La modelo de talla grande Ashley Graham ha confesado que nadie la quiso vestir para acudir a la gala MET 2016. Recopilamos otros ejemplos en los que las curvas o la "vulgaridad" del personaje han echado para atrás a los diseñadores.
Foto: Getty / Cordon Press
La modelo Ashley Graham ha confesado
que no acudió a la gala Met 2016 porque ningún diseñador pudo hacerle
un traje a medida a tiempo.
"No encontré a nadie que me vistiera y no se
puede ir en vaqueros y camiseta".
Al parecer, la invitación le llegó en
el último momento y debido a que las firmas solo tienen diseños
disponibles en la 34 o la 36 no pudo encontrar un vestido adecuado a su
silueta.
No es el único caso.
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Leslie
Jones no lo ha tenido fácil para encontrar diseñadores que la quieran
vestir.
"Es muy gracioso cómo no hay diseñadores que quieran ayudarme
con un vestido para el estreno de Cazafantasmas", tuiteó la cómica de Saturday Night Life.
Christian Siriano, que ha vestido a otras muchas actrices con curvas,
no tardó en ofrecerse respondiendo con un tuit.
Ella se mostró encantada
con la idea.
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Hace un par de años, Melissa McCarthy denunció públicamente que hasta seis firmas
de alto nivel habían rechazado vestirla en los Oscar de 2012.
Ese año,
McCarthy estaba nominada como mejor actriz secundaria por La boda de mi mejor amiga.
Pero a ninguna gran firma le importó.
Al final acudió vestida por una
marca especializada en tallas grandes, con un modelo vaporoso y en tono
maquillaje de Marina Rinaldi.
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También tenemos ejemplos patrios.
Tal y como publicó El País,
a la televisiva Belén Esteban le costó encontrar una firma que la
quisiera vestir de novia.
Rosa Clará se negó a hacerle un vestido
alegando falta de tiempo. Victorio y Lucchino insinuaron que no iban a
hacérselo gratis.
Y, después de ir a Pronovias y elegir un vestido del
catálogo, la marca también decidió no vestirla en un día tan especial.
Al final lució un vestido de El Corte Inglés.
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Christina Hendricks, también ha tenido malas experiencias con las alfombras rojas. Hace unos años, la actriz desveló a Glamour
su frustración: "Todo se vuelve difícil cuando llega la temporada de
premios, necesito encontrar un vestido y solo hay disponible de la talla
cero a la talla dos. Entonces es molesto ver a los diseñadores
diciéndote: 'Nos encanta Mad Men, nos encantas, pero no te haremos un vestido'".
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Dascha Polanco, de Orange is the New Black,
también confesó que muchos diseñadores se habían negado a prestarle su
ropa. "Hay muchas marcas que no quieren vestirme porque no uso la talla
de muestra [...] No voy a esperar a que decidan vestirme
.
Soy yo quien
elige qué ropa llevar. Estoy rompiendo el molde. No soy una talla cero, y
aun así tengo buen aspecto utilizando una talla ocho", afirmó la
intérprete.
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La historia de Bryce Dallas Howard es algo distinta. La protagonista de Jurassic World
acudió a la pasada edición de los Globos de Oro con un Jenny Packham
que ella misma compró en los grandes almacenes Neiman Marcus. No
especificó que ninguna marca hubiera rechazado vestirla pero sí apuntó:
"Me gusta tener muchas opciones para una talla 6 (es decir, una 38 en
Europa) en vez de una sola propuesta. Por eso siempre voy a los grandes
almacenes".
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Podría
parecer que cualquier diseñador mataría por vestir a Kim Kardashian
(tiene más de 72 millones de seguidores en Instagram y todo lo que hace y
lleva termina copando titulares). Pero no siempre le ha resultado tan
fácil.
El estilista Nicola Formichetti confesó que le costó que ciertas
marcas le prestaran ropa para una editorial protagonizada por la mujer
de Kanye West en la edición estadounidense de Elle.
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