11 jun 2016
Joyce, un imán para el arte y la ciencia........................................... Eduardo Lago
El legado del autor modernista ha despertado interés mucho más allá de los confines de la literatura.
Como cada año, el próximo 16 de junio, fecha en la que transcurre la acción de Ulises, la obra maestra de James Joyce, se celebrará en numerosas ciudades del mundo la jornada conocida como Bloomsday en honor a las peripecias del protagonista, Leopold Bloom, por Dublín.
Pese a su proverbial dificultad, a seis años de cumplirse el centenario de su publicación, la centralidad de Ulises (1922) en el canon de la literatura universal es algo que a pocos se les ocurre cuestionar.
En el ámbito de la cultura anglosajona, el veredicto es unánime.
A modo de síntoma, baste señalar que en la lista de las 100 mejores novelas escritas en inglés durante el siglo XX elaborada por la prestigiosa Modern Library figuran las tres que escribió Joyce.
El primer lugar lo ocupa Ulises; el tercero, Retrato del artista adolescente (1916), cuyo centenario se celebra este año, en tanto que Finnegans Wake (1939), considerada también por consenso la novela más difícil de todos los tiempos, ocupa el número 77.
El influjo de Joyce en la novelística universal es incalculable
. Desde que el autor vivía, su obra y su figura siguen generando toda suerte de exégesis, secuelas y comentarios que se van agregando a una bibliografía de proporciones ingobernables.
Además de en la literatura, la obra de Joyce ha despertado considerable interés en los ámbitos del arte y la ciencia. Finnegans Wake es una suerte de imán para artistas de numerosas latitudes, que intentan traducir a imágenes plásticas la vitalidad de un texto que responde a la voluntad de forjar un lenguaje literario universal a partir de más de 80 idiomas naturales, con el inglés como sustrato.
En el ámbito de la ciencia, el interés por Joyce es palpable en disciplinas como la astrofísica, con casos como la celebrada adopción del término quark por parte de Murray Gell-Mann, físico teórico quien, necesitado de un vocablo que le sirviera para designar ciertas partículas subatómicas, lo encontró en las páginas de Finnegans Wake.
Hace unos meses, un grupo de investigadores del Instituto de Física Nuclear de Polonia publicó un estudio en el que se analizaba la presencia de fractales en ciertas obras literarias.
El caso más acusado de la coincidencia entre estructuras lingüísticas y matemáticas era Finnegans Wake, con mucha diferencia sobre el resto de las obras analizadas
. Como parte del aluvión de títulos que giran en torno al legado de Joyce, cabe señalar la aparición de tres obras recientemente traducidas al castellano.
El oficio de escribir (La Balsa de la Medusa) vierte a nuestro idioma un estudio de Giorgio Melchiori publicado originalmente en 1994.
Se trata de un comentario de conjunto a medio camino entre la exégesis académica y el intento por llegar al lector medio, enfatizando la importancia de lo italiano en la obra del irlandés. Conversaciones con James Joyce (Diego Portales) plantea un tipo de problema muy distinto.
Se trata de una reconstrucción efectuada por Arthur Power, quien gozó de la amistad de Joyce en los años veinte.
Varias décadas después, en 1974, se publicó su versión de las conversaciones que mantuvo con el escritor.
Estamos ante un caso de “memoria novelada” en la que el lector está a merced de un testimonio en buena medida incontrastable
. Independientemente de los méritos literarios que pueda tener Joyce y las gallinas, de Anna Ballbona, finalista del primer Premio Anagrama de novela en catalán, la incidencia del autor irlandés en la obra se circunscribe al título y a algunos comentarios, a veces extensos, pero tangenciales, sobre el reto que supone leer a Joyce, en particular Finnegans Wake.
La editorial argentina Cuenco de Plata anunciaba para ayer la aparición de la primera traducción castellana de la obra final de Joyce.
Su traductor, Marcelo Zabaloy, es también responsable (junto con Edgardo Russo, editor de Cuenco de Plata) de la cuarta versión castellana de Ulises publicada ahora hace un año. Russo falleció repentinamente en vísperas de la presentación de su trabajo en unas jornadas sobre Joyce celebradas en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
La aparición de estas dos traducciones plantea una cuestión urgente: ¿es válido traducir obras de vocación tan universal como las de Joyce a una sola de las variantes regionales del español con exclusión de las demás?
