Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 oct 2017

Puigdemont dice que no volverá a España hasta que no tenga “garantías de un juicio justo”

Ahora ¿qué quiere ese esperpento con un juicio justo? ha sido él justo en algún momento de su vida? es algo que fastidia, el hace un desaguisado, juega a las banderitas, no tiene pudor y tensa la cuerda y va y se marcha a Bruselas....

A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.

Ahora tienen miedo ¿No decian que no lo tenían? a los dos dias de la matanza terrorista de la que ya no habla nadie, todos decian "No tinc por" y ahora escapan, huyen y dicen que tienen miedo, bueno no lo dicen pero lo demuestran. 

Se juegan muchos años de cárcel y se marchan.....pues que cobardes son, montan un sainete en su "Procés" y se buscan a gente fuera de España para protegerse....


Imagen de la sala donde comparece Puigdemont.
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asegurado hoy martes en Bruselas que no escapará de la acción de la justicia, pero ha añadido que no volverá a España hasta que tenga lo que ha calificado de forma ambivalente como unas "garantías" que de momento, a su juicio, no se dan. 
"Si tenemos la garantía inmediata de un tratamiento justo, si nos garantizan un juicio justo, independiente y con separación de poderes, como en la mayoría de los países europeos, volveríamos de forma inmediata", ha añadido.
 Uno de los motivos que ha alegado para justificar su refugio en Bruselas es la decisión del Ministerio del Interior de retirar la seguridad a los exmiembros de su gobierno.
 Puigdemont, que se sigue considerando presidente de la Generalitat pese a la destitución por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha explicado cómo siete de los exmiembros del Govern se han desplazado a Bruselas “para hacer evidente la politización de la justicia española”.
 “No estoy aquí para pedir asilo político, sino para actuar con libertad y seguridad en la capital de Europa”, ha asegurado. Puigdemont considera una "amenaza" de 30 años de cárcel por la querella presentada por la Fiscalía General del Estado ante la posible comisión de los delitos de rebelión, sedición y malversación. 
“La otra parte del Gobierno, encabezada por el vicepresidente, seguirán en Cataluña como miembros legítimos del Gobierno de Cataluña.
 Nunca hemos abandonado al gobierno.
 Es más, vamos a seguir trabajando", ha dicho. "La justicia española no persigue delitos sino ideas. Y con mi presencia en Bruselas quiero dejar patente el grave déficit democrático que hay a día de hoy en el Estado español", ha atacado.
 La querella del fiscal general del Estado "no se sustenta jurídicamente", "persigue hechos e ideas políticas, no un delito" y "puede suponer 30 años a cada miembro del Govern o fianzas abusivas como ya hemos visto durante el proceso", ha remachado.Pues a J.....tocan!!

"El Gobierno español ha reaccionado a la declaración de independencia con la máxima beligerancia", ha subrayado. Puigdemont ha confirmado que su partido concurrirá a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre.
 “Son un reto que vamos a aceptar", ha dicho antes de comprometerse a respetar los resultados y pedir al Gobierno que se comprometa a lo mismo

. De esa manera, el expresidente catalán trata de convertir la convocatoria electoral en un plebiscito por la puerta de atrás: el Gobierno de Rajoy debería reconocer la declaración de independencia si los partidos soberanistas obtienen la mayoría.
 "Yo y el pueblo catalán vamos a respetar los resultados del 21-D; ¿puede esperarse lo mismo del Gobierno?", se ha preguntado en un tono airado.
El expresidente ha insistido en que el Estado que ha convocado las elecciones le quiere "meter en la cárcel" por cumplir su programa electoral. 
Y ha desvinculado su traslado a Bélgica de una posible petición de asilo que abriría un cisma en el Ejecutivo belga. "Aquí hemos tenido una agenda estrictamente europea", explica. "No hemos tenido ningún otro tipo de contactos". 
A los cinco consejeros que se encontraban desde ayer lunes con Puigdemont en Bruselas —Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC)— se han unido el exconsejero de Cultura, Lluís Puig, y la de Educación, Clara Ponsatí.
Puigdemont ha explicado que el viernes por la tarde, después de tener una serie de datos de una "ofensiva" del Gobierno español y una querella del fiscal presentada ayer, el Govern acordó que "priorizaría la prudencia, la seguridad y la negociación".
Bélgica empieza a reaccionar a la inesperada visita del expresidente catalán, Carles Puigdemont. 
Y no precisamente a su favor: el viceprimer ministro belga, Kris Peeters, no ve con buenos ojos la visita del presidente catalán a Bruselas: "No quiero prejuzgar nada. 
Pero cuando uno declara la independencia, es mejor quedarse cerca de su pueblo", ha manifestado en la cadena belga Radio 1. "Tenemos que esperar su declaración y tener la cabeza fría. Las próximas horas y días aportarán luz", ha aseverado.

