Vivió a
todo tren y conocimos el término 'sex symbol" gracias a ella.
Compró un
pueblo entero, se arruinó y ahora ve cómo su única hija ingresa en una
clínica de rehabilitación.
Kim Basinger y Prince
cuando fueron pareja, en 1988. "Sólo diré que no me puse ninguna
restricción durante aquella etapa", señala la actriz. Getty
Kim Basinger está temblando.
Por un momento parece incapaz de
articular palabra. Nudo en la garganta. La actriz lucha para que el
llanto no se abra paso y estropee el instante más importante de su
carrera. "Oh, dios mío", logra decir. Es marzo de 1998 y la actriz
cuenta unos 45 espectaculares años.
Todo ocurre en poco tiempo, unos
segundos, mientras recoge su único Oscar por la interpretación en L.A. Confidential. Mientras le promete al mundo que los sueños se cumplen,
el discurso de Kim es interrumpido por su marido, Alec Baldwin.
El
también actor no puede contener su euforia y se desgañita vitoreando a
su mujer.
Diez años después, tras un divorcio y 3.5 millones de euros en
abogados, los gritos de Alec Baldwin volvieron a protagonizar titulares
esta vez por culpa de un mensaje donde el actor insultaba a la hija de
ambos, de 13 años: "Cerda desagradecida e insensata".
En estos dos
escenarios están los extremos de la carrera de Kim Basinger, su punto
más álgido y el más bajo de una mujer que ha personificado el sueño
americano, pero también la pesadilla.
Y en varias ocasiones.
Después del divorcio, Alec Baldwin publicó un
libro en el que retrataba a su exmujer como un animal frío e implacable
que "parece cobrar vida sólo cuando está rodeada de sus abogados"
Hay muchas mujeres guapas en el mundo (y en Hollywood no hay otra
cosa), pero pocas están llamadas a definir el concepto de mito erótico
para toda una generación.
Ava Gardner, Jane Fonda, Kim Basinger,
Scarlett Johansson.
La generación de los ahora treintañeros y
cuarentones aprendieron el término "sex symbol" porque la prensa
española siempre lo utilizaba para describir a Kim Basinger (que acaba
de estrenar Dos buenos tipos).
Ella solita devolvió las curvas al canon de belleza durante los años ochenta, primero como chica Bond en Nunca digas nunca jamás (Irvin Keshner, 1983) y después como galerista de arte que redescubre su sexualidad a través del sadomasoquismo light y las cerezas con miel en Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986).
El desnudo doméstico no volvió a ser lo mismo.
Las combinaciones de raso, las persianas de aluminio y la voz de Joe Cocker tampoco.
Kim Basinger y Prince
cuando fueron pareja, en 1988. "Sólo diré que no me puse ninguna
restricción durante aquella etapa", señala la actriz. Getty
Kim Basinger está temblando. Por un momento parece incapaz de
articular palabra. Nudo en la garganta. La actriz lucha para que el
llanto no se abra paso y estropee el instante más importante de su
carrera. "Oh, dios mío", logra decir. Es marzo de 1998 y la actriz
cuenta unos 45 espectaculares años. Todo ocurre en poco tiempo, unos
segundos, mientras recoge su único Oscar por la interpretación en L.A. Confidential. Mientras le promete al mundo que los sueños se cumplen,
el discurso de Kim es interrumpido por su marido, Alec Baldwin. El
también actor no puede contener su euforia y se desgañita vitoreando a
su mujer. Diez años después, tras un divorcio y 3.5 millones de euros en
abogados, los gritos de Alec Baldwin volvieron a protagonizar titulares
esta vez por culpa de un mensaje donde el actor insultaba a la hija de
ambos, de 13 años: "Cerda desagradecida e insensata". En estos dos
escenarios están los extremos de la carrera de Kim Basinger, su punto
más álgido y el más bajo de una mujer que ha personificado el sueño
americano, pero también la pesadilla. Y en varias ocasiones.