Eduardo Lago coordinará una traducción panhispánica de Ulises bajo los auspicios del Instituto Caro y Cuervo.
Estrellas fugaces y perdedores.......................................................... Fernando Garea
La historia democrática ha dejado en el camino aspirantes a la presidencia fracasados. Zapatero, el único que nunca perdió.
“Perseguí el fuego del poder y contemplé cómo la esperanza quedaba
reducida a cenizas”, dejó dicho el escritor canadiense Michael
Ignatieff, tras una breve y fracasada experiencia política que terminó
con una amplia derrota electoral.
Su experiencia de fuego y cenizas, de aspirar a lo más alto en unas
elecciones y tener que retirarse sin conseguir su objetivo, la han
vivido en España en el periodo constitucional media docena de políticos
y, con una excepción, todos los líderes han pasado en algún momento por
la experiencia de la derrota. La excepción es José Luis Rodríguez Zapatero,
el único que ha llegado a presidente del Gobierno en el primer intento y
el único también que nunca ha perdido unas elecciones generales.
Con las siglas del PSOE han aspirado a ser presidente del Gobierno, tras ser nombrados candidatos, Felipe González, José Borrell, Joaquín Almunia, Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y Pedro Sánchez.
Hasta hoy lo han conseguido dos de los seis.
González es el que más tiempo ha sido presidente (de 1982 a 1996), tras ganar cuatro veces, tres de ellas con mayoría absoluta, pero perdió dos veces antes y se retiró tras una derrota electoral frente a José María Aznar.
La condición de invicto de Zapatero no será igualada el 26-J, porque los cuatro aspirantes principales (Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias) han sido derrotados en alguna ocasión.
Sánchez ha perdido ya unas elecciones como candidato a la presidencia y repite el 26-J.
Es el único político con investidura fallida y, si en esta ocasión, como indican las encuestas, no gana engrosará la lista de estrellas políticas fugaces y perdedores, con dos derrotas en su haber.
Es decir, puede ser el que más lejos ha llegado de todos los líderes que han sido reducidos a cenizas en unas generales, tras ser propuesto por el Rey para la investidura fracasada.
En esa lista con origen de fuego y final de cenizas se encuentran Joaquín Almunia y Alfredo Pérez Rubalcaba, con una sola comparecencia electoral y una derrota cada uno.
Los dos exlíderes socialistas llevan también en su currículum haber logrado los que eran en su momento los peores resultados del PSOE y haber visto al PP sacar holgadas mayorías absolutas. En la derecha, bajo las siglas de Alianza Popular y luego del Partido Popular, ha habido cuatro aspirantes:
Manuel Fraga, Antonio Hernández Mancha, José María Aznar y Mariano Rajoy. Solo los dos últimos lo han conseguido.
Aznar fue candidato en cuatro ocasiones y perdió dos, en otra tuvo mayoría simple y en la otra absoluta.
Rajoy le superará el 26 de junio en dos comparecencias en las urnas: en dos perdió, en otra tuvo mayoría absoluta, en otra mayoría simple sin poder llegar a formar Gobierno y ahora aspira a repetir y a lograr apoyo suficiente para la investidura.
El líder de la derecha más derrotado es Fraga, que perdió las tres veces en que se presentó y, además, reducido a cenizas con mayorías absolutas de su oponente, Felipe González.
En la historia política y electoral hay dos casos notables de cenizas sin llegar siquiera a tocar el fuego electoral: José Borrell y Antonio Hernández Mancha no lograron ni ser cabezas de lista en elecciones generales, pese a que fueron designados candidatos por sus partidos.
Lo curioso es que fueron los dos únicos candidatos de sus partidos elegidos en primarias, uno con voto directo de militantes y otro en congreso abierto, los dos ganaron a candidatos oficialistas y los dos fueron devorados por sus propios partidos
. En el PSOE ha habido primarias o congresos abiertos pero para elegir secretario general, no candidato. Borrell ganó unas primarias a Almunia en abril de 1998 y renunció en mayo de 1999, tras una dura presión interna y la publicación de un caso antiguo vinculado a excolaboradores.