Así salían de fiesta nuestras abuelas y abuelos............. Sabina Urraca.

Historias de gamberrismo alcohólico, revolcones en el pajar y bailes en los que los cuerpos no se tocaban.

Así salían de fiesta nuestras abuelas y abuelos 
María Trinidad carraspea un poco al otro lado del teléfono. "Perdóname, hija, que es casi no hablo por este chisme nunca y no sé si me oyes bien.
 Me dice mi hija que quieres que te hable de las fiestas del pueblo". María Trinidad tiene 73 años, 9 hijos y 16 nietos. 
Vive en un pueblo manchego que antes habitaban 40 familias y ahora sólo 15.
 Ha trabajado la tierra, ha sacado adelante a toda su prole, ha sido viuda muy joven, se ha vuelto a casar.
Y, sin embargo, cuando me empieza a hablar de sus fiestas, sus borracheras y sus bailes, siento una extraña empatía.
 Me invade la sensación de que esta señora y yo, de haber coincidido en el espacio tiempo en edades similares, habríamos partido la noche.
"Alguna vez me he puesto mala, de vomitar en la cochera o en la cama -me cuenta con un puntito de emoción en la voz- pero en general el vino me ha sentado siempre muy bien, se me asentaba el cuerpo y lo pasaba de lo más bien.
 Mis hermanas, que somos 7, son buenas bebedoras y buenas bailadoras, y no veas las que hemos liado. 
Sobre todo de solteras, pero también de casadas.
 De acabar llorando y riendo tiradas en el suelo. Una vez mi hermana Soledad, que en paz descanse, se cagó en la puerta de casa del cura".
Vaya finura de esas abuelas, debo decir que otras nos divertíamos mucho pero eso es otra historia porque no conozco el campo manchego.
Así salían de fiesta nuestras abuelas y abuelos Ampliar foto
María Trinidad carraspea un poco al otro lado del teléfono. "Perdóname, hija, que es casi no hablo por este chisme nunca y no sé si me oyes bien. Me dice mi hija que quieres que te hable de las fiestas del pueblo". María Trinidad tiene 73 años, 9 hijos y 16 nietos. Vive en un pueblo manchego que antes habitaban 40 familias y ahora sólo 15. Ha trabajado la tierra, ha sacado adelante a toda su prole, ha sido viuda muy joven, se ha vuelto a casar. Y, sin embargo, cuando me empieza a hablar de sus fiestas, sus borracheras y sus bailes, siento una extraña empatía. Me invade la sensación de que esta señora y yo, de haber coincidido en el espacio tiempo en edades similares, habríamos partido la noche.
"Alguna vez me he puesto mala, de vomitar en la cochera o en la cama -me cuenta con un puntito de emoción en la voz- pero en general el vino me ha sentado siempre muy bien, se me asentaba el cuerpo y lo pasaba de lo más bien. Mis hermanas, que somos 7, son buenas bebedoras y buenas bailadoras, y no veas las que hemos liado. Sobre todo de solteras, pero también de casadas. De acabar llorando y riendo tiradas en el suelo. Una vez mi hermana Soledad, que en paz descanse, se cagó en la puerta de casa del cura".
Foto cedida por la familia Urraca.
Foto cedida por la familia Urraca.
María Trinidad inicia así una retahíla de anécdotas de auténtico gamberrismo alcohólico que incluyen revolcones en el pajar, concurso de a ver quién tenía las tetas más grandes del pueblo y huidas a mearse en el vino de los del pueblo de al lado.
 Su charla alcohólico-escatológica, y absolutamente gloriosa, culmina con una imagen brutal: Maritrini y sus 6 hermanas, absolutamente cocidas, robando chorizos del secadero de un vecino al que odiaban. 
"Salimos agarradas del brazo, aguantando la risa, con las ristras de chorizos colgadas del cuello como collares", recuerda entre carcajadas.
 Su risa se transforma en un silencio acongojado. Se controla para no llorar. 
 "Perdóname, hija, pero es que yo soy la pequeña, y ya hay muchas de mis hermanas que me faltan", me dice con un hilo de voz.
Dolores, de 76 años, a diferencia, vivió una juventud corta, con poco lugar para fiestas.
 "Me casé a los veinte, y antes tampoco me dejaban salir mucho. Iba a todos lados con mi tía María, que era mi carabina, aunque yo no tuve novio hasta los diecinueve.
 No era lo mismo vivir en un pueblo que en una ciudad, como yo", me cuenta. 
En ocasiones, la vida exterior de una mujer comenzaba al casarse y terminaba con el nacimiento del primer hijo.
 Es el caso de Dolores. "Por suerte, tardamos seis años en tener a mi hijo Manuel, y esos seis años íbamos para aquí y para allí, a las verbenas del verano, a la pradera de San Isidro.
 Yo nunca he sido mucho de bailar, porque no sabía casi", dice encogiéndose de hombros. 

