Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 feb 2017

Resuelto el asesinato de un niño en Nueva York 38 años después

Un jurado declara culpable a Pedro Hernandez por secuestar y matar a Etan Patz, de seis años.

 

/ VÍDEO: REUTERS-QUALITY
La pesadilla comenzó el 25 de mayo de 1979. 
Etan Patz, un niño rubio y seis años de edad, caminaba solo por el hoy conocido barrio Soho de Manhattan (Nueva York) hacia una parada de autobús para ir al colegio.
 Desapareció y nunca se encontró su cuerpo. Este martes, tras nueve días de declaraciones, dos grandes juicios, y más de 37 años de espera, un juzgado de la ciudad ha declarado culpable a Pedro Hernandez, un antiguo empleado de almacén, del secuestro y la muerte del niño, un paso fundamental y esperado para la resolución del misterioso caso.
La desaparición de Etan Patz conmocionó a Nueva York y al resto de Estados Unidos.
 Durante años, investigadores buscaron pruebas de un crimen que no dejó rastro.
 Hubo sospechosos, pero las autoridades no encontraron pruebas concluyentes. 
 Las calles se llenaron de carteles de “desaparecido” con la foto del niño, los periódicos hacían llamamientos a quienes pudieran tener información y los envases de leche también llevaban el anuncio del niño desparecido, según recuerda The New York Times
Miles de padres vieron en Etan Patz y su familia un reflejo de la suya.
 Les podría haber pasado a ellos, a sus hijos, en su vecindario.
El primer avance se dio en 2012, cuando el cuñado de Hernandez contactó a las autoridades al sospechar que podía ser el responsable del crimen.
 Tras ser detenido, Hernandez describió cómo convenció al niño de que entrara en el almacén donde trabajaba, le asfixió y metió su cuerpo en una caja.
 Hernandez confirmó con fotos que se trataba de Etan Patz.

Pero la falta de pruebas y huellas en el lugar de los hechos, así como el hecho de que el cuerpo siguiera sin aparecer, complicaron el proceso judicial.
 En 2015, tras cuatro meses de juicio, un juzgado rechazó la culpabilidad del sospechoso y consideró más creíble el argumento de la defensa, que se basó en los problemas mentales de Hernandez, una personalidad convulsa e inteligencia limitada.
 Alegaron que estos problemas ponían en cuestión la veracidad de su propio testimonio.
“El hombre lo hizo. 
Él lo dijo. ¿Cuántas veces tiene que confesar un hombre para ser creído? No es una alucinación”, rebatió entonces Stanley Patz, el padre del niño desaparecido.
 Pero el jurado, de 12 personas, fue incapaz de acusar con unanimidad a Hernandez como autor del crimen ante la falta de evidencia.
La fiscalía retomó el caso en octubre de 2016.
 A falta de nuevas pruebas, apostó por profundizar en los detalles que proporcionó Hernandez durante su confesión en 2012 del día en que asesinó al pequeño.
 El nuevo jurado ha acabado ahora convencido de la culpabilidad del sospechoso.
Para Stanley Patz, padre del niño, presente en las audiencias de cada juicio, se hace “un poco de justicia para nuestro maravilloso hijo Etan”.
 “Me siento muy agradecido, por fin han alcanzado un veredicto que yo ya sabía; que este hombre es culpable de haber hecho algo horrible hace muchos años”, declaró a The New York Times.
El 28 de febrero, Hernandez, de 56 años, recibirá su condena, que podría ser de hasta 25 años de cárcel.
 Para la ciudad de Nueva York, es el primer paso para poner fin a un caso que traumatizó a familias neoyorquinas y estadounidenses durante años. 
“Creo que esta decisión podrá unirnos a todos y servir como cura”, dijo el fiscal.



 

