El museo holandés Airborne, dedicado a la batalla de Arnhem, no ha encontrado pruebas que lo confirmen, aunque la biografía de la famosa actriz así lo afirma.
En la prueba de cámara efectuada en Hollywood para ver si Audrey Hepburn se adecuaba al papel de princesa Ana, protagonista de la película Vacaciones en Roma
(1953), ella dice que en 1944 ayudó en Holanda a la resistencia
bailando en lugares secretos para recoger fondos.
Atrapada con su madre, la baronesa Ella van Heemstra, en la ciudad de Arnhem durante la II Guerra Mundial, la actriz era entonces una adolescente de 15 años que seguía clases de ballet y tenía talento para la danza.
El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
La sala ha reunido, sin embargo, información suficiente para dedicar una exposición a la influencia materna en el despegue de la carrera cinematográfica de su hija.
Hepburn no solo ganó un Oscar por el filme, y otros muchos a lo largo de su carrera.
Es uno de los símbolos más reconocibles de buen gusto y estilo.
Los libros dedicados a la artista oscilan entre los álbumes con
profusión de fotos de su carrera y vida privada, sus frases célebres y
hasta recetas culinarias.
El conjunto semeja casi una guía de cómo parecerse a Audrey, un reto inalcanzable, por otro lado.
La etapa de Arnhem apenas se detalla, y el museo holandés no ha podido encontrar pruebas que demuestren que la actriz llevó notas secretas a los resistentes de la ciudad, como señala la biografía firmada por el escritor y periodista estadounidense Barry Paris. Nada aparece en los archivos consultados, desde Bruselas hasta Australia.
A su vez, han rastreado, sin éxito, los informes de las operaciones Pegasus 1 y 2, ejecutadas por los británicos tras la batalla de Arnhem.
También es verdad que la actriz solo dijo en Hollywood que bailaba en lugares secretos para recoger dinero para la resistencia, una actividad de la que difícilmente queda huella.
Por otra parte, uno de sus hermanos fue internado en un campo de trabajo, y uno de sus tíos murió fusilado por los nazis.
Lo que sí ha constatado el centro holandés son los estrechos lazos de la madre de la artista con el fascismo.
También los del padre, Joseph Hepburn-Ruston.
De nacionalidad británica y miembro de la Unión Británica de Fascistas, era el segundo marido de la baronesa Van Heemstra, que tenía dos hijos varones de una unión anterior.
Según ha declarado Sarah Thurlings, directora del Museo Airborne, “la madre de Audrey pertenecía al mismo partido y escribió para su almanaque; hay incluso datos convincentes de que conoció a Hitler en 1935”.
El padre las abandonó antes de la guerra, la pareja se divorció, “y Ella van Heemstra cortó todos los lazos con la Unión Fascista en 1937”.
Audrey y su madre, que vivían entonces en Kent (Inglaterra),
regresaron a Holanda pensando que se mantendría neutral de estallar la
guerra.
Atrapada con su madre, la baronesa Ella van Heemstra, en la ciudad de Arnhem durante la II Guerra Mundial, la actriz era entonces una adolescente de 15 años que seguía clases de ballet y tenía talento para la danza.
El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
El museo Airborne, en la misma localidad, dedicado a la fallida batalla aliada por liberarla, ha investigado a fondo la historia y no ha podido encontrar pruebas que lo confirmen.
La sala ha reunido, sin embargo, información suficiente para dedicar una exposición a la influencia materna en el despegue de la carrera cinematográfica de su hija.
Hepburn no solo ganó un Oscar por el filme, y otros muchos a lo largo de su carrera.
Es uno de los símbolos más reconocibles de buen gusto y estilo.
El conjunto semeja casi una guía de cómo parecerse a Audrey, un reto inalcanzable, por otro lado.
La etapa de Arnhem apenas se detalla, y el museo holandés no ha podido encontrar pruebas que demuestren que la actriz llevó notas secretas a los resistentes de la ciudad, como señala la biografía firmada por el escritor y periodista estadounidense Barry Paris. Nada aparece en los archivos consultados, desde Bruselas hasta Australia.
A su vez, han rastreado, sin éxito, los informes de las operaciones Pegasus 1 y 2, ejecutadas por los británicos tras la batalla de Arnhem.
También es verdad que la actriz solo dijo en Hollywood que bailaba en lugares secretos para recoger dinero para la resistencia, una actividad de la que difícilmente queda huella.
Por otra parte, uno de sus hermanos fue internado en un campo de trabajo, y uno de sus tíos murió fusilado por los nazis.
Lo que sí ha constatado el centro holandés son los estrechos lazos de la madre de la artista con el fascismo.
También los del padre, Joseph Hepburn-Ruston.
De nacionalidad británica y miembro de la Unión Británica de Fascistas, era el segundo marido de la baronesa Van Heemstra, que tenía dos hijos varones de una unión anterior.
Según ha declarado Sarah Thurlings, directora del Museo Airborne, “la madre de Audrey pertenecía al mismo partido y escribió para su almanaque; hay incluso datos convincentes de que conoció a Hitler en 1935”.
El padre las abandonó antes de la guerra, la pareja se divorció, “y Ella van Heemstra cortó todos los lazos con la Unión Fascista en 1937”.
En 1940 Holanda fue invadida por los nazis, y como el resto de
la población, ambas pasaron privaciones terribles hasta la liberación.
“Aunque no hayamos podido sustentar el episodio de apoyo a la
resistencia, queremos mostrar que durante la ocupación no hubo solo dos
bandos, esto es, colaboracionistas y resistentes: la vida tuvo entonces
grandes zonas grises”, ha añadido Thurlings. La muestra dedicada al formidable empuje materno será abierta el próximo
26 de enero por los dos hijos de la actriz, Sean, cuyo padre era el
actor Mel Ferrer, y Luca, del psiquiatra italiano Andrea Dotti. Un poco
antes, a partir del 26 de noviembre, el museo municipal de La Haya (Gemeentemuseum) recordará su estrecha relación con el modista francés Hubert de Givenchy, diseñador del vestuario de películas como Desayuno con diamantes, Cómo robar un millón y…, o Encuentro en París.
“Con la ropa de Givenchy me siento protegida”, dijo Audrey, que dedicó la última parte de su vida a colaborar con UNICEF.
Una forma de diplomacia luego muy extendida entre los actores.
“Con la ropa de Givenchy me siento protegida”, dijo Audrey, que dedicó la última parte de su vida a colaborar con UNICEF.
Una forma de diplomacia luego muy extendida entre los actores.
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