Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 ago 2017

La vida sin Lady Di, 20 años después.................... Mábel Galaz

Guillermo y Enrique de Inglaterra se han convertido en el antídoto de Buckingham ante los escándalos.

Diana de Gales, fotografiada por Mario Testino. Reuters-Quality

Cuando Diana de Gales se convirtió en esposa de Carlos de Inglaterra, el 29 de julio de 1981, tuvo que ser examinada antes por los ginecólogos de Isabel II para corroborar su virginidad. Veinte años después de su muerte en un accidente de coche, su hijo Enrique está a punto de anunciar su compromiso con Meghan Markle, la actriz protagonista de la serie Suits, divorciada y de origen afroamericano.

 Muchas cosas han cambiado en Buckingham Palace —que siempre se resiste a que las novedades traspasen sus muros— y en ello tiene mucho que ver Lady Di, todavía una figura clave en la monarquía británica.

 Si no que se lo digan a Camila, duquesa de Cornualles, la mujer que ocupó el lugar de Diana en la alcoba de Carlos de Inglaterra de manera oficial hace 12 años y que acaba de reconocer en público lo que era un secreto a voces:

 "Fue horrendo, unos tiempos profundamente desagradables que no le desearía ni a mi peor enemigo.

 Los paparazis nos seguían a todas partes y nos acechaban como fantasmas. 

Teníamos unos prismáticos en el cuarto de baño para vigilarlos". 


Todo ello fue consecuencia de aquella mítica frase de la princesa: “Éramos tres en mi matrimonio, una multitud”. 
Diana desveló así la infidelidad de su esposo, desmontó el cuento de hadas que el Reino Unido se había creído y puso en entredicho al heredero. 
Han hecho falta muchos años y muchos expertos en imagen para rehabilitar a Camila, que todavía es vista con recelo por una gran parte de británicos
 Una reciente encuesta publicada en el Reino Unido apunta que el príncipe Carlos también vive sus momentos de popularidad más bajos estos meses.

La separación de los príncipes de Gales fue un seísmo en palacio al que siguió la de Sarah Ferguson casada con Andrés, el segundo hijo varón de Isabel II y uno de los que más problemas le ha dado estos 20 años a la soberana por sus comprometidos negocios y amigos poco recomendables.
 Andrés ahora está en conflicto, además, con su hermano mayor quien reclama más protagonismo para él y para sus dos hijas Beatriz y Eugenia
Y es que el duque de York ve cómo Guillermo y Enrique acaparan toda la atención mediática.
 
Guillermo y Enrique de Inglaterra en la boda de Pippa Middleton y James Matthews, el pasado mes de mayo.
Guillermo y Enrique de Inglaterra en la boda de Pippa Middleton y James Matthews, el pasado mes de mayo. Getty Images
Los hijos de Diana se han convertido en su ausencia en el mejor antídoto cuando llegan tiempos convulsos a palacio. 
La leyenda de la princesa ha dejado de ser una amenaza para la familia real para convertirse en su principal activo.
 Guillermo se ha consolidado como heredero del heredero aún más tras su boda con Kate Middleton.
 La duquesa de Cambridge, pese a no conocer a la madre de su esposo, ha sabido contribuir a mantener su recuerdo con su anillo de pedida en la mano, con sus trajes inspirados en ella, con la manera de vestir a los nietos que no conocerá.
En estos días de homenaje a la princesa del pueblo, Guillermo y Enrique se han prodigado en comparecencias públicas para recordarla, han participado en documentales especiales de la televisión en los que han hablado no solo de su adorada madre, también de cómo dos niños de 14 y 12 años afrontaron aquella tragedia en público y en privado.
 En la BBC confesaron haber llorado en el palacio de Balmoral por su madre, donde les sorprendió la noticia de su muerte, y se han mostrado orgullosos de no haberlo hecho en público. 
Enrique ha desvelado que hasta que cumplió los 30 años no pudo hablar con nadie de su madre y necesitó ayuda de especialistas para superar la pérdida
También han contado por primera vez qué papel jugó su padre en esos días: 
"Lo peor para un padre es decirle a sus hijos que su madre ha muerto. Él estuvo allí".
 Con los años Guillermo y Enrique han cerrado heridas y mantienen una cordial relación con Camila. 

