'La Gioconda', 'El grito' o colecciones particulares como la de Esther Koplowitz figuran entre los hurtos más famosos.
El grito y la Gioconda pueden ser dos de los
rostros más conocidos de la historia del arte, no solo por la maestría
de sus autores (Edvard Munch y Leonado da Vinci, respectivamente), o por
la carga simbólica de cada una de las obras, también por lo que se ha jugueteado con ellas desde el bigote que Duchamp le puso a la Mona Lisa, hasta el emoticono
de Whatsapp basado en la angustiosa obra de Munch; y, además, por haber
protagonizado otros hechos más desgraciados: ambas fueron robadas de
los museos que las alojan.
Así, la Gioconda, objeto de deseo de infinidad de
coleccionistas, no estaba en su lugar el 22 de agosto de 1911, se esfumó
sin que nadie se diera cuenta
. Inmediatamente el museo del Louvre cerró
para comenzar la investigación del robo de uno de los cuadros más
famosos del mundo
La obra había desaparecido el día anterior
que era lunes y el centro estaba cerrado. Un carpintero que había
trabajado en el Louvre, Vicenzo Peruggia, y conocía bien tanto el lugar
como al personal, perpetró el robo. Le quitó el cristal y el marco,
operación a la que estaba acostumbrado y sacó la tabla de 77 x 53
centímetros bajo la ropa. Durante las investigaciones, Picasso, que
vivía en París, y el poeta Guillaume Apollinaire fueron interrogados
como sospechosos. Finalmente, más de dos años después del robo apareció
la obra en Florencia donde el ladrón la llevó ofreciéndosela a un
marchante italiano, que junto con el director de la galería de los
Uficci la reconoció y avisó a la policía. En el juicio, Peruggia alegó
motivos nacionalistas para justificar el robo, quería que la obra de Da
Vinci colgara en las paredes del museo florentino.
Los robos de El grito, de Munch, son más recientes y más
frecuentes ya que, de las cuatro versiones que realizó el pintor, varias
han sido sustraídas.
En 1994, el mismo día que se inauguraban los
juegos olímpicos de invierno de Lillehammer (Noruega), una banda
encabezada por Pål Enger entró en la Galería Nacional de Oslo, en menos
de un minuto descolgó el óleo y lo sacó del museo.
Hasta les dio tiempo a
dejar una nota que decía:
"Gracias por la falta de seguridad". El
evento deportivo había acaparado un gran número de efectivos de las
fuerzas del orden.
Tres meses después, El grito fue rescatado por la policía.
Tres meses después, El grito fue rescatado por la policía. El ladrón la había tenido entre las tablas de la mesa de su comedor
. En 2004, otra versión de El grito y La Madonna fueron robadas del museo Munch. Los ladrones entraron y pistola en mano se llevaron las dos obras que fueron recuperadas en agosto de 2006.
Tampoco Van Gogh se ha librado de estos artísticos rateros.
En 1991,
el museo dedicado al pintor en Ámsterdam sufrió un atraco en el que unos
encapuchados se llevaron una veintena de obras entre las que estaban Los comedores de patatas y Los girasoles.
Se quedaron escondidos en la institución cuando esta cerró, la
operación no tuvo éxito ya que en unas horas las fuerzas de seguridad
encontraron el botín abandonado en el coche que habían utilizado para
huir.
Entre los detenidos por la policía holandesa había un vigilante de
seguridad del museo, que sería el que hubiera filtrado información a
los ladrones sobre las estancias del centro.
Otro episodio casi increíble -todo lo que rodea a estos hurtos tiene un toque peliculero- fue el que aconteció en mayo de 2010 en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París.
Hace tan solo seis años fueron sustraídos un picasso, un braque, un léger, un matisse y un modigliani.
George
Clooney instala cámaras de vigilancia y una habitación del pánico en su
casa para proteger a su esposa que defiende a Mohamed Nasheed.
