Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 sept 2016

Jane Birkin fue más moderna que tú


Otello nació en Kankakee.......................................................... Rubén Amón

El tenor americano Gregory Kunde abre la temporada del Real y los fastos del bicentenario erigido en el mejor protagonista de la ópera de Verdi.


Fotografía del tenor Gregory Kunde y el barítono George Petean durante el ensayo de 'Otello'. EFE
No estaba previsto que el Otello del siglo XXI pudiera nacer en una localidad de Illinois de resonancias cacofónicas. 
Kankakee se llama.
 Y probablemente la ha puesto en el mapa su vecino más ilustre. Que nació allí en 1954 y que se ha convertido en misionero de la ciudad -24.000 almas- sin pretenderlo ni imaginarlo.

No podía imaginárselo Gregory Kunde ni siquiera habiendo estudiado canto ni desempeñándose como tenor.
 O despeñándose como tenor, más bien, pues su debut en Europa proporcionó a su carrera tantas frustraciones como carcajadas proporcionó a los espectadores de la Ópera de Niza en la temporada de 1984.
Desvaría Wikipedia cuando relaciona aquel acontecimiento -Los pescadores de perlas, Bizet- con un flechazo del público continental.
 Pues sucedió al revés.
 A Kunde se le rompió la voz y se le rompieron los nervios. Parecía malograrse prematuramente una carrera sin ambiciones. Porque Kunde era un “tenorino”, diminutivo de tenor ligerísimo que aspira a papeles ligerísimos y que sólo una mutación inverosímil podría transformarlo en Otello. Casi dándole la vuelta al escarabajo de Kafka.
Y Otello es Kunde.
 O es el Otello del siglo XXI, tal como demuestra su agenda, su reputación, su identificación con el supremo rol verdiano.
 Aquel tenor frágil y pusilánime que interpretaba a Nadir en Niza, que sobrepasó un cáncer de testículos -1994- y que pudo haberse resignado al mejor cantante de Kankakee, se ha erigido en una figura hegemónica del escalafón y en el reclamo de la apertura de la temporada en el Teatro Real este mismo miércoles.
Allí comparece en una suerte de éxtasis conmemorativo. Primero porque Otello implica un recordatorio al quinientos aniversario de la muerte de Shakespeare, cuyo patrimonio teatral permitió a Verdi dar lo mejor de sí mismo (Macbeth, Otello, Falstaff) y explorar hasta sus últimas consecuencias el concepto de la “palabra escénica” en su embrión dramatúrgico.
Y en segundo lugar porque este mismo Otello, ramificado en 13 funciones con la coproducción de la English National Opera, remarca el inicio de los fastos que celebran el bicentenario del Teatro Real. No llegó a concebirse la primera función hasta 1850, pero fue en 1818 cuando se colocó la piedra inaugural.
 Y fue en octubre de 1890 cuando se estrenó Otello en el Teatro Real, dos años después de haberse alumbrado en la Scala de Milán y con una acogida bastante aséptica de los espectadores.
Le corresponde ahora a Gregory Kunde remediar el malentendido.
 Lo hace representando él mismo un caso muy impresionante por su mutación de tenor ligero o ligerísimo a tenor dramático (y viceversa). 
Más o menos como si Fred Astaire se hubiera metamorfoseado en James Cagney, aunque la mayor proeza de semejante "elasticidad" consiste en que Kunde, provisto de una técnica prodigiosa, es capaz de hacer reversible el camino.
Sigue cantando Rossini y Donizetti, como si una mariposa pudiera convertirse en gusano.
 De hecho, el tenor norteamericano conserva en su repertorio, al mismo tiempo, el "Otello" rossiniano y el papel de Verdi.
 El único enlace entre ambos consiste en el trasunto del drama shakespereano, pero compaginarlos equivale pedirle a un boxeador de los pesados que compita a la vez en la categoría de los pesos ligeros.
Y resulta que Kunde lo hace, quizá para cuestionarnos si el Otello que eligió el propio Verdi para su ópera, o sea, Francesco Tamagno, acaso no era menos robusto y corpulento de cuanto hayan podido acreditarlo los Otellos que han representado con más acierto el papel del moro de Venecia en el siglo XX, es decir, el triunvirato absoluto que conforman los casos de Ramón Vinay, Mario del Mónaco y Plácido Domingo (no sobrarían en el banquillo ni James McCracken ni Jon Vickers).
La vida tras el telón del Teatro Real. La institución, inaugurada en 1850, hierve de actividad en su día a día. CARLOS ROSILLO
Kunde es menos “oscuro” que ellos en cuestiones de color vocal, pero ha conseguido una asombrosa equidistancia con el gran repertorio, más o menos como si pudiera permitirse alternar las pruebas de un velocista olímpico con las competiciones de un corredor de fondo.
La temporada que se avecina representa un buen ejemplo al respecto, puesto que su Otello de Madrid, que luego repetirá en Londres, antecede en el propio Teatro Real al estreno de la Norma de Bellini, una nueva incursión belcanista a la que luego suceden experiencias veristas -Andrea Chénier en Roma y Bilbao-, un Trovador londinense y una inmersión en el patrimonio francés -Sansón y Dalila, en Turín- con la que el tenor de Kankakee reivindica su condición de omnívoro.
Es la prueba de que se ha convertido en un cantante total. No forma parte de los tenores más conocidos, pero es probable que este matiz obedezca a que Kunde abjura de la mercadotenia, tiende a evitar los de los estudios de grabación -la excepción es un disco de arias que va a poner en órbita Universal brevemente- en beneficio de una carrera a la antigua usanza: en los teatros, en vivo, como si cada función fuera la última. Y como si Kunde se muriera como Otello, dejando escapar entre sus manos el cabello de Desdémona.







