Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 jun 2016

La mayor matanza en EE UU desde el 11-S..................................... Joan Faus

El agresor, muerto en un enfrentamiento con la Policía, irrumpió a tiros en el local.

 Amigos y familiares de los atacados en el club Pulse de Orlando, en las inmediaciones del local. STEVE NESIUS (REUTERS) REUTERS-QUALITY

Al menos 50 personas murieron la madrugada de este domingo en una matanza en un club nocturno de Orlando (Florida), en el que supone el peor tiroteo múltiple de la historia de Estados Unidos.
 Los primeros indicios apuntan a un único tirador que murió abatido por la policía.
 Hay 53 personas heridas. Las autoridades todavía no han revelado la identidad del tirador, pero, según la cadena televisiva CNN, se trata de Omar Siddique Mateen, un hombre nacido en Nueva York de padres afganos. 
Según la cadena, el FBI tiene "sospechas de que suscribía una ideología islámica radical". El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha asumido la autoría del atentado perpetrado. La reivindicación ha sido publicada por la agencia de noticias Amaq, considerada afín al grupo yihadista.
No obstante, su padre, Mir Seddique, ha afirmado en declaraciones a NBC que no cree que el ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a motivaciones homófobas. 
"No tiene nada que ver con la religión", ha subrayado el progrenitor, que ha indicado que su hijo se enfadó hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose.
La matanza en Pulse, una discoteca popular entre la comunidad gay de esta ciudad turística, vuelve a colocar a EE UU ante el pánico del yihadismo y de la violencia armada.
 Y condicionará las elecciones presidenciales de noviembre y los siete meses restantes de mandato de Barack Obama.
Amigos y familiares de los atacados en el club Pulse de Orlando, en las inmediaciones del local. STEVE NESIUS (REUTERS) REUTERS-QUALITY
Al menos 50 personas murieron la madrugada de este domingo en una matanza en un club nocturno de Orlando (Florida), en el que supone el peor tiroteo múltiple de la historia de Estados Unidos. Los primeros indicios apuntan a un único tirador que murió abatido por la policía.
 Hay 53 personas heridas. Las autoridades todavía no han revelado la identidad del tirador, pero, según la cadena televisiva CNN, se trata de Omar Siddique Mateen, un hombre nacido en Nueva York de padres afganos. Según la cadena, el FBI tiene "sospechas de que suscribía una ideología islámica radical". 
El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha asumido la autoría del atentado perpetrado. La reivindicación ha sido publicada por la agencia de noticias Amaq, considerada afín al grupo yihadista.
No obstante, su padre, Mir Seddique, ha afirmado en declaraciones a NBC que no cree que el ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a motivaciones homófobas. "No tiene nada que ver con la religión", ha subrayado el progrenitor, que ha indicado que su hijo se enfadó hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose.
La matanza en Pulse, una discoteca popular entre la comunidad gay de esta ciudad turística, vuelve a colocar a EE UU ante el pánico del yihadismo y de la violencia armada.
 Y condicionará las elecciones presidenciales de noviembre y los siete meses restantes de mandato de Barack Obama.
En caso de confirmarse los motivos yihadistas, se trataría del peor ataque tras los atentados del 11-S en 2001, en que murieron cerca de 3.000 personas. 
El tiroteo llega a los seis meses de que una pareja de simpatizantes islamistas radicales matara a más de una decena de personas en San Bernardino (California).
El origen afgano incomodará profundamente en EE UU, un país que desde 2001, impulsa una cara intervención militar contra los talibanes en el país centroasiático, en la que es la guerra más larga librada por la primera potencia.
El agente especial del FBI Ronald Hopper declinó, en una rueda de prensa, identificar al autor de la masacre y dijo que todavía no se ha determinado si se trata de un crimen de odio, un acto terrorista o uno criminal.
 Sin embargo, el hecho de que Muhammad Musri, representante de la Sociedad Islámica del Centro de Florida, participara en la comparecencia ante los medios revela que el sospechoso puede ser musulmán.