Amal Clooney, la esposa del actor George Clooney, está recibiendo amenazas de muerte por representar legalmente a Mohamed Nasheed, el
primer presidente elegido democráticamente en las Maldivas, que fue
condenado a prisión cuando pasó a ser líder de la oposición.
Desde
entonces la abogada trabaja revisando su juicio y vive amenazada, según la cadena Fox.
Amal Clooney, la esposa del actor George Clooney, está recibiendo amenazas de muerte por representar legalmente a Mohamed Nasheed, el
primer presidente elegido democráticamente en las Maldivas, que fue
condenado a prisión cuando pasó a ser líder de la oposición. Desde
entonces la abogada trabaja revisando su juicio y vive amenazada, según la cadena Fox.
Ante esta situación, George Clooney
ha decidido tomar cartas en el asunto y ha aumentado la seguridad de su
casa en el condado de Berkshire, al oeste de Londres, en Reino Unido.
Como medida principal, ha instalado cámaras de vigilancia en los
alrededores de su propiedad. La iniciativa fue inicialmente rechazada
por sus vecinos debido a una "posible violación de la privacidad de las
fincas cercanas". según el Business Times Internacional. En un
intento de conciliar y conseguir llegar a un acuerdo con el vecindario,
George Clooney aceptó las condiciones que le pedían y redujo la altura
de las cámaras de 6 a 3 metros.
Paul Harrison, un oficial del distrito de South Oxfordshire que está
ayudando al actor a incrementar las medidas de seguridad, confirma la
preocupación de Clooney:
"La seguridad es más para ella que para él. Las
amenazas de muerte que recibe son bastante graves". El actor también ha
construido una habitación del pánico dentro de la casa, "a prueba de
fuego, bombas y resistente a los ataques", según cuenta US Weekly
. De acuerdo con este medio, se trata de una especie de búnker para "estar seguro en caso de intrusión en el hogar".
Amal Clooney, abogada experta en derechos humanos, no es la primera
en ser amenazada por llevar este caso
. En septiembre de 2015, Mahfouz
Saeed, otro abogado Nasheed, fue apuñalado dos veces en un hotel de las Maldivas
tras hacer una visita a prisión al expresidente. La investigación de
este ataque, solicitada por muchas organizaciones, entre ellas Amnistía
Internacional, está todavía en curso.
La abogada, especializada en Derechos Humanos, también ha trabajado
en otros casos conocidos, como en la defensa de Julian Assange o en la de Mohammed Fahmy, uno de los periodistas de Al Jazeera
a los que se acusaba de difundir material televisivo 'dañino' para
Egipto
. Contraer matrimonio con uno de los solteros de oro de Hollywood
ha hecho que se convierta en la protagonista indiscutible de casi
cualquier caso en el que se implica, dejando muchas veces en segundo
plano a sus defendidos.
Pionera en la política, Soledad Becerril canaliza la indignación ciudadana como defensora del pueblo.
Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras.
Habla despacio,
con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que
prefiere no posar.
Muestra las fotografías que resumen su dilatada
carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez.
En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que
lo pisaba desde la República.
En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con
el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la
noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en
2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo.
Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una
segunda Transición.
¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde
esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro
de estudios sociológicos
. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el
siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos
económicos, sociales, atención a personas con discapacidad.
En 2014 y en
2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no
puedo hablar de final de crisis.
Por eso han descendido las quejas. La
mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los
ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a
productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes. ¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español?
Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis.
Como Estado de
derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les
defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta
y eso supone una enorme inquietud para muchas familias. ¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis?
Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos
precarios
. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro.
Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado?
Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que
se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la
jornada. ¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer?
Por eso estamos trabajando en ello.
Deben tener una jornada laboral
llevadera, que les permita afrontar un tratamiento
. Hay que facilitarles
la vida, ya bastante tienen. La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante. ¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha. Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España?
Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o
atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes.
He empujado
mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir
. O con los
desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en
algunas circunstancias y luego una ley. ¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy
importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas.
Ya
no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda
oportunidad, por la que hemos peleado mucho.
Veíamos que personas
incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente
en su vida y podían acabar en la indigencia
. Buscamos un procedimiento
que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un
árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial.
Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras. Habla despacio,
con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que
prefiere no posar. Muestra las fotografías que resumen su dilatada
carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez.
En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que
lo pisaba desde la República. En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con
el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la
noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en
2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo.
Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una
segunda Transición. ¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde
esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro
de estudios sociológicos. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el
siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos
económicos, sociales, atención a personas con discapacidad. En 2014 y en
2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no
puedo hablar de final de crisis. Por eso han descendido las quejas. La
mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los
ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a
productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes. ¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español?
Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis. Como Estado de
derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les
defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta
y eso supone una enorme inquietud para muchas familias. ¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis?
Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos
precarios. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro. Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado?
Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que
se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la
jornada. ¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer?
Por eso estamos trabajando en ello. Deben tener una jornada laboral
llevadera, que les permita afrontar un tratamiento. Hay que facilitarles
la vida, ya bastante tienen. La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante. ¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha. Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España?
Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o
atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes. He empujado
mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir. O con los
desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en
algunas circunstancias y luego una ley. ¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy
importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas.
Ya
no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda
oportunidad, por la que hemos peleado mucho. Veíamos que personas
incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente
en su vida y podían acabar en la indigencia. Buscamos un procedimiento
que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un
árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial. ¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el
año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las
instituciones? [Largo silencio]. No lo sé. Aunque con intermitencia, lleva casi 40 años en el candelero de lo público. ¿Le decepciona la política de ahora? La política, en términos generales, no me decepciona. ¿Qué le ha dado? La política es prestar un servicio
público a los ciudadanos. La política interesa a todo el mundo, porque
lo público es de todos y para todos.
A los jóvenes les digo: “¿No os
interesa que funcione el metro, que haya becas? Eso es la política”. Me
ha producido muchos momentos de empuje, de hacer, de resolver. Y también
momentos amargos y derrotas
. He visto la muerte de compañeros.
La defensora del pueblo se conmueve. Recuerda el asesinato del
concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa, Ascensión
García, en 1998. Fue “el momento más amargo” en la vida de la entonces
alcaldesa de la ciudad.
Poco antes, la banda terrorista ETA había
intentado matarla a ella. “Les falló la conexión para activar el coche
bomba”, relata antes de comenzar la entrevista, realizada a mediados de
febrero, mientras muestra las fotos antiguas que le había pedido El País Semanal.
Entre las que ha seleccionado figura la de aquella jornada. Al dorso ha escrito: “El día que la bomba no explotó”. ¿Se sintió culpable? Me he preguntado muchas veces
si haberme matado a mí habría evitado que les mataran a ellos.
Pero los
culpables fueron los terroristas. El atentado me sigue produciendo, y me
producirá siempre, un enorme dolor. En cambio, haber sido yo objeto de
uno no me ha dejado huella. Al contrario, me ha hecho acercarme a
personas que han sufrido mucho más que yo, a las víctimas. He tenido
mucha suerte en la vida, empezando por aquello.
¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el
año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las
instituciones? [Largo silencio]. No lo sé.
Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras. Habla despacio,
con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que
prefiere no posar. Muestra las fotografías que resumen su dilatada
carrera –primero en UCD y luego en el PP–. Sonriente con Adolfo Suárez.
En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que
lo pisaba desde la República. En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con
el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey emérito la
noche anterior a su proclamación. Becerril dejó la política activa en
2011, pero un año más tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo.
Cree en la necesidad de cambios en la Constitución y descarta una
segunda Transición. ¿Cómo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde
esta institución se observa una parte de la realidad, no somos un centro
de estudios sociológicos. Llegué aquí a mediados de 2012. Ese año y el
siguiente se notó mucho la crisis en individuos y familias, aspectos
económicos, sociales, atención a personas con discapacidad. En 2014 y en
2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperación, aunque no
puedo hablar de final de crisis. Por eso han descendido las quejas. La
mayoría se refiere a asuntos de carácter económico, a la relación de los
ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cláusulas suelo, o a
productos financieros vendidos de forma engañosa, como las preferentes. ¿Le ha sorprendido el grado de indefensión del pueblo español?