Después del divorcio, Alec Baldwin publicó un
libro en el que retrataba a su exmujer como un animal frío e implacable
que "parece cobrar vida sólo cuando está rodeada de sus abogados"
Hay muchas mujeres guapas en el mundo (y en Hollywood no hay otra
cosa), pero pocas están llamadas a definir el concepto de mito erótico
para toda una generación. Ava Gardner, Jane Fonda, Kim Basinger,
Scarlett Johansson. La generación de los ahora treintañeros y
cuarentones aprendieron el término "sex symbol" porque la prensa
española siempre lo utilizaba para describir a Kim Basinger (que acaba
de estrenar Dos buenos tipos). Ella solita devolvió las curvas al canon de belleza durante los años ochenta, primero como chica Bond en Nunca digas nunca jamás (Irvin Keshner, 1983) y después como galerista de arte que redescubre su sexualidad a través del sadomasoquismo light y las cerezas con miel en Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986). El desnudo doméstico no volvió a ser lo mismo. Las combinaciones de raso, las persianas de aluminio y la voz de Joe Cocker tampoco.
A medio camino entre Liv Ullman y Marilyn Monroe, Kim Basinger no
huyó de su condición de icono de belleza, sino que se propuso explotarlo
y hacer justicia a toda una tradición de mitos eróticos 100%
americanos.
Su timidez sureña (nació en Georgia, EE. UU., hace 62 años),
que con el paso del tiempo se transformaría en agorafobia (miedo
obsesivo a los espacios abiertos), no le impidió ser consciente de su
belleza desde que a los 16 años comenzó a participar en concursos de
belleza.
Su familia la había modelado para que cumpliese sus sueños: su
padre era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que renunció a sus
aspiraciones musicales para dedicarse a las finanzas y su madre una
exmodelo reconvertida en ama de casa de esas que nunca van mal peinadas.
Pero Kim era un mito erótico no solo por su belleza, sino porque su
magnética fotogenia emanaba sensualidad y, tal y como ella se definió a
sí misma, era ante todo una criatura sexual.
Kim Basinger con su hoy
ex marido, Alec Baldwin, una noche de 1992 en Broadway después de una
representación de la obra 'Un tranvía llamado deseo'. Getty
El erotismo de Kim Basinger es casi legendario en Hollywood. Durante
su primer matrimonio con el maquillador Ron Snyder-Britton tuvo una
aventura con Richard Gere, según cuenta Ron en su autobiografía
. Sin
embargo, el fin del matrimonio llegó cuando Kim perdió la cabeza por Prince.Batman (Tim Burton, 1989) supuso un antes y un después tanto en su carrera (sigue siendo su película más taquillera) como en su vida.
Tras una aventura con el productor de la película, Jon Peters, Kim
conoció a Prince porque el genio de Minneapolis compuso varias canciones
para la banda sonora. "Solo diré que no me puse ninguna restricción
durante aquella etapa", recuerda Basinger, que si bien es lo
suficientemente discreta para no dar más detalles, en ningún momento
niega el rumor de que los gemidos que acompasan la canción Scandalous sex suite pertenecen a Prince y Kim manteniendo relaciones sexuales.
Prince llegó a producirle un disco a Kim Basinger, titulado Hollywood affair,
en el que ella se declaraba su esclava y disfrutaba sin tapujos de lo
que él le hacía sentir.
El álbum nunca vio la luz (aunque se filtró hace
tiempo y ahora se puede escuchar si se busca un poco en la Red) y Kim
prefirió emular a su padre e invertir en ladrillo: compró un pueblo
entero por 17.5 millones de euros.
La intención de la actriz era
convertir Braselton (Georgia) en una especie de parque temático sobre Hollywood.
Años después, Los Simpson
haría un guiño a este proyecto empresarial con Homer montando un museo
de las estrellas en el jardín de los Baldwin.
