Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 jun 2017

La muerte de dos adolescentes holandesas reaviva el debate sobre el control de las redes sociales

Ambas mantenían contacto con los presuntos autores del crimen a través de Internet.

Estudiantes dejan flores y velas en la escuela Oostwende, en honor a Savannah Dekker, una de las dos niñas de 14 años cuyos cuerpos fueron localizados. 
Estudiantes dejan flores y velas en la escuela Oostwende, en honor a Savannah Dekker, una de las dos niñas de 14 años cuyos cuerpos fueron localizados. EFE
A final de curso, las banderas nacionales suelen ondear en Holanda en balcones y ventanas junto a las mochilas de los estudiantes que han aprobado la secundaria. 
La combinación forma parte del paisaje urbano y arranca la sonrisa del transeúnte, que recuerda el esfuerzo escolar de su propia adolescencia. 
En la localidad de Bunschoten, un municipio de la provincia de Utrecht de apenas 20.000 habitantes, las han puesto a media asta en recuerdo de Savannah Dekker: una chica de 14 años cuyo cadáver apareció el pasado domingo en una zanja de un terreno industrial de la zona.
 La habían violado y la policía ha detenido a un chico de 16 años por su posible relación con los hechos.
 Solo dos días antes, el viernes, un paseante había encontrado el cuerpo sin vida de Romy Nieuwburg, también de 14 años, y asimismo violada.

  Estaba en el campo, en una reserva natural de Amersfoort, a unos 20 kilómetros de Bunschoten. 
Un chico de 14 años ha confesado los hechos. Ambos crímenes han producido horror y gran alarma. No solo por la juventud de las víctimas y sus presuntos agresores, sino porque "todos mantenían contacto a través de las redes sociales", según los investigadores. 

Al principio, y dada la cercanía y similitud, la policía pensó que podría tratarse de un trastornado o incluso un asesino en serie. Luego vieron que los casos no estaban relacionados y ni las chicas ni sus familias no se conocían.
 Este jueves, unos 6.000 vecinos de Savannah han recorrido el pueblo en una marcha silenciosa portando flores de muchos colores, sus favoritas. 
Visiblemente afectado, el alcalde Melis van de Groep aseguró “que todo Bunschoten llora y nuestra unión es como un cálido manto de cariño”.
 La caminata se cerró frente a las puertas de la escuela de la chica, Oostwende College, donde una pancarta resumía el sentir general. Decía:
 “Te echaremos de menos, Savannah; estarás siempre en nuestros corazones”. La fiscalía ha calificado este viernes el caso de “complicado”, y no descarta “nuevas detenciones porque pensamos que puede haber más gente involucrada”.
 De momento, se sabe que el adolescente detenido es de Den Bosch, vive con su madre en un piso alquilado, y llevaba semanas sin acudir al centro de formación profesional donde estudiaba.
 La ciudad está a unos 80 kilómetros de Bunschoten, la residencia de Savannah, y él no constaba en los archivos policiales ni en los expedientes de los servicios sociales, según portavoces de ambas instancias. 
En medio del dolor, padres y educadores se preguntan si es posible regular, o bien controlar, los contactos de los menores en unas redes sociales cada vez más amplias y refinadas.
En principio, el caso de Romy, hallada muerta poco después de salir de clase al mediodía, es menos complejo. 
El adolescente que ha confesado el crimen fue detenido por los agentes en la granja de sus padres, situada a 27 kilómetros de Amersfoort.
 La policía ha interrogado a varios escolares del centro de educación especial donde ella estaba inscrita. 
El colegio, por su parte, admite su dolor en una nota colgada en su página web. 
“La fiscalía nos ha dicho que ambos se conocían de aquí.
 Él era también uno de los nuestros. La noticia añade aún más dolor al golpe recibido por la muerte de Romy”, dice. 
 Las leyes holandesas imponen un máximo de dos años de reclusión en una institución especializada, para los menores delincuentes entre 16 y 17 años. 
El juez puede aumentar la pena en casos excepcionales.
 Para los de 14, la detención es de un año.

 

 

Paren un momento, columnistas, y vuelvan a leer a Juan Cueto

Por JUAN CRUZ

Logró que sus columnas se leyeran como historias y no se dejó llevar por la disyuntiva buenos/malos.

