Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 abr 2017

El gran silencio de Joseph Ratzinger......................... Daniel Verdú .

La disminución de la fuerza física de Benedicto XVI, que cumple hoy 90 años, subraya la conveniencia de su histórica renuncia hace ahora 4 años.

El papa emérito, Benedicto XVI, en una imagen de 2015.
El papa emérito, Benedicto XVI, en una imagen de 2015. AP
La mente permanece lúcida, pero las fuerzas, relatan quienes le ven habitualmente, apenas alcanzan para dar unos pasos acompañado de un andador.
 Cuando no era así, hace ahora algo más de 4 años, Joseph Ratzinger, el primer papa emérito, dio el paso al lado más importante que se recuerda en el Vaticano. 
Desde entonces, vive en el convento de monjas Mater Ecclesiae, a escasos centenares de metros del papa Francisco. 
Ambos visten prácticamente igual, pero Benedicto XVI lo hace retirado de la vida pública, en silencio y oculto, tal y como prometió.
 Hoy cumple 90 años.

 Joseph Ratzinger (Marktl am Inn, 1927) es un anciano con dificultades físicas —incluidas de oído y visión—, que afronta la última etapa de su vida con una discreción absoluta. 

Se entretiene a diario leyendo dos periódicos alemanes, pero también L'Osservatore Romano (el periódico del Vaticano), L'Avvenire y una reseña de prensa que le prepara la Secretaría de Estado.

 Cada noche, mira un telediario y, cuando las manos no le fallan, todavía se sienta al piano para tocar algunas piezas. Hoy, día de su cumpleaños, le visitará su hermano Georg (93 años) y mañana, para no interferir en los ritos del Domingo de Resurrección, realizará una pequeña celebración al estilo bávaro, según ha contado a La Repubblica su secretario personal y mano derecha, Georg Gänswein, en la que también estará el primer ministro de Baviera, Horst Lorenz Seehofer. Todo está diseñado estos días para colmar su discreta felicidad.

Los útlimos días de Benedicto XVI en las silla de Pedro, sin embargo, fueron mucho más complicados. 

Acosado por los escándalos de pederastia y la incesante cascada de indiscreciones que emanaban del caso Vatileaks —propiciadas por la dolorosa traición de Paolo Gabriele, su secretario personal—, abrieron la tertulia global sobre los motivos de su renuncia.

 “Un pastor rodeado por Lobos”, le definió el siempre contenido L'Osservatore Romano. 

 “Las aguas bajaban agitadas, el viento soplaba en contra y Dios parecía dormido, ..”, dijo él mismo en su despedida acudiendo al Evangelio. 

 Agotado físicamente desde hacía meses, Ratzinger, el gran teólogo que en ocasiones pudo dar la impresión de estar más ocupado de las cuestiones del cielo que de las de la tierra, tomó de forma silenciosa la decisión más mundana que podía imaginarse. 

“Mi momento había pasado, di todo lo que podía dar”, reveló a Peter Seewald en las charlas que dieron pie en 2016 al libro/testamento Últimas conversaciones.

 La renuncia , que apenas conocían cuatro personas, se fraguó en agosto de 2012.

 Más allá del agotamiento físico evidente, se habló entonces de presiones internas, de "cuervos" acechando y de un cierto acorralamiento.

 El padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger y portavoz del Vaticano durante el papado de Benedicto XVI y parte del de Francisco, rechaza de plano esa idea. 

 “Lo de las presiones no tiene ningún fundamento. Cualquier persona de buen sentido se da cuenta de que si él sentía esa fatiga hace 4 años, ahora solo puede ser mayor. 

Tomó libremente la decisión, delante de Dios, pero con consideraciones muy evidentes y razonables. 

Se sentía cansado para hacer viajes, celebraciones, audiencias. Y eso se ha ido confirmando con el paso del tiempo.

 Fue una decisión del todo razonable, y el tiempo no hace más que confirmarlo”, insiste Lombardi, buen conocedor del periodo de transición entre ambos papas. 

