Un vídeo ciudadano reaviva el debate en Estados Unidos sobre las prácticas policiales.
Un vídeo ha reavivado el debate en Estados Unidos sobre las prácticas policiales. En una parada de tráfico a un vehículo, un agente apunta con su arma por la ventana durante nueve minutos a un hombre sentado en el asiento de copiloto. El pasajero le implora a que deje de hacerlo pero el policía le ignora mientras espera que lleguen refuerzos.El incidente, que se ha conocido esta semana tras propagarse en Facebook el vídeo que grabó la conductora con su teléfono, tuvo lugar el pasado 26 de julio en el norte de California.La policía ha declinado identificar a los protagonistas y debe decidir si difunde la grabación de la cámara de vídeo que llevaba el agente.Según la versión policial, el oficial detuvo el vehículo porque superaba la velocidad permitida.Pidió la documentación a los pasajeros y decidió empuñar su pistola cuando vio que el copiloto trataba de agarrar algo debajo del asiento.Entonces, la conductora decidió empezar a grabar el acalorado debate:
—Estamos buscando el jodido papel.—Lo entiendo, no se mueva.—Dios mío, ¿por qué sigue apuntando la pistola hacia mí?—No se mueva ahora.—¿Por qué sigue apuntando la pistola hacia mí?No se mueva ahora.—¿Por qué sigue apuntando la pistola hacia mí?—No se mueva ahora.—¿Por qué sigue apuntando la pistola hacia mí? Mis manos están aquí.—Lo entiendo.—No, no lo entiende porque aún tiene la jodida arma apuntándome.—Relájese.—No me voy a relajar, retire la jodida pistola.El diálogo continúa generalmente en silencio, interrumpido por algunos insultos del pasajero y las respuestas condescendientes del policía.Hacia el final del vídeo, el agente le dice que ya no quiere hablar más con él y le pide que se esté quieto.“Tengo libertad de expresión. ¿Olvidó esa enmienda?”, responde el copiloto en referencia a la Constitución.El pasajero acabó siendo arrestado, según anunció la policía del condado.EE UU vive desde hace tres años un debate nacional sobre la conducta de la policía.Hay quienes acusan a los agentes de tener un gatillo demasiado fácil, especialmente con afroamericanos, tras una cascada de muertes de personas negras desarmadas.Muchos de esos casos se conocieron gracias a grabaciones ciudadanas colgadas en las redes sociales, que derivaron en protestas e investigaciones criminales.Para otros, la policía sufre un escrutinio demasiado severo y los agentes simplemente se protegen de posibles amenazas en un país en que, de media, hay nueve armas de fuego por cada diez ciudadanos.Este año, al menos 594 personas han muerto a manos de la policía en EE UU, según un recuento del diario The Washington Post.El año pasado, fueron 963 personas.Se calcula que ese mismo año fallecieron 135 policías durante su trabajo, la cifra más alta en cinco años.
10 ago 2017
¿Por qué un policía apunta con su arma nueve minutos a un hombre en una parada de tráfico?
Silencio y sorpresa en el hospital de Alcalá tras la detención de la auxiliar
La Comunidad de Madrid recuerda que la policía estaba detrás de la trabajadora desde hace tiempo.
Los trabajadores y los pacientes no salen de su asombro de que una auxiliar de enfermería, Beatriz L. D., de 37 años, fuera detenida el pasado sábado acusada de haber matado una mujer de 86, cuando estaba a punto de recibir el alta médica.
"Era una persona muy normal, que estaba integrada en el grupo y que nunca había dado problemas", reconoce algún trabajador que teme hablar por represalias.
La auxiliar estaba destinada a la unidad de Medicina Interna, situada en la quinta planta.
La policía ya había sospechado de una muerte de otra mujer registrada hace unos dos años y de la que no pudo recabar pruebas suficientes como para imputar algún delito a la empleada.
La propia presidenta regional, Cristina Cifuentes, ha reconocido esta mañana que la policía les comunicó la investigación abierta y que les pidió que esta se mantuviera "sigilosa" para evitar que se frustrara.
Algunos compañeros de la detenida aseguran que ya estaban tras la mujer porque se había dado algún caso extraño mientras ella estaba de servicio.
Lo que no logran entender es que ella pudiera matar a las pacientes inyectándolas aire en las venas.
"Como es auxiliar, no tiene acceso a la medicación ni a nada relacionada con ella.
Su trabajo se basa en limpiar la habitación, en ayudar a los pacientes, en servirles la comida y en asearlos, entre otras funciones", comentan los empleados.
Varios trabajadores consultados por este periódico han mantenido la versión de los investigadores de que la detenida actuaba sola, por lo que descartan que haya más detenciones en los próximos días. "No sabíamos nada.
Cuando nos ha llegado la noticia, pensábamos que se trataba de una persona contratada para cubrir las vacaciones.
