Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 ene 2017

Carmen March, talento maduro......................Carmen Mañana

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Carmen March, en su nuevo estudio madrileño. / Gonzalo Machado
La diseñadora mallorquina, una de las voces más brillantes y singulares del sector en España, vuelve a poner en marcha su firma de moda, volcando dos décadas de experiencia en un sólido proyecto empresarial que refleja su madurez creativa. 
ENCONTRAR UN diseñador español con auténtica mentalidad empresarial resulta más difícil que dar con un futbolista sin tatuajes
. Pero parece que Carmen March ha conseguido alcanzar ese complejo equilibrio entre creatividad y negocio.
 En su nuevo taller madrileño, asegura que no hay más secreto que “dos décadas de fallos y aciertos”.
 Una experiencia que acaba de materializarse en el relanzamiento de su firma.
 La misma que cerró en 2010 porque “los números no cuadraban”. Entonces prefirió retirarse ante el asombro de muchos compañeros, obcecados en su travesía hacia el concurso de acreedores.
 Entre medias, capitaneó Pedro del Hierro Madrid durante tres años.
 Presentó sus colecciones en Nueva York y, pese al empuje internacional y mediático de la marca, el proyecto amparado por el grupo Cortefiel terminó de forma abrupta en junio de 2015. 
 Que tras este revés haya decidido retomar la aguja no es solo una buena noticia para sus seguidores, sino para todo el sector. Así lo cree Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España:
 “En esta industria hay que tener una mentalidad parecida a la de los emprendedores estadounidenses.
 Su ejemplo demuestra que un buen profesional puede afrontar distintas etapas en su carrera con éxito”.
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A través de la trayectoria de March  puede contarse también la historia de la moda española durante los últimos años, aun cuando la mallorquina es no solo una de las voces más interesantes, sino también más inusuales del sector. 
Para Lomba, dos de los adjetivos que mejor la definen son curranta y tenaz.
 “Cuando empecé, a principios de los noventa, lo que quería era hacer ropa y todo lo demás me daba igual.
 Había mucho humo y pocas habichuelas”, recuerda la creadora. Así que, cuando decidió volver a poner en marcha su marca, lo primero que diseñó fue un plan financiero a cuatro años vista. 
“Esto es un negocio”, argumenta mientras acaricia a su perra Petra. “Para mí, la búsqueda de la belleza tiene sentido si hay una realidad económica detrás. 
Ya no se puede ir a París a la buena de Dios a ver si compran la colección y luego que me pidan choporrocientas blusas y no tener ni el equipo ni los talleres para fabricarlas”. 
Con este planteamiento, March consiguió poner a la venta una primera colección el pasado junio, solo tres meses después de retomar su firma.
 Antes de cumplir un año, sus prendas, sofisticadas y llenas de fuerza, ya se pueden comprar en boutiques como la parisiense Montaigne Market. 
Y Net-A-Porter, una de las tiendas de lujo online más importantes del mundo, acaba de hacerles un pedido “abrumador”.
 No es la primera vez que este gigante digital donde Prada y Gucci comparten pantalla confía en March. 
Ya apostó por ella cuando lideraba Pedro del Hierro Madrid. 
“Era un proyecto a largo plazo.
 Como mínimo, para seis años, pero duró la mitad.
 Estábamos dentro de la misma cuenta de resultados que Cortefiel, pero representábamos una parte muy pequeña de la pirámide.
 Y cuando la pirámide hace aguas, lo lógico y normal es empezar a recortar por abajo. 
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March, con Ekaitz Arruti.
El suyo con Pedro del Hierro Madrid constituye el último matrimonio roto entre un diseñador español y una gran cadena de distribución. Antes, Miguel Palacio y Hoss Intropia o Juan Duyos y Don Algodón intentaron unir fuerzas infructuosamente.
 Pero March se niega a ver en estas asociaciones el único modelo posible para crear una marca de moda potente.
 “Cuando hablamos de sinergia entre industria y creativos, ¿qué significa exactamente? ¿Qué queremos, que un empresario nos dé mucho dinero para hacer lo que nos dé la gana? 
El empresario ha entendido mucho antes que el diseñador que necesita del diseño. 
Pero el creador tiene que entender que debe ser empresario”, argumenta March, miembro de la célebre familia balear de banqueros. 
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A March siempre le ha gustado –y se le ha dado bien– descubrir nuevos talentos.
 De su taller salió Nacho Aguayo, reconocido diseñador a medida, exdirector creativo de CH Carolina Herrera y actual responsable de Pedro del Hierro y Cortefiel Mujer.
 Y su actual mano derecha y director creativo asociado, Ekaitz Arruti, es uno de los nombres más prometedores del momento.
Ella misma se fogueó de la mano de otros creadores como Javier Larrain­zar.
 Junto a él confirmó lo beneficioso que resultaba apoyarse como gremio.
 Lo hizo durante un viaje a Nueva York para conocer a Oscar de la Renta, del que el madrileño –hoy retirado de la moda– había sido asistente.
 “Llegamos a un rascacielos y Calvin Klein estaba en la cuarta planta;
 Donna Karan, en la quinta; Oscar, en la sexta.
Y había gente entrando y saliendo de unas oficinas a otras sin parar. No existía ningún grupo empresarial que les obligase a trabajar juntos, lo hacían porque querían, y me pareció un buen patrón, porque en aquel momento, en los noventa, todos los diseñadores españoles estaban enfadados unos con otros”. 
 Ya nada es igual en Manhattan.
 Pero tampoco en España. 
March presume de intercambiar contactos de fabricantes y proveedores con otros compañeros, y Modesto Lomba destaca que la mallorquina no se ha desvinculado de la Asociación de Creadores ni siquiera cuando estuvo retirada.
 También los consumidores han cambiado. En su opinión, respetan más la moda. 
“Hay países donde se trata como un valor nacional, pero aquí no ha existido esa cultura entre la población.
 Entiendo que los sucesivos Gobiernos no hayan hecho leyes para apoyar al sector porque no existía esa demanda social.
 Pero el cliente también está madurando.
 Por fin, toda la industria empieza a cambiar”.

