Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 may 2017

Juan Cruz y la bella postal del oficio........................ Carles Geli

El periodista repasa con lucidez y melancolía una profesión quizá en sus penúltimas horas en ‘Un golpe de vida’

Gemma Nierga, Juan Cruz, Rosa Mora y Marcos Ordóñez, durante la presentación en Barcelona del libro de Cruz 'Un golpe de vida'.
Gemma Nierga, Juan Cruz, Rosa Mora y Marcos Ordóñez, durante la presentación en Barcelona del libro de Cruz 'Un golpe de vida'.
El periodista Juan Cruz suele incluir en sus entrevistas más queridas una pregunta: “¿Qué postal le manda la infancia?”.
 A él, varias: postrado en la cama por el asma, mientras los otros niños jugaban en la calle; leyendo cualquier cosa que le dejara en el lecho su padre tras tocarle la cabeza y comprobar que Juanito no tenía fiebre.
 Entre los papeles, algún número de la revista Destino, el deportivo Dicen, El Capitán Trueno...
 Otra misiva de la niñez es escuchar a su madre leer en voz alta las páginas de sucesos... Eso, y unas crónicas de fútbol que garabateaba en un cuadernillo a partir de unos partidos que no había visto pero sí imaginado a través de escuchar la radio, conformaron la irreductible vocación de un periodista de raza, que quizá por eso firma sus libros como Juan Cruz Ruiz, homenaje tácito a sus progenitores que le inculcaron “este oficio que va en mis pies y ocupa mi cerebro”.
 Lo escribe en Un golpe de vida (Alfaguara), delicado paseo literario por lo que más ama en el mundo, con el corazón al desnudo, “lo más verdadero que he escrito en mi vida”.
“Hay hondura, ligereza, desgarro”, deshojaba ayer el contenido sentimental del relato autobiográfico el escritor Marcos Ordóñez en la presentación en la librería Laie de Barcelona, “lo más parecido a la desaparecida Cinc d’Oros, donde presenté mi debut literario en mi estreno en Barcelona”, recordaba ayer Cruz (Tenerife, 1948) en una ciudad que le pone nervioso, dice, por los recuerdos, pretexto fantástico para tomarse un whisky durante el acto.
 Sí, es la ciudad donde se editaban sus lecturas “y también es la de la agencia Carmen Balcells, la de la radio de Federico Gallo y Jorge Arandes, y la del Tele/eXpres, diario del que era el único suscriptor en Tenerife”.
 
Con las manos ya “con arrugas y pecas, acaso como el oficio del periodismo”, el ex editor y periodista de EL PAÍS traspúa “una gran melancolía, como en casi toda su obra, desde El niño descalzo a Egos revueltos”, también por lo que no fueron las revoluciones de Cuba o Nicaragua, “pero a su vez se muestra furioso”, hizo notar, perspicaz, la periodista Rosa Mora.
 “Las furias”, exclamó el interpelado como si de enemigos mitológicos fueran. 
“Sí, no soporto la ausencia de duda, ni el lugar común, ni que con tu idea quieras eliminar la otra idea, ni contrarrestar con el insulto y el tópico, que es lo que ocurre en Internet... y en esa red ha caído el periodismo, que sólo es preguntar para saber: hemos caído en la ausencia de preguntas y en pensar que el periodismo es opinión, cuando es información y análisis, ¿o no?”, interpelaba a un auditorio de unas 60 personas, entre ellas Jordi Évole, Lluís Pasqual, los editores Malcom Otero o Pere Sureda, el hijo de Carme Balcells, Lluís Miquel Palomares...

¿Pero no le reconforta la labor del The New York Times  o del The Washington Post ante Donald Trump?, le preguntó, pilla, Gemma Nierga. 
“Por supuesto; ese intento de descrédito del periodismo orquestado desde el poder ya lo vimos aquí con Aznar cuando el 11-M”. ¿Y que tiene contra Pablo Iglesias y Podemos, otra de las furias del libro? 
“Ha introducido un modo de conversación que pretende anular la posibilidad de decir al otro lo que pensaba desautorizando su respuesta, llegando así a la postverdad para evitar el periodismo de verdad, una maniobra de chantaje”.

A pesar de escribir de “las penúltimas horas del periodismo”, de esa profesión que “no tiene dinero mientras las multinacionales que venden nuestra información gratis se hacen ricas”, admite: “No me imagino dejando el oficio, que es pura pasión; por eso dedico el libro especialmente a Manuel Vázquez Montalbán y Feliciano Fidalgo, que nunca quisieron dejarlo”.

Melancolía quizá, pero también entereza y valor.
 Ordóñez recordó una frase del libro cuya esencia lo sustenta todo: “De ninguna de las maneras va a rendirse este oficio invencible”. 
Y sugirió imprimirla en una camiseta.
 Cruz, seguro, cedía el copyright.

