Estos días, los reyes están acogiendo al
presidente de Israel, Reuven Rivlin, y a su esposa, Nechama Rivlin. Eso
supone una importante logística de actos, desplazamientos, visitas y
cenas. Y, en el caso de la reina Letizia, de cambios y combinaciones en
el vestidor.
La reina parece no tener término medio: si para la cena de gala en el Palacio Real del lunes sacó del armario una falda de hace 13 años y un top de hace 11
de Lorenzo Caprile, para el encuentro en El Pardo se decantó por un
vestido nuevo de una diseñadora internacional, Carolina Herrera.
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