Lady Di en Highgrove House, la casa de campo del príncipe Carlos y la princesa Diana. 
Lady Di en Highgrove House, la casa de campo del príncipe Carlos y la princesa Diana. Tim Graham/Getty Images
 
Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la muerte de Diana, Felipe de Edimburgo su mayor detractor en la familia real británica se ha retirado de la vida oficial. Muchos apuntaron al marido de Isabel II como presunto instigador de la muerte de Lady Di, aquellos que creen que hubo un complot.
 Ninguna prueba avala esta teoría pero lo cierto es que ni el duque, ni nadie han podido con Diana de Gales que, con sus luces y sus sombras, se ha convertido en el modelo de princesa en el que muchas monarquías del siglo XXI se inspiran. 
 

¿Dónde estaba usted?.......................................... Boris Izaguirre

John Travolta y Lady Di, en la Casa Blanca en 1985.
John Travolta y Lady Di, en la Casa Blanca en 1985. Cordon press
 
 
Una de mis imágenes favoritas de Lady Di es esa en la que aparece bailando junto a John Travolta en una cena en la Casa Blanca, ofrecida por el presidente Reagan y su esposa Nancy a los rutilantes príncipes de Gales.
 Fue un momento de auténtica felicidad en la vida de la princesa.
 Después, Travolta recordó que en ese año, 1985, su carrera no estaba precisamente en el mejor momento y que siempre le agradecería a Diana haberle sacado a bailar porque la repercusión global le devolvió a la primera línea. 
Fue quizás una de las primeras obras benéficas de Diana Spencer.
Me gusta la imagen porque ella sale en movimiento, que es una de las cosas que más disfruto de mis iconos.
 Dicen que la experta en producir ese tipo de imágenes fue Jacqueline Kennedy, precisamente una de las mujeres que Diana de Gales reconoció admirar. Jackie, en sus fotos, casi siempre esta en movimiento, caminando, saludando, hablando, mirando. 
Diana entendió eso y de hecho está en movimiento hasta el último momento de su vida, ese instante en que evita mirarse en el espejo del ascensor en el que desciende junto a Dodi Al Fayed hacia su trágico destino. 
Incluso esa pregunta, ¿dónde estabas cuando murió Diana de Gales?, tiene su propio macabro movimiento, obligándote a echar atrás veinte años y recordarte, más joven, más sensible, que las cosas resultaran tan adversas para una mujer que, pese a sus privilegios y su desarrollada capacidad para la manipulación, consiguió enfrentarse sola a tremendos obstáculos y dejar su impronta como mujer.
Siempre me resultó valiente esa entrevista concedida al programa Panorama donde Diana desnudó a su marido y también al vetusto machismo de la familia real británica. “En mi matrimonio éramos tres”, recuerdo oírla decir y repentinamente Carlos de Inglaterra se hizo la persona más denostada de su país, su amante Camila siguiéndole muy de cerca y Diana la más perseguida por ese mundo que con tan pocas palabras había expuesto. 
Les había llamado mentirosos, adúlteros, pero también dejaba claro que Carlos se permitía hacer lo que le daba la gana por ser heredero, pero sobre todo, por haber nacido hombre. 

