Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 jun 2017

José Andrés: “El capitalismo debe reinventarse. No puede ser que tengamos gente al lado pasando hambre”

Trabajó en la Armada y cocinó en elBulli. 

A los 22 años emigró a Estados Unidos y esa aventura americana lo ha convertido en un ejemplo de éxito. 

Ahora, 26 restaurantes y dos estrellas Michelin después, vuelve a la televisión.



José Andrés: “El capitalismo debe reinventarse. No puede ser que tengamos gente al lado pasando hambre”
El cocinero José Andrés. Foto: Ryan Forbes
Recuerda con nitidez su llegada a EE UU, cuando solo tenía 22 años.
 “Aventura, riesgo, momentos intensos”, resume mientras le quita peso a la decisión. “Creo que no es muy diferente ir a Nueva York, a miles de kilómetros, que salir de tu pueblo para ir a otro.
 Cada vez que vas a un sitio aparece esa intensidad, ese latir del corazón, te da la sensación de que el tiempo se mueve más rápido”, explica José Andrés al otro lado del teléfono, desde Maryland, donde el año pasado abrió uno de sus últimos locales, Fish.
Ahora, rozando los 48 (cumple años en julio), no para.
 ¿Su último proyecto? En 2018 inaugurará en Nueva York junto a Ferran y Albert Adrià un ambicioso espacio culinario de más de 3.000 metros cuadrados dedicado a la gastronomía española.
 José Andrés encarna –Obama dixit– el sueño americano: ha construido de la nada un imperio de 26 restaurantes, cocinado (y dado una charla sobre las cocinas limpias) en el G-8 y recibido la Medalla Nacional de las Humanidades y el premio del Centro del Congreso para Combatir el Hambre (ambos galardones en 2016). 

¿La cocina debe conllevar compromiso social?
Es imposible que no lo tenga, lo que no significa que todo el mundo de mi profesión deba dedicarse a eso.
 Pero está claro es que el sueño del siglo XXI va a ser luchar para que los demás tengan lo mismo por lo que tú luchas para ti y los tuyos. 
No puede ser que tengamos restaurantes de 500 dólares por persona y que a la vez en nuestro barrio haya hambre. 
Es un sinsentido. No hablo de comunismo o socialismo, sino de todo lo contrario, de un capitalismo pragmático.
 Creo que el capitalismo sigue siendo muy válido, pero tiene que reinventarse, porque no puede ser que haya hambre en nuestro pueblo y en el mundo y no hagamos nada por ello. 
Hay que evitarlo.
Usted llegó a Estados Unidos tras dejar elBulli. Entonces los chefs no eran figuras globales como ahora. ¿A qué se debe este auge de la gastronomía?
En elBulli aprendimos a no tenerle miedo a nada, a mirar hacia delante e intentar ver qué hay más allá del horizonte.
 La gastronomía ha llegado donde está porque el ser humano no va todos los días a un museo, una ópera, una exposición o a la charla de un premio Nobel.
 Pero todos comemos todos los días. Cada día quieres comer un poco mejor, y esa búsqueda hace que la gastronomía esté tan en auge.
 Los cocineros no dejamos de ser los directores de orquesta de todo ese mundo que nos rodea.
Su orquesta es ahora un imperio con 26 establecimientos y más de 800 empleados. ¿Cómo se gestiona?
Con un buen equipo. Y aprendiendo de los errores. Esa es la forma.
Bazaar Mar, el restaurante de José Andrés en Miami, con azulejos de Talavera de la Reina. Foto: Eric Laignel
¿Sabemos los españoles vender nuestra gastronomía?
Yo creo que lo mejor está por llegar.
 Al final no es saber vender, es tener instinto empresarial y salir fuera.
 Todo lo que suponga más presencia en el extranjero va a significar mayores exportaciones.
  . Por lo tanto, la gastronomía debería estar en lo más alto de la lista de prioridades del Gobierno.
 El mensaje al Ejecutivo, esté quien esté en el poder, es: turismo, comercio y exportaciones son un motor importantísimo para España y no podemos dormirnos.
Ha firmado un acuerdo con Mediapro. ¿Utilizará la televisión para volver a promocionar la gastronomía local, como hizo con Made in Spain en 2008?
Entonces yo no quería fama, sino contar una historia. 
Ahora vamos a buscar formatos que me ayuden a seguir haciéndolo. Ya he hecho cositas que van más allá de ser yo el protagonista, como cuando fui productor gastronómico de la serie Hannibal. 
Y tengo sueños, como rodar una película sobre un cocinero en la Guerra Civil americana.

En 2016 cumplió otro de sus sueños: lograr dos estrellas Michelin con Minibar.