El caso de Hernández-Mancha fue similar: tras ser elegido sucesor de Fraga frente a Miguel Herrero de Miñón en un congreso abierto (caso único en la derecha) en 1986, fue relevado tres años después por Fraga, en vísperas de unas elecciones generales.
Le cayeron encima los cascotes de la muralla que intentó romper en la derecha tradicional para abrir paso a nuevos dirigentes como Alberto Ruiz-Gallardón o José María Aznar, entre otros.
Mancha fue el primer líder de la oposición sin escaño en el Congreso, pero eso no impidió que protagonizara una moción de censura fallida frente a González
. Su osadía, frente a una mayoría absoluta hegemónica del PSOE, la pagó con el final de su carrera.
Obviamente, en otros partidos que no han gobernado nunca hay una larga lista de aspirantes a la presidencia del Gobierno reducidos a cenizas.
El más efímero fue Francisco Frutos, que asumió en 2000 la candidatura de Izquierda Unida por enfermedad de Julio Anguita y su liderazgo duró solo el tiempo que transcurrió entre la convocatoria electoral y el recuento de las papeletas.
Anguita fue cabeza de lista en tres ocasiones, renunció a la cuarta por motivos de salud, y dejó a IU en su mejor resultado, en el 10% de los votos, aunque lejos de su soñado sorpasso al PSOE.
El citado Ignatieff resumió así su tránsito por la confrontación electoral en su libro Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política:
“Salí de mi experiencia con un acrecentado respeto por los políticos como clase y con una fortalecida fe en el buen juicio de los ciudadanos”.
Con las siglas del PSOE han aspirado a ser presidente del Gobierno, tras ser nombrados candidatos, Felipe González, José Borrell, Joaquín Almunia, Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y Pedro Sánchez.
Hasta hoy lo han conseguido dos de los seis.
González es el que más tiempo ha sido presidente (de 1982 a 1996), tras ganar cuatro veces, tres de ellas con mayoría absoluta, pero perdió dos veces antes y se retiró tras una derrota electoral frente a José María Aznar.
La condición de invicto de Zapatero no será igualada el 26-J, porque los cuatro aspirantes principales (Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias) han sido derrotados en alguna ocasión.
Sánchez ha perdido ya unas elecciones como candidato a la presidencia y repite el 26-J.
Es el único político con investidura fallida y, si en esta ocasión, como indican las encuestas, no gana engrosará la lista de estrellas políticas fugaces y perdedores, con dos derrotas en su haber.
Es decir, puede ser el que más lejos ha llegado de todos los líderes que han sido reducidos a cenizas en unas generales, tras ser propuesto por el Rey para la investidura fracasada.
En esa lista con origen de fuego y final de cenizas se encuentran Joaquín Almunia y Alfredo Pérez Rubalcaba, con una sola comparecencia electoral y una derrota cada uno.
Los dos exlíderes socialistas llevan también en su currículum haber logrado los que eran en su momento los peores resultados del PSOE y haber visto al PP sacar holgadas mayorías absolutas. En la derecha, bajo las siglas de Alianza Popular y luego del Partido Popular, ha habido cuatro aspirantes:
Manuel Fraga, Antonio Hernández Mancha, José María Aznar y Mariano Rajoy. Solo los dos últimos lo han conseguido.
Aznar fue candidato en cuatro ocasiones y perdió dos, en otra tuvo mayoría simple y en la otra absoluta.
Rajoy le superará el 26 de junio en dos comparecencias en las urnas: en dos perdió, en otra tuvo mayoría absoluta, en otra mayoría simple sin poder llegar a formar Gobierno y ahora aspira a repetir y a lograr apoyo suficiente para la investidura.
El líder de la derecha más derrotado es Fraga, que perdió las tres veces en que se presentó y, además, reducido a cenizas con mayorías absolutas de su oponente, Felipe González.
En la historia política y electoral hay dos casos notables de cenizas sin llegar siquiera a tocar el fuego electoral: José Borrell y Antonio Hernández Mancha no lograron ni ser cabezas de lista en elecciones generales, pese a que fueron designados candidatos por sus partidos.