Más que indefensión, hemos visto las sucesivas crisis. Como Estado de
derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les
defendamos, aunque es verdad que la Administración de justicia es lenta
y eso supone una enorme inquietud para muchas familias. ¿Cuáles son las consecuencias más graves de la crisis?
Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos
precarios. Ahí es donde más se nota, pese al descenso del paro. Prepara un informe sobre los enfermos de cáncer. ¿Qué problemas ha detectado?
Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que
se enfrentan cuando están en tratamiento. No pueden completar la
jornada. ¿Nada impide despedir a un trabajador con cáncer?
Por eso estamos trabajando en ello. Deben tener una jornada laboral
llevadera, que les permita afrontar un tratamiento. Hay que facilitarles
la vida, ya bastante tienen. La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Según algunas ONG, sí. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante. ¿Cuáles son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente sí se ha ampliado la brecha. Visto desde este despacho, ¿qué funciona mejor y peor en España?
Yo estoy aquí para empujar a las Administraciones a que corrijan o
atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes. He empujado
mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir. O con los
desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en
algunas circunstancias y luego una ley. ¿Está satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se podían modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
“Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos”
También ha habido una presión social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
Es verdad, pero la legislación ha dado a los jueces un instrumento muy
importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas. Ya
no hay automatismo. También ha sido un logro la ley de segunda
oportunidad, por la que hemos peleado mucho. Veíamos que personas
incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente
en su vida y podían acabar en la indigencia. Buscamos un procedimiento
que les permitiera renegociar los plazos, la cuantía, encontrar un
árbitro que no costase dinero o acudir a la vía judicial. ¿El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo –17.776 el
año pasado, un 23% menos– tiene que ver con el descrédito de las
instituciones? [Largo silencio]. No lo sé. Aunque con intermitencia, lleva casi 40 años en el candelero de lo público. ¿Le decepciona la política de ahora? La política, en términos generales, no me decepciona. ¿Qué le ha dado? La política es prestar un servicio
público a los ciudadanos. La política interesa a todo el mundo, porque
lo público es de todos y para todos. A los jóvenes les digo: “¿No os
interesa que funcione el metro, que haya becas? Eso es la política”. Me
ha producido muchos momentos de empuje, de hacer, de resolver. Y también
momentos amargos y derrotas. He visto la muerte de compañeros.
La defensora del pueblo se conmueve. Recuerda el asesinato del
concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa, Ascensión
García, en 1998. Fue “el momento más amargo” en la vida de la entonces
alcaldesa de la ciudad. Poco antes, la banda terrorista ETA había
intentado matarla a ella. “Les falló la conexión para activar el coche
bomba”, relata antes de comenzar la entrevista, realizada a mediados de
febrero, mientras muestra las fotos antiguas que le había pedido El País Semanal. Entre las que ha seleccionado figura la de aquella jornada. Al dorso ha escrito: “El día que la bomba no explotó”. ¿Se sintió culpable? Me he preguntado muchas veces
si haberme matado a mí habría evitado que les mataran a ellos.
Pero los
culpables fueron los terroristas. El atentado me sigue produciendo, y me
producirá siempre, un enorme dolor. En cambio, haber sido yo objeto de
uno no me ha dejado huella.
Al contrario, me ha hecho acercarme a
personas que han sufrido mucho más que yo, a las víctimas. He tenido
mucha suerte en la vida, empezando por aquello. ¿Es optimista sobre el final de ETA? [Larga pausa].
Me gustaría que pudiéramos hablar de un final, pero para ello la
organización y las personas que están en la cárcel, los que han dado las
órdenes, deben pedir perdón a las víctimas.
Cada una decidirá si
perdona o no. Luego tienen que decir adiós a las armas
. Y esto no se ha
producido. Algunos han manifestado que lamentan el daño, pero han sido
casos individuales y lo han hecho con mucha suavidad.