Amigos y familiares de los atacados en el club Pulse de Orlando, en las inmediaciones del local. STEVE NESIUS (REUTERS) REUTERS-QUALITY
Al menos 50 personas murieron la madrugada de este domingo en una matanza en un club nocturno de Orlando (Florida), en el que supone el peor tiroteo múltiple de la historia de Estados Unidos. Los primeros indicios apuntan a un único tirador que murió abatido por la policía. Hay 53 personas heridas. Las autoridades todavía no han revelado la identidad del tirador, pero, según la cadena televisiva CNN, se trata de Omar Siddique Mateen, un hombre nacido en Nueva York de padres afganos. Según la cadena, el FBI tiene "sospechas de que suscribía una ideología islámica radical". El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha asumido la autoría del atentado perpetrado. La reivindicación ha sido publicada por la agencia de noticias Amaq, considerada afín al grupo yihadista.
No obstante, su padre, Mir Seddique, ha afirmado en declaraciones a NBC que no cree que el ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a motivaciones homófobas. "No tiene nada que ver con la religión", ha subrayado el progrenitor, que ha indicado que su hijo se enfadó hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose.
La matanza en Pulse, una discoteca popular entre la comunidad gay de esta ciudad turística, vuelve a colocar a EE UU ante el pánico del yihadismo y de la violencia armada. Y condicionará las elecciones presidenciales de noviembre y los siete meses restantes de mandato de Barack Obama.
En caso de confirmarse los motivos yihadistas, se trataría del peor ataque tras los atentados del 11-S en 2001, en que murieron cerca de 3.000 personas. El tiroteo llega a los seis meses de que una pareja de simpatizantes islamistas radicales matara a más de una decena de personas en San Bernardino (California).
El origen afgano incomodará profundamente en EE UU, un país que desde 2001, impulsa una cara intervención militar contra los talibanes en el país centroasiático, en la que es la guerra más larga librada por la primera potencia.
El agente especial del FBI Ronald Hopper declinó, en una rueda de prensa, identificar al autor de la masacre y dijo que todavía no se ha determinado si se trata de un crimen de odio, un acto terrorista o uno criminal. Sin embargo, el hecho de que Muhammad Musri, representante de la Sociedad Islámica del Centro de Florida, participara en la comparecencia ante los medios revela que el sospechoso puede ser musulmán.
Musri dijo que se cree que el agresor no estaba conectado a una red o tuvo ayuda de otras personas. Las autoridades tratan de recabar información sobre el sospechoso y cómo obtuvo las armas.
El tiroteo en el club Pulse se inició alrededor de las 2 de la madrugada, hora local. El tirador, según la policía, utilizó una pistola corta y un rifle de asalto. Hubo unos primeros disparos fuera de la discoteca antes de que accediera al local y abriera fuego. Retuvo a algunos asistentes hasta morir tiroteado por la policía.
El de Orlando es el tiroteo múltiple número 173 de este año en EE UU, según datos del portal Mass Shooting Tracker. Como tiroteo masivo se entiende el que causa al menos cuatro víctimas mortales, excluyendo al autor de los disparos.
Amigos y familiares de los atacados en el club Pulse de Orlando, en las inmediaciones del local. STEVE NESIUS (REUTERS) REUTERS-QUALITY
Al menos 50 personas murieron la madrugada de este domingo en una matanza en un club nocturno de Orlando (Florida), en el que supone el peor tiroteo múltiple de la historia de Estados Unidos. Los primeros indicios apuntan a un único tirador que murió abatido por la policía. Hay 53 personas heridas. Las autoridades todavía no han revelado la identidad del tirador, pero, según la cadena televisiva CNN, se trata de Omar Siddique Mateen, un hombre nacido en Nueva York de padres afganos. Según la cadena, el FBI tiene "sospechas de que suscribía una ideología islámica radical". El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha asumido la autoría del atentado perpetrado. La reivindicación ha sido publicada por la agencia de noticias Amaq, considerada afín al grupo yihadista.
No obstante, su padre, Mir Seddique, ha afirmado en declaraciones a NBC que no cree que el ataque protagonizado por su hijo se deba a motivos religiosos sino a motivaciones homófobas. "No tiene nada que ver con la religión", ha subrayado el progrenitor, que ha indicado que su hijo se enfadó hace dos meses cuando, durante una visita a Miami, vio a dos hombres besándose.
La matanza en Pulse, una discoteca popular entre la comunidad gay de esta ciudad turística, vuelve a colocar a EE UU ante el pánico del yihadismo y de la violencia armada. Y condicionará las elecciones presidenciales de noviembre y los siete meses restantes de mandato de Barack Obama.
En caso de confirmarse los motivos yihadistas, se trataría del peor ataque tras los atentados del 11-S en 2001, en que murieron cerca de 3.000 personas. El tiroteo llega a los seis meses de que una pareja de simpatizantes islamistas radicales matara a más de una decena de personas en San Bernardino (California).
El origen afgano incomodará profundamente en EE UU, un país que desde 2001, impulsa una cara intervención militar contra los talibanes en el país centroasiático, en la que es la guerra más larga librada por la primera potencia.
El agente especial del FBI Ronald Hopper declinó, en una rueda de prensa, identificar al autor de la masacre y dijo que todavía no se ha determinado si se trata de un crimen de odio, un acto terrorista o uno criminal. Sin embargo, el hecho de que Muhammad Musri, representante de la Sociedad Islámica del Centro de Florida, participara en la comparecencia ante los medios revela que el sospechoso puede ser musulmán.
Musri dijo que se cree que el agresor no estaba conectado a una red o tuvo ayuda de otras personas. Las autoridades tratan de recabar información sobre el sospechoso y cómo obtuvo las armas.
El tiroteo en el club Pulse se inició alrededor de las 2 de la madrugada, hora local. El tirador, según la policía, utilizó una pistola corta y un rifle de asalto. Hubo unos primeros disparos fuera de la discoteca antes de que accediera al local y abriera fuego. Retuvo a algunos asistentes hasta morir tiroteado por la policía.
El de Orlando es el tiroteo múltiple número 173 de este año en EE UU, según datos del portal Mass Shooting Tracker. Como tiroteo masivo se entiende el que causa al menos cuatro víctimas mortales, excluyendo al autor de los disparos.

