
El profesor de Psicología Social de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Alejandro Magallares señala alguna otra consecuencia de diverso tipo, como el aplanamiento afectivo, “que dificulta expresar las propias emociones o empatizar con las de los demás”; también problemas cognitivos, sobre todo en la inteligencia, que puede acarrear un descenso del rendimiento en tareas complejas de lógica y razonamiento



 

 

La Guardia Civil no investigará la supuesta agresión sexual de ‘Gran Hermano’

Se trata de un delito privado que debe ser denunciado por la víctima para poner iniciar el caso.

José María y Carlota, en la casa de 'Gran Hermano'.
José María y Carlota, en la casa de 'Gran Hermano'.
La Guardia Civil no investigará la denuncia presentada por la dirección del programa Gran Hermano este pasado sábado por la supuesta agresión sexual ocurrida dentro de la casa.
 Fuentes del instituto armado han asegurado esta mañana que no pueden iniciar las pesquisas ya que se trata de un delito privado que debe ser denunciado por la víctima para poner iniciar el caso.
La denuncia la presentó la productora del programa en el cuartel de Colmenar Viejo (Madrid) en el que aseguraban que el concursante José María Pérez podría haber abusado sexualmente de su compañera Carlota Prado.
 Así se deducía de unas presuntas imágenes que estaban en posesión de la productora y que en ningún momento fueron aportados en el momento de denunciar los hechos ante la Guardia Civil.
Los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual, recogidos en el Título VIII del Código Penal, requieren que la propia víctima o su representante legal denuncien el caso ante la justicia, según recoge el artículo 191 de este texto legal.
 En caso de “menores de edad o de persona desvalida”, lo incoará el Ministerio Fiscal mediante querella.
 Fuentes de la Guardia Civil han asegurado que el equipo de Policía Judicial de Colmenar Viejo ha archivado la causa y que no se dará traslado siquiera al juzgado de guardia de la localidad.
 El tema se retomaría si hubiera querella o denuncia de la persona perjudicada, en este caso, supuestamente Carlota Prado.