Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 oct 2016

Tavernier y los maestros del cine francés: una declaración de amor.................................. Borja Hermoso

El director firma en el documental 'Viaje a través del cine francés' un exhaustivo y apasionado recorrido por la obra de los grandes directores.

 

Bertrand Tavernier en el Festival Cine de San Sebastian.
Voyage à travers le cinéma français (Viaje a través del cine francés) de Bertrand Tavernier es una película de películas hecha por un director enamorado de los directores
. Es, pues, un acto de amor, aunque no solo. También la enciclopedia compacta y poética –tres horas y cuarto plagadas de información y devoción a partes iguales- sobre los conocimientos técnicos, el genio creativo y las neuras, filias y fobias personales que algunos de los grandes maestros de los años 30, 40, 50, 60 y 70 supieron traducir en películas inolvidables.
Lejos de los dos colosales volúmenes 50 años de cine norteamericano que Tavernier (Lyon, 1941) publicó al alimón con Jean-Pierre Coursodon en 1991, este Viaje se atiene a criterios absolutamente personales y, por lo tanto, subjetivos: al contrario que en aquella obra magna, no hay aquí en el autor de películas como L627, Capitán Conan y La vida y nada más el más mínimo interés por la exhaustividad y sí por el juego de la apuesta y el descarte.
Es, en gran medida, una suerte de memorias, un documental con tintes autobiográficos, ya que estamos ante un cineasta que cuenta su vida a través… del cine y sus gentes.
 Es fácil concluir, viendo esta película y el tono personal y subjetivo que le confiere su autor, que mucho de la madalena de Proust corretea por sus planos. 
Regresan, rescatados, los aromas de la juventud (incluido su ingreso en una clínica de los Alpes para curarse la tuberculosis, la clínica tenía un cineclub los domingos y allí se aficionó al cine) y con ella la rendición incondicional y para siempre por este arte. 
"Es una autobiografía. En cualquier caso no quise hacer una película para la universidad, no soy ni un historiador ni un crítico. Lo que quise hacer es una película que hable de lo que yo siento frente a ciertas películas en cuanto cineasta, y además confrontar eso con ciertos recuerdos de adolescencia y juventud”, comentaba Bertrand Tavernier durante una conversación con este diario en el Festival de San Sebastián, donde se presentó la película tras su paso por Cannes. 

Voyage à travers le cinéma français llegará a las salas francesas el próximo día 12, y a las españolas en el arranque de la primavera. Una serie de ocho capítulos para la televisión, que el director ya tiene editada y que será emitida por la televisión pública francesa, vendrá a completar el viaje, con todo el material que no pudo caber en el largometraje.

Algunas frases para la historia del cine

- En su Viaje... Tavernier se muestra duro con otro de los clásicos, a quien sin embargo define como “un maestro absoluto”: Robert Bresson: “Bresson escribía contra los actores y hablaba mucho de la comparación entre el cine y el teatro… ¡él, que no iba al teatro nunca! 
 Pero donde sí iba era a todas las películas de James Bond, que iba a ver a solas a los cines. ¡Imagínese, va usted un día a ver una de Bond y en la butaca de al lado está Robert Bresson!
 Bueno, pues hubo quien le tuvo en la butaca de al lado. 
En Notas sobre el cinematógrafo escribió muchas cosas que solo eran aplicables a su propio cine, que por otra parte tiene obras maestras absolutas como Pickpocket, Al azar de Baltasar o Un condenado a muerte se ha escapado…”.
- "Al director Edmond T. Gréville, mi amigo, le pagamos la tumba entre varios amigos y algunos estudiantes de cine que eran sus admiradores… algo que no hizo la profesión.
 Él murió pobre y se la pagamos entre varios amigos para que no le metieran en una fosa común.
 Es un episodio que se me quedó grabado para siempre y tenía en la cabeza la idea de, algún día, hacerle justicia y rendirle homenaje. Por eso está en la película”, explica Tavernier, especialmente molesto con el olvido cuando no el desprecio al que muchos cineastas de su país fueron sometidos por sus colegas.