Foto cedida por la familia Urraca.
Foto cedida por la familia Urraca.
Los bailes de juventud de Dolores cuando estaba soltera estuvieron marcados por el miedo a juntar los cuerpos. "Había que dejar un palmo y medio de distancia entre el hombre y la mujer, no te podías mirar a los ojos demasiado.
 Yo, además, era tímida, me daba vergüenza. Y ya luego, de casada, bailaba con mi marido solamente", recuerda.
 Cuando la animo a contarme su fiesta más loca, le cuesta encontrar las palabras, se llena de pudor  "Hay una noche un poco loca, pero no te la puedo decir", dice entre risas.
 Finalmente accede, y, dando muchos rodeos, confiesa: "Ya teníamos a mi primer hijo, pero alguien se quedó cuidándolo y salimos a una cena del trabajo de mi marido. 
Yo no sé cuánto bebimos, pero el cava se me debió subir a la cabeza. 
A la vuelta a casa, en el ascensor, de pronto me vi abrazada a mi marido y le dije: Manolo, ¿qué estamos haciendo? Esto se hace en la cama, no aquí"
Mauro, tinerfeño de 80 años, recuerda con nostalgia los carnavales de su isla:
 "Nos disfrazábamos de todo: de soldado, de chino, de mascarita... Siendo muy jovencito, recién puesto el pantalón largo, bailaba con muchas chicas.
 Todas iban preciosas, con sus volantes y sus sombreros. Era como una fiesta de película, con su orquesta y su baile".
 Con respecto a la bebida, Mauro cuenta que se hacía una especie de botellón: "De muy chicos, como no queríamos ir a beber a la venta con nuestros padres y no teníamos tampoco mucho dinero, comprábamos vino barato, o se lo robaba alguno al padre, nos juntábamos en la azotea de alguna casa y nos lo bebíamos callandito".
 Mauro reconoce haber sido buen bailarín. Tararea "Toda una vida", de Los Panchos, y cierra los ojos para recordar la cara de las chicas que se le cruzaron en la vida. 
 "Había una que me gustaba mucho, que me parece increíble que no me acuerde yo ahora de su nombre. 
Es que los carnavales de Tenerife, llamados en un tiempo Fiestas de invierno porque Franco los habia prohibido eran muy transguesores y muy divertidos, en otras islas fueron diferentes a escondidas, pero si quieren un buen carnaval ahora vengan a las Islas Canarias...