Kim Basinger entró en la
década de los 90 en la cima de su carrera, siendo propietaria de un
pueblo entero y permitiéndose el lujo de criticar a la Academia de
Hollywood en plena gala de los Oscar por haber discriminado a Spike Lee
en la que habría sido la primera presencia de un director afroamericano
en los Oscar.
Y entonces llegó Alec Baldwin.
Los miembros del equipo de Ella siempre dice sí
(Jerry Rees, 1990) contaban que el rodaje sufría constantes retrasos
debido al ímpetu sexual de la nueva pareja (Baldwin/Basinger), que no
podían quitarse las manos de encima ni intentaban disimular lo que
estaba pasando en su camerino: lo podía oír todo el mundo.
La leyenda
urbana también cuenta que las escenas eróticas de su segunda película
juntos, La huida (Roger Donaldson, 1994), eran reales porque
Kim y Alec se metieron demasiado en el papel.
Años después Kim Basinger
bromearía, no sin cierta amargura, sobre aquella decisión profesional:
"Rechacé Durmiendo con su enemigo [que acabaría protagonizando Julia Roberts] para rodar Ella siempre dice sí y acabé siendo yo la que dormía con su enemigo". Mucho rencor.
Esta vida sentimental desbocada coincidió con la etapa más oscura de su carrera. En 1993 se comprometió a protagonizar Mi obsesión por Helena,
dirigida por Jennifer Chambers Lynch (la hija de David Lynch), pero se
acabó arrepintiendo y no apareció.
"Todo el mundo al que le enseñaba el
guión me decía que era una ridiculez", se defendió Basinger en
referencia a la historia de un psicópata que descuartiza a una mujer e
intenta que (lo que queda de) ella se enamore de él El estudio denunció a Kim por incumplimiento de contrato y fue
condenada a pagar más de 7 millones de euros, que sumados al fracaso de
su proyecto inmobiliario en Braselton (lo acabó vendiendo por menos de 1
millón) le llevaron a declararse en bancarrota y retirarse del cine
temporalmente.
A sus 19 años, Ireland, hija de Kim y Alec Baldwin, ya sabe lo que es pasar por una clínica de rehabilitación. Instagram
Aquel mismo año de 1993 Kim Basinger protagonizó el emblemático anuncio navideño de Freixenet.
Pedro Bonet, director de comunicación de la empresa de cava, guarda un
buen recuerdo de la profesionalidad de Basinger.
"En aquella época ella
era el prototipo de mito erótico. Durante la presentación de la campaña
en San Francisco vino con su marido y ambos estuvieron muy correctos y
muy simpáticos.
A todas las estrellas les da miedo este tipo de eventos
publicitarios, pero ella estuvo muy dispuesta y fue muy amable". El
concepto del anuncio, que excepcionalmente fue rodado en Estados Unidos
con un equipo elegido por la estrella, fue más sencillo de lo habitual
en la firma catalana.
"Nos habría gustado que bailase, pero vimos que no
le apetecía mucho y preferimos no forzar la máquina
. Nosotros
hubiésemos preferido un poco de show, pero no pudo ser. Eso sí, no hubo tiranteces".
Es posible que esta decisión de prestar su imagen para una campaña
publicitaria estuviese relacionada con sus apuros económicos.
Bonet
recuerda que ellos estaban al tanto de su situación, pero no les influyó
en la negociación.
"Son las agencias de representación las que nos
llamaban a nosotros ofreciéndonos gente [para el anuncio], a lo mejor a
ella sí le influyó su situación porque estuvo cuatro días de rodaje y se
sacó un dinero, pero fue absolutamente profesional.
En estos casos los
que exigen son los agentes de la estrella y luego el trato con la actriz
es cordial." Tras un retiro de cuatro años, regresaría a la pantalla en
1997, con L.A. Confidential, para ganar el Oscar y volver a retirarse para cuidar de su hija.
Solo una de las dos cosas le salió bien.
Hoy Kim se dedica casi a tiempo completo a su
hija Ireland, que ingresó voluntariamente en una clínica de
rehabilitación para solucionar, según contó ella misma en Twitter, sus
"traumas emocionales"
En 1998 rompió con Alec Baldwin y en 2002 se divorciaron.