 

18 may 2017

Juego de extremos........................................Lorena Robledo

Natural o artificial. 
Esta temporada no hay término medio.
 Los rostros luminosos, casi sin maquillar, disputan el protagonismo a las sombras de ojos dramáticas y de acabado brillante.
 En paralelo, dos tendencias antagónicas triunfan en peluquería: las melenas relajadas y los tonos de fantasía como rosas, azules y verdes.

Párpados jugosos

En vez del efecto ahumado, este verano se imponen las sombras de ojos glossy.
“El maquillaje glow (brillante) va a estar presente en rostro, labios y ojos. 
Y tanto en looks diurnos de aspecto natural como en otros más sofisticados y nocturnos”, explica Fran Suárez, national make-up artist de YSL Beauté.

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Un look con los ojos destacados en sombra negra brillante de Phillip. L'Estrop
Las sombras negras con acabado brillante se han visto en muchos desfiles para esta temporada primavera-verano, como en los de las firmas Altuzarra, Alberta Ferretti, o Baja East. 
Representan la versión más moderna de los clásicos ojos ahumados. 
“Aportan a la mirada la intensidad y el misterio de los tonos oscuros, pero con un efecto mojado, sexy y rompedor”, argumenta Suárez.
Una de las ventajas de esta tendencia es que no persigue un acabado perfecto ni un color homogéneo de larga duración.
 “El objetivo es que la sombra se funda y se desplace sobre la piel para obtener un efecto deshecho intencionado”, explica el maquillador.

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Una modelo de Giorgio Armani. L'Estrop

Se puede aplicar sombra negra sobre todo el parpado móvil y después añadir el producto glossy con un pincel mediante ligeros toques.
 Lo más cómodo es comenzar sobre el borde de las pestañas para ir ascendiendo por todo el párpado.
Otra opción consiste en extender el eye gloss con un pincel más pequeño “únicamente sobre la línea de las pestañas inferiores, en la zona del lagrimal y en el arco de la ceja”, sugiere Suárez.

Además de los ojos, este verano también triunfarán los pómulos y los labios con acabado jugoso
. Aunque, si lo que se busca es un look más radical, el experto maquillador recomienda atreverse con los contrastes y apostar por unos labios de un tono intenso y mate.
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Dos modelos de Ermanno Scervino. L'Estrop

Rostros muy honestos

Hidratación, luminosidad y un bronceado sutil son los pilares de un ­rostro natural.
Las firmas Delpozo, Blumarine o Charlotte Olympia apuestan por rostros naturales y frescos, donde una piel bien hidratada y de aspecto jugoso es la auténtica protagonista.
 Este efecto se consigue con la ayuda de bases de maquillaje de acabado translúcido, un toque de iluminador y unos brochazos de polvos ­bronceadores, que este año suavizan su tono notablemente. “Los colores más tostados resaltan las pieles doradas, los corales son ideales para las mujeres de cutis cetrino y la gama de los rosas aporta frescor a los rostros más maduros”, asegura Fran Suárez, national make-up artist de YSL Beauté.

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Por norma general, los polvos bronceadores “se aplican a lo largo de la línea del nacimiento del cabello, las sienes y bajo los pómulos, para después añadir sobre ellos el colorete. Además de en la nariz y la barbilla”, explica el maquillador.
En los rostros redondos “se aconseja marcar con los polvos el contorno de la mandíbula, desde la barbilla hacia los lóbulos de las orejas.

 Y trazar una línea desde la comisura de los labios hasta encima de la oreja”. 
Para las facciones más alargadas, Suárez recomienda aplicar el polvo bronceador o el colorete en línea recta, comenzando a la altura de las aletas de la nariz y terminando a la de las orejas. 

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 1. Eye Gloss Smudger. 32,60 euros.
 La textura, nada pegajosa, de este top coat brillante para la mirada aporta un acabado mojado tanto si se aplica sobre el párpado desnudo como sobre una sombra de ojos. 2. Instant Moisture Glow. 54 euros. 
Este producto, que se aplica solo, antes del maquillaje o sobre este, proporciona hidratación, unifica y afina la textura de la piel y otorga un acabado satinado. 3. Touche Éclat Blur Primer. 45,50 euros.
 Este difuminador disimula las imperfecciones, alisa la textura y potencia la luminosidad del fondo de maquillaje. 4. Touche Éclat Le Cushion. 50,50 euros. 
Su sistema de difusión microperforado proporciona la dosis óptima de maquillaje.
 Su esponja permite un acabado a medida, tanto de cobertura como de luminosidad. 5. Couture Variation nº 4 Underground. 70 euros. Paleta de sombras de ojos con 10 tonos en acabados mate, iridiscente y metalizado. 6. Máscara Volume Effet Faux Cils The Shock. 35,60 euros. 
Su textura espesa ofrece un resultado intenso sin dejar grumos.
 Su aplicador proporciona volumen y profundidad con acabado negro mate de la raíz a las puntas.
  Todos los productos son de Yves Saint Laurent Beauté

Para conseguir un aspecto más sofisticado, basta con “incorporar iluminador sobre los pómulos, las sienes y el contorno de los ojos; añadir dos capas de máscara de pestañas, colorete melocotón y una barra de labios de acabado jugoso y brillante”. 