El arrepentimiento
por el enorme dolor causado no se ha producido. ¿Ese perdón debería desembocar en algún beneficio penitenciario?
Si ese perdón se produjera, se podría estudiar. Pero tiene que
producirse y tienen que dejar las armas, y no parece que estén en ello. ¿Le apena el descrédito de la clase política? Sí.
Espero que los que prestamos un servicio público seamos capaces de ganar
el crédito, el respeto y la comprensión de la ciudadanía. Hay una
inmensa mayoría de servidores públicos que lo hace bien. Ya sé que los
casos de corrupción han hecho muchísimo daño, eso es indiscutible. ¿Le ha sorprendido el alcance de la corrupción? No
es tanto sorpresa como disgusto
. La corrupción hace mucho daño. Es mala
en sí y mala hacia el ciudadano; es mala por todos lados. Cuando era
alcaldesa de Sevilla, muchos me criticaban por ser muy estricta en el
gasto.
Nunca se es demasiado austero con el dinero público.
Recuerdo que
Simone de Beauvoir, criticando el papel de la mujer, decía que somos
administradoras de bienes que pasan por nuestras manos. Pues los cargos
públicos administramos bienes que pasan por nuestras manos.
Soledad Becerril Bustamante
Nacida en Madrid en 1944, la primera defensora del pueblo alaba “la
independencia” del organismo que dirige desde junio de 2012. Es el
colofón para esta licenciada en Filosofía y Letras, rama de Filología
Inglesa, que se estrenó como diputada en 1977 en las filas de Unión de
Centro Democrático (en la imagen, con Adolfo Suárez). En 1981 se
convirtió en la primera española con cartera ministerial, Cultura, en
democracia. Fichó a Esperanza Aguirre para su equipo. Tuvo que aguantar
dicterios y críticas a su vestuario, pero nunca le dio “demasiada
importancia”.
Tras la debacle de UCD, esta política liberal se afilió al
PP. En 1995 se convirtió en alcaldesa de Sevilla.
Luego volvió al
Congreso y pisó el Senado.
Separada, con dos hijos y tres nietos, es una
apasionada de la filosofía –“lleva al conocimiento, permite establecer
conductas y valores”– y la historia. Cuando tiene un respiro, dedica el
tiempo a sus nietos, al cine, a la lectura y a pasear por el Museo del
Prado.
Cita a Simone de Beauvoir. ¿Usted ha sido feminista?
Me interesó mucho el feminismo en los setenta.
Siempre he defendido los
derechos de la mujer, aunque no milité en el feminismo organizado
. He
sido una feminista sin organización. ¿Se ha logrado la igualdad real entre mujeres y hombres?
En derechos, sí, pero quedan cosas, como la conciliación de la vida
personal y laboral. Los horarios de consultoras o bufetes no se los
pueden permitir las mujeres si tienen obligaciones familiares, por eso
hay sectores profesionales donde entran con fuerza, empiezan a subir y a
los cuarenta y tantos años abandonan. Arriba solo llegan hombres.
Arranca la primera fase del proyecto ExoMars, que pretende buscar signos de vida presente o pasada en el planeta rojo.
La misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA),
la primera que lanza esta agencia con destino a la superficie de Marte,
ha partido esta mañana desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). En
esta misión viaja el módulo Schiaparelli, que deberá posarse sobre la
superficie de Marte a finales de este año.
La misión cuenta con la colaboración de Roscosmos, la agencia
espacial rusa
. Ambos organismos intentarán resolver la vieja pregunta de
si hubo alguna vez vida en el planeta rojo. Para ello, ExoMars es, en realidad, dos misiones.
La primera de ellas, la que se ha lanzado hoy, consta de un orbitador
--Trace Gas Orbiter (TGO)-- y de un módulo que demostrará tecnologías de
entrada, descenso y aterrizaje en la superficie marciana (EDM). La
segunda de estas misiones volará hacia el planeta en 2018 y desplegará allí un rover.