Tenían una
hija en común, Ireland, y su litigio puso de manifiesto la ferocidad de
la cultura de los bufetes de abogados matrimoniales en Estados Unidos.
Baldwin llegó a publicar un libro (A promise to ourselves, "una
promesa a nosotros mismos") en el que retrataba a su exmujer como un
animal frío e implacable que "parece cobrar vida solo cuando está
rodeada de sus abogados".
Este gremio fue el objeto del odio de Alec
Baldwin, quien los definía como "corruptos, incompetentes, vagos y
estúpidos".
Según Baldwin, los abogados habían sido los responsables del largo y
costoso litigio por la custodia de Ireland, durante el cual Kim impidió
cualquier comunicación entre padre e hija.
La infame llamada de teléfono
en la que Alec insultaba a Ireland complicó y alargó el proceso.
Más
disputas, más abogados, más dinero. Tras disculparse en un programa de
televisión, Baldwin aclaró que él no odiaba a su hija y que su ira era
en realidad hacia Kim, pero aquel episodio mediático ya ha pasado a la
historia como un ejemplo de lo tóxico que puede llegar a ser poner a un
hijo en medio de una separación.
En los últimos años Kim Basinger vive más tranquila de lo que ha
estado jamás.
Pasados los 60 la actriz parece querer cerrar un círculo
artístico y personal
. La mujer que se casó con su maquillador en los 80
vive ahora una relación con su peluquero, Mitch Stone, y el año que
viene aparecerá en 50 sombras más oscuras (la secuela de 50 sombras de Grey)
interpretando a la mujer que introdujo a Christian Grey en el sadomaso.
No es casualidad: Kim Basinger ya despertó sexualmente a toda una
generación de espectadores hace 30 años.
Ahora encuentra el erotismo en
otras formas. "Cuando eres joven te sientes atraída por los tipos duros,
pero eso es una fantasía.
Me he dado cuenta de que el placer está en la
bondad y el sentido del humor", ha comentado.
Kim Basinger en la presentación de 'Black november' (2012), una de las últimas películas que ha protagonizado. Cordon
La actriz nunca pierde su educación sureña y jamás ha hablado mal de
ninguna de sus películas, pues mantiene que ha sido bendecida con todos y
cada uno de sus personajes
. La losa del sex symbol no pesa sobre ella y prefiere desmitificar su condición de estrella generacional.
"La única película mía que he visto es L.A. Confidential.
Tuve que hacerlo en el Festival de Cannes. Al acabar me giré a [el
director] Curtis [Hanson] y le dije:
'Pues no está mal, ¿verdad?'. Esa
película sería hermosa con o sin mí en el reparto y cualquiera te diría
que Curtis se merecía ganar el Oscar [en lugar de James Cameron por Titanic,
que arrasó en esa edición]".
Fue ella quien se coronó aquella noche,
alcanzando el muy americano logro de ser la primera mujer que tiene en
su currículum una portada de Playboy y un Oscar, en lo que parecía un
renacer artístico, pero quedó en un canto de cisne.
Kim no niega ser responsable de la compleja sensibilidad
de Ireland y ha reconciliado sus diferencias con Alec Baldwin para
ayudar juntos a su hija.
La ahora aspirante a modelo de 19 años tuiteó
una foto con su padre en la que sujetaba un libro titulado If I Were A Pig
("si yo fuera un cerdo"), bromeando sobre aquella frase que le dijo
años atrás Alec Baldwin: "Cerda desagradecida e insensata".
Y Ireland
añadió, continuando la broma: "Sería una desagradecida e insensata,
claro". Esta anécdota no hace sino constatar que padre e hija ya han
hecho las paces.
Según Kim, el único consejo que le puede dar a su hija es que se deje
guiar por su corazón siempre. Puede que a Kim el suyo le haya llevado
por caminos tortuosos, pero nadie podrá decir que no ha tomado sus
propias decisiones.
