Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 nov 2016

Carmen Thyssen se queja de que se hable más de los problemas de su hijo que de su arte..........................E.speranza Codina

La baronesa está “dolida” por el tratamiento del caso de Borja Thyssen con Hacienda y pide “respeto”.

Carmen Cervera, este viernes en Málaga.
Carmen Thyssen está "dolida" por el tratamiento informativo que algunos medios de comunicación están dando a los problemas que su hijo Borja Thyssen tiene con Hacienda y ha pedido “un poco de respeto”.
 “Eso todavía no ha pasado a los tribunales”, ha advertido la baronesa este viernes en Málaga, aprovechando la presentación de la nueva exposición temporal del museo Carmen Thyssen de esta ciudad, La ilusión del Lejano Oeste, que se puede visitar hasta el próximo 19 de marzo.
 Se ha quejado, además, de que se hable más de este caso que de sus colecciones de arte y las de su hijo.
Tita Cervera tenía ganas de hablar.
 Ha llegado con retraso al acto de presentación y antes de empezar, ha comentado que quería decir unas palabras sobre su hijo. 
“Me siento dolida por lo que se ha estado hablando de mi hijo todo este tiempo”, ha justificado.
 Sus palabras llegan apenas dos semanas después de hacerse público que la Fiscalía de Madrid pide dos años de cárcel para Borja Thyssen por un delito contra la Hacienda Pública porque, supuestamente, habría defraudado 592.557,72 euros en el ejercicio de 2007 de la declaración de la renta. 
Según la acusación pública, no lo presentó a pesar de haber residido en España más de 183 días.
La baronesa prácticamente se ha limitado a leer un escrito que ha preparado junto al abogado de su hijo, Pedro Mejías Toro: “Me parece sorprendente que en este país las discrepancias con la Administración, cuando implican a una persona conocida, se debatan en los medios y en muchos casos, dando información que no es correcta o completa”, ha explicado Carmen Thyssen.
 Ha recordado, como insiste desde hace meses la familia, que las “discrepancias” con Hacienda son “técnicas” y que tendrán que ser resueltas en los tribunales “con todas las garantías”.
La baronesa cree que se trata de un asunto sobre el que habría que ser “especialmente cauto” y no buscar “un titular sensacionalista”, y ha invitado a los medios a hablar de otras noticias “más interesantes” relacionadas con el apellido Thyssen, como de su arte del que, dice, se habla poco.
“¿Por qué no se publica más a menudo que España disfruta de una de las mejores colecciones de arte privado del mundo gracias al préstamo gratuito que mi hijo y yo llevamos haciendo durante más de 15 años? 
¿Y también el haber traído la colección Thyssen a España, en el Museo Thyssen? ¿Por qué no se publica que ese préstamo gratuito ha ahorrado a España muchos millones de euros al año o que ha colaborado a incrementar el turismo cultural?”, ha subrayado la baronesa.
 “Como dice muy claramente su abogado, eso todavía no ha pasado a los tribunales”, ha insistido Carmen Thyssen sobre el caso de Borja con Hacienda.

 

“El día que pude asesinar al Rey”

La fiscalía pide nueve años de cárcel para un francotirador que tuvo en el punto de mira a Felipe VI.

Los Reyes saludando tras el acto de proclamación, en 2014. Efe
Santiago Sánchez Ramírez tuvo a Felipe VI en el punto de mira el día de su proclamación como Rey.
 Apostado en la ventana de un hotel del centro de Madrid, este hombre apuntaba al Monarca y lo grababa con un trípode que simulaba un arma de fuego de largo alcance y que incluía una mira telescópica. 
Aunque no quería matar al sucesor de la Corona.
 Al menos, no ha quedado acreditado que esa fuese su intención, según subraya el fiscal, que narra cómo el acusado elaboró después un vídeo con la grabación para "denunciar" los fallos en la seguridad.
 Eso sí, el ministerio público le pide nueve años de cárcel por tenencia de armas y municiones de guerra.

La vista con Sánchez se celebró esta misma semana en la Audiencia Nacional.
 Durante la misma, la acusación pública detalló cómo el procesado publicó en Internet —a través de un blog, una cuenta de YouTube y de Twitter— diversos vídeos que simulaban atentados contra el Felipe VI; su padre, Juan Carlos I; la princesa de Asturias, Leonor; y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entre otras personalidades.
De hecho, además del grabado el día de la proclamación de Felipe VI y difundido bajo el título El día que pude asesinar a Felipe VI, el acusado hizo otro similar el 12 de octubre de 2012, cuando desde una ventana del hotel The Westin Palace de Madrid grabó a Juan Carlos I en la tribuna desde la que presidiría el desfile del día de la Fiesta Nacional y simuló el disparo al Monarca. 
Según el ministerio público, Sánchez aparecía como un francotirador, ocultando su rostro con un pasamontañas y exhibiendo armas de fuego cortas y rifles de precisión con mira telescópica, todas ellas "reales".