- En la taxonomía de los directores de cine han existido históricamente, a ojos de Bertrand Tavernier, dos subespecies: los buenos, que son los que aceptan seguir el consejo y las lecciones de otros, y los malos, que son los que no lo hacen. Pero una tercera viene a colarse entre ambas: la de quienes, aceptando aprender de los demás, lo hacen pero luego olvidan citar al autor de la lección. También se les puede llamar vampiros, los vampiros del cine, y ahí está Jean Renoir, que un día le dijo al propio Tavernier: “Hago cine para cambiar el curso de la humanidad, soy así de presuntuoso”.
- Otra frase para la historia del cine: Jean Gabin, el duro más vulnerable de la pantalla, confesándole al autor de Voyage à travers le cinema français: “¿Renoir? Como cineasta un genio, como persona una puta”. Gabin hacía referencia a la supuesta sintonía del autor de La gran ilusión con el régimen de Vichy y con Mussolini.
- Jean-Pierre Melville al joven Tavernier, a quien había apadrinado: "Es usted un ayudante de dirección horrible, dedíquese a ser jefe de prensa o a escribir de cine, y así podrá defender las películas mejor”.
“Me hubiera gustado meter a una lista larguísima de directores, pero muchos acabaron quedándose fuera porque la dramaturgia del guion ya no les dejaba sitio… Hay ciertos momentos en el cine en los que, si metes todo, el que habla ya no es el personaje, sino el director.
 Y por eso acabé haciendo ocho episodios extra de 55 minutos para televisión, porque no había sitio para ellos en la película pero yo quería que estuvieran: Guitry, Pagnol, Grémillon, Ophuls, Tati… Martin Scorsese, en su historia del cine americano, a veces le dedica siete líneas a un director, y a mí eso me frustra, no va conmigo.
 Yo, solo con John Ford, me pasaría horas y horas analizando sus relaciones con Dickens, que me parecen apasionantes”, argumenta el director, que necesitó seis años para preparar la película y 80 semanas para montarla. Los protagonistas de este emocionante periplo planteado por el director francés se llaman Jean Renoir y Robert Bresson, Jean-Pierre Melville y Marcel Carné, Jean Vigo y Claude Sautet, François Truffaut y Jean-Luc Godard. 
 Por supuesto, también Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, Jean Gabin y Simone Signoret, Jeanne Moreau y Eddie Constantine… A ellos se suman outsiders que el gran público desconocerá y que Tavernier reivindica no en su conjunto pero sí a través de obras concretas. 
Secundarios de la dirección llamados Jean Sacha, Jean Delannoy o Edmond T. Gréville.
Como ya hizo su gran amigo Martin Scorsese con el cine italiano y el americano en sendos documentales (Il mio viaggio in Italia (Mi viaje a Italia) y Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano), Bertrand Tavernier disecciona las obras clásicas de la cinematografía francesa y a los personajes que las hicieron posibles. 
El resultado: una gigantesca clase magistral no solo a nivel histórico, sino también a nivel técnico.
 Como si de un incesante travelling se tratara, el director va desgranando su sabiduría y su pasión sobre tal plano de La gran ilusión de Renoir, o sobre las explosiones y neuras de Gabin en los rodajes, o acerca de la manía que el escritor Jacques Prévert le tenía a Marcel Carné pese a haber construido juntos películas memorables, o sobre el magisterio de Jean-Pierre Melville y Claude Sautet –los verdaderos padrinos artísticos de Tavernier- o sobre la petición de Godard para que le trajeran al rodaje a los periodistas y críticos que con más dureza le habían tratado, y no a los que ya estaban  rendidos a la causa.
 Y finalmente, sobre la génesis del universo del cineclub que el propio Tavernier vivió en su juventud: la fundación, entre él y algunos más, del Nickel Odéon del Barrio Latino de París, especializado en cine americano; o las proyecciones clandestinas de Octobre à Paris (Octubre en París), la película prohibida de Jacques Panijel sobre la feroz represión de la policía francesa contra los argelinos de la ciudad.

¿Nos hemos cansado definitivamente de Bertín Osborne?......................................... Jose Confuso

Tras ser anunciado como el fichaje del año, la nueva temporada de 'Mi casa es la tuya' en Telecinco acabó ayer con unos más que discretos índices de audiencia.

 La fórmula de éxito del programa de entrevistas podría estar agotada.

Principios de octubre y ya ha terminado la temporada de Mi casa es la tuya.
 ¡Qué rapidez! Mientras en Antena 3 todavía no han estrenado ni Tu cara me suena -toca este viernes-, en Telecinco están ya finiquitando programas. 
No está el horno para estirar demasiado los bollos. Sobre todo, cuando éstos no alcanza los objetivos esperados.
 La segunda temporada del show de Bertín Osborne puede presumir de ser uno de los grandes flops del momento -junto a la decimoséptima edición de GH-.
 De líder de audiencia, de Terminator del share, a quedar disuelto en un mar de indiferencia.
 ¿Alguien ha prestado atención a esta segunda entrega del programa revelación del año pasado? Si hay algo peor que el fracaso estrepitoso es que nadie te haga caso.
 Al menos, en el primer supuesto puedes opositar a programa de culto, pero en el segundo... El asunto pinta mal.
Para cebar esta segunda edición, Bertín ha puesto todo el campechanismo en el asador.
 Se ha convertido más que nunca en su propio personaje. ¡Si hasta ha creado la metacampechanía haciendo que Bustamante llamase por teléfono al omnipresente Miguel Ángel Revilla! 
 Ha tirado de entrevistados entregados a la causa de hacer brillar al presentador.
 Les ha hecho entrar en su juego de ay, yo no sé cocinar y todos han mordido el anzuelo con ganas.
 ¡Si hasta en el último capítulo ha llevado a Paz Padilla exclusivamente para que hiciese la cena! 
Lástima que tanta campechanía no ha terminado de convencer al público.
 Ni sus audiencias han vuelto a ser las que fueron -años luz de los récords que batía en TVE-, ni la repercusión al día siguiente de la emisión ha destacado como antaño
. Pero, ¿qué está pasándole al pobre Bertín? 