"Creo que la generación de mi hija sufre ansiedad.
Agradezco a Dios no haber crecido con mucho dinero ni privilegios porque
de ese modo tuve que crear yo la forma de conseguir mi triunfo".
Agradecida por las luces y habiendo aprendido de las sombras, Kim
Basinger se muestra orgullosa de haber vivido bajo sus propias reglas.
España fue el tercer país del mundo con mayor número de visitantes extranjeros en el año 2015. Casi 66 millones de turistas decidieron pasar sus vacaciones en nuestro país.
Montañas, playas de ensueño, ciudades monumentales, pueblos medievales, bosques y parques naturales…
Y todo ello acompañado de un gran clima y una de las mejores y más variadas cocinas del mundo.
Sí, viajar por Europa te permite conocer nuevas culturas y esa es una buena razón para hacerlo.
Sin embargo, si estás más interesado en paisajes y monumentos quizá con esta lista te des cuenta de que tampoco vas a encontrar lugares mucho más bellos que los que tienes en España:
Palacio de Schönbrunn en Viena v Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, Segovia
El palacio de Schönbrunn es uno de los iconos más famosos de la bella e imperial Viena.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996 fue, en sus orígenes, un pequeño palacio de caza utilizado a finales del siglo XVI.
Esta es sólo una de las similitudes con el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, situado a 13 kilómetros de Segovia.
Ambos palacios tienen una gran influencia del de Versalles, en Francia.
El duque de Anjou, quien más tarde se convertiría en el rey español Felipe V y mandó levantar (a principios del XVIII) el palacio de la Granja, fue educado en la corte del rey Luis XIV de Francia y eso se notó en su gusto arquitectónico.
Sus bellos jardines e impresionantes fuentes vieron pasear a los herederos borbones durante los siglos XVIII y XIX. Es, sin duda, uno de los palacios más importantes de España. Clica en la imagen y duerme como un rey en 12 castillos y palacios que también son hoteles
Se trata de los dos hayedos más grandes de Europa, ganando la Selva Negra alemana la medalla de oro e Irati la plata.
Sin embargo, también encontrarás abetos y otras especies en la gran masa forestal de 17.000 hectáreas que conforman la Selva de Irati.
La Selva de Irati, situada entre los valles de Aezkoa y Salazar, es uno de los lugares naturales más bellos de España y, para que puedas comulgar más profundamente con la naturaleza, hace años que se prohibió recorrer sus pistas forestales en vehículos privados, dejando a senderistas y ciclistas un paisaje libre de ruidos y polución.
Recorre sus senderos y disfruta del paisaje idílico meditando a orillas del Embalse de Irabia. Pincha en la foto y conoce los 17 bosques más bonitos de España para hacer senderismo
El Puente de Carlos de Praga v el Puente Romano de Córdoba
Cada año, millones de turistas caminan y se hacen fotos junto a las estatuas que decoran el Puente de Carlos en Praga.
Desde principios del siglo XV aparece tendido sobre el río Moldava, conectando, en la actualidad, la ciudad nueva con la vieja. 600 años cumpliendo su función.
No está mal, pero poco tiene que hacer ante los más de 2.000 años que contemplan al puente Romano de Córdoba.
Con 16 arcos y más de 300 metros este puente tiene, como el de Carlos, varios añadidos (como la torre de Calahorra y la puerta del Puente) y reconstrucciones a sus espaldas, como las de la época del califato y alguna en el siglo XX.
Cruza el Guadalquivir sobre estas piedras llenas de historia y adéntrate en la monumental Córdoba, una de las ciudades más bellas de España. Clica en la foto y cruza con nosotros los 25 puentes más bonitos del mundo
Tate Modern Gallery en Londres v Guggenheim de Bilbao
La Tate Modern Gallery es uno de los museos de arte moderno con mayor renombre en Europa. O era
. Desde la irrupción, en 1997, del museo Guggenheim en Bilbao, los amantes del arte contemporáneo viajan a Bilbo para admirar las magníficas obras de la colección albergada en un edificio que ya de por sí atrae la atención de todo tipo de público.