 Justamente, entre las visitas que recibe a menudo Ratzinger  —incluido esta última semana para felicitarle el cumpleaños y la Pascua— ha sido relativamente habitual la del papa Francisco, con quien ha mantenido una fluida relación estos últimos 4 años, pese a la insólita situación que se creó aquella noche del 28 de febrero, cuando se hizo efectiva la renuncia. Nunca antes dos papas habían convivido a tan pocos metros. Jorge Mario Bergoglio le pide a menudo que rece por él e, incluso, le ha mostrado importantes documentos como la controvertida y avanzada exhortación apostólica Amoris Laetitia.

 Ratzinger, mucho más inclinado a la ortodoxia que su sucesor, nunca ha opinado públicamente sobre ninguno de estos asuntos, aunque sería fácil situarle en las antípodas de este nuevo estilo de pensamiento y gestión en el Vaticano.

Los Reyes, sus hijas y doña Sofía asisten a la misma de Pascua en Palma


El fin de la ilusión por las rebajas........................ Fernando Barciela

La moda 'low cost' y las bajadas de precios condenan a la desaparición a una institución comercial.

Unas jóvenes se sacan un 'selfie' en el Primark de la Gran Vía de Madrid, uno de los símbolos de la moda 'low cost'
Unas jóvenes se sacan un 'selfie' en el Primark de la Gran Vía de Madrid, uno de los símbolos de la moda 'low cost'
La crisis de las rebajas como "institución comercial" asentada en la conciencia de los españoles ha estallado en 2017 con mayor crudeza tras años de desgaste.
 Como si nunca hubieran existido, las rebajas del pasado mes de enero no solo no incrementaron las ventas, sino que éstas descendieron un 0,1% en el comercio minorista, algo que sucedía por primera vez después de 28 meses consecutivos de crecimiento. Toda una desagradable sorpresa, ya que las asociaciones comerciales preveían un aumento del 5%, lo que se iba a traducir en una facturación adicional aproximada de 4.000 millones de euros.
La debacle, que ha afectado básicamente a los pequeños comercios multimarca (las grandes cadenas sí han elevado su facturación), ha acentuado la sensación de que el sector sigue inmerso en una auténtica revolución copernicana que dará al traste con todo lo viejo, rebajas incluidas.
 Estos descuentos tienen cada vez menos atractivo sobre una masa de consumidores que hace dos décadas hacían cola a las puertas de las tiendas para abalanzarse sobre esas prendas que estaban un 80% más baratas.
 Y eso no se debe a la casualidad, sino a que la industria ha cambiado de tal modo sus formas de vender y los clientes su manera de comprar, que ya nada es ni será como antes.
"Tanto es así que las rebajas ya son una reliquia del pasado", apunta Josep-Francesc Valls, catedrático de ESADE Business School. 
Una práctica que, según el experto, "está condenada a desaparecer a medida que se implantan nuevos sistemas de descuento concretos como el Black Friday".
Estamos, pues, ante el aparente final de una tradición muy larga. Para Fernando Reguero, fundador de Trucco y su máximo ejecutivo, "la receptividad del público ante las rebajas ha cambiado drásticamente. 
 La mayor afluencia de clientes no se traslada tanto a las ventas". En opinión de este empresario, "ante la inmediatez de la oferta y la alta rotación del producto que se ofrece, el consumidor no está dispuesto a esperar hasta rebajas".
 De hecho, según los expertos, los descuentos de la campaña de Navidad han perdido entre el 40% y el 50% de volumen desde el inicio de la última crisis.
 ¿Qué ha pasado entonces a lo largo de los 17 años de este siglo para que algo tan entroncado con los hábitos de los españoles esté a punto de desvanecerse?
 Básicamente, que la moda se ha democratizado de tal modo —y en España más aún que en el resto de Europa— que nadie tiene por qué esperar a las rebajas para comprar barato.
 Los precios están siempre bajos.
 Desde el pequeño comercio se ha acusado a la guerra permanente de promociones, descuentos, saldos y liquidaciones protagonizados por las grandes cadenas como el motivo principal de que las rebajas hayan perdido atractivo.