En palabras de Leo Metcalfe, responsable científico de ExoMars,
"conjuntamente, las misiones de 2016 y 2018 ayudarán a comprender mejor
la evolución y la habitabilidad de Marte".
Según ha explicado la ESA, está previsto que la primera parte de
ExoMars llegue a su destino el próximo mes de octubre.
Su primera tarea
allí será "dejar caer" el EDM, apodado Schiaparelli, sobre la
superficie, tres días antes de alcanzar la atmósfera marciana, y
estudiar su descenso.
Schiaparelli utilizará la técnica del aerofrenado para reducir su
velocidad lo suficiente para poder iniciar su descenso hacia la
superficie marciana con garantías.
En dicha caída estará asistido por un
paracaídas y por un sistema de cohetes que terminarán de frenarlo para
que aterrice de forma segura. Mars Express y uno de los
orbitadores de la NASA en Marte servirán como puente de comunicaciones
entre el módulo en la superficie y el control de misión en la Tierra.
Una vez esta primera parte de la misión se haya completado, TGO
entrará ya en su órbita para las operaciones científicas, a 400
kilómetros de altitud.
Su principal objetivo será estudiar la presencia
de metano y de otros gases (como vapor de agua u óxidos de nitrógeno)
que puedan apuntar a un origen biológico, buscando sus lugares de origen
y la naturaleza de sus fuentes de emisión.
La presencia de metano en la atmósfera de Marte, por muy pequeña que
sea, es uno de los enigmas que los científicos tienen más interés en
resolver.
La vida media del gas es corta en escalas de tiempo
geológicas, y las diferentes misiones que lo han detectado han
descubierto también que su cantidad varía en el tiempo y según su
localización, informa la ESA.
Para que se haya encontrado metano en la atmósfera marciana
periódicamente, los científicos apuntan que tiene que haber una fuente
de emisión en la superficie que lo "reponga" en la atmósfera de forma
regular, y es la naturaleza de dicha fuente de emisión lo que ExoMars
puede ayudar a descubrir.
TGO realizará, asimismo, modelos atmosféricos del planeta más
detallados y confeccionará mapas del hidrógeno presente en el subsuelo
de Marte que pueden ayudar a elegir los lugares de aterrizaje de futuras
misiones, pues pueden indicar reservas ocultas de hielo de agua.
La misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA),
la primera que lanza esta agencia con destino a la superficie de Marte,
ha partido esta mañana desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán). En
esta misión viaja el módulo Schiaparelli, que deberá posarse sobre la
superficie de Marte a finales de este año.
La misión cuenta con la colaboración de Roscosmos, la agencia
espacial rusa. Ambos organismos intentarán resolver la vieja pregunta de
si hubo alguna vez vida en el planeta rojo. Para ello, ExoMars es, en realidad, dos misiones.
La primera de ellas, la que se ha lanzado hoy, consta de un orbitador
--Trace Gas Orbiter (TGO)-- y de un módulo que demostrará tecnologías de
entrada, descenso y aterrizaje en la superficie marciana (EDM). La
segunda de estas misiones volará hacia el planeta en 2018 y desplegará
allí un rover. En palabras de Leo Metcalfe, responsable científico de
ExoMars, "conjuntamente, las misiones de 2016 y 2018 ayudarán a
comprender mejor la evolución y la habitabilidad de Marte".
Según ha explicado la ESA, está previsto que la primera parte de
ExoMars llegue a su destino el próximo mes de octubre. Su primera tarea
allí será "dejar caer" el EDM, apodado Schiaparelli, sobre la
superficie, tres días antes de alcanzar la atmósfera marciana, y
estudiar su descenso.
Schiaparelli utilizará la técnica del aerofrenado para reducir su
velocidad lo suficiente para poder iniciar su descenso hacia la
superficie marciana con garantías. En dicha caída estará asistido por un
paracaídas y por un sistema de cohetes que terminarán de frenarlo para
que aterrice de forma segura. Mars Express y uno de los
orbitadores de la NASA en Marte servirán como puente de comunicaciones
entre el módulo en la superficie y el control de misión en la Tierra.