Nunca pensamos que pudiera llevar tanto tiempo y que nadie se diera cuenta de lo que estaba pasando", añadía una empleada.
Beatriz L. D. lleva en el hospital más de 10 años y siempre ha estado en planta.
Está soltera y tiene una hija de nueve años. Reside en el centro de Alcalá de Henares.
La detención se produjo el pasado sábado por parte de los agentes de la comisaría de la Policía Nacional de localidad alcalaína.
Según
fuentes judiciales, la detenida pasó a disposición del Juzgado de
Instrucción número 2 de la localidad, que ordenó su ingreso en prisión
como supuesta autora de un delito de asesinato con alevosía.
Esta calificación puede cambiar en las próximas semanas en función de
cómo avancen las investigaciones.
Fue trasladada al módulo de mujeres de
la prisión de Alcalá-Meco.
El caso se ha trasladado al Juzgado de Instrucción número 4, que fue el que inició las investigaciones.
Precisamente, este juzgado fue el que archivó hace unos dos años el caso ante la falta de pruebas.
En su cuenta de Facebook, la detenida ha colgado numerosas fotografías suyas, algunas vestida con el uniforme del hospital y delante del tablón de anuncios de su unidad.
También hace referencia a las guardias que le tocaba pasar en el centro.
En otras imágenes, sale con su hija y sus padres.
El caso se ha trasladado al Juzgado de Instrucción número 4, que fue el que inició las investigaciones.
Precisamente, este juzgado fue el que archivó hace unos dos años el caso ante la falta de pruebas.
En su cuenta de Facebook, la detenida ha colgado numerosas fotografías suyas, algunas vestida con el uniforme del hospital y delante del tablón de anuncios de su unidad.
También hace referencia a las guardias que le tocaba pasar en el centro.
En otras imágenes, sale con su hija y sus padres.
9 ago 2017
El ‘body’, la nueva prenda feminista
Cómodos y elevados a la categoría de fetiche por diseñadores y estrellas, estas piezas reivindican la confianza en el cuerpo femenino.
El body se ha convertido en una de las prendas fetiche del televisivo clan de las Kardashian.
A Kim y a sus hermanas se lo hemos visto llevar con vaqueros, ajustadísimas faldas de tubo, pantalones militares y mallas. Aprovechando el tirón mediático que despiertan sus elecciones estilísticas, a principios del verano Khloé Kardashian apostaba por la versatilidad de esta prenda con una colección para su marca de denim Good American.
Para su socia Emma Grade, los bodies con tejanos son “un clásico, un conjunto muy fácil de poner que funciona para todo el mundo tengas el tipo de cuerpo que tengas”, explicaba a Vogue.
“Quiero que todo el mundo se sienta a gusto en su propia piel. Que uses una talla 46 o una 52 no significa que te tengas que esconder; queremos enseñar nuestros cuerpos y no todo el mundo desea ser una 32, 34 o 36”, reivindicaba Kardashian a la revista People. Ampliar el tallaje es una forma más de reivindicar una realidad que va más allá de la talla 40. Grade añadía:
“Creo que hay que seguir propiciando esta conversación. Es lo último que queda por hacer en la industria de la moda, y si podemos aportar nuestro granito de arena con productos bonitos en un surtido de tallas inclusivo, misión cumplida”.
Si hay un personaje que lanza mensajes sobre confianza corporal usando la moda como herramienta es Beyoncé.
La cantante lucía un sencillo pero icónico body negro en el videoclip Single Ladies de 2008.
Fue su madre, Tina Knowles, la responsable de diseñar los maillots, inspirados en el vestuario de los musicales A Chorus Line y All That Jazz, con los que la cantante ejecuta su famosa coreografía.
Una imagen ya anclada en la memoria colectiva que unida a su presentación en blanco y negro y su inusual estética depurada lo convirtió en vídeo del año en los MTV Music.
Pero hay que remontarse a finales de los setenta para encontrar la semilla de las prendas ajustadas que rinden culto al cuerpo de la mujer.
En el libro Moda. Toda la Historia, Marnie Fogg le dedica un capítulo a la “ropa segunda piel”, de la que se hizo eco por primera vez el periódico Women's Wear Daily en 1980 para hablar de los vestidos de Azzedine Alaïa.
La autora explica que el descubrimiento e introducción en el mercado del elasteno, la popularidad del fitness reflejada en títulos míticos como Fama (1980) o Flash Dance (1993), la llegada de la ropa deportiva en el mundo de la moda de la mano de Norma Kamali y la seductora celebración de las curvas que proponía el minimalismo de Calvin Klein fueron algunos de los hitos clave de la revolución de las prendas ajustadas al cuerpo.
La estilista y diseñadora Raquel Franco lleva seis años diseñando los bodies más deseados por las editoras de moda con su marca Body Editions.
Escogió en concreto esta pieza por “su libertad de movimientos y lo cómoda que resulta”, explica por correo electrónico.