Detenido el chófer de Kim Kardashian......................

La policía francesa está tratando de determinar si el conductor pasó algún tipo de información a los ladrones o si estaba compinchado con ellos.

El chófer parisino de Kim Kardashian ha sido arrestado en relación con el asalto que sufrió la celebridad durante su última estancia en París, el pasado mes de octubre.
 Una detención que se producía al mismo tiempo que otras 16 personas eran capturadas en distintos puntos de Francia por su conexión con el robo de joyas a la estrella de la televisión.
 La policía encontró en su poder unos 300.000 euros.
La familia Kardashian usaba habitualmente la misma compañía de coches mientras se encontraban en el país galo y el chófer fue la última persona en llevar a la mujer de Kanye West hasta el apartamento-hotel de lujo donde horas después de produjo el robo a mano armada.
La policía francesa está tratando de determinar si el conductor pasó algún tipo de información a los ladrones o si estaba compinchado con ellos.
 Después de tres meses de investigaciones, la gendarmería localizó a 17 personas de entre 50 y 72 años relacionadas con el ataque gracias a las muestras de ADN encontradas en un trozo de la cinta adhesiva con la que se redujo a la celebridad.
 
Detención de uno de los sospechosos de haber robado a Kardashian en París. Getty Images
Según el portal TMZ, la estrella de Las Kardashians se encontraba en la cama cuando unos ruidos en la escalera la despertaron y no le dio tiempo a llamar a nadie.
 Los atracadores entraron en su habitación en el apartamento de dos plantas del distrito 8 de la capital, le arrebataron el móvil, la sacaron de la cama, le ataron con bridas y la metieron en una bañera de mármol. 
El asalto duró seis minutos en los que Kim temió ser violada y disparada.

 

Boy George, nueva imagen de Dior

El ídolo pop de los años 80, que firmó dos himnos pop ' Karma chameleon' y 'Do you really want to hurt me', ha sido elegido por su imagen rebelde.

El cantante Boy George. GTRES

Dior Homme, en sus últimas campañas ha ofrecido estrellas de diferentes generaciones y esta temporada no es la excepción.
 El icono de los años 80, Boy George ha sido elegido como la nueva imagen de la firma de la que Kris Assche es el director creativo.
Tras una década en Dior, Assche ha seleccionado a algunos de sus héroes personales para protagonizar sus campañas.
 La estrella andrógina y exlíder de Culture Club, Boy George es bien conocido por su estilo de moda, pero ahora, su mensaje está a punto de llegar a toda una nueva generación.
"Realmente traté de traducir lo que creo que Dior Homme es ahora. Se trata de música, de cine, de moda ... Se trata de un cierto recuerdo de los años 80 que sigue siendo muy relevante para 2017 ", dijo Assche en una entrevista con WWD.
"Boy George, cuando yo era un niño, fue uno de los primeros en tener este mensaje acerca de la diferencia de estar bien.
 Él fue una influencia tan importante en mi generación. Esa idea de libertad y de ser un rebelde que es algo que ha permanecido conmigo ". 
La campaña ha sido realizada por el legendario fotógrafo Willy Vanderperre.
El cantante, de 54 años, firmó dos himnos pop Karma chameleon y Do you really want to hurt me.
 Pasó de moda. Se dio a las drogas y al house.
 Fue condenado por encadenar a un modelo noruego en su apartamento londinense.
 Se desenganchó y adelgazó 20 kilos. Ahora George puede decir que ha conseguido sobrevivir a los ochenta, al éxito y a sí mismo.

En una entrevista con este periódico, el hombre que puso de moda las rastas con plumas y los bombachos de arlequín y odia ir de tiendas, contó: "Me resulta intimidante. 
Te miran como si fueses una mierda y cuando ven que puedes permitirte la ropa empiezan a sonreírte”. 
Por eso, en esta etapa de su vida prefiere dejar su indumentaria en manos de estilistas.
También habló de su etapa más oscura: "Hay gente que puede tomar drogas y dejarlas cuando quiera. Yo no soy ese tipo de persona. 
Y lo peor es que cuando era un drogadicto me sentía muy miserable.
 Ahora que mi cerebro funciona de nuevo, pienso: ‘¿En serio me comportaba así en público?’. Llevo años sobrio y me he dado cuenta de que si no estás limpio no puedes ser un verdadero artista”.