El sueño sería un día tener tres… De niño ya soñaba con las estrellas Michelin.
 Treinta y tantos años después tengo dos, es muy bonito. Sobre todo por mi equipo.
¿Valoran más ahora los inspectores la cocina española?
Si lo comparamos con otros países del mundo, creo que con España están siendo injustos. 
¡Que una persona como Andoni [Luis Aduriz, de Mugaritz] no tenga tres estrellas es tal vez la mayor injusticia gastronómica mundial!
Minibar, uno de los locales de José Andrés en Washington. Foto: Ken Wyner


SUS FAVORITOS
Tres ingredientes españoles que le gusta utilizar para cocinar:
“Me encanta un buen aceite, encuentro maravillosa la cornicabra; el ajo de las Pedroñeras lo encuentro sutil y mágico; y me chiflan los erizos de mar del norte de España o de la Costa Brava”.


Tres restaurantes españoles donde le gusta comer:

“El FM de Granada, que es increíble. Luego unas tortillitas de camarones de Casa Balbino, en Sanlúcar de Barrameda. Y luego me iría a tomar una fabada a Casa Gerardo, en Asturias”.
‘Everything Bagel’, uno de los platos de José Andrés. Foto: Cortesía de José Ándrés

El otro armario.................................... Juan Jesús Aznarez

Cuando el alcohol suelta la lengua, la homofobia cultural sale de armario.

El otro armario
Cuando el alcohol suelta la lengua, la homofobia cultural sale de armario
. Una cuadrilla de cincuentones comentaba en una sobremesa que la mayoría de los comentaristas y conductores de los programas faranduleros son gais dados al chisme aunque sean másteres en Exactas y Filosofía Pura.

Como los amigos eran progresistas y leídos, y uno de ellos homosexual, celebraban que España fuera paladín de la libertad y la tolerancia. 
Aplaudieron el derecho a vivir emancipados de tabúes y a trabajar donde venga en gana; y si el contrato es suculento, como los de Jorge Javier Vázquez, Jordi González y Jesús Vázquez en Telecinco, pues miel sobre hojuelas.

La conversación se tornó en solidario debate a propósito de la entrevista de Luis Alegre en televisión subrayando que cada vez hay menos políticos en el armario y ni el PP oculta a sus gais.
 El fundador de Podemos se movió en ambientes refractarios a la homofobia, pero el tarugo todavía peina el pelo de la dehesa.
 “Los políticos homosexuales no sueltan pluma”, aplaudió un comensal.
 La pluma y la carroza como obstáculos.
 La cuadrilla reivindicó la razón del amaneramiento, pero si no se nota, mejor.
El debate se recondujo hacia el fútbol con la foto de Ibrahimovic y Piqué cogidos de la mano hace siete años.
 Progresivamente, la ingesta de combinados y chupitos alborotó el parloteo, la homofobia pasó al olvido, y todos se entregaron al despellejamiento de un ausente, cerril de mollera.
Liberado el subconsciente, el hombre del Cromañón se hizo presente: “Me gustaría que le saliera un hijo maricón, a ver qué hacía”, terció uno. 
¿¡Eeeh!? ¿Somos la peste o qué?, reaccionó el gay. 
“No, perdona, es que me sale esa palabra sin pensar”.
Sale del armario el reflejo atávico.
 La masculinidad de rebuzno nunca entró:
 “Vente a mi casa y vas a ver si soy maricón”, espetó el sueco a la periodista que le preguntó por su foto con el culé.

 

J. F. Kennedy, el hombre del cuadro.......................... Rubén Amón..

Nunca sabremos qué le gustaba realmente a Kennedy. Lo que sí sabemos es que Kennedy nos gustaba y nos gusta.

 

Elaine de Kooning, en su estudio de Nueva de York, trabaja sobre varios retratos del presidente Kennedy.
Elaine de Kooning, en su estudio de Nueva de York, trabaja sobre varios retratos del presidente Kennedy.
Elaine de Kooning fue convocada para retratar a JFK.
 No había artista más rápida, instintiva ni vanguardista que ella, de forma que la sesión de posado en la villa de Palm Beach —diciembre de 1962— tendría que haberse resuelto en unas horas.
Y unas horas tuvo De Kooning delante de sí al modelo, nerviosa, desconcertada, pero el retrato la capturó como un sortilegio.
 No conseguía trasladar al lienzo esa personalidad incandescente ni ese poder afrodisiaco.
 Le resultaba “más grande que la vida” y le sugería una dimensión desconocida o inexplorada de la humanidad.
 Hubiera preferido pintar a Dorian Gray o la faz de Cristo.
 Se notaba torpe e impotente la artista. Se había enamorado del modelo y era incapaz de retratarlo, incluso cuando le acuciaban en la Casa Blanca con los plazos de entrega.
Elaine de Kooning no podía reconocer que en lugar de un retrato había pintado 38. 
Ni podía aceptar que su casa estaba poseída.
 Ni podía admitir que ninguno de los lienzos alojaba, pese a la obstinación y los intentos, la personalidad ni el espíritu de Kennedy. 
Murió sin ver su retrato él, y ella dejó de pintar durante un año traumatizada por la noticia.
 Está expuesto el cuadro en la Galería Nacional de Retratos de Washington. 
Está expuesto como una mera y frustrante aproximación que el historiador Thurston Clark utiliza como metáfora del personaje inasible e inaccesible que fue Kennedy.
Él mismo ha dedicado su vida y su obra a escrutarlo.
 Ha escrito las biografías de referencia y ha convertido su casa en una especie de memorial, aunque el acceso privilegiado a vídeos, documentos, escritos, testimonios, informes, fotografías, películas y cuadros tampoco le permite despejar el enigma.
Y el enigma lo plantea Thurston lejos de la paranoia: el problema no es quién mató a Kennedy.
 El problema es quién fue Kennedy en esa mezcla de carnalidad y de intelectualidad que desdoblaban el carisma y el hermetismo.
Acercarse a Kennedy es la mejor forma de alejarse. 
El propio Thurston se identifica con la pintora De Kooning en la impotencia de captar un alma evanescente. 
Y acaso como consuelo, evoca una confesión de JFK al editor de The Washington Post, Ben Bradlee, de acuerdo con la cual Kennedy concluía que una buena biografía —y un buen cuadro— debe responder a una sola pregunta.
—¿Qué le gusta a esa persona?
Thurston concluye que nunca sabremos qué le gustaba realmente a Kennedy.
 Lo que sí sabemos es que Kennedy nos gustaba y nos gusta.
 Y que la tentación de definirlo, de pintarlo, de “escribirlo” engendran una enorme frustración ahora que se cumplen 100 años de su nacimiento.
 Y que observamos la Casa Blanca ocupada por el mayor antagonista o impostor que nunca hubiéramos imaginado.

