La fiscalía pide nueve años de cárcel para un francotirador que tuvo en el punto de mira a Felipe VI.
Santiago Sánchez Ramírez tuvo a Felipe VI en el punto de mira el día de su proclamación como Rey.
Apostado en la ventana de un hotel del centro de Madrid, este hombre apuntaba al Monarca y lo grababa con un trípode que simulaba un arma de fuego de largo alcance y que incluía una mira telescópica.
Aunque no quería matar al sucesor de la Corona.
Al menos, no ha quedado acreditado que esa fuese su intención, según subraya el fiscal, que narra cómo el acusado elaboró después un vídeo con la grabación para "denunciar" los fallos en la seguridad.
Eso sí, el ministerio público le pide nueve años de cárcel por tenencia de armas y municiones de guerra.
La vista con Sánchez se celebró esta misma semana en la Audiencia Nacional.
Durante la misma, la acusación pública detalló cómo el procesado publicó en Internet —a través de un blog, una cuenta de YouTube y de Twitter— diversos vídeos que simulaban atentados contra el Felipe VI; su padre, Juan Carlos I; la princesa de Asturias, Leonor; y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entre otras personalidades.
De hecho, además del grabado el día de la proclamación de Felipe VI y difundido bajo el título El día que pude asesinar a Felipe VI, el acusado hizo otro similar el 12 de octubre de 2012, cuando desde una ventana del hotel The Westin Palace de Madrid grabó a Juan Carlos I en la tribuna desde la que presidiría el desfile del día de la Fiesta Nacional y simuló el disparo al Monarca.
Según el ministerio público, Sánchez aparecía como un francotirador, ocultando su rostro con un pasamontañas y exhibiendo armas de fuego cortas y rifles de precisión con mira telescópica, todas ellas "reales".
Numerosas armas de fuego
De hecho, cuando detuvieron al procesado el 30 de julio de 2014, se encontró en su casa de Torrejón de Velasco y en una nave industrial en Ciempozuelos (Madrid) —donde trabaja— "numerosas" armas de carácter simulado.Y en la base de datos de la Guardia Civil consta que el encausado era titular de numerosas armas de fuego reales, algunas utilizadas en los vídeos, desde 2009 hasta 2014.
"Las armas las llevaba en una maleta [hasta los hoteles desde donde grababa]. Eran completamente reales.
Y pasé con ellas por todos los controles policiales, solo tuve que enseñar mi DNI y decir que iba al hotel. Ya está.
Nadie me dijo nada. Estuve allí toda la noche y todo el día.
Y nadie me dijo nada", ha explicado Sánchez a El Confidencial, donde ha defendido que su única intención era denunciar la supuesta "facilidad" de atentar contra el Rey o el presidente del Gobierno.