 

Un adulterio en propia meta.......................... Rubén Amón

La justicia condena por coacciones a un hombre que fingió ser otro para descubrir la infidelidad de su pareja.

Imagen de archivo de un teléfono móvil.
Juan A. S. A. fingió ser Johnny para desenmascarar el adulterio de su pareja.
 Le constaba que había incurrido en toda suerte de infidelidades, incluido un affaire con su propio hermano, pero también le desesperaba perderla, de forma que intentó recuperarla con el chantaje de unos vídeos eróticos. 
El material pornográfico se lo facilitó su propia compañera a través de WhatsApp y otros canales privados
 No pensando que se lo estaba entregando a Juan, sino a Johnny. Porque no llegó a conocerlo personalmente. 
El "adulterio" consistió en una relación no virtual, más bien audiovisual, en la medida en que Nuria S. U., la expareja, se recreaba con el móvil en un catálogo de escenas pornográficas.
En los vídeos, aparece Nuria S. U. utilizando los juguetes del hijo que tiene con Juan para estimularse. 
El niño se ha añadido al caso porque la pareja, separada oficialmente desde 2012, litiga ahora en los tribunales sobre el impago de la pensión y la correspondiente dejación de las responsabilidades paternas.
Sucede todo este embrollo en un juzgado de violencia de género de Madrid, precisamente porque Nuria se consideraba víctima de un acoso y de una extorsión. 
Le dio la razón el juez en la medida en que Juan, de 36 años, fue condenado por un delito de coacciones en el ámbito familiar.
 La pena, comunicada en julio de 2015, comprendía 41 días de trabajos en beneficio de la comunidad y especificaba que no podía acercarse a una distancia inferior de 500 metros de su expareja ni comunicarse con ella durante tres años "por medio informático, telemático, escrito, verbal o visual".
Eran todos los recursos que Juan o Johnny habían empleado en la obstinación de recuperar la compañía de Nuria, llegando a abrumarla con centenares de mensajes y de amenazas durante una campaña de asedio en enero de 2014.
 Unas veces diciendo que se iba a quitar la vida, otras garantizándole que las imágenes y los vídeos pornográficos iba a distribuirlos entre sus compañeros de trabajo, familiares y allegados.
 "Vas a saber lo que es estar marcada socialmente para toda la vida (...) no quedará un lugar en el mundo que no sepa la verdad (...) esto solo puede acabar de dos formas, o siendo una familia y siendo felices o perdiendo los tres todo", describe uno de los pasajes recogidos en el texto de la sentencia.
Juan se valía también del chantaje del hijo común sobrentendiendo un final dramático, aunque llama la atención que la estrategia del avatar para delatar la infidelidad de su pareja no tuviera como finalidad reunir argumentos para romper, sino emplearla como una solución con la que reconciliarse.
 Es el motivo por el que la defensa del acusado insistió en su fragilidad emocional, así como en los problemas psicológicos que había comportado la ruptura. 
Consta un trastorno adaptativo que le impedía dormir, así como trató de demostrarse en el juicio que Juan actuó bajo condicionamientos psíquicos que nublaron su entendimiento.
El juez no contempló ningún atenuante, pero la sentencia tampoco puede considerarse particularmente severa.
 La prueba está en que hubo una sintonía entre la acusación y la defensa respecto a las penas que había solicitado el ministerio fiscal y que fueron también prácticamente revalidadas en las conclusiones del juzgado madrileño.
 Se trataba de aplicar las modificaciones que ha ido incorporando el Código Penal en el contexto de la Protección Integral de la Violencia de Género
 Al abrigo de ellas, sostuvo el juez, por tanto, que se había producido una "coacción leve", cuyos extremos penales oscilan de seis meses a un año de prisión o comprenden trabajos en beneficio de la comunidad que pueden prolongarse entre 31 y 80 días.
La sentencia también observa la legislación vigente en la Comunidad de Madrid, sobre todo en el pasaje que concierne al castigo de "toda agresión física o psíquica de una mujer que suponga menoscabo de su salud, de su integridad corporal, de su libertad sexual, o cualquier otra situación de angustia o miedo que coarte si libertad".
Lo hizo Juan y lo hizo Johnny.
 El primero reaccionó a la ruptura amenazándola una y otra vez con quitarse la vida, llegando a mostrarle imágenes explícitas con las muñecas ensangrentadas o instigándola con la tragedia que supondría un hijo huérfano.
 El segundo, Johnny, surgió como un personaje de ficción.
 Lo creó con la imagen de un tipo apolíneo y cosmopolita. Y lo introdujo en las redes sociales donde Nuria acostumbraba a buscar sus relaciones.
 Fueron semanas de intercambios de mensajes y de insólita complicidad, hasta el extremo de que el impostor acumuló un arsenal de vídeos e imágenes sexualmente explícitas con las que luego pretendió recuperar a su pareja, no percatándose de que su adulterio virtual había sido en propia meta.