Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 feb 2016

¿Qué pintura retrata mejor el amor?.................................................... Javier Bilbao

¿Qué pintura retrata mejor el amor?

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El amor romántico no lo inventó Hollywood, ni tan siquiera el mismísimo Shakespeare
 A diferencia de lo que cierta posmodernidad extraviada pretende, estaríamos ante un rasgo común a todas las culturas y épocas, que abarca desde los indígenas americanos a los aborígenes australianos, y nos incluye a todos los que quedamos en medio.
 Al menos así lo concluye este sesudo artículo:
 «Parece mucho más plausible que los seres humanos son, por naturaleza, el tipo de animales que se enamoran».
 Muy bien, es un padecimiento universal, pero ¿qué más sabemos de él? ¿Es cierto eso que dicen de que gracias a él un cielo en un infierno cabe? ¿Tiene cura? ¿Queremos siquiera curarnos? 
Puede que el amor sea la respuesta pero desde luego genera a su vez muchas dudas y ya no tenemos el consultorio de Elena Francis para guiarnos.
 En realidad tenemos algo mucho mejor: esta revista
 Quizá no solucione su vida sentimental pero al menos viene con un bloc de regalo, y solo por quince euros. 
Si bien el número estará agotado como no se den prisa, el tema que aborda no podrá estarlo jamás. 
Se ha escrito, se ha cantado y se ha pintado muchísimo al respecto (¡y lo que aún queda!) pero ahora será en esto último, en la pintura, donde nos centraremos para la siguiente encuesta. 
Voten y añadan si quieren algún otro ejemplo
El beso, de Gustav Klimt
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Como polillas incapaces de apartarse de una bombilla, a lo largo de los siglos infinidad de artistas han vivido obsesionados por capturar la belleza femenina.
 Fue, entre tantos, el caso de Gustav Klimt, a quien además de mujeres desnudas —en ocasiones masturbándose también le gustaba dibujar gatos.
 Habría sido feliz en internet. El cuadro que le hizo entrar por la puerta grande en la historia del arte como podemos ver no era pornográfico, aunque sí está teñido de un suave erotismo. 
En esta obra que recogió tradiciones pictóricas muy diversas, desde japonesas hasta bizantinas, vemos a su pareja, Emilie Flöge, arrodillada en una actitud de entrega aunque al mismo tiempo apartando su rostro de forma esquiva.
 Cómo no enloquecer con ese tira y afloja tan reconocible.
 La túnica de él, adornada con figuras rectangulares, y la de ella, de formas redondeadas, aunque ambas del mismo color y de límites casi indistinguibles, sugieren una naturaleza masculina y otra femenina que se complementan en un solo ser. 

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Pigmalión y Galatea, de Jean-Léon Gérôme
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Ya hablamos aquí de este mito griego mil veces reinterpretado, a veces en versiones tan aparentemente distantes entre sí como My Fair Lady y Ex Machina. Este rey de Creta y escultor que «célibe de esposa vivía y de una consorte de su lecho por largo tiempo carecía» terminó enamorándose de su propia creación y logrando, por intercesión de los dioses, que cobrara vida. El mayor anhelo de todo artista. 

En la cama: el beso, de Toulouse-Lautrec
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Toulouse-Lautrec describió como «el epítome del placer sensual» este retrato que realizó de dos prostitutas parisinas besándose, cuya finalidad era, precisamente, decorar un burdel. Pero más que deseo sexual lo que transmite es ternura
. El motivo sirvió para otro cuadro similar

Off, de Edmund Blair Leighton
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No podía faltar la representación de unas buenas calabazas
. La postura de la chica, con las piernas cruzadas, las manos sobre ellas como reforzando su actitud de cierre y mirando hacia otro lado ya da cierta idea de cuál ha sido su respuesta a la petición de matrimonio
. Por si algún observador aún no lo tiene claro, este pintor prerrafaelita de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX, también nos mostró el ramo de flores tirado en medio del camino y finalmente al desdichado batiéndose en retirada, caminando cabizbajo con las manos a la espalda, intuimos que pensando en qué pudo salir mal esta vez, repasando inútilmente cada frase y cada gesto.«Te quiero pero como amigo», ñiñiñiñi


El cumpleaños, de Marc Chagall
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Cantantes y poetas han empleado siempre metáforas en torno a cómo uno se siente flotando en compañía de la persona amada, así que Chagall se retrató en compañía de su esposa Bella en un fiel reflejo de su estado de ánimo, volando como un globo al desinflarse después de que esta aceptara el ramo de flores que le ha entregado. 
Podían contar el uno con el otro y ya poco importaba la austeridad en la que vivían en aquel momento, que también muestra el cuadro. 

