Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

21 feb 2016

Amores cinéfagos: Ingrid y Roberto, bienvenida al sur...........................................Jordi Bernal

Foto: Corbis.
Foto: Corbis.
Él era tan italiano y desorganizado, y yo tan nórdica y exacta. (Ingrid Bergman)
«Querido señor Rossellini: Vi sus filmes Roma, ciudad abierta y Paisà, y me gustaron mucho. Si necesita usted una actriz sueca que habla muy bien el inglés, que no ha olvidado su alemán, que chapurrea un poco el francés, y que en italiano solo conoce “ti amo”, estoy dispuesta a acudir y hacer un film con usted». 
Es una de las misivas más célebres de la correspondencia cinematográfica. Ingrid Bergman se despedía «con todo mi afecto» de Roberto Rossellini.
 Efectivamente, había visto Roma, ciudad abierta en el World Theater de la calle Cuarenta y Nueve Oeste de Nueva York, y la impresión que le causó el filme fue toda una revelación. 
Sí, era posible hacer un cine desde la sencillez y el naturalismo. Desde emociones esenciales y el ennoblecimiento del sacrificio de los humildes.
 Para la actriz, que siempre había huido del artificio maquillado y las falsas refulgencias de alhajas, el descubrimiento del cine de Rossellini supuso la constatación de que su concepto de la interpretación dramática tenía un correlato estético y un vívido reflejo cinematográfico.
 «Sentí que me había enamorado de Roberto antes de conocerle en persona. ¡Me enamoré de él simplemente viendo su película!», reconoció la protagonista de Casablanca.
Ingrid Bergman llegó a Hollywood de la mano del avispado productor David O. Selznick
Este hacía tiempo que buscaba una nueva Greta Garbo.
 La escena sueca era una buena cantera europea y Selznick, con un olfato infalible para los diamantes en bruto, se fijó en esa joven candorosa y rutilante que había protagonizado el éxito escandinavo Intermezzo.
 El productor, no obstante, se encontró con el rechazo de la actriz cuando le sugirió algunos cambios de imagen y un pulido según las artificiosidades cosméticas marca de la meca del cine.
 Así fue como de la necesidad se hizo virtud, y Bergman, mediante una hábil campaña publicitaria, pasó a convertirse en la estrella natural, «la muchacha de la puerta de al lado».
 Gracias a su talento confabulado con un atractivo imanador, el éxito fue acrecentando su popularidad y cuenta corriente (controlada con celo luterano por su marido Petter Lindstrom). A las órdenes de Hitchcock protagonizó Recuerda, Encadenados (obra maestra del cineasta) y Atormentada.
 Por aquel entonces y para desesperación de Hitch, quien se había enamorado de la actriz inaugurando su conocida y tortuosa obsesión por las rubias de sus filmes, Bergman mantenía una relación con Robert Capa.
 El fotógrafo era todo lo contrario a su cicatero y glacial marido. Capa significaba la pasión, la libertad, el talento artístico, la apertura a nuevos horizontes físicos e intelectuales. 
No tenía ni un duro, se bebía hasta el agua de las macetas y su vida estaba marcada por la improvisación constante. 
Pero ella se enamoró con furores.
 Solo un pequeño detalle inclinó la balanza de la relación hacia la amistad. Capa no estaba para matrimonios.
En cualquier caso, a él le debe la recomendación de una película imprescindible de un director italiano novísimo y valiente.
 Nada que ver con el cartón-piedra a la que ella estaba acostumbrada. Nada que ver con el oropel de falsas incandescencias de Hollywood. 
Solo realidad a pie de calle. Verismo descamisado y con lamparones. Un tranche de vie, querida.
 La película se titula Roma, ciudad abierta y Roberto Rossellini es su director. 
Con él llegó el escándalo
Las mujeres suecas son las más impresionables del mundo, porque tienen unos maridos totalmente fríos. El amor que reciben es un bálsamo analgésico en lugar de un tónico. (Roberto Rossellini)
Después de ver Paisà en 1948, Ingrid Bergman lo tiene clarísimo. Quiere hacer una película con el tal Rossellini.
 Su marido (lo cortés no quita lo valiente) la anima a escribirle una carta. La célebre carta con la coqueta coletilla del «ti amo», palabras finales del filme Arco del triunfo, que la actriz acaba de rodar.
 La envía el 30 de abril y Rossellini la recibe el 8 de mayo, día de su cuarenta y dos cumpleaños.
 En la novela L’ année des volcans, el escritor François-Guillaume Lorrain recrea la relación de Bergman y Rossellini, y con especial gracia describe el momento en el cual el director recibe la carta.
 No tiene ni idea de quién es la tal Ingrid Bergman.
 Le suena vagamente la película Casablanca, pero no ha visto ninguno de sus trabajos.
 Al cineasta le gusta más hacer películas que verlas. Y además, detesta el cine norteamericano.
 «Una fábrica de salchichas que hace unas salchichas excelentes», gustaba comentar sarcástico en referencia a la industria de Hollywood.
Pese a todo y como siempre, Rossellini iba escaso de dinero. Necesitaba financiación y ya había iniciado algún tanteo con Selznick.
 Así pues, la carta de Bergman resultó oportunísima. 
El director respondió raudo y zalamero con un telegrama: «Querida señora Bergman. Acabo de recibir con gran emoción su carta que resulta llegar el día de mi cumpleaños como su más preciado regalo. 
Es absolutamente cierto que he soñado en hacer un filme con usted, y desde este momento haré todo lo que esté en mi mano para que este sueño se haga realidad tan pronto como sea posible. Le escribiré una larga carta para expresarle mis ideas, con mi admiración.
 Por favor acepte la expresión de mi gratitud junto con mis mejores saludos».

