Un jurado declara culpable a Pedro Hernandez por secuestar y matar a Etan Patz, de seis años.
La pesadilla comenzó el 25 de mayo de 1979.
Etan
Patz, un niño rubio y seis años de edad, caminaba solo por el hoy
conocido barrio Soho de Manhattan (Nueva York) hacia una parada de
autobús para ir al colegio.
Desapareció y nunca se encontró su cuerpo.
Este martes, tras nueve días de declaraciones, dos grandes juicios, y
más de 37 años de espera, un juzgado de la ciudad ha declarado culpable a
Pedro Hernandez, un antiguo empleado de almacén, del secuestro y la
muerte del niño, un paso fundamental y esperado para la resolución del
misterioso caso.
La desaparición de Etan Patz
conmocionó a Nueva York y al resto de Estados Unidos.
Durante años,
investigadores buscaron pruebas de un crimen que no dejó rastro.
Hubo
sospechosos, pero las autoridades no encontraron pruebas concluyentes.
Las calles se llenaron de carteles de “desaparecido” con la foto del
niño, los periódicos hacían llamamientos a quienes pudieran tener
información y los envases de leche también llevaban el anuncio del niño
desparecido, según recuerda The New York Times.
Miles de padres vieron en Etan Patz y su familia un reflejo de la suya.
Les podría haber pasado a ellos, a sus hijos, en su vecindario.
El primer avance se dio en 2012,
cuando el cuñado de Hernandez contactó a las autoridades al sospechar
que podía ser el responsable del crimen.
Tras ser detenido, Hernandez
describió cómo convenció al niño de que entrara en el almacén donde
trabajaba, le asfixió y metió su cuerpo en una caja.
Hernandez confirmó
con fotos que se trataba de Etan Patz.
Pero la falta de pruebas y huellas en el lugar de
los hechos, así como el hecho de que el cuerpo siguiera sin aparecer,
complicaron el proceso judicial.
En 2015, tras cuatro meses de juicio, un juzgado rechazó la culpabilidad del sospechoso
y consideró más creíble el argumento de la defensa, que se basó en los
problemas mentales de Hernandez, una personalidad convulsa e
inteligencia limitada.
Alegaron que estos problemas ponían en cuestión
la veracidad de su propio testimonio.
“El hombre lo hizo.
Él lo dijo. ¿Cuántas veces tiene que confesar un hombre para ser creído? No es una alucinación”, rebatió
entonces Stanley Patz, el padre del niño desaparecido.
Pero el jurado,
de 12 personas, fue incapaz de acusar con unanimidad a Hernandez como
autor del crimen ante la falta de evidencia.
La fiscalía retomó el caso en octubre de 2016.
A
falta de nuevas pruebas, apostó por profundizar en los detalles que
proporcionó Hernandez durante su confesión en 2012 del día en que
asesinó al pequeño.
El nuevo jurado ha acabado ahora convencido de la
culpabilidad del sospechoso.
Para Stanley Patz, padre del niño, presente en las
audiencias de cada juicio, se hace “un poco de justicia para nuestro
maravilloso hijo Etan”.
“Me siento muy agradecido, por fin han alcanzado
un veredicto que yo ya sabía; que este hombre es culpable de haber
hecho algo horrible hace muchos años”, declaró a The New York Times.
El 28 de febrero, Hernandez, de 56 años, recibirá
su condena, que podría ser de hasta 25 años de cárcel.
Para la ciudad de
Nueva York, es el primer paso para poner fin a un caso que traumatizó a
familias neoyorquinas y estadounidenses durante años.
“Creo que esta
decisión podrá unirnos a todos y servir como cura”, dijo el fiscal.
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