 

11 sept 2016

Nueva York, entre la memoria y la historia

11 de Septiembre

Nueva York, entre la memoria y la historia

15 años después, los miles de víctimas vivas y el presente terrorista impiden que el 11-S sea recordado como un viejo Pearl Harbor

El mayor ataque sufrido por EE UU en su suelo tras la Segunda Guerra Mundial cumple 15 años. 
Los homenajes por los 2.996 muertos y más de 6.000 heridos se han sucedido cada 11 de septiembre y la ciudad de Nueva York y el país entero han tratado de cicatrizar la profunda herida sufrida en su orgullo y en la memoria de sus ciudadanos.

Obama defiende la diversidad como la mayor fortaleza ante el terrorismo....................................Silvia Ayuso

El presidente conmemora por última vez en su mandato el 11-S.

Hillary Clinton abandona el homenaje en Nueva York por un golpe de calor.

Quince años después de los peores atentados que haya sufrido Estados Unidos, la amenaza terrorista ha evolucionado, pero Barack Obama defendió este domingo que la respuesta del país debe seguir siendo la misma: firme y, sobre todo, unida.

 En su última ceremonia de conmemoración del 11-S como presidente, Obama recalcó un mensaje para el próximo inquilino en la Casa Blanca y para todo el país: la diversidad es la esencia de EE UU y lo que lo hace más fuerte, no lo que lo divide.

Obama escucha el himno durante el aniversario del 11-S en el Pentágono. JOSHUA ROBERTS (REUTERS) Reuters-Quality
“Sabemos que nuestra diversidad, el mosaico que compone nuestra herencia, no es una debilidad, sino que es y siempre será una de nuestras mayores fortalezas", dijo Obama en una ceremonia celebrada en el Pentágono, uno de los lugares atacados hace 15 años y donde fallecieron 184 de las casi 3.000 víctimas del 11-S.
“Esa es la América que fue atacada esa mañana de septiembre.
 Esa es la América a la que debemos permanecer fieles”, subrayó.
La amenaza terrorista ha “evolucionado” en estos 15 años.
 La fuerte respuesta ante el 11-S ha hecho que los terroristas apuesten ahora por ataques a menor escala como los perpetrados en los últimos años contra la maratón de Boston, en San Bernardino o contra un club nocturno en Orlando este mismo verano, recordó Obama
. Las organizaciones terroristas como Al Qaeda o el Estado Islámico (ISIS) “saben que nunca podrán derrotar a una nación tan fuerte como EE UU”, sostuvo el mandatario. 
Y es por eso por lo que basan su estrategia en “intentar aterrorizarnos con la esperanza de poder provocar el suficiente miedo para que nos volvamos los unos contra los otros, que cambiemos lo que somos o cómo vivimos”. De ahí la importancia, ante esta “ideología del odio”, de “reafirmar nuestro carácter como nación, como gente procedente de todas las partes del mundo, de cada color, de cada religión y de ascendencia diferente”.
Que Obama dedicara buena parte de los casi diez minutos de discurso a defender la unidad del país y el respeto a la diversidad no es casualidad en un Estados Unidos sumido en una dura campaña electoral en la que se han escuchado mensajes abiertamente xenófobos y racistas en boca de uno de los candidatos.
Ser fiel al espíritu de un día como este requiere, insistió Obama, “defender no solo nuestro país, sino nuestros ideales”. 
Y eso significa “asegurarnos de que somos fieles a lo mejor de nosotros y que no dejamos que otros nos dividan”, insistió.
A su llegada al Pentágono, Obama depositó una corona de flores en honor de las víctimas fallecidas en este lugar cuando el vuelo 77 de American Airlines se estrelló a las 9:37 de la mañana contra un ala de la sede del Departamento de Defensa estadounidense, justo a las afueras de Washington y a pocos kilómetros de la Casa Blanca.
Previamente, el presidente estadounidense había guardado, en la Casa Blanca y lejos de las cámaras, un minuto de silencio.
 Lo hizo, al igual que el resto del país, a las 8:46 de la mañana, la hora en que se estrelló el primero de los aviones secuestrados 15 años atrás, el vuelo 11 de American Airlines, contra la torre Norte de las Torres Gemelas de Nueva York.

Clinton abandona el homenaje en Nueva York

Los aspirantes a sucederlo en la Casa Blanca tras las elecciones del próximo noviembre, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, hicieron una pausa en sus campañas y coincidieron en la ceremonia principal celebrada en la zona cero de Nueva York, donde también se congregaron autoridades locales y federales.

Clinton abandonó precipitadamente el acto, en torno a las 10 de la mañana, al sufrir un golpe de calor, según explicaron fuentes de su campaña.
 La candidata se encuentra descansando en casa de su hija, en la ciudad.
 El incidente podría volver a desatar los ataques de la campaña republicana que han puesto en duda la salud de la exsecretaria de Estado y romper así la breve tregua que se habían dado los equipos electorales para conmemorar un día marcado a fuego en la memoria del país.
“Nunca olvidaremos el horror del 11 de septiembre de 2001. Honremos hoy la vida y el enorme espíritu de las víctimas y de los que las atendieron”, dijo Clinton en un mensaje compartido por las redes sociales.