Todo el año a la baja

"El hecho de que a lo largo de la temporada se hagan promociones permanentes", se queja Ángel Asensio, presidente de Fedecom, la patronal de la industria de confección, "hace perder fuerza y atractivo al periodo de rebajas.
 El consumidor ya se ha acostumbrado a encontrar descuentos y ofertas que provocan la falta de interés por los periodos propiamente dichos de rebajas".
 A todo esto, se suman los cambios legislativos que liberalizaron en 2012 las fechas y condiciones de las rebajas, antes limitadas a dos tramos anuales, enero y julio, y ahora aplicables en cualquier momento del año, cuando el vendedor quiera y durante el tiempo y las veces que quiera.
 Esta novedad es la que ha dado la puntilla a esta institución del consumo español.
La dura competencia en el mercado de la moda ibérico, uno de los más competitivos de Europa, no ha dejado a las empresas otra solución que practicar políticas de precios bajos de forma constante.
 Una situación que se ve intensificada por la profusión de enseñas de bajo coste o segmento medio en España. 
Mientras que en Francia, Italia o Reino Unido las grandes marcas —Burberry, Versace, Armani, Hugo Boss, Diesel, Hermes, por mencionar algunas— se dedican al segmento de alto poder adquisitivo, en España se han posicionado en ese tramo que va del bajo coste al lujo asequible, algo que tuvieron que hacer ya que carecían de la imagen de marca y tradición con la que se presentan ante los compradores franceses o italianos. 

Otra razón de la presión por vender a bajo precio en España —marcada por la rápida expansión de enseñas internacionales como H&M y Primark— se debe a la tipología del cliente español, al que no le gusta invertir mucho en ropa.
 Mientras que un francés o italiano ve normal pagar 100 euros por una camisa y 200 euros por unos zapatos —basta detenerse en cualquier tienda de Milán o París para comprobarlo—, en España el consumidor se ha habituado a pagar 30 euros por una camisa y 70 euros por un par de zapatos.
La crisis no ha hecho más que intensificar esta tendencia.
 Ante las fuertes caídas en el mercado de la moda, las empresas han tenido que bajar precios, lo que ha acabado por convertir a España en un auténtico paraíso del low cost del textil y el calzado.
 Ese cambio, explica Maite Aranzabal, profesora de IE Business School, "se produce sobre todo a partir de 2007.
 Las ventas del comercio de moda y accesorios caen siete años consecutivos, crecen un poco en 2014 y 2015 y vuelven a caer en 2016".



 

José Coronado, intervenido en el corazón tras sufrir un infarto


Al actor, de 59 años, le han colocado un 'stent' y permanece ingresado en la UCI.

Jose Coronado
José Coronado, que ha sido hospitalizado tras sufrir un infarto. EFE
José Coronado, de 59 años, se recupera de una intervención quirúrgica en la que los médicos del hospital de La Princesa de Madrid, donde se encuentra hospitalizado, le han colocado un stent para resolver el problema coronario que sufría y que le provocó en la tarde del sábado un infarto.
 El actor se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos, pero evoluciona muy bien y es probable que en 24 horas abandone esta zona. Si la evolución no se complica, el intérprete podrá recibir el alta 
hospitalaria en solo unos días, aunque deberá tomarse en unas semanas de descanso.
Coronado se sintió mal cuando se encontraba en su domicilio de la calle José Abascal de Madrid, por lo que fue trasladado por una UVI móvil del Summa al centro médico, a donde llegó acompañado de su hijo mayor, Nicolás, fruto de su relación con Paola Dominguín. 
El actor tuvo que suspender la representaciones de la obra de teatro Ushuaia en el Teatro Español.
Desde hace años, Coronado es uno de los intérpretes más solicitados, y lleva un fuerte ritmo de trabajo en el que compagina series de televisión, cine y ahora, además, teatro. 
El pasado 6 de abril presentó una nueva serie, Vivir sin permiso, que protagonizará junto a Álex González, ideada por Manuel Rivas sobre la vida del narco gallego Nemo Bandeira. 
Aitor Gabilondo, productor de la serie, lo fue también de El Príncipe, que tanto éxito tuvo y en la que Coronado fue uno de los grandes protagonistas.
 Hace escasamente un mes, Antonio Banderas anunciaba que a finales de enero habia sufrido también un infarto y al igual que a Coronado le habían puesto stents, aunque en su caso fueron tres.