Juan Cueto.
Juan Cueto.
Dice Augusto Delkáder, que tiene algo más que los años de EL PAÍS, que en caso de duda es mejor hacer periodismo.
Él sabe por qué es, lo sabe hace rato: el oficio se ha visto mezclado con todo tipo de trampantojos: el que opina se considera periodista, aunque nunca escriba una noticia; y el columnista, que no necesita salir de casa para contar lo que se le pasa por la cabeza, piensa también que es periodista.
Que lo piense el que opina y lo quiera pensar, también, el que hace columnas en periódicos, es natural: escribes para un periódico, ¿qué eres? Un periodista. 
Además del columnista ya el lector también piensa que periodista es todo aquel que escribe en los periódicos. 
Y lo piensa el estudiante que aún no ejerce. Una alumna de Periodismo me fue a ver a la Feria, con su padre: la joven ya es periodista, me aseguró el padre, mientras asentía la muchacha.
 Ella prometió enviarme su primer texto, … un artículo. Ya lo había escrito. Tenía que retocarlo.

No es tan sencillo explicar qué es un periodista, pues los tuiteros que inventan o insultan consideran que dan noticias, o las desmienten. 
 El que comenta en el bar es periodista, o más bien columnista. Como aquel viejo gallego que volvía a su tierra después de medio siglo en el extranjero: “Gallego lo puede ser cualquiera”. Pues periodista lo puede ser cualquiera, aunque haya definiciones cabronas que acotan algo el mercado.
 Periodista, decía otro maestro, Eugenio Scalfari, es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente.
 De modo que no basta con decir lo que a uno se le ocurra, columnista u opinador o tuitero: para ser periodista hacen falta algunos procedimientos. 
Y sobre todo hace falta la gente. Si no hablas con la gente no sabes lo que a ésta le pasa.
 Por tanto, lo que escribas se refiere a ti, no a la gente. O eres columnista o eres periodista, elige.
Sin elegir, recuerda Juan que nuestra generación estudiaba periodismo al mismo tiempo que hacíamos una carrera, no consideré el Periodismo como una carrera sino una parte de la otra, para eso nos conmutaban asignaturas. Y creíamos que Periodismo a secas y sin libertad de expresión como anda El Pais ahora y entre ellos Juan Cueto o Cebrián mismamente, a ti no que te respeto mucho. Pues que era lo que que ahora se llama un módulo. En Fin....
Las columnas y las opiniones vinieron después. Y han sido tan bien venidas como la fotografía o la entrevista, por citar dos géneros que vinieron después. 
Primero, sin duda, fue la noticia, la crónica, el reportaje. 
Los hijos de esas batallas son los que ahora llenan los periódicos de la miscelánea que lo constituyen. En esa miscelánea, con el debido honor, está el columnismo.
Había un periodista del franquismo, Juan Aparicio, que se sentaba ante la máquina de escribir, en el antiguo El Español o en el también muy antiguo Arriba, para derribar al contrario, y entonces el contrario era el mundo soviético. 
Gritaba don Juan, antes de teclear: “¡Se van a enterar en Moscú!” E iniciaba su andanada.