En su lista de clientas están mujeres seguras con su cuerpo como Carine Roitfeld, Caroline de Maigret, Sigourney Weaver, Salma Hayek, Rossy de Palma y Cara Delevingne.
“Me encanta cómo esta prenda refleja los contornos de la silueta femenina para crear una figura atractiva y ajustada”, explica la diseñadora.
De hecho, para Franco el body inspira confianza e individualidad, y para ello cita en su web una frase de la feminista Simone de Beauvoir que reza: “Perder la confianza en nuestro cuerpo es perder la confianza en nosotras mismas”.
El caso de los famosos a los que ningún diseñador quiere vestir
La modelo de talla grande Ashley Graham ha confesado que nadie la quiso vestir para acudir a la gala MET 2016. Recopilamos otros ejemplos en los que las curvas o la "vulgaridad" del personaje han echado para atrás a los diseñadores.
Foto: Getty / Cordon Press
La modelo Ashley Graham ha confesado
que no acudió a la gala Met 2016 porque ningún diseñador pudo hacerle
un traje a medida a tiempo.
"No encontré a nadie que me vistiera y no se
puede ir en vaqueros y camiseta".
Al parecer, la invitación le llegó en
el último momento y debido a que las firmas solo tienen diseños
disponibles en la 34 o la 36 no pudo encontrar un vestido adecuado a su
silueta.
No es el único caso.
Foto: Getty / Cordon Press
Leslie
Jones no lo ha tenido fácil para encontrar diseñadores que la quieran
vestir.
"Es muy gracioso cómo no hay diseñadores que quieran ayudarme
con un vestido para el estreno de Cazafantasmas", tuiteó la cómica de Saturday Night Life.
Christian Siriano, que ha vestido a otras muchas actrices con curvas,
no tardó en ofrecerse respondiendo con un tuit.
Ella se mostró encantada
con la idea.
Foto: Getty / Cordon Press
Hace un par de años, Melissa McCarthy denunció públicamente que hasta seis firmas
de alto nivel habían rechazado vestirla en los Oscar de 2012.
Ese año,
McCarthy estaba nominada como mejor actriz secundaria por La boda de mi mejor amiga.
Pero a ninguna gran firma le importó.
Al final acudió vestida por una
marca especializada en tallas grandes, con un modelo vaporoso y en tono
maquillaje de Marina Rinaldi.
Foto: Getty / Cordon Press
También tenemos ejemplos patrios.
Tal y como publicó El País,
a la televisiva Belén Esteban le costó encontrar una firma que la
quisiera vestir de novia.
Rosa Clará se negó a hacerle un vestido
alegando falta de tiempo. Victorio y Lucchino insinuaron que no iban a
hacérselo gratis.
Y, después de ir a Pronovias y elegir un vestido del
catálogo, la marca también decidió no vestirla en un día tan especial.
Al final lució un vestido de El Corte Inglés.
Foto: Getty / Cordon Press
Christina Hendricks, también ha tenido malas experiencias con las alfombras rojas. Hace unos años, la actriz desveló a Glamour
su frustración: "Todo se vuelve difícil cuando llega la temporada de
premios, necesito encontrar un vestido y solo hay disponible de la talla
cero a la talla dos. Entonces es molesto ver a los diseñadores
diciéndote: 'Nos encanta Mad Men, nos encantas, pero no te haremos un vestido'".
Foto: Getty / Cordon Press
Dascha Polanco, de Orange is the New Black,
también confesó que muchos diseñadores se habían negado a prestarle su
ropa. "Hay muchas marcas que no quieren vestirme porque no uso la talla
de muestra [...] No voy a esperar a que decidan vestirme
.
Soy yo quien
elige qué ropa llevar. Estoy rompiendo el molde. No soy una talla cero, y
aun así tengo buen aspecto utilizando una talla ocho", afirmó la
intérprete.
Foto: Getty / Cordon Press
La historia de Bryce Dallas Howard es algo distinta. La protagonista de Jurassic World
acudió a la pasada edición de los Globos de Oro con un Jenny Packham
que ella misma compró en los grandes almacenes Neiman Marcus. No
especificó que ninguna marca hubiera rechazado vestirla pero sí apuntó:
"Me gusta tener muchas opciones para una talla 6 (es decir, una 38 en
Europa) en vez de una sola propuesta. Por eso siempre voy a los grandes
almacenes".
Foto: Getty / Cordon Press
Podría
parecer que cualquier diseñador mataría por vestir a Kim Kardashian
(tiene más de 72 millones de seguidores en Instagram y todo lo que hace y
lleva termina copando titulares). Pero no siempre le ha resultado tan
fácil.
El estilista Nicola Formichetti confesó que le costó que ciertas
marcas le prestaran ropa para una editorial protagonizada por la mujer
de Kanye West en la edición estadounidense de Elle.
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