El arquitecto canadiense Frank O. Gehry creó su obra a orillas de la ría de Bilbao, convirtiendo al Guggenheim en un reclamo turístico de nivel internacional.
Haz clic en la imagen y adéntrate en los 10 museos más interesantes del mundo
Encaramado al monte Saint Michel se encuentra uno de los monumentos más emblemáticos de Europa.
La abadía sobresale en el promontorio rocoso al igual que el palacio de la Alhambra domina Granada desde las alturas.
El monumento más visitado de España está compuesto por un conjunto de palacios, jardines y fortalezas que sirvieron de alojamiento a los mandatarios del Reino nazarí de Granada.
El Patio de los Leones, la Alcazaba, la Sala de los Reyes… Si su interior es monumental, su exterior, rodeado de vegetación, no se queda atrás.
Pincha en la fotografía y te mostramos los 15 castillos más bonitos de España
Alpes suizos v Picos de Europa en Cantabria, Asturias y Castilla y León
Suiza es el país más montañoso de Europa y las imágenes idílicas de verdes valles y dramáticos picos rocosos son las primeras que nos vienen a la cabeza al escuchar el nombre del país helvético.
Sin embargo, España, medalla de plata en el ranking europeo de macizos rocosos, no tiene nada que envidiar al país de los relojes.
En la parte central de la cordillera Cantábrica se halla el macizo montañoso de los Picos de Europa. Montañas por encima de los 2.500 metros se alternan con valles, ríos y pequeños pueblos hasta casi llegar al mar. Un paisaje de contrastes que hace las delicias de los amantes del senderismo y la vida en la naturaleza.
Clica en la foto y conoce las 16 cumbres de montañas que deberías subir en España
Hay que reconocer que es complicado encontrar otro monumento de la imponencia y la importancia histórica del Coliseo de Roma.
Sin embargo, poca gente sabe que el anfiteatro de Mérida, llamada Augusta Emerita en tiempos romanos, fue construido un siglo antes que el famoso Amphiteatrum Flavium (nombre original del Coliseo).
En la arena del anfiteatro de Mérida lucharon, entre el siglo I AC y el IV, los gladiadores para preservar sus vidas en los crueles juegos romanos. Hoy en día, las luchas han sido sustituidas por el arte dramático y el público aplaude sin pedir la vida de los gladiadores del arte. Clica en la imagen y descubre los mejores monumentos históricos de España
Dos de las joyas góticas de Europa se hallan en países vecinos.
La construcción de la dama francesa se inició unos 60 años antes (segunda mitad del XII) pero su puesta de largo llegaría 80 años más tarde que la de su hermana burgalesa
Las fachadas de ambas catedrales muestran características de un estilo arquitectónico común, el gótico francés, sin embargo el interior de la de Burgos exhibe un gran número de elementos decorativos renacentistas y barrocos.
Los días despejados, el sol parece arrancar un brillo deslumbrante a la blanca piedra de uno de los monumentos eclesiásticos más bellos, no sólo de España, sino de toda Europa. Pincha en la foto y conoce las 10 catedrales más bonitas de España
La Ruta Licia, un recorrido de unos 500 km que serpentea por la parte de la costa asiática de Turquía bañada por el Mediterráneo, fue considerada por The Times como uno de los 10 mejores trekkings del mundo
. Sin embargo, ningún otro sendero del planeta tiene el legado histórico, místico y paisajístico que atesora el Camino de Santiago.
De los distintos Caminos de Santiago, quizá sea el francés el más conocido y de mayor espectacularidad paisajística.
Si dispones de algo más de un mes de vacaciones, parte desde las montañas pirenaicas y prepárate para vivir una de las mayores aventuras de tu vida, con la que, quizá, llegues a conocerte mejor.