 

¡Igualito que papá! George de Cambridge 'recicla' el 'look' del príncipe Guillermo


guillermo-george
 En apenas cinco semanas, el pequeño príncipe George de Cambridge soplará las velas de su tercer cumpleaños.
 El tiempo pasa volando, y con los años George se parece cada vez más a su padre, el príncipe Guillermo
 . Nos recuerda a él en los rasgos, en algunos gestos... y también en la forma de vestir, ya que parece que los Duques de Cambridge se apuntan a la tendencia de pasar las prendas de una generación a otra.
 

 La princesa Charlotte, protagonista con su adorable reacción en su primer saludo desde el balcón de palacio
El príncipe George acudió junto al resto de la familia al tradicional actro Trooping the Colour, fastuosa ceremonia militar con la que se celebra el aniversario de la reina Isabel II
. Llegado el momento del saludo desde el balcón, probablemente quien acaparó el protagonismo fue su hermanita, la princesa Charlotte, por ser la primera vez que participaba en un acontecimiento de estas características. 
Pero el príncipe George, tan guapo y simpático como siempre, también llamó la atención de los 'royal fans', especialmente por ser un auténtico déja vù de su padre cuando era pequeño.


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La princesa Charlotte, protagonista con su adorable reacción en su primer saludo desde el balcón de palacio


Los sueños.................................................................... Manuel Vicent

Con la cabeza en la almohada cada insomne afronta con una estrategia distinta la dura travesía de la noche.

Contar ovejas es un conocido ejercicio mental contra el insomnio. Getty Images
Creen algunos que alcanzar un sueño significa satisfacer un deseo imposible o llegar a una meta que siempre parece alejarse y para conseguir este propósito los más osados están dispuestos a cualquier heroísmo o villanía; en cambio, otros piensan que alcanzar un sueño solo significa dormir y los más simples se limitan a contar ovejas con la luz apagada.
 Dormir parece una empresa muy poco arriesgada, pero puede que el insomne con los ojos abiertos en la oscuridad se vea obligado también a realizar grandes hazañas imaginarias, que no desmerecen a las que realizan en la práctica los héroes o los villanos para conquistar un ideal
. Con la cabeza en la almohada cada insomne afronta con una estrategia distinta la dura travesía de la noche
Unos se ponen nostálgicos y remontan el río de la memoria hasta la infancia donde se sienten inexpugnables recreando el olor de aquel desván, el sabor de la mermelada de la abuela, los juegos en las tardes de verano, o el placer de las primeras caricias en la playa.
 El nombre olvidado de aquella niña impide conciliar el sueño y uno se da otra vuelta en la cama para ver si encuentra su rostro al otro lado de la oscuridad
. Recordar su nombre es toda una proeza. Otros insomnes se ponen metafísicos y se entretienen tejiendo y destejiendo las múltiples variaciones del azar que han conformado su vida; se preguntan qué habría pasado si aquel determinado día hubiera estado en otro lugar y comienzan a rehacer su destino a la medida de los deseos.
 Otros se ponen guerreros y convierten el insomnio en un baluarte para atacar a sus enemigos o se erigen en héroes galácticos, en vengadores de la injusticia, en artistas famosos, en creadores
. Otros se inventan una gran historia de amor y en el momento en que la amada va a entregarse, por fin se quedan dormidos.
 Son hazañas que siempre suceden en la cama.