Lo curioso es que fueron los dos únicos candidatos de sus partidos elegidos en primarias, uno con voto directo de militantes y otro en congreso abierto, los dos ganaron a candidatos oficialistas y los dos fueron devorados por sus propios partidos
. En el PSOE ha habido primarias o congresos abiertos pero para elegir secretario general, no candidato. Borrell ganó unas primarias a Almunia en abril de 1998 y renunció en mayo de 1999, tras una dura presión interna y la publicación de un caso antiguo vinculado a excolaboradores.
El caso de Hernández-Mancha fue similar: tras ser elegido sucesor de Fraga frente a Miguel Herrero de Miñón en un congreso abierto (caso único en la derecha) en 1986, fue relevado tres años después por Fraga, en vísperas de unas elecciones generales.
Le cayeron encima los cascotes de la muralla que intentó romper en la derecha tradicional para abrir paso a nuevos dirigentes como Alberto Ruiz-Gallardón o José María Aznar, entre otros.
Mancha fue el primer líder de la oposición sin escaño en el Congreso, pero eso no impidió que protagonizara una moción de censura fallida frente a González
. Su osadía, frente a una mayoría absoluta hegemónica del PSOE, la pagó con el final de su carrera.
Obviamente, en otros partidos que no han gobernado nunca hay una larga lista de aspirantes a la presidencia del Gobierno reducidos a cenizas.
El más efímero fue Francisco Frutos, que asumió en 2000 la candidatura de Izquierda Unida por enfermedad de Julio Anguita y su liderazgo duró solo el tiempo que transcurrió entre la convocatoria electoral y el recuento de las papeletas.
Anguita fue cabeza de lista en tres ocasiones, renunció a la cuarta por motivos de salud, y dejó a IU en su mejor resultado, en el 10% de los votos, aunque lejos de su soñado sorpasso al PSOE.
El citado Ignatieff resumió así su tránsito por la confrontación electoral en su libro Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política:
“Salí de mi experiencia con un acrecentado respeto por los políticos como clase y con una fortalecida fe en el buen juicio de los ciudadanos”.
La mafia de las modelos................................................... Patricia Tubella
Las cinco principales agencias de maniquíes que operan en el Reino Unido, acusadas de fijar abultados precios.
Las cinco principales agencias de modelos que operan en el Reino
Unido están siendo oficialmente investigadas por formar un cartel para
fijar los abultados precios de un sector que mueve millones
. El organismo regulador de la competencia (CMA, en sus siglas inglesas) acusa a estas compañías, entre ellas las descubridoras de la top Cara Delevingne o en su día Kate Moss, de “intercambiar información confidencial y sensible para la competencia, incluidos los planes de futuro”.
Las alertas comenzaron a sonar el año pasado, a raíz de las quejas de
algunas de las grandes empresas de la industria ante el disparado caché
de las modelos.
La CMA confirmó entonces que tres agencias, Models 1, Premier y Storm, estaban en el punto de mira, lista ahora ampliada con Viva y FM Models.
La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido les acusa de ponerse de acuerdo —a través de un “regular y sistemático” intercambio de emails— para rechazar las cifras ofrecidas por sus clientes y negociar precios más altos.
. El organismo regulador de la competencia (CMA, en sus siglas inglesas) acusa a estas compañías, entre ellas las descubridoras de la top Cara Delevingne o en su día Kate Moss, de “intercambiar información confidencial y sensible para la competencia, incluidos los planes de futuro”.
La CMA confirmó entonces que tres agencias, Models 1, Premier y Storm, estaban en el punto de mira, lista ahora ampliada con Viva y FM Models.
La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido les acusa de ponerse de acuerdo —a través de un “regular y sistemático” intercambio de emails— para rechazar las cifras ofrecidas por sus clientes y negociar precios más altos.
Las cinco principales agencias de modelos que operan en el Reino
Unido están siendo oficialmente investigadas por formar un cartel para
fijar los abultados precios de un sector que mueve millones.
El organismo regulador de la competencia (CMA, en sus siglas inglesas) acusa a estas compañías, entre ellas las descubridoras de la top Cara Delevingne o en su día Kate Moss, de “intercambiar información confidencial y sensible para la competencia, incluidos los planes de futuro”.