Ernestina van de Noort, la más flamenca de Holanda



Filóloga hispánica y traductora, esta neerlandesa se enamoró del cante y el baile gracias al cine de Carlos Saura. 
Desde 2006, impulsa la Bienal de Flamenco en su país. La cita ha congregado este año a 20.000 espectadores
.T ODO EMPEZÓ con Carmen, la película de Carlos Saura que en 1983 mezcló flamenco y ópera en su versión del drama de Prosper Mérimée.
 A la holandesa Ernestina van de Noort le conmovió e intrigó a partes iguales la reacción visceral provocada por lo que califica de arte vivo contemporáneo. 
“Una danza y un cante que no dejan indiferente a nadie porque engloban todas las contrariedades de la vida: desde el abismo más profundo a la alegría total”.
 El flechazo fue irresistible y añadió el zapateado al ballet y el jazz que ya bailaba desde niña.
 “La cultura del flamenco me cambió la vida, pero si algo he intentado desde entonces es huir de los tópicos.
 Es mucho más que la bata de lunares, que me encanta, por otro lado.
 Es un arte escénico serio, y para introducirlo en Holanda, donde solo se programaba clásico, danza moderna o de otros continentes, he tenido que combatir esos prejuicios.
 Conquistar, literalmente, a dueños de teatros, patrocinadores y al público, claro”.
Van de Noort, junto a la cantaora Rocío Márquez, durante una prueba de sonido. MARC DRIESSEN
Fundadora y directora desde 2006 de la Bienal de Flamenco de Holanda, que en su sexta edición, clausurada hace un par de semanas, arroja la cifra récord de 20.000 espectadores.
 Gente de todas las edades, muchos de los cuales se sientan con una educada curiosidad y acaban ovacionando en pie a la cantaora Rocío Márquez; las bailaoras Sara Cano, Rocío Molina o Isabel Bayón; los guitarristas Pepe Habichuela, Joselito Acedo y Rafael Riqueni; las palmas de José Manuel Ramos, Oruco, o bien al instrumentalista Alfonso Aroca, que lleva los ritmos flamencos al teclado. 
Ernestina los conoce a todos y no para.
 Los recibe, escucha y sigue su trabajo a lo largo del año (“soy una maniática del control”, dice) y no descansa hasta oír por fin el liberador clap, clap de los aplausos.
 En La Haya, cuando Isabel Bayón descendió entre el público con un leve zapateado, luego vertiginoso en el escenario, un patio de butacas rebosante que no esperaba vanguardismo contuvo el aliento al verla girar y girar con Dju-Dju, la coreografía de Israel Galván.
 Fue estrenada en la última Bienal de Sevilla, donde resultó polémica.
 “Incluso hubo críticos que pensaron que se desviaba del flamenco clásico
. Para mí, sin embargo, resulta apasionante cómo esa ruptura de los cánones puristas mantiene la esencia del verdadero flamenco.
 Por eso lo mezclo con músicos del norte de África, Oriente Próximo y los Balcanes”. 
Sentada en el Zuiderstrandtheater, plantado en el distrito costero de La Haya, Van de Noort atiende el teléfono, se viste de negro con un solo adorno dorado en los zapatos “para no llamar la atención en un entorno tan vistoso”, posa para las fotos y no puede sustraerse de las voces y palmas que llegan del camerino contiguo. Dju-Dju está en pleno ensayo.
 Si pudiera, se desdoblaría para atender a todos sus interlocutores a la vez.
 La verdad es que nada hacía pensar que una traductora de inglés y francés, licenciada luego en Filología Hispánica, acabaría con tacones y citando al antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, y hasta al filósofo Friedrich Nietzsche, en sus peticiones de fondos a sus compatriotas. “Puedes hablar del duende y recordar lo bonitos que son los faralaes, pero hay que ponerse en el lugar del que te financiará el espectáculo.
 Si solo escribo que el flamenco es visceral, me quedo en el casillero de las músicas del mundo 
. Si recuerdo a García Lorca y su mención a Goethe cuando, al hablar de Paganini, llama al duende ‘un poder misterioso que todos sienten y que ningún filósofo explica’, entonces, capto la atención del patrocinador”.
 
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Van de Noort, en bicicleta con la cantaora Rocío Márquez, invitada a la Bienal de Flamenco de Holanda. MARC DRIESSEN
Valdría la pena echar un vistazo a estas peticiones, porque, a estas alturas, la lista de apoyos financieros ocupa una página entera del programa y es transversal, en el sentido menos político del término.
 Desde el Fondo para el Arte, y la Bienal de Cello, de Ámsterdam, a los diarios De Volkskrant y Het Parool, el Fondo Cultural Príncipe Bernardo o la cadena NH de hoteles.
 Otros, como el Ministerio de Cultura español, el Instituto Andaluz del Flamenco y la Embajada española y el Instituto Cervantes en Holanda, pueden resultar obvios, “pero para mí lo que cuenta es el conjunto”. 
“Entiendo el flamenco como algo clásico y rompedor a la vez.
 Es un tópico, lo sé, pero el baile y la música son algo más que una válvula de escape.
 Te hacen sentir humano y combatir las penas, y me gustaría que el público percibiera esa fuerza. Porque los holandeses están demasiado apegados a sus agendas y hay que sacarlos de quicio y conmoverlos. 
Y el buen flamenco, y solo hay bueno o malo, es catártico”. 
Poco antes del espectáculo, Isabel Bayón mueve un sombrero amarillo sin perder el ritmo del taconeo. 
En realidad, al son de los tacones, mientras el Niño de Elche y Francisco Contreras cantan.
 Desde la tramoya del teatro, la escena roza lo mágico.
 Y la sonrisa de Ernestina se convierte en un modelo de contención: si pudiera, se arrancaría a bailar con ella. 
 
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15 feb 2017

Así vive Ivanka Trump en la Casa Blanca

La hija del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no solo se ha sentado en el sillón del Despacho Oval.

Jared Kushner y su esposa, Ivanka Trump, caminando por el West Wing Colonnade tras una reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministo de Japón, Shinzo Abe, el 10 de febrero.

Jared Kushner e Ivanka Trump subiendo al Marine One en la Casa Blanca, el 10 de febrero.  