En el jardín, de Pierre-Auguste Renoir
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A diferencia de los prerrafaelitas, que eran capaces de contar una película entera en una imagen, los pintores impresionistas tendían a rehuir esas escenas tan declamativas y cargadas de significado.
 Pese a dicha preferencia por una mayor ligereza, aquí Renoir nos mostró a una joven pareja disfrutando de un día campestre.
 Ella al menos, que su novio permanece tan absorto contemplándola que no sabe si es de día o de noche
. Los protagonistas son Aline Charigot, la novia en ese momento del artista y futura esposa, y un amigo de este, Henry Laurent. Ambos fueron retratados también en este dibujo de Renoir.



Paco Delgado, puntadas de Oscar



El diseñador Paco Delgado es el único español que opta a un premio en esta edición de los Oscar por el vestuario de ‘La chica danesa’. 
Delgado ya estuvo nominado en 2013 por ‘Los Miserables’.
 Ambas películas son obra del director inglés Tom Hooper. ‘La chica danesa’ cuenta la historia real del pintor Einar Wegener (interpretado por el oscarizado Eddie Redmayne, en la imagen, que también está nominado), uno de los primeros transexuales conocidos de la historia, a principios del siglo XX.


Einar Wegener y su mujer Gerda (interpretada por Alicia Vikander, nominada a mejor actriz de reparto) son un matrimonio de artistas que vive en Dinamarca en los años veinte.
 Ella le pide a él que pose vestido de mujer para uno de sus cuadros.
 Y así es como Einar descubre que se siente mejor vestido de mujer.
 El guion de la película se basa en la novela homónima de David Ebershoff que a su vez se inspiró en las memorias de Lily Elbe (nombre adoptado por Einar Wegener tras su cambio de sexo). 



Delgado reconocía, en una entrevista para EL PAÍS, que el hecho de que ‘La chica danesa’ esté inspirada en personajes reales facilitó el trabajo de documentación
. Además de las memorias de Lily se conservan fotografías y numerosos cuadros pintados por la pareja
. “La transformación no es sencilla, pero trabajar con Redmayne no ha tenido complicaciones, se prestaba a todo, estaba encantado con la idea de convertirse en mujer”, comentaba el diseñador. 


Entre los diseñadores contemporáneos a Lily Elbe que sirvieron de referencia para el vestuario de la chica danesa, Delgado citaba en una entrevista para la revista ‘Women’s Wear Daily’: al modisto francés Paul Poiret, “de alguna manera, el primero en liberar a la mujer del corsé; a la diseñadora Jeanne Lavin que “lo que hizo era muy teatral, muy elegante”; y a Coco Chanel, “porque fue una pionera liberando a las mujeres”. 



En ‘Women’s Wear Daily’, el diseñador canario describe como el vestuario refleja el cambio de Lily Elbe. “Lily estaba atrapada, aquel cuerpo tenía que ser como una prisión para ella.
 Una de las formas en que representamos esto fue haciendo un traje muy formal para Einar, casi una armadura”. A medida que Lily va emergiendo los colores de la ropa se van volviendo más cálidos y los cortes menos opresivos.



Gerda (en la imagen interpretada por la actriz sueca Alicia Vikander) también experimenta una evolución de su vestuario a lo largo de la película
. Al principio de la historia, en Copenhage, su ropa es más discreta y predominan los azules y los grises.
 Pero cuando la pareja se muda a París los colores de los vestidos de Gerda se vuelven más cálidos. “Viste flecos, seda… Hay mucho más movimiento en su ropa”, explicaba el diseñador en ‘The New York Times’. 





Letizia, ropa de vanguardia para una feria de vanguardia.............................................. El País

La Reina escoge una atrevido 'look' para la inauguración de ARCO.