Numerosas armas de fuego

De hecho, cuando detuvieron al procesado el 30 de julio de 2014, se encontró en su casa de Torrejón de Velasco y en una nave industrial en Ciempozuelos (Madrid) —donde trabaja— "numerosas" armas de carácter simulado.
 Y en la base de datos de la Guardia Civil consta que el encausado era titular de numerosas armas de fuego reales, algunas utilizadas en los vídeos, desde 2009 hasta 2014.
"Las armas las llevaba en una maleta [hasta los hoteles desde donde grababa]. Eran completamente reales. 
Y pasé con ellas por todos los controles policiales, solo tuve que enseñar mi DNI y decir que iba al hotel. Ya está.
 Nadie me dijo nada. Estuve allí toda la noche y todo el día. 
Y nadie me dijo nada", ha explicado Sánchez a El Confidencial, donde ha defendido que su única intención era denunciar la supuesta "facilidad" de atentar contra el Rey o el presidente del Gobierno.

 

Lassalle y el fiasco cultural del PP......................................................... Borja Hermoso.

El secretario de Estado de Cultura cambia de cargo y deja detrás una gestión de fracasos.

Lassalle, secretario de Estado de Cultura, en 2013.
Con la salida de José María Lassalle (Santander, 1966) de la Secretaría de Estado de Cultura queda claro —por si hacía falta alguna demostración empírica al respecto— que saberse de cabo a rabo todo John Locke, todo Isaiah Berlin, todo Stefan Zweig, todo Ernst Jünger y todo Raymond Aron no garantiza un 10 en el examen.
 En el examen de la gestión política, queremos decir.

Así que, resumiendo: la evaluación de Lassalle como pseudoministro de Cultura en la legislatura recién fenecida (porque esas y no otras son las figuras vergonzantes que el Partido Popular instauró hace tiempo como opciones políticas para administrar un sector que aporta en torno al 3% al PIB y ocupa a medio millón de personas: un pseudoministerio, un pseudoministro y un superministro, el de Hacienda, actuando como un cancerbero para que nadie se mueva) se lleva un suspenso como una catedral.
El alumno Lassalle era, probablemente, el primero de la clase. 
Pero a menudo al primero de la clase, sabido es, le suele caer alguna que otra toba.
 A él le han caído infinidad.
 Del propio mundo de la cultura, por inacción, empecinamiento y falta de compromiso en la defensa del sector.
 De Cristóbal Montoro por la sospecha perenne de que la Cultura solo sabe ser pedigüeña.
 Del ministro/halcón José Ignacio Wert, con quien Lassalle se llevó fatal desde el principio, y que recibió una beca de lujo en forma de vacaciones pagadas en París gracias a haberse cargado 2.000 empresas culturales de este país amén de haber soliviantado a alumnos, padres y profesores.
Y ahora este doctor de Filosofía del Derecho recibe la toba suprema del ministro/superviviente Méndez de Vigo, que le ha señalado la puerta de salida (la trasera, para ser más exactos).
 Es curioso, lo de Méndez de Vigo. Cuando Rajoy le nombró ministro en junio de 2015 como recambio de Wert y ante lo que se antojaba una fecha de caducidad cuasi inmediata corría por los mentideros madrileños de la alta gestión cultural esta bromita en forma de apodo: 
“El ministro del cuarto de hora”.
 Pero resulta que va durando un poquito más y que, por si fuera poco, además ahora es portavoz del Gobierno.
 A eso se le llama un insospechado valor en alza.
Lassalle prometió —y esto era la estrella absoluta en el programa electoral del PP en materia cultural— una Ley de Mecenazgo.
 Esa ley debía contrarrestar no solo los efectos devastadores del 21% de IVA (el más alto de la zona euro), sino también la progresiva desinversión pública en el sector. 
Pero a la vuelta del verano de 2014, Lassalle ya dejó claro que no habría ley o que, como mucho, quedaría diluida en la reforma fiscal del Gobierno.
El segundo gran fracaso de Lassalle atiende al nombre oficioso de el gran fiasco del canon digital. 
 Poco después de su llegada al cargo en diciembre de 2011, el Gobierno decidió que la compensación a los creadores culturales por copia privada debía proceder de las arcas del Estado y no de las empresas tecnológicas, y la cifró en cinco millones de euros. Hasta entonces las entidades de gestión de derechos de autor percibían unos 115 millones.
 No solo el Consejo de Estado avisó a Cultura de que el cambio de normativa sería contrario a la normativa europea.
 Posteriormente, en efecto, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegal la medida. 
La guinda llegó el pasado día 12, cuando el Tribunal Supremo tumbó el proyecto al considerar “inaplicable” el canon digital con cargo a los Presupuestos Generales.
Lassalle, un hombre de cultura metido a político, no se ha entendido ni con el mundo de la cultura ni con el de la política. Culpable de logros no conseguidos y de chapuzas normativas, sí. También víctima propiciatoria de todo un estilo de hacer política cultural por parte de la derecha española, el que se cimenta en la desidia cuando no el desprecio.
 Pero Mariano Rajoy —especialista en premiar a los caídos en acto de servicio— y Soraya Sáenz de Santamaría —verdadera madre espiritual de José María Lassalle en la política española— le dan ahora otra secretaría de Estado: la de Sociedad de la Información y Agenda Digital.
 Se ve que el fiasco del canon no debió de serlo tanto para el Gobierno…
 