Foto cedida por la familia Urraca
Foto cedida por la familia Urraca
Enrique, de 75 años, dice que las mejores fiestas las ha pasado ya de más mayor, en su Extremadura natal.
 "De chicos andábamos sin dinero, siempre medio mendigando vino, con las muchachas que no se te dejaban acercar, que les daba vergüenza bailar", dice con cierto pesar.
 En cambio, se le alegra el rostro cuando le vienen a la memoria las Navidades con la familia, la compra de la primera radio, apartar los muebles para bailar.
  "Los hombres fumábamos puros, y las mujeres unos cigarros finos que ahora no me acuerdo cómo se llamaban.
 Teníamos nuestras bebidas, nuestra música... ahí no faltaba de nada", recuerda. 
También Mauro rememora con felicidad las fiestas en casa, en Canarias: "Hacíamos comidas debajo de la parra, en el patio. 
Las mejores fiestas son con un plato de costillas con papas, un vino bueno...". Y comienza, al igual que Maritrini, a relatar todo tipo de travesuras de borrachera: 
"Una vez tiramos a mi hermana María Pilar al aljibe para que se le bajase el vino de la cabeza, otra vez cogimos las bicis y nos llegamos hasta la playa de noche, a bañarnos en cueros. 
Eso sólo los chicos, claro. A las chicas las tenían más amarradas".

 Al final de la conversación, cuando los recuerdos de fiesta se pierden en batallitas de servicio militar y amigos de la familia, Mauro se lanza de nuevo a intentar recordar el nombre de la chica que tanto le gustaba. 

"Era del Barrio de la Salud. La acompañé a casa y le di un beso. 

Luego ya no la volví a ver, porque la casaron con un compañero de empresa del padre. 

Era muy guapa, con unos rizos...". De pronto, abre los ojos, se le ilumina la mirada y exclama: "¡Charito!". Y vuelve a tararear la canción de Los Panchos que bailó con ella.

Ana Boyer y Fernando Verdasco se casan dentro de un mes en el Caribe

La hija del ex ministro socialista y el tenista han optado por una ceremonia con solo 50 invitados pero con exclusiva millonaria.

Ana Boyer y Fernando Verdasco.
Ana Boyer y Fernando Verdasco. GTRES

Como no podía ser de otra manera tratándose del clan Preysler, Ana Boyer y Fernando Verdasco han puesto fecha y lugar a su boda mediante una amplia exclusiva en la revista ¡Hola!. 
 La hija del ex ministro socialista fallecido y la reina del corazón se casan dentro de un mes en una isla del Caribe.
  "Habrá alrededor de 50 invitados. 
Y ¿Por qué en el Caribe?  

"Habrá alrededor de 50 invitados. El padrino será mi hermano Julio. Mi hermana Tamara y mis cuatro mejores amigas serán mis testigos", ha anunciado la novia, que posa en el reportaje gráfico con el tenista
"Nos casaremos en el puente de diciembre.
 Será una boda religiosa. Puede ser dentro de una iglesia, al aire libre o tal vez en una playa.
 Ya veremos... no vamos a desvelar todas las sorpresas", añade Ana Boyer, que siguiendo el protocolo familiar vendió su compromiso, ahora la fecha y el lugar de la boda, y más tarde el enlace. 
Y nada mejor que una isla para preservar la exclusiva, que reunirá a todos los hijos de Isabel Preysler, nacidos de sus tres matrimonios.
Cansa ya que todo ese clan Preysler a la cabeza, sean noticia de tonterias, mis hermanos dice Anita Boyer, si no se ven nunca si cada uno va por su lado y como se dice ahora todo es "postureo" 

En las últimas semanas se había hablado de tensión entre ambas familias por la organización de la boda. "Con la familia de Fernando me llevo muy bien.
 Sus hermanas son adorables. Tengo una buena relación con ellas y con sus padres también".
Pronovias, una de las firmas de cabecera de Isabel Preysler, es quien se está encargando de confeccionar el traje de novia de Ana Boyer. 
Entre los invitados habrá tenistas. No sabe quiénes asistirán. "Hemos avisado hace muy poco" matiza la novia.
 El 20 de septimbre, cuatro años después de conocerse, Ana Boyer, de 28 años, hija de Miguel Boyer e Isabel Preysler, y el tenista Fernando Verdasco, de 33, anunciaron que se casaban. 
Fue ella quien desveló cómo se produjo la petición. "Estábamos de viaje en la playa, y una mañana Fernando me lo pidió dándome un anillo". 
El tenista añadió: "Llevaba tiempo queriendo pedírselo. Ese día me desperté y sentí que era el momento. 
Ahora estoy muy feliz de haber dado el paso y toca pensar cómo queremos hacerlo"
Vaya Una Revelación :Un angel le dice a Verdasco , es ya el momento!!!
 