Las alertas comenzaron a sonar el año pasado, a raíz de las quejas de
algunas de las grandes empresas de la industria ante el disparado caché
de las modelos.
La CMA confirmó entonces que tres agencias, Models 1, Premier y Storm, estaban en el punto de mira, lista ahora ampliada con Viva y FM Models.
La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido les acusa de ponerse de acuerdo —a través de un “regular y sistemático” intercambio de emails— para rechazar las cifras ofrecidas por sus clientes y negociar precios más altos.
Las modelos de caché intermedio pueden llegar a cobrar miles de libras por una sesión de fotos, aunque en el caso de las más cotizadas los emolumentos alcanzar fácilmente el medio millón de libras por un solo día de trabajo para una campaña publicitaria.
Las grandes agencias suelen llevarse una comisión del 30 por ciento que pasa a engrosar sus bien engrasadas cuentas de resultados.
Como botón de muestra, Storm (la firma que lanzó al estrellato a Delevingne) publicó unas ganancias de 15 millones de libras a lo largo del 2014.
Un representante de la industria de la moda, que requirió el anonimato, explicó al diario The Times
la frustración del sector ante el imparable aumento de la cotización de
las modelos contratadas para promocionar sus productos:
“A lo largo de los años los números han ido aumentando más y más...
Y por mucho que pasáramos horas intentando atajar los costes, las agencias nunca claudicaban”. La razón es que todas se habían coordinado previamente.
Estas acusaciones conciernen a una sobrecarga de los precios exigidos a una amplia gama de clientes, desde las poderosas cadenas hasta las empresas de confección más modestas, pasando por las compañías online.
El organismo regulador británico, que prosigue su investigación, anunciará después del verano si se impone una multa (que podría alcanzar el 10 por ciento de las ganancias de las agencias).
La CAM ha rechazado precisar si algunas de sus modelos en nómina conocían esas prácticas irregulares en las que incurrieron las cinco grandes.
La citada Delevigne se embolsó sólo el año pasado 6 millones de libras, según la lista de fortunas que publica anualmente la revista Forbes.
El organismo regulador de la competencia (CMA, en sus siglas inglesas) acusa a estas compañías, entre ellas las descubridoras de la top Cara Delevingne o en su día Kate Moss, de “intercambiar información confidencial y sensible para la competencia, incluidos los planes de futuro”.
La CMA confirmó entonces que tres agencias, Models 1, Premier y Storm, estaban en el punto de mira, lista ahora ampliada con Viva y FM Models.
La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido les acusa de ponerse de acuerdo —a través de un “regular y sistemático” intercambio de emails— para rechazar las cifras ofrecidas por sus clientes y negociar precios más altos.
Las modelos de caché intermedio pueden llegar a cobrar miles de libras por una sesión de fotos, aunque en el caso de las más cotizadas los emolumentos alcanzar fácilmente el medio millón de libras por un solo día de trabajo para una campaña publicitaria.
Las grandes agencias suelen llevarse una comisión del 30 por ciento que pasa a engrosar sus bien engrasadas cuentas de resultados.
Como botón de muestra, Storm (la firma que lanzó al estrellato a Delevingne) publicó unas ganancias de 15 millones de libras a lo largo del 2014.
“A lo largo de los años los números han ido aumentando más y más...
Y por mucho que pasáramos horas intentando atajar los costes, las agencias nunca claudicaban”. La razón es que todas se habían coordinado previamente.
Estas acusaciones conciernen a una sobrecarga de los precios exigidos a una amplia gama de clientes, desde las poderosas cadenas hasta las empresas de confección más modestas, pasando por las compañías online.
El organismo regulador británico, que prosigue su investigación, anunciará después del verano si se impone una multa (que podría alcanzar el 10 por ciento de las ganancias de las agencias).
La CAM ha rechazado precisar si algunas de sus modelos en nómina conocían esas prácticas irregulares en las que incurrieron las cinco grandes.
La citada Delevigne se embolsó sólo el año pasado 6 millones de libras, según la lista de fortunas que publica anualmente la revista Forbes.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)