 

La Reina escogió un look un tanto audaz para comparecer este jueves en la inauguración de ARCO. Vestida con una chaqueta rosa fucsia, una camisa blanca y unos atrevidos pantalones de cuero negros anchos y tobilleros, que combinaba con unos zapatos de tacón de aguja sin medias y una cartera de mano igualmente fucsia, doña Letizia visitó la prestigiosa feria de arte. Casi todo el conjunto confeccionado con firmas de moda españolas.
Los pantalones de cremallera frontal son de Uterqüe (275 euros), una de las firmas del grupo Inditex; los pendientes de cuarzo verde y rubíes fueron diseñados por Tous y cuestan 650 euros; la cartera es de Adolfo Domínguez a juego con la chaqueta (99 euros) y la camisa de Hugo Boss (250 euros)
La Reina, en Arco. WireImage
Para la ocasión, la Reina se decidió por llevar el pelo recogido, opción que suele elegir para las grandes ocasiones. ARCO siempre ha sido uno de los escenarios preferidos por la esposa de Felipe
 VI para mostrar su estilo, un look de vanguardia para una feria de vanguardia.
Tras la celebración de la Semana de la Moda de Madrid algunos diseñadores como Roberto Verino han pedido públicamente a doña Letizia que se abra a otros creadores españoles, que no confíe su armario solo a Felipe Varela como viene haciendo desde 2004.
Días después Jorge Vázquez, uno de los triunfadores de la pasarela madrileña, ha contado que ha recibido una llamada del palacio de La Zarzuela. "Parece que quieren encargarme algunas cosas", ha dicho enigmático el diseñador.
 La Reina hasta ahora ha mostrado su preferencia por Varela al que ha elegido para todas las grandes ocasiones
. Pero su clienta más importante no estuvo el lunes en su regreso a la pasarela de Madrid.
 De hecho, el diseñador quiso que no hubiera una primera fila tradicional llena de famosas, optó por invitar a clientas anónimas. Los clientes de Felipe Varela buscan en él sofisticación, elegancia y sobriedad.
 Su página web es austera y hasta ahora no había vuelto a presentar en público sus colecciones.
 Se formó en París, en el Institut Français de la Mode y en la Escuela Internacional de Diseño Esmod, y ha trabajado para firmas como Kenzo, Dior, Lanvin o Mugler.

Entusiasmo por la censura................................................................ Javier Marías

Si algo caracteriza a nuestra época, es la pasión censora que domina a las sociedades.

 Franco estaría encantado, y todos los dictadores que en el mundo han sido, como lo estarán los actuales.

 Si algo caracteriza a nuestra época, es la pasión censora que domina a las sociedades: el afán de prohibir, de regularlo todo, de eliminar el pasado enojoso de la misma manera que Stalin hacía borrar de las antiguas fotografías a sus colaboradores caídos en desgracia, que fueron centenares. 

En esas fotos, una vez amañadas, se percibían inexplicables huecos, pero eso era preferible a que se viera al jefe soviético en compañías súbitamente indeseadas

. Hay que recordar que, al menos en España, la censura es inconstitucional desde 1978, pero eso le trae sin cuidado a demasiada gente.

 Carmena ya ha arremetido alguna vez contra la prensa, culpándola de impedirle llevar a cabo sus torpes y estrafalarios planes municipales.

 Podemos ya ha avisado que convendría ponerle freno y controlarla, como viene haciéndolo desde hace lustros el régimen chavista en Venezuela.

 El PP se ha quejado de la propaganda existente contra él en unos pocos periódicos y televisiones, mientras que nunca protesta de los muchísimos más medios que tiene a su favor, si no a sus pies y quién sabe si a sueldo.

 En Rusia, los periodistas críticos con el Gobierno caen a menudo abatidos por balas o acaban en una prisión más o menos siberiana, a la vieja usanza.

 En la Argentina kirchnerista, hasta hace tres días, la prensa insumisa se veía hostigada y amenazada.

 Y no hablemos de Arabia Saudí y otros países árabes, en los que a un bloguero le pueden caer mil latigazos. 

Ni de México, donde los reporteros que no son el complaciente y fatuo Sean Penn pierden la vida.

Pero todos estos son formaciones, Gobiernos o mafias con clara vocación represora y totalitaria. 