Haz clic en la imagen y recorre con nosotros las 10 mejores rutas senderistas del mundo
"A cuenta de la muy celebrada transversalidad, ha ido creciendo el
número de libros que, amparados en fórmulas de la ficción narrativa,
combinan otras modalidades de la prosa como el ensayo, la crónica, el
reportaje, la apuntación diarística, el recuerdo autobiográfico,
etcétera.
Hay algunos muy serios; otros, sin embargo, más bien parecen
confiarse en exceso a una ocurrencia o una idea simpática.
Algunos
incluso pretenden provocar un efecto epatante". Por ANA RODRÍGUEZ
FISCHER
Foto:ANAGRAMA
A cuenta de la muy celebrada transversalidad, ha ido creciendo el
número de libros que, amparados en fórmulas de la ficción narrativa,
combinan otras modalidades de la prosa como el ensayo, la crónica, el
reportaje, la apuntación diarística, el recuerdo autobiográfico,
etcétera. Hay algunos muy serios; otros, sin embargo, más bien parecen
confiarse en exceso a una ocurrencia o una idea simpática.
Algunos
incluso pretenden provocar un efecto epatante. Varados en Río, de Javier Montes, se presenta como una indagación sobre el destierro en el paraíso
. El paraíso es Río de Janeiro en su versión de tarjeta postal: “La cidade maravilhosa
donde reinan la belleza, el sol y la voluptuosidad de los cuerpos, la
alegría de un Carnaval perpetuo”. Los desterrados son Rosa Chacel,
Manuel Puig, Elizabeth Bishop y Stefan Zweig, con un gran protagonismo
de la primera y muy escaso el del último.
A cuenta de la muy celebrada transversalidad, ha ido creciendo el
número de libros que, amparados en fórmulas de la ficción narrativa,
combinan otras modalidades de la prosa como el ensayo, la crónica, el
reportaje, la apuntación diarística, el recuerdo autobiográfico,
etcétera. Hay algunos muy serios; otros, sin embargo, más bien parecen
confiarse en exceso a una ocurrencia o una idea simpática.
Algunos
incluso pretenden provocar un efecto epatante. Varados en Río, de Javier Montes, se presenta como una indagación sobre el destierro en el paraíso.
El paraíso es Río de Janeiro en su versión de tarjeta postal: “La cidade maravilhosa
donde reinan la belleza, el sol y la voluptuosidad de los cuerpos, la
alegría de un Carnaval perpetuo”. Los desterrados son Rosa Chacel,
Manuel Puig, Elizabeth Bishop y Stefan Zweig, con un gran protagonismo
de la primera y muy escaso el del último.
La indagación se desarrolla de muy distintas maneras según los casos,
pero sigue un mismo esquema.
Partiendo de unos datos —obras de los
autores, declaraciones en entrevistas, testimonios y confidencias de
quienes los trataron, anécdotas y chismes—, se reconstruyeron las
andanzas de los protagonistas cuyos pasos se persiguen.
Al mismo tiempo,
se aprovecha la ocasión para contarnos las propias peripecias del
autor, justificadas por un llamativo fenómeno de mimetismo, muy práctico
y rentable para el relato, pero casi siempre rozando el parasitismo, y
con la particularidad de que al yuxtaponer las escrituras, la propia y
la ajena, el contraste es clamoroso.
Tal identificación abarca acciones,
conducta e incluso emociones y sentimientos.
“Es lo que he hecho yo”,
“es exactamente lo que siento yo” o “lo mismo le pasó a X cuando estuvo
por aquí” son expresiones reiteradas una y otra vez.
Y no nos engañemos,
la presencia de un yo desaforado en un texto sólo se digiere en el caso
de los muy grandes
. Pero aquí nos cuesta avanzar en una lectura que se
apoya en la hinchazón más que en la divagación o digresión pertinentes, y
que demasiado a menudo bordea la banalidad e incluso la cursilería:
“El
débil haz de luz que Puig enciende en la oscuridad de la noche tropical
para convocar fugazmente los rostros del sueño”, por ejemplo.