Eso es así desde que el mundo es mundo, o desde que el periodismo sirve para explicar qué le pasa a la gente.
Así que hay periodistas y hay columnistas, y todos ellos se juntan, de una manera u otra, en los periódicos, a mayor gloria de su variedad, buscando su Kremlin, que puede estar en Ferraz, en la Moncloa o en cualquiera de los centros de poder. 
Todo con tal de encontrar una diana que satisfaga al público. ¡Dales caña, joder!
Estuve el otro día en Gijón, ante la playa magnífica de San Lorenzo, con el patrón laico del columnismo español, Juan Cueto, que también ha sido otras cosas en el periodismo español.
 Pero ha sido (ahí están sus libros recopilatorios, el último Yo nací con la infamia, que editó Jorge Herralde) uno de los mejores columnistas de nuestra lengua en el siglo XX; a él debemos rendir pleitesía.
  Y estuvimos hablando, claro, del contenido de las columnas.
 Las suyas (como las del otro patrón laico, Jorge de Ibargüengoitia, de Guanajuato, México) eran una mezcla de datos, humor, melancolía, porvenir y conocimientos; entre los conocimientos, la historia, la música, el pop, la televisión, los diccionarios, la literatura, la gracia y la gracia de la vida.
 El resultado eran columnas en las que no había ni buenos ni malos, sino vida en estado natural.
Naturalmente, en su casa, este jueves, Juan estaba rodeado, como siempre, de miles de libros, ante él se saturaban las opiniones de la televisión del mediodía, detrás se escuchaban las risas de la playa, y entre nosotros hablábamos…., de periodismo.
 De sus columnas también. De cómo consiguió que en su escritura no se cruzara nunca, a pesar del tiempo que se vivió en su égida, de los ochenta a los 2.000 de nuestra era, el maniqueísmo columnista que nos invade.
 Cómo no se dejó llevar por la disyuntiva buenos/malos, amigos/enemigos, cómo logró que sus columnas se leyeran como verdaderas historias, qué había dentro de su lenguaje para que leerlo llegara a producir esa alegría. 
Así nunca se posicionó y no siempre en el aurea mediocritas está lo elegante, no, no señor. Así no te metes es en lios y andas a buenas con la derecha y con la mediocrita izquierda y de paso arremetes mucho y mal con Podemos.

Él rió, claro, no dijo nada.
Quizá haya una respuesta, que no me dio: la inteligencia de Juan Cueto para mezclar.
Y esa inteligencia para mezclar es la que echo en falta en el más habitual columnismo de este tiempo.
 Así que, columnistas, paren un poco, no se dejen llevar por la facilidad de señalar o de buscar al enemigo, en la política, en la economía, en El otro, y pónganse a releer a Cueto, lo tienen bien cerca.
¿Y ahora diriges al lector a que lea lo que casi nadie lee entre ellos tu periódico que ya dije va escorado y con la Proa hacía el marisco.?

 

Woody Allen a Diane Keaton: “Mucho de lo que he logrado te lo debo”

El actor, que huye de Hollywood, viaja por sorpresa a Los Ángeles para rendir homenaje a su expareja y musa.

 

Woody Allen Diane Keaton
Woody Allen y Diane Keaton en la gala AFI Life Achievement Award. Chris Pizzello/Invision/AP
 
Woody Allen fue recibido con una gran ovación y el público se puso en pie en una aparición sorpresa anoche. Pero la noche no era suya, sino que él fue a presentar a su vieja amiga y expareja Diane Keaton, que fue homenajeada en la AFI Life Achievement anual. 
El actor y director, que rara vez visita Hollywood, apareció al final de la velada para celebrar a la intérprete, que ganó su único Oscar a mejor actriz por su papel protagonista como personaje principal en Annie Hall (1977). "Recorrimos un largo camino, Diane y yo", dijo Allen antes de lanzar un monólogo cómico.

Recordó cómo se sintió fascinado cuando conoció a Keaton, porque venía del ala derecha de Orange County, habiendo crecido en una ciudad donde "si ayudabas a un ciego al otro lado de la calle, te acusaban de socialista". Continuó provocando las risas de la audiencia, y especialmente de Keaton, que se sentó en el estrado principal. 
"Su belleza no es convencional, por convencional me refiero agradable a la vista", observó irónico Allen.
(JO!! Lo dejó ir la esposa esa china que tiene ahora? 

La pareja se conoció cuando Keaton, una aspirante a actriz de California que vivía en Nueva York, realizó una audición en 1969. 
 Ella contó que las ocho películas que hicieron juntos fueron "divertidas", pero también elogió a Allen por "escribir para las mujeres mejor que nadie".
El neoyorquino, que a menudo ha expresado su desdén por Los Ángeles —en Annie Hall se quejó: "No quiero mudarme a una ciudad donde la única ventaja cultural es poder encender la luz roja"—, tiene que estar seriamente motivado para aventurarse a viajar a la costa oeste. Apareció en los Oscar de 2002, por ejemplo, solo porque se le pidió que introdujera un homenaje a la ciudad de Nueva York a raíz del 11S.