 

La ciencia de Nabokov.............................................. Rodrigo Fresán

El escritor ruso se veía a sí mismo como un científico que narraba historias.

 Un nuevo libro trata de relacionar su obra con el vuelo de las mariposas.


Esquema detallado del ala de una mariposa. Vladimir Nabokov Archive, Berg Collection, New York Public Library, Wylie Agency LLC
Fue Franz Kafka quien dijo aquello de que “en la ciencia uno intenta contarle a la gente algo que nadie sabía hasta ese momento de manera en que pueda ser comprendido por todos. Pero en la poesía sucede exactamente lo opuesto”.

Esquema detallado del ala de una mariposa. Vladimir Nabokov Archive, Berg Collection, New York Public Library, Wylie Agency LLC
Fue Franz Kafka quien dijo aquello de que “en la ciencia uno intenta contarle a la gente algo que nadie sabía hasta ese momento de manera en que pueda ser comprendido por todos. Pero en la poesía sucede exactamente lo opuesto”.
Así, en principio, nada le interesaba menos a ­Kafka (más preocupado por su singular poética que enseguida resulta universal) que, por ejemplo, proponer alguna explicación biológica para lo que Gregor Samsa descubre que le ha sucedido en la primera línea de La metamorfosis.
Es más: Kafka dejó instrucciones —en una carta a su editor— para que esa criatura jamás fuese dibujada para ilustrar su libro.
 Kafka quería que el lector supiese tan poco como Samsa sobre su nuevo cuerpo y apariencia.
A los profesionales de la bata blanca les atrae la posibilidad de hallar un orden secreto en el caos de lo creativo
Lo que el escritor checo promovía en su entendimiento del yin y yang de lo científico y lo poético era, en realidad, una muestra más de un conflicto tan antiguo como el mundo
. La idea es que el inexacto arte escrito es lo que narra, mientras que las ciencias más o menos exactas nos ayudan a contar.
 Distraerse con uno y concentrarse con las otras entonces.
 Lo real y lo irreal, mejor cada uno por su lado y cada quien en su sitio, y no agitar ni mezclar antes de su uso.
Al poco tiempo de que Kafka se negara a toda representación visual de su Samsa metamorfoseado —en un mundo nuevo donde todo era ciencia—, semejante prohibición probó ser irresistible de desobedecer para el escritor Vladímir Nabokov, quien concluyó sin dudarlo que se trataba de “un simple escarabajo grande” mientras procedía a bosquejarlo en pizarras y apuntes para sus conferencias en la Cornell University, añadiendo que “Kafka construyó su lenguaje a partir de los términos del derecho y de la ciencia, dándoles una suerte de precisión irónica donde no había sitio para que se inmiscuyesen los sentimientos más íntimos del autor”.
En resumen: para Nabokov, Kafka era un científico que escribía y narraba historias.
Y Nabokov para Nabokov, también.
Compartativa de los esquemas de máculas en 'Cells M3' y 'CuA1' en el revés de las alas traseras, incluido en el archivo Vladimir Nabokov en la colección Berg, New York Public Library. The Wylie Agency LLC.
Gozoso padecedor del don/estigma de la sinestesia (el síndrome de ver letras en colores), Nabokov definió “la textura del tiempo” de su Van en Ada o el ardor a partir de los postulados de Martin Gardner en El universo ambidiestro, y dedicó buena parte de su tiempo al estudio de las mariposas de la subvariedad blue 
. Luego de años de observación, Nabokov tuvo la intuición de un posible rumbo alternativo para las varias (y no única, como se creía) migraciones de esta especie sudamericana 
 Los profesionales del asunto de por entonces se rieron del entregado amateur, quien siempre dijo que, de no haber tenido lugar la revolución rusa, jamás hubiese escrito una novela —y hubiera optado por perseguir y alcanzar insectos—. Y restaron importancia a sus sketches de alas y antenas.
 Ahora estos dibujos, acompañados por estudios donde se relaciona la mecánica del vuelo con la estructura novelesca en la obra del autor, acaban de reunirse en el precioso volumen publicado por Yale University Press,  Fine Lines: Vladimir Nabokov’s Scientific Art (que viene a sumarse a los ya editados sobre el tema Nabokov’s Butterflies: Unpublished and Uncollected Writings y Nabokov’s Blues: The Scientific Odyssey of a Literary Genius). 
Dibujados a lo largo y ancho de los moteles made in USA en los que el hombre se alojaba junto a su red y sus alfileres mientras, de paso, tomaba notas para una novela con nínfula mariposeante de nombre Lolita
 El que, mucho tiempo después de muerto Nabokov, se haya probado fehacientemente —más allá y por encima de lo opuesto y lo exacto— que él estaba en lo cierto en cuanto a los movimientos de los colores de los lepidópteros, no deja de ser un acto de justicia poética. O, si se prefiere —da igual, por encima y más allá de lo opuesto y de lo exacto—, de justicia científica.
A los profesionales de bata les atrae la posibilidad de hallar algún orden secreto en el caos de lo creativo.
 Esta separación de campos y polaridades es, por supuesto, más que engañosa y muy representativa de nuestro presente.
 Como bien avisó J. G. Ballard —de formación psiquiátrica—, “en los últimos tiempos, la ciencia se basa más y más no en la tradicional naturaleza de las ecuaciones, sino en los términos inestables de las obsesiones de aquellos sujetos, todos nosotros, para quienes se investiga.
 Llevamos viviendo ya muchos años en un inmenso laboratorio desbordante de máquinas que no es otra cosa que una inmensa novela”.
Tal vez de ahí el que ahora se multipliquen los textos de divulgación científica ocupándose de inspiraciones súbitas, impulsos narrativos y ocurrencias impredecibles —después de siglos de soportar esas risas operísticas del Fausto de turno entre truenos y rayos y probetas de científicos locos, inventados por la literatura—.
 Mal que le pese a Kafka, circulan por ahí tesis que apuestan a que el estudio de su obra permite explicar cómo la exposición a amenazas sirve para el aprendizaje de una gramática artificial
. O algo así.