Cualquiera que eche un vistazo a los programas de la segunda temporada se dará cuenta de que, en realidad, no ha cambiado nada. Siguen sonando las mismas músicas tristonas, siguen estando las mujeres en la cocina y los hombres hablando de cosas serias -anoche, sin ir más lejos, Chiquito de la calzada conversaba con Bertín mientras Paz Padilla cocinaba- y siguen preguntándose los mismos datos anodinos sobre la infancia de los invitados.
 Pero, mientras en Televisión Española arrasaba, en Telecinco el globo se ha desinflado con asombrosa rapidez.
 Han tenido que llamar a la puerta de La que se avecina para revitalizar los lunes por la noche.
 ¿La excusa? Que Bertín se cambia de casa y todavía no ha grabado programas nuevos. Pero, ¿hubiese sido así de haber reventado las estadísticas?
¿Qué ha pasado para que el regreso de Osborne haya quedado tan eclipsado? ¿Por qué no ha repetido el éxito si la fórmula no ha variado? ¿Qué ha ocurrido en este tiempo? Mejor nos lo vamos preguntando poco a poco:
¿Es esto, de verdad, una temporada? Llamar segunda temporada a cinco capítulos es de chiste.
 Más bien, Telecinco tenía las entregas ya grabadas de la primera temporada y ha querido estrenarlas para ir abriendo boca de cara al cambio de casa del presentador. ¿Podía haberlo montado de otra forma? 
Sin duda. Incluso podía haber planificado mejor el asunto y estrenar temporada por todo lo alto, no con esta sensación de saldo que ha ido cuajando semana tras semanas.
¿Han estado los invitados a la altura? Vender un estreno de temporada con Carlos Moyá y Carolina Cerezuela ya decía mucho de por donde iban a ir los tiros.
 ¡Menudo bajón! Después de haber conseguido que tanto Rajoy como Pedro Sánchez se sentasen en su sofá, esperábamos algo más, la verdad. 
Sobre todo, si nos venden que Osborne tiene decenas de invitados esperando su momento. Azúcar Moreno -¿qué les queda por contar?-, Bustamante o Antonio Banderas como único reclamo internacional.
 Si, al menos, hubiese aparecido por allí Melanie Griffith... 

¿Le queda algo por ofrecer? Los guionistas de Mi casa es la tuya tienen un arduo trabajo por delante. 
Todo lo que hace Bertín Osborne en el programa se ha convertido en cliché. 
Ya nos sabemos lo de los chistes, lo de la cocina y lo de hacerse el tonto con los fogones. ¡Tampoco podemos seguir siempre así!
 Pase que sea la marca de la casa, no estaría de más una vuelta de tuerca y un poco de sorpresa.
 Igual podía aprender a cocinar, por ejemplo. O hacer un intercambio con Las Campos y pasar un día con Terelu mientras María Teresa cocina en casa de Bertín. ¡Innovación, por favor!
¿Y el machismo? En esas tampoco hemos evolucionado. Bertín sigue a la suya, relegando la presencia de las mujeres y haciendo bromas de gusto más que cuestionable. 
Era mucho esperar que tomase cierta consciencia de las críticas recibidas, claro. 
Evidentemente, en esta brevísima temporada tampoco ha podido desplegar tanta ofensa como cuando pasó por allí Sara Carbonero -nos hemos quedado con las ganas de ver a Paula Echevarría acompañando a David Bustamante-, pero todo nos hace pensar que la ¿tercera? temporada traerá un más y peor.
 Qué ganas, ¿verdad? #NO

 

España crecerá un 3,1% este año y el 2,2% en 2017, según el FMI................................................... Amanda Mars

El Fondo eleva las previsiones económicas pese la incertidumbre política, pero detecta un parón a medio plazo.