Los recuerdos de Carrie Fisher y Debbie Reynolds, a subasta

El hijo de la actriz de ‘Cantando bajo la lluvia’ vende más de mil recuerdos personales y de sus películas de su madre y su hermana.

Las actrices Debbie Reynolds y, a la derecha, Carrie Fisher, en una imagen de 2011.
Las actrices Debbie Reynolds y, a la derecha, Carrie Fisher, en una imagen de 2011.
Los trajes que llevó Debbie Reynolds en 'The Unsinkable Molly Brown' y,. a la derecha, en uno de los números musicales de 'Cantando bajo la lluvia'.  foto
Los trajes que llevó Debbie Reynolds en 'The Unsinkable Molly Brown' y,. a la derecha, en uno de los números musicales de 'Cantando bajo la lluvia'. AP
 
La casa en la que vivieron juntas Reynolds y Fisher se ha puesto a la venta, aunque eso estará al alcance de unos pocos millonarios.
 Lo que sí parece que podría ser más asequible es un centenar de objetos personales y de tesoros de Hollywood que saldrán a subasta a partir del 23 de septiembre.
 Una figura de acción de la princesa Leia de 1978, la silla que utilizó Fisher en el set de rodaje durante El retorno del Jedi (1983), el vestido de seda color lavanda que llevó Reynolds en uno de los números musicales de Cantando bajo la lluvia (1952) u otro traje de su película The Unsinkable Molly Brown (1964), son algunos de los objetos que la casa Profiles in History va a sacar a subasta. Además, una mesa de escritorio propiedad de Carrie Fisher, una figura con luces y sonido que poseía la actriz del famoso C3PO o también una réplica de los zapatos rojos de rubíes de Dorothy, la protagonista de El mago de Oz, que eran de Debbie Reynolds, una ávida coleccionista de los recuerdos de Hollywood.


Una réplica de los zapatos de rubíes de la película 'El Mago de Oz', propiedad de Debbie Reynolds. ampliar foto
Una réplica de los zapatos de rubíes de la película 'El Mago de Oz', propiedad de Debbie Reynolds. AP
Mi madre y mi hermana eran unas magníficas coleccionistas, amasaron una alucinante y diversa colección”, asegura en un comunicado Todd Fisher, hijo de Reynolds.
 “El alcance de esta colección rivaliza con muchos museos. Para hacer realidad los deseos de mi madre, hemos decidido compartir parte de su magnífica colección con sus amigos y fans”, añade. 
En total, más de 1.500 lotes van a salir a subasta en una puja que se espera que dure varios días.
Las sillas que Carrie Fisher utilizó durante el rodaje de 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi' que salen a subasta.
Las sillas que Carrie Fisher utilizó durante el rodaje de 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi' que salen a subasta. AP

Una parte de los beneficios se va a destinar a The Thalians, la ONG fundada por Debbie Reynolds para luchar contra el estigma de las enfermedades mentales, y a la Jed Foundation, organización escogida por Billie Lourd, la hija, y también actriz, de Carrie Fisher, que trabaja en la misma dirección.
Escritorio de la fallecida actriz Carrie Fisher que va a poner a subasta Profiles in History.  Escritorio de la fallecida actriz Carrie Fisher que va a poner a subasta Profiles in History. A

 Por otra parte, la casa de 1928 de Beverly Hills en la que madre e hija vivieron juntas varios años se ha puesto a la venta por 18 millones de dólares (algo más de 16 millones de euros). La mansión incluye piscina, pista de tenis y una casa para invitados en la que vivió muchos años Carrie Fischer, que falleció a los 60 años por un ataque al corazón.