Hace meses que se venía hablando de la posible boda de la pareja y también de la de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. 
Fue Preysler quien dio la primera pista: "Creo que Ana se casará primero".
De los hijos que Isabel Preysler ha tenido se han casado dos Chabeli y Julio José.
 Tamara permanece soltera y Enrique mantiene una sólida relación con Ana Kournikova desde hace 15 años.
Y que es de su hermana Chabeli? y de los hijos de esta?

 

El perro de Goya y la pena de Bélgica................... Juan Cruz..

Del mismo modo que Puigdemont ocultó en domicilios oscuros las papeletas del referéndum, desapareció y se refugió en Bélgica en busca de amparos asimismo oscuros.

Un retrato de Carles Puigdemont en una de las ventanas del edificio de la Generalitat de Cataluña en Barcelona.rn
Un retrato de Carles Puigdemont en una de las ventanas del edificio de la Generalitat de Cataluña en Barcelona. EL PAÍS

 

Esta fuga de Puigdemont tiene, en su origen (a saber cómo la desenreda, no sólo cómo la explique), algunas simbologías inquietantes, más de Cantinflas que del Capitán Trueno.

El president que se mueve fuera del tablero como Houdini lejos del alcance de la lógica ha desatado sucesivamente estupor y risa.
 La risa es consecuencia de la incertidumbre, e incluso del miedo. Es la risa nerviosa.
 Fue insultado por los suyos como un villano que huía, luego como un héroe que al fin declaró la independencia, y sucesivamente se fue a comer una pizza, a beberse unos vinos a Girona y a tomar un coche para irse de la patria. 
Y se fue a Bélgica, la de La pena de Bélgica. Pena de historia, tan heroica y al fin tan penosa.
Una fotografía inquietante, él semihundido en la ventana de un despacho del palacio de la Generalitat, quedó ahí latente como símbolo de la lucecita que dejó encendida.
 Y dejó además un testimonio que era mentira: el cielo de Barcelona bajo el que seguía, sobre las gárgolas de su puesto de trabajo.
 Lo había dejado todo atado para decir adiós sin ser visto. Huyendo de los malos. 
Y de los suyos. Hasta el cielo era mentira.
Del mismo modo que él y los suyos ocultaron en domicilios oscuros las papeletas del referéndum heroico, Puigdemont desapareció y se refugió en Bélgica en busca de amparos asimismo oscuros.
 En pos de un abogado cuya carrera parece hecha para John Le Carré en un país que aún padece, y ahora más gravemente, lo que Hugo Claus llamó La pena de Bélgica (1983), el sudor frío del ultranacionalismo y del nazismo.
 Un brazo de esos restos le ofreció asilo al Houdini de Girona.

Ese libro de Hugo Claus debió avisarle: el que fue marido de Sylvia Kristel y que vivió y contó los rigores del fanatismo en su país y en Europa cuenta ahí las consecuencias de ese nacionalismo ultra que le ofreció amparo a Puigdemont.
 En portugués ese libro se llamó O disgusto de Bélgica, y no está mal esa palabra, disgusto, para decir ahora qué sabor debió dejar en los suyos la huida a Bélgica de este héroe triste de nuestro tiempo.
Pero como metáfora de todo este viaje raro queda fija su fotografía en la ventana de la Generalitat. 
La casualidad del enfoque quiso que el retrato quedara en la parte más baja de la placa; un muro muy poderoso lo enmarca por abajo, y arriba todo está vacío. 
Como en El perro semihundido de Goya. El mayor especialista en esa inquietante imagen, John Berger, dice que “el perro llega desde la oscuridad justo para encontrarte a ti sin haberlo oído antes”. Sigiloso, como para dar susto.
Que perdone el protagonista del retrato y que perdone Goya. 
Es inevitable ver en el arte la copia más fiel de la realidad que sólo se entiende como símbolo o metáfora, produzca estupor o risa.