Mural anunciando la reunión anual del FMI en Washington. AFP
España parece hoy un lugar ingobernable pero con un producto interior bruto indolente.
 La cuarta economía de la zona euro crecerá un 3,1% este año y un 2,2% el siguiente, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, lo que la mantiene como la más dinámica de las grandes desarrolladas.
 La crisis parlamentaria no se ha traducido en un recorte de las previsiones del Fondo.
 Al revés, los técnicos han elevado en medio punto lo que esperaban en julio para 2016 (2,6%) y en una décima su previsión de 2017 (era del 2,1%).

Se trata de una estimación superior a la última oficial del Gobierno 2,7%, de abril, y en línea con la media de los principales departamentos de análisis.
El dato del FMI, publicado este martes en Washington, en el arranque de las reuniones anuales del organismo, resulta un extraño símbolo de estabilidad en un país políticamente convulso.
El ritmo de expansión de este año, ese 3%, casi duplica la media de la zona euro (1,6%), aunque es más lento que el de 2015 y caerá casi un punto en 2016.
 La tendencia es muy preocupante en el medio plazo, porque aún una enorme bolsa de paro que solucionar como para levantar el pie del acelerador.
 Pero en el corto plazo, y con la economía europea constreñida, el PIB de España baila claqué.

El desempleo, el gran problema

Los datos desempleo, en cambio, continúan siendo desalentadores. No hay grandes cambios entre las estimaciones para el mercado de trabajo que el Fondo hizo en sus jornadas de abril.
 La tasa de paro rondará en 19,4% y el 18% en 2016 y 2017.

Solo Grecia está peor, con porcentajes por encima del 20%. En el otro extremo estaría Alemania, que crece mucho menos que España (1,7% y 1,4%) pero sus tasas de desempleados están por debajo del 5%, lo que se considera prácticamente pleno empleo.
 Después de la española, entre las grandes economías de la zona euro, la que más rápida avanza es la germana, seguida de la francesa (1,3% para los dos años). Para Italia, en cambio, el Fondo no espera más que el PIB dé tímidos pasos del 0,8% y 0,9%.

Debilidad en los precios

La debilidad económica general se refleja también en la tendencia de los precios, que apenas aumentan.
 La inflación anual media en España para este 2016 acabará con un descenso del 0,3%, según el Fondo, aunque en 2017 recuperará el ritmo hasta el 1%.
 En el conjunto de la zona euro, las medias serán del 0,3% y del 1,1%, respectivamente.
Además del paro y el lento crecimiento de los próximos años, España tiene un problema de cuentas públicas y, en este caso, la falta de un Ejecutivo estable —tras dos elecciones en las que no se han logrado mayorías suficientes para un acuerdo de gobierno— sí que complica las medidas para solucionarlo.
 Hasta julio, el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas españolas, excluidos los Ayuntamientos, ya equivalía al 3,27% del PIB, lo que aleja el objetivo del 4,6% marcado la Comisión Europea para 2016 Antes de este dato, el pasado abril, el FMI ya advirtió al Gobierno de que eran necesarios más ajustes, pese a los años de austeridad y recortes acumulados.



 

3 oct 2016

La familia de una ex de Kiko Rivera aporta datos clave en la investigación sobre Diana Quer

La familia de Teresa Cabrera Techi, exnovia de Kiko Rivera, ha colaborado muy activamente en la investigación sobre Diana Quer, la joven madrileña desaparecida el pasado 22 de agosto en A Pobra do Caramiñal (A Coruña), según informa El Español
Concretamente Miriam, la hermana pequeña de Techi, fue una de las últimas personas que hablaron con Diana Quer antes de que se le perdiera la pista y su testimonio fue clave para las investigaciones de la Guardia Civil. Así mismo, su hermano también formaba parte del círculo de amistades de la joven desaparecida.
La relación entre los Quer y los Cabrera se inició en 2013 cuando Diana López-Pinel, la madre de Diana, y Fausto Cabrera, el padre de Techi, mantuvieron una relación sentimental.

EL CENTRO DE LA INVESTIGACIÓN
Esta información se conoce el mismo día que ha trascendido que una antena instalada en Taragoña (A Coruña), una localidad a unos 20 kilómetros de A Pobra do Caramiñal (A Coruña), concentra todos los esfuerzos de los investigadores, según informa El Correo.
El motivo es que se trata del último repetidor que captó la señal del teléfono móvil de la joven madrileña.
 Cerca de esta área existen dos zonas sensibles: el puerto del municipio, donde la Guardia Civil envió a su equipo de actividades subacuáticas para peinar el fondo, y Campo Maneiro, un paraje frecuentado por parejas y que se encuentra sito dentro del radio del último repetidor telefónico que captó el teléfono de Diana el 22 de agosto a las 3 de la madrugada.

DIANA QUER