En el
caso del escritor argentino, para no revelarnos de él nada más que lo ya
sabido: su tacañería, la omnipresencia de la madre o la curiosidad de
que en Río nunca fue al cine (lo que Montes aprovecha para contarnos con
cuánta frecuencia lo hizo él).
En el caso de Rosa Chacel, tanto
vagabundeo le conduce a detectar algunos síntomas, que sin embargo se
traducen en un diagnóstico errado.
Desconoce o parece ignorar el autor
que la escritora pasó más de una década de su exilio en Buenos Aires, lo
cual afecta al mencionado diagnóstico.
Por otra parte, la lectura de La sinrazón —aunque
no esté ambientada en Río— le permitiría entender la naturaleza del
conflicto al que apunta
. Y, sobre todo, elevar la anécdota a categoría.
Podrían subrayarse otras flaquezas, ya que Montes parece desconocer
textos fundamentales que afectan tanto a la visión de Chacel sobre Río
como a sus relaciones con algunos escritores u otros pormenores.
No puedo pronunciarme sobre el caso de Elizabeth Bishop.
Pero en
cuanto a Stefan Zweig, escribir que “se suicidó por cansancio” me
resulta muy grave. También la apostilla ingeniosa: “El suicidio de Zweig
es el de quien se exilia de su exilio”. Sorprende además la total
ausencia de referencias a Brasil, el libro de Zweig publicado
en 1941 —y traducido de inmediato en España; hay reedición de 2006—,
donde Javier Montes encontraría abundantes y sugestivos materiales para
sus pesquisas.
Y es que a cuenta de sacudirse la caspa académica, algunos libros se
confeccionan con espumas, lacas y reflejos.
¿El resultado? Peinados
estilosos y cardadísimos. Es decir, huecos.
Ayer
devoraba el final del tercer libro de la saga de Ferrante, nada que no
se haya repetido con los dos primeros: voracidad, placer, series
abandonadas.
Esto roza el problema.
Una chica se sienta en el suelo para leer un libro en una librería. CORDON PRESS
Anoche —no sin ansia y pena a la vez— empecé el cuarto y último libro de Dos Amigas,
la saga de Elena Ferrante
. Nada raro, si no fuera porque ayer mismo,
horas antes, tambaleándome en el metro, sin tocar el periódico,
ignorando mis whatsapps, devoraba el final del tercero.
Nada
que no se haya repetido, en cualquier caso, con los dos primeros:
voracidad, placer, series abandonadas, todo por Ferrante. Esto roza el
problema.
Mal de muchos, consuelo de tontos
. Al menos sé que no estoy sola. Es muy heavy el ferrantismo,
desconocido desde hace años. Lo que aquí se cuenta parece sencillo: dos
amigas, obvio, a lo largo de su vida, con Nápoles como telón de fondo.
Luego hay mucho más, claro.
Todo se mueve entre el realismo más duro y
el puramente mágico; la que parece una lectura sencilla es más profunda,
con Italia, la infancia, la sangre, las mujeres y la mafia siempre
presentes, sin ser libros sobre nada de eso.
La historia resulta
increíble por su credibilidad, por ser tan real
. Y qué personajes
Lenù y
Lila, qué placer meterse en sus mentes
(cuando la autora quiere, claro), ser parte de sus vidas. Conectas
tanto con ellas que te contagian sus preocupaciones, sus estados de
ánimo.
Ahora que Ferrante, de biografía y rostro desconocidos, ha triunfado
en los círculos literarios, dicen que habrá adaptación en pantalla de
esta saga.
Por si faltaba algo, ya tienen excusa para correr a leerlo. O
eso dura como Juego de Tronos o será imposible captar sus detalles, su garra, su poder.
Yo se lo dejo caer antes del verano, para que se aprovisionen de los
cuatro libros y saquen cuantas horas extras.
Y ahora disculpen. Tengo
que seguir leyendo.