Donald Trump y su hija, Ivanka Trump, caminando por los jardines de la Casa Blanca para subir al Marine One, el 8 de febrero. Donald Trump y su hija, Ivanka Trump, caminando por los jardines de la Casa Blanca para subir al Marine One, el 8 de febrero.

Ivanka Trump decidió este martes publicar en su perfil de Instagram una foto sentada en la silla del despacho oval junto a su padre, Donald Trump, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. La imagen ha levantado una gran polémica.

Jared Kushner y su esposa, Ivanka Trump, caminando por el West Wing Colonnade tras una reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministo de Japón, Shinzo Abe, el 10 de febrero.  

El legado de Paul Newman............................ Alejandro Martín....

Clea Newman promociona la película 'Lo que de verdad importa', cuyos beneficios irán a parar a la fundación que creó su padre.

 

 
Clea Newman, hija menor de Paul Newman, durante la presentación de 'Lo que de verdad importa'. EL PAÍS

Tiene los ojos de su padre, subyugantes, hondos
. Y, como su padre, mira sin que se le haya empañado esa curiosidad infantil, ese convencimiento de que una sola persona puede cambiar el mundo.
 Paul Newman lo creía firmemente y hace casi treinta años fundó unos campamentos para que los niños con enfermedades graves pudieran ser niños, 
dormir en literas, revolcarse en el barro, mojarse cuando llueve o nadar en la piscina, sin que nadie les hiciera sentir frágiles.
 Niños a pesar del cáncer, a pesar de todo. 
Hoy es Clea, la benjamina de las hijas que tuvo con la ganadora de un Oscar Joanne Woodward —primera actriz con una estrella en el paseo de la fama—, quien se hace cargo de la fundación Serious Fun, del legado que de verdad importaba a Newman.
 “Era obstinado como un perro con un hueso y se rodeó de gente más lista que él para que su ilusión se cumpliera”, sonríe Clea.
 Por eso ayer por la mañana, San Valentín, se despidió de su marido apenas después de levantarse de la cama y felicitarse el día de los enamorados.
 Habían pasado juntos dos jornadas en Toledo, comiendo y de visita, y él continuaría como otro turista entre tantos en el Museo del Prado, mientras Clea Newman acompañaba a Paco Arango en la presentación de Lo que de verdad importa.
 La película del cineasta mexicano es la primera concebida para no recuperar un solo euro, para que, una vez cubiertos todos los gastos de producción y del caché del reparto, los beneficios vayan a parar íntegros a la beneficencia.
Está dedicada a la memoria de Paul Newman y, por tanto, los fondos se destinarán a que su fundación pueda acoger a más y más niños en los campamentos.
 Arango dice con orgullo que ha percibido como si tocara el alma de Newman a través de su hija Clea.
Lo que de verdad importa, que se estrenará este viernes en alrededor de 100 salas en España y que aspira a colarse en México y EE UU, es una fábula vitalista sobre un tipo, Alec (Olivier Jackson Cohen), cuya vida en Londres se vino abajo tras la muerte por cáncer de su hermano gemelo y que, a la vez que una segunda oportunidad en una aldea clavada en un paisaje de ensueño en Nueva Escocia (Canadá), recibirá el don para sanar a los aquejados de algún mal que lo rodean.
 “La causa de la película está muy ligada a la historia”, comenta Arango.
 El fondo con la forma. Allí, la adolescente enferma terminal que interpreta Kaitlyn Bernard sacudirá a Alec, quebrará cuanto esperaba de sí mismo.
 El personaje se llamó Abigail en honor a la hija de 18 años que perdió una mujer con que Arango se topó en el rodaje.
 Cáncer. 
Antes de morir, Abigail dejó escrito un poema titulado Just breathe (Respira) azuzando a exprimir cada segundo, un perfecto resumen del mensaje que tan explícitamente quiere mandar Arango: “Yo tengo fe, creo hasta en Harry Potter, y también, como cristiano, en una vida después de esta; he intentado contar con el corazón”.
“Estamos tan bien como nos sintamos”, dice convencida Clea Newman, que desgrana cómo su experiencia junto a los niños le ha llevado a pensar que el poder de la mente, el deseo ferviente de mejorar y recuperarse es tan importante para vencer a las peores enfermedades como la medicina. 
 Está asustada, sin embargo. Hollywood anda revuelto contra Trump por el veto migratorio y por la cicatriz que supondría cerrarse a México con un muro
 A ella le incomoda hablar de política, recuerda, dice, palabras de su madre: “de quien no tengas nada bueno que decir, no digas nada”, pero le reconcome que el único intento por llevar un sistema de salud universal, público y gratuito a todos los estadounidenses, el conocido como Obamacare, vaya a derrumbarse sin remedio. “Millones de personas se quedarán sin asistencia.
 Espero que todavía pueda meditarse largo y tendido antes de una decisión tan crítica”.
 Solo cuando sopesa que esa posibilidad pueda materializarse sus ojos se apagan. 
Solo duran un segundo, apagados. 





Ay Paul, el hombre más guapo del mundo y muy bueno en su vida!!!