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Melena rosa fucsia en Marques’Almeida. L'Estrop

Melenas de fantasía

Rosa, turquesa, lila, azul… Los tonos pastel se suben a la cabeza.
 “Esta temporada, todos los colores fantasía son tendencia, aunque es cierto que el rosa está siendo el más demandado”, asegura Xavi García, director creativo de Salón 44 para L’Oréal Professionnel.
 Se ha visto en las pasarelas de firmas como Mary Katrantzou, Manish Arora o Temperley London.
 Y las cabelleras de la actriz Sophie Turner (Juego de tronos), la cantante Ariel Winter y la compositora e intérprete Ashley Spain también respaldan su teoría.

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El colorista aconseja realizar una mezcla bicolor personalizada. Y peinar la melena de una forma muy natural, para lograr un aspecto casual, “o apostar por cortes geométricos, muy limpios, y por melenas cortas, rectas y pulidas”.
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Para mantener este tipo de colores, que precisan una decoloración previa, resulta imprescindible hidratar el cabello en profundidad. “También habrá que refrescar el tono conforme se vaya desgastando, ya que los acabados pastel se degradan más rápido”, advierte García.

Ermanno Scervino

Cabellos relajados

Hace varios años que los peinados encorsetados dejaron paso a los trabajos más desenfadados.
Alexander Wang, Marni y Chloé han peinado a sus modelos con melenas naturales, sin alisar. 
Actrices como Charlize Theron, Jessica Alba o Maribel Verdú las han lucido ya sobre la alfombra roja. 
Este verano “las ondas marcadas con la plancha se llevan más abiertas y despeinadas”, adelanta Luis Miguel Vecina, experto colorista de Coolday para L’Oréal Professionnel.
 “El pelo se seca de manera más natural, con ligeros movimientos, ya sea con las manos o con un peine, desde las zonas medias hasta las puntas”, ­continúa Vecina.
 
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El corte de pelo que mejor acompaña a esta tendencia son los desfilados ligeros y poco degradados en medias melenas y en cabellos largos.
 La clave reside en evitar que se genere demasiado volumen en las partes cercanas al rostro, “dotando de cuerpo y movimiento a las puntas”, dice el experto. 
Los cabellos lisos necesitan de productos de peinado a base de agua de sal para ganar textura y volumen.
 El truco que propone Vecina para conseguir unas ondas rápidas, sin necesidad de recurrir a ninguna plancha ni tenacilla, es hacerse unas trenzas con el pelo húmedo o recién secado cuando aún está caliente.
 “Después solo hay que esperar a que el pelo se seque del todo o a que se enfríe, soltar los recogidos y aplicar unas gotas de sérum capilar de medios a ­puntas”. 
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Modelos de Proenza Schouler. L'Estrop
 

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Con Antonio Banderas

El sectarismo y la envidia han acabado con el proyecto del actor en Málaga. Una pena.

Antonio Banderas. ATLAS

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España arrastra una gran asignatura pendiente en cultura, y es la capacidad de atraer talento para la promoción y generación de sinergias que ayuden a lograr objetivos ambiciosos que beneficien a todos.
 Algunas ciudades lo han conseguido por su cuenta, como Bilbao con el Guggenheim, o Málaga.
 Esta última se ha transformado en un polo cultural dinámico capaz de hacer convivir el legado de Picasso, del Thyssen-Bornemisza, del Pompidou, de las colecciones de San Petersburgo o del arte contemporáneo en foros distintos que dialogan y se complementan entre sí de forma atractiva y ejemplar.
De ahí lo incomprensible del tropiezo cometido con el actor Antonio Banderas, que con razón se ha sentido “humillado” por su ciudad natal.
 El Ayuntamiento de Málaga, gobernado en minoría por el PP, había impulsado un concurso de ideas para dar contenido a los antiguos cines Astoria y Victoria, en pleno centro de la capital, que adquirió en 2010 por 21,7 millones de euros. Banderas, que ha ejercido en foros internacionales como embajador oficioso de Málaga y Andalucía, ganó el concurso de ideas para convertirlo en centro cultural.
 Su propuesta implicaba la creación de un teatro, espacios de exposiciones, cine y comercio.
 Pero la candidez del alcalde al insinuar que el próximo pliego de condiciones podría incluir la necesidad de una persona “con capacidad de proyección” generó una inmerecida lluvia de acusaciones de favoritismo hacia el actor.
 IU, con los socios de Podemos y Ciudadanos, propuso anular el concurso de ideas, aunque ni siquiera era vinculante. 
El PSOE miró para otro lado y se abstuvo.
 Desbordado por las descalificaciones, Banderas se ha retirado. Ahora, hipócritamente, todos se lamentan. 

Cualquier plan que implique dinero público debe gestionarse con transparencia.

 Algo que debería ser compatible con la promoción de proyectos de alto interés. 
Este lo era, pero el sectarismo y la envidia han acabado con él. Una pena.