Y, claro, el autor de El proceso no fue, ni es, ni será el único en haber sido analizado bajo telescópicos microscopios.
 Hay libros y tesis que se arriesgan a un seguimiento desde el punto de vista astronómico (y alquímico y astrológico) de Don Quijote; a hacer comulgar al críptico y encriptado Finnegans Wake, de James Joyce, con la física cuántica; a sumar y restar alrededor de Borges; o que se valen de la prosa serpenteante de Marcel Proust (quien aseguraba que “nadie nos entrega la verdad, sino que debemos creerla por nosotros mismos”) para explicar que la descodificación y ordenación de un puñado de signos escritos no está incluida en una simple app del disco duro del hombre que se pueda abrir sin más, sino que se trata de una suerte de más o menos azarosa mutación que todo individuo debe desarrollar mediante el aprendizaje, porque “nuestros cerebros nunca fueron cableados para la lectura o la escritura”
. De ahí que a muchas personas les cueste mucho leer y muchísimo escribir. O algo así.
Tras ellos, y en estampida, galopan y arrollan cada vez más todos esos estudios preapocalípticos (como los de Nicholas Carr y Sven Birkerts) que advierten acerca de la erosión que Google & Co. provoca en nuestras mentes, y de lo que en ellas sucede químicamente cada vez que nos adentramos en un “Había una vez…”; los que no titubean a la hora de reducir a todas las historias jamás imaginadas o vividas por el ser humano a siete tramas básicas y que se repiten y funden en diferentes combinaciones; los que se zambullen de cabeza, y con los ojos bien abiertos, en un estudio evolutivo del cómo y por qué y para qué contar historias. 
Sobre esto trata On the Origin of Stories: Evolution, Cognition and Fiction, un denso pero muy divertido ensayo firmado por Brian Boyd, biógrafo  obsesivo y máxima autoridad en la vida y obra de Vladímir Nabokov, quien defiende —por oposición y exactitud, con sentimiento y frialdad, fundiendo tonalidades— que, además de mariposas en el estómago, también, al mismo tiempo, se pueden tener mariposas en el cerebro. O un simple escarabajo grande.