Una vez esta primera parte de la misión se haya completado, TGO
entrará ya en su órbita para las operaciones científicas, a 400
kilómetros de altitud. Su principal objetivo será estudiar la presencia
de metano y de otros gases (como vapor de agua u óxidos de nitrógeno)
que puedan apuntar a un origen biológico, buscando sus lugares de origen
y la naturaleza de sus fuentes de emisión.
La presencia de metano en la atmósfera de Marte, por muy pequeña que
sea, es uno de los enigmas que los científicos tienen más interés en
resolver. La vida media del gas es corta en escalas de tiempo
geológicas, y las diferentes misiones que lo han detectado han
descubierto también que su cantidad varía en el tiempo y según su
localización, informa la ESA.
Para que se haya encontrado metano en la atmósfera marciana
periódicamente, los científicos apuntan que tiene que haber una fuente
de emisión en la superficie que lo "reponga" en la atmósfera de forma
regular, y es la naturaleza de dicha fuente de emisión lo que ExoMars
puede ayudar a descubrir.
TGO realizará, asimismo, modelos atmosféricos del planeta más
detallados y confeccionará mapas del hidrógeno presente en el subsuelo
de Marte que pueden ayudar a elegir los lugares de aterrizaje de futuras
misiones, pues pueden indicar reservas ocultas de hielo de agua.
Preparando el terreno
Esta primera misión ExoMars tiene unos claros objetivos científicos
de estudio de la atmósfera marciana pero, al mismo tiempo, también
servirá para preparar el terreno a futuras exploraciones del planeta
rojo. La labor de Schiaparelli de demostración de la tecnología para el
descenso y aterrizaje, especialmente de la capacidad para controlar su
orientación y velocidad en el contacto con la superficie, será muy útil
para la misión de retorno de muestras programada para 2020.
Trace Gas Orbiter, por su parte, se mantendrá estudiando el planeta
durante, como mínimo, un año marciano (un poco menos de dos años
terrestres), y para sus observaciones utilizará cuatro instrumentos:
NOMAD, que incluye dos espectrómetros de infrarrojo y uno ultravioleta
para la identificación de los componentes en la atmósfera de Marte; ACS,
que estudiará la estructura y la química de la atmósfera; CaSSIS, una
cámara de alta resolución para ayudar a identificar las fuentes de los
gases detectados en la atmósfera, y FREND, un detector de neutrones para
mapear el hidrógeno en la superficie y en el subsuelo de Marte.
Participación española
En NOMAD participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía como
co-investigador principal, además de responsabilizarse de la interfaz
SINBAD del instrumento. Julio Rodríguez, del IAA/CSIC, explica que "el
diseño, desarrollo y test de SINBAD es responsabilidad del IAA, así como
el soporte al equipo del IP durante toda la misión", y añade que "el
equipo técnico en el IAA está formado por ocho personas entre ingenieros
y físicos, además de un personal técnico de montaje".
Rodríguez señala, además, que "desea caracterizar la alta atmósfera
de Marte, una región de gran interés en la actualidad y que los datos
futuros de NOMAD y ACS pueden ayudar a conocerla mucho mejor".
El módulo Schiaparelli también incluye una carga científica, llamada
DREAMS, que medirá, entre otras cosas, la velocidad del viento y su
dirección, la presión y la temperatura cerca de la superficie y,
también, estudiará el campo eléctrico en la superficie marciana y la
concentración de polvo en la atmósfera. De este modo, se espera aprender
más sobre la formación de las tormentas de arena del planeta.
Del mismo modo, Thales Alenia Space España será la compañía encargada
del desarrollo y suministro de la electrónica de control del vehículo
'Rover'.
"Es un orgullo poder colaborar en un programa tan complejo y
ambicioso como ExoMars, que contribuirá al avance del conocimiento
científico sobre el planeta Marte y servirá de marco de pruebas
tecnológicas para futuras misiones de exploración", ha apuntado su
consejero delegado, Juan Garcés de Marcilla.