El problema mayor son las sociedades, el ánimo censor que se va adueñando del planeta. 

Ya escribí aquí hace tiempo sobre la pretensión de muchos estudiantes estadounidenses de suprimir en sus universidades toda opinión o discurso que a cada cual desazone u ofenda. Quieren que unos lugares que siempre fueron de cuestionamiento y debate, de confrontación de ideas, se conviertan en lo que llaman “safety spaces” o algo así, “espacios seguros” en los que nadie altere sus convicciones con inquietantes pareceres, y la única forma de conseguir eso es que nadie diga nada que pueda molestar a alguien, es decir, nada de nada.

 Hace unas semanas hablé del destierro al que el Rijksmuseum ha condenado a veintitrés vocablos, desaparecidos de los rótulos de sus cuadros. 

En la Real Academia Española recibimos sin cesar peticiones airadas para que se borre del Diccionario tal o cual acepción o término que al remitente le parecen reprobables.

 Lejos de abstenerse de usarlos o recomendar la abstención a sus conciudadanos, exige su ostracismo y que no quede rastro. Recientemente un alto cargo de la Compañía de Jesús ha solicitado la supresión de “jesuita” como “hipócrita, taimado”, y un representante del Gobierno del Japón lo mismo respecto a “kamikaze” como “terrorista suicida”. 

Ni estos señores ni tantos otros entienden que la gente es libre de utilizar las palabras como le venga en gana y que, si un uso se extiende, la Academia está obligada a consignarlo. Demasiadas personas no entienden ya la libertad, o no la desean para los demás. 

Ahora la Organización Mundial de la Salud propone que todas las pelícu­las pasadas o presentes en que aparezcan personajes fumando sean “no recomendadas para menores” (eso incluiría Siete novias para siete hermanos), igual que Franco y su Iglesia calificaban “para mayores” todas aquellas en las que se vieran un escote semigeneroso o besos apasionados.
 La OMS, en cambio, no toma medidas contra los millones de imágenes que muestran muertes violentas.
Según ella, el consumo de tabaco en la pantalla incita a la emulación, pero no los cuchillos, las pistolas, los fusiles de asalto ni los drones.
 Que lo pregunten en los Estados Unidos, donde no es difícil adquirir estas armas
. ¿Y el alcohol, las drogas, el maltrato, las torturas y las violaciones?
 A este paso todas las películas y series deberían ser para adultos maduros, porque ya ven lo pusilánimes que son los universitarios.
Hoy hay demasiados individuos a los que no les basta con no hacer esto o aquello: aspiran a que nadie lo haga.
 Los términos que nos hieren, sean prohibidos; los hábitos que desaprobamos, tórnense ilegales; las ideas que nos perturban, no sean emitidas; las escenas que juzgamos perjudiciales, no existan, no las vea nadie. (Quizá se hayan fijado en que ya no se ven caer caballos en las batallas cinematográficas: no basta con que se jure que ningún animal ha sido dañado en ningún rodaje, está vetada hasta la simulación de ese daño.)
 La libertad está hoy rodeada de enemigos, y no son los únicos los miembros del Daesh y los talibanes
. Poco a poco, y con subterfugios, se compite con ellos en nuestras sociedades.
 Las libertades arduamente conseguidas en ellas van cayendo, en abominable connivencia entre la derecha y la izquierda o lo que así se llamaba (claro que las actuales “izquierdas” suelen ser falsas, impostoras)
Hoy hay demasiados individuos a los que no les basta con no hacer esto o aquello: aspiran a que nadie lo haga.
  Las libertades arduamente conseguidas en ellas van cayendo, en abominable connivencia entre la derecha y la izquierda o lo que así se llamaba (claro que las actuales “izquierdas” suelen ser falsas, impostoras).
 Hasta Playboy ha renunciado a sacar desnudos en sus páginas, para acoplarse a la omnipresente censura, con frecuencia disfrazada: los desnudos están prohibidos para menores de trece años en Instagram y otras redes
. Si los suprime, Playboy podrá colgar sus fotos en estos sitios y hacer más caja.
 Castigar con la pérdida de ingresos es una de las formas más viejas y eficaces de imponer las prohibiciones. Franco y los demás dictadores estarían extasiados, al ver cómo sus enseñanzas han prosperado.