Lady Di, durante unas vacaciones en Portofino con Dodi Al Fayed.
Lady Di, durante unas vacaciones en Portofino con Dodi Al Fayed. cordon press
Desde la muerte de Diana, se discute si realmente hizo algo por las mujeres.
 La idea de las princesas como heroínas de ficción vivió un importante subidón después de su muerte. 
Esas películas de Anne Hathaway y Julie Andrews no habrían tenido tanta acogida sin el fantasma de Diana.
 Las monarcas actuales, Letizia, Matilde, Máxima, Rania y hasta la exjequesa de Qatar, no tendrían la facilidad para moverse de palacio al despacho y de allí a las cumbres nevadas o al auditorio de las Naciones Unidas sin que Diana antes pavimentara ese ajetreado camino.
 Además, les ha ofrecido un vestuario, traje sastre, blazer y pantalón, zapato de tacón moderado (murió justo antes del triunfo de los estiletos de vértigo), joyería buena, pero discreta, siempre el mismo reloj, el mismo brazalete y la sortija de compromiso.
 Esa indumentaria la perfiló en estrecha colaboración con su diseñadora, Catherine Walker, que también creó para ella un atuendo tan perfectamente británico y atrevido como el conocido traje Elvis, con un cuello recubierto en perlas, similar a los que llevaba el cantante en sus shows de Las Vegas y que Diana estrenó en una gala del museo Victoria & Albert, vinculando su celebridad de princesa al pop. 
Un brillante golpe de efecto, como ese de sacar a bailar a un taciturno Travolta . 
Aristocracia y entretenimiento. 
Insisto en que fue una experta manipuladora.
 No solo con miembros de su familia real o periodistas del corazón, sino con las personas realmente poderosas que conoció, como Kissinger o Katherine Graham, la influyente directora del Washington Post, una mujer en las antípodas del glamour que no cesaba de profesarle admiración.
 “Más que única, es interesante”, declaró. 
Su romance con Dodi era en realidad una estudiada operación para despertar celos y mantener la tensión con los Windsor.
 Los que vivimos esa escalada de amor, calor y fotógrafos en lanchas inflables acercándose al yate donde ella se dejaba fotografiar, en un trampolín sobre el Mediterráneo, nos sentíamos parte de una burbuja antes de la burbuja, un frenesí que adquiría más y más velocidad. 
Es esa velocidad la que, veinte años después, aceptó que fue lo que la mató. 
El vértigo de sí misma, la carrera hacia una inmortalidad siempre sobre el precario equilibrio de un trampolín. 
 

25 ago 2017

La factura de 26.000 euros en maquillaje de Macron que hace palidecer a los franceses

El Elíseo dice que rebajará este gasto que se atribuye a la contratación de un esteticista

   

Macron
El presidente francés, Emmanuel Macron, en Bucarest AFP
Las facturas le llegaron al secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, al cumplirse los tres primeros meses como presidente de Emmanuel Macron.
 Un total de 26.000 euros por las tareas de maquillaje del jefe de Estado en sus cien días gobernando Francia.
 Aunque Macron no es el primer mandatario que se gasta esa cantidad en su aspecto físico, la noticia, revelada por la revista Le Point, no ha caído bien en un país que, con el fin de las vacaciones estivales, se prepara para el anuncio de recortes en el presupuesto en los próximos meses. 
Y tampoco ayuda a la caída de popularidad del presidente registrada en las últimas encuestas publicadas.

El Elíseo no ha tardado en reaccionar. Existe la “vocación de reducir significativamente” esa tarifa, aseguraron responsables del palacio presidencial a medios franceses, a los que reconocieron el monto revelado.
 Una cifra que se debe a que se contrató a una persona exterior porque no se tiene a nadie en nómina, explicaron.
Desglosado, el salario bruto, 8.000 euros al mes, sigue siendo más propio de un alto funcionario francés que, a priori, el de un maquillador, aunque no es tan desorbitado en esta profesión. Además de corresponderse a las tarifas que puede cobrar un especialista convocado para maquillar a una personalidad en un estudio de televisión —de 300 a 600 euros por media jornada, según France Info— es también el que percibieron profesionales del medio empleados por anteriores inquilinos del Elíseo.
 La maquilladora de Nicolas Sarkozy (2007-2012) cobraba ya 8.000 euros al mes.
 Su sucesor, François Hollande, rebajó la tarifa a 6.000 euros. No obstante, a ese gasto había que añadirle la factura de casi 10.000 euros mensuales que pagaba a su peluquero, una información revelada por el semanario satírico Le Canard Enchaîné que le valió, hace un año, duras críticas al socialista.
 Este se defendió argumentando que tenía que estar disponible las 24 horas al día.
 Una justificación que también daba la maquilladora de Sarkozy, Marina Michenet, en una larga entrevista que concedió a Vanity Fair hace un año y en la que explicaba que seguía el mismo ritmo que el presidente y su equipo de asesores, teniendo incluso que ponerse numerosas vacunas para poder viajar en cualquier momento a cualquier lugar.
 “Había momentos en los que salíamos del aeropuerto de Villacoublay y que yo ni sabía a dónde íbamos”, explicó.
 El artículo iba acompañado de fotografías de la maquilladora viajando con Sarkozy a lugares tan insólitos como Afganistán.

El culebrón del verano se llama Alba Carrillo

La modelo se convierte en el personaje central de la prensa del corazón por las disputas con sus exparejas Fonsi Nieto y Feliciano López.

 

La modelo Alba Carrillo.
La modelo Alba Carrillo.