 

¿Trabajó Audrey Hepburn para la resistencia en la II Guerra Mundial?........................... Isabel Ferrer

El museo holandés Airborne, dedicado a la batalla de Arnhem, no ha encontrado pruebas que lo confirmen, aunque la biografía de la famosa actriz así lo afirma.

 

La actriz Audrey Hepburn. GTRES
En la prueba de cámara efectuada en Hollywood para ver si Audrey Hepburn se adecuaba al papel de princesa Ana, protagonista de la película Vacaciones en Roma (1953), ella dice que en 1944 ayudó en Holanda a la resistencia bailando en lugares secretos para recoger fondos. 
Atrapada con su madre, la baronesa Ella van Heemstra, en la ciudad de Arnhem durante la II Guerra Mundial, la actriz era entonces una adolescente de 15 años que seguía clases de ballet y tenía talento para la danza.
 El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
 La sala ha reunido, sin embargo, información suficiente para dedicar una exposición a la influencia materna en el despegue de la carrera cinematográfica de su hija.
 Hepburn no solo ganó un Oscar por el filme, y otros muchos a lo largo de su carrera.
 Es uno de los símbolos más reconocibles de buen gusto y estilo.

Los libros dedicados a la artista oscilan entre los álbumes con profusión de fotos de su carrera y vida privada, sus frases célebres y hasta recetas culinarias. 
El conjunto semeja casi una guía de cómo parecerse a Audrey, un reto inalcanzable, por otro lado. 
La etapa de Arnhem apenas se detalla, y el museo holandés no ha podido encontrar pruebas que demuestren que la actriz llevó notas secretas a los resistentes de la ciudad, como señala la biografía firmada por el escritor y periodista estadounidense Barry Paris. Nada aparece en los archivos consultados, desde Bruselas hasta Australia.
 A su vez, han rastreado, sin éxito, los informes de las operaciones Pegasus 1 y 2, ejecutadas por los británicos tras la batalla de Arnhem.
 También es verdad que la actriz solo dijo en Hollywood que bailaba en lugares secretos para recoger dinero para la resistencia, una actividad de la que difícilmente queda huella.
 Por otra parte, uno de sus hermanos fue internado en un campo de trabajo, y uno de sus tíos murió fusilado por los nazis.

Lo que sí ha constatado el centro holandés son los estrechos lazos de la madre de la artista con el fascismo. 
También los del padre, Joseph Hepburn-Ruston.
 De nacionalidad británica y miembro de la Unión Británica de Fascistas, era el segundo marido de la baronesa Van Heemstra, que tenía dos hijos varones de una unión anterior.
 Según ha declarado Sarah Thurlings, directora del Museo Airborne, “la madre de Audrey pertenecía al mismo partido y escribió para su almanaque; hay incluso datos convincentes de que conoció a Hitler en 1935”. 
El padre las abandonó antes de la guerra, la pareja se divorció, “y Ella van Heemstra cortó todos los lazos con la Unión Fascista en 1937”.
Audrey Hepburn, con Mel Ferrer. GTRES
Audrey y su madre, que vivían entonces en Kent (Inglaterra), regresaron a Holanda pensando que se mantendría neutral de estallar la guerra.
 En 1940 Holanda fue invadida por los nazis, y como el resto de la población, ambas pasaron privaciones terribles hasta la liberación. “Aunque no hayamos podido sustentar el episodio de apoyo a la resistencia, queremos mostrar que durante la ocupación no hubo solo dos bandos, esto es, colaboracionistas y resistentes: la vida tuvo entonces grandes zonas grises”, ha añadido Thurlings. La muestra dedicada al formidable empuje materno será abierta el próximo 26 de enero por los dos hijos de la actriz, Sean, cuyo padre era el actor Mel Ferrer, y Luca, del psiquiatra italiano Andrea Dotti. Un poco antes, a partir del 26 de noviembre, el museo municipal de La Haya (Gemeentemuseum) recordará su estrecha relación con el modista francés Hubert de Givenchy, diseñador del vestuario de películas como Desayuno con diamantes, Cómo robar un millón y…, o Encuentro en París
 “Con la ropa de Givenchy me siento protegida”, dijo Audrey, que dedicó la última parte de su vida a colaborar con UNICEF.
 Una forma de diplomacia luego muy extendida entre los actores.