Diane Keaton, homenajeada en la AFI Life Achievement Award.
Diane Keaton, homenajeada en la AFI Life Achievement Award. Chris Pizzello/Invision/AP
Pero su relación profesional y personal con Keaton fue determinante para que haya roto esta vez su inercia: "Desde el momento en que la conocí, fue una gran inspiración para mí. 
Mucho de lo que he logrado en mi vida se lo debo". Keaton abrazó a Allen y, volviéndose al micrófono, dijo: "Oh Dios, solo quiero llorar". 
Y añadió: "Esta noche ha sido una experiencia asombrosa para mí" .
La actriz tuvo tres largas relaciones en su vida. "Cada hombre fue una década diferente", dijo Keaton al Telegraph. "Woody fue mis 20 años, Warren [Beatty] mis 30 y Al [Pacino] en el límite entre los 30 y los 40". Sin embargo, no se casó con ninguno. 
A los 50 años adoptó una niña y luego un niño. 
"En ese momento pasaron muchas cosas en mi vida que me llevaron a decidir la adopción.
 Mi padre estaba enfermo y murió. Y terminé una relación. Por eso tuve que analizar cómo seguía con el resto de mi vida". Keaton, de 71 años, se convirtió en la novena mujer premiada con este galardón tras Bette Davis, Lillian Gish, Bárbara Stanwyck, Elizabeth Taylor, Barbra Streisand, Meryl Streep, Shirley MacLaine y Jane Fonda.
 

Bigote Arrocet, desterrado en ‘Supervivientes ’ y más cerca de regresar a España

Ël estará en la Gloria.
 Fue a una Isla donde cada semana le pagan 24.000 Euros y no hace nada, así que estar en el "Palafito" es otra semana pagada y de turismo sin hacer nada. y no creo que le echen, ojala vaya esa impertinente de italiana que solo quiere comer pero no hace nada, encima si rie no sé que es peor, toda ella es tonta y se cree lista, va dando pena y es cansina ¿Por qué no la nominan? y de paso a esa otra Alba siempre está sentada.....Por cierte y quiten ya a Jorge Javier Vázquz de presentar de  realytis porque aburre mucho y echa reprimendas a los que no le hacen la pelota...Que lo quiten porfa...

Edmundo "Bigote" Arrocet, el pasado mes de abril en el aeropuerto de Madrid, antes de viajar a Honduras.
Edmundo "Bigote" Arrocet, el pasado mes de abril en el aeropuerto de Madrid, antes de viajar a Honduras.

Edmundo Bigote Arrocet se enfrenta al momento más delicado dentro del concurso de Supervivientes desde que llegara a Honduras.
 El humorista chileno ha sido desterrado de la isla donde conviven el resto de concursantes y, ahora, permanecerá siete días aislado hasta tener que enfrenarse con el siguiente nominado que menos votos reciba.
 De esta manera, Arrocet podría reencontrarse la próxima semana con su pareja, la presentadora Maria Teresa Campos, que sufrió un ictus el pasado 16 de mayo, noticia que el chileno desconoce por petición de la propia Campos.
Con el destierro de Arrocet, el reality aventurero marcó la noche de este jueves su mejor récord de audiencia (27,3% de share) superando la barrera de los tres millones de espectadores.
 Y es que la pareja de la presentadora es uno de los concursantes más cotizados de esta edición, donde el caché semanal que cobran las estrellas oscila entre los 20.000 y 24.000 euros.
 

El pasado domingo María Teresa Campos, que se recupera favorablemente, quiso intervenir en el programa y pedir el apoyo del público para Arrocet. “Él es, en el buen sentido de la palabra, bueno.
 Y por eso, queridos amigos, os pido que marquéis su teléfono”, dijo la presentadora sin mucho éxito, ya que su pareja sentimental fue el menos votado y solo el 24% de la audiencia intentó salvarle.
Sandra Bareda con Bigote Arrocet nominando el pasado 24 de abril.
Sandra Bareda con Bigote Arrocet nominando el pasado 24 de abril.
Ahora el humorista tiene que vivir solo durante una semana, algo que no le supondrá ningún esfuerzo ya que Arrocet fue muy criticado por sus compañeros durante las primeras semanas de concurso por aislarse y no involucrarse en la convivencia. 
El chileno, que vivirá en una casa árbol, asegura estar encantado con su nuevo hogar.
 “Me parece espectacular mi nueva ubicación, la encuentro muy bonita.
 A mí me gusta mucho el silencio”, dijo anoche en el programa.