Foto: Corbis.
Foto: Corbis.
El 15 de mayo, el director le envía una carta a Bergman esbozándole la historia de Stromboli.
 A Bergman le entusiasma. Una mujer extranjera enfrentada a una turba beata, chismosa e infame. 
Una historia de sacrificio con toques místicos. Como la de su querida doncella de Orleans. Decía Hitchock con malicia despechada que a Bergman solo le interesaba interpretar a Juanas de Arco.
 Sea como sea, el pícaro Rossellini dio en diana, motivando el primer encuentro entre ambos en el verano de 1948 en París. Donald Spoto, en la biografía de la actriz, describe el almuerzo: «Su aspecto no tenía nada de extraordinario; llevaba un traje arrugado y al menos dos tallas más grande, y explicó esto a Ingrid diciéndole que siempre estaba de dieta. Lo comprendía, dijo ella con una risa». 
Y la risa rompió el hielo.
El 17 de enero de 1949, después de recoger el premio de la crítica en Nueva York, Rossellini llega a Hollywood.
 Había dejado tirado a la actriz Ana Magnani, su amante por aquel entonces (bueno, más preciso sería decir una de sus múltiples amantes). Era conocida la intemperancia violenta y la celopatía de la romana, que no evitaba los excesos melodramáticos salpimentados con el rompimiento de vajilla y el tiro a la cara de bandejas de espaguetis. 
La realidad imitaba al arte. Así que Roberto optó una mañana por salir a por tabaco y no volver nunca más al hotel donde se alojaba la Magnani. 
En Hollywood, el reputado director de Roma, ciudad abierta une su desconocimiento del inglés con cierta impericia social y una indiferencia absoluta por los figurones de Hollywood. No es, precisamente, la alegría de la fiesta que Billy Wilder organiza en su casa. Necesitado de dólares, Rossellini proyecta Alemania, año cero en casa del productor Samuel Goldwyn.
 Al pobre cofundador de la rugiente Metro-Goldwyn-Mayer le produce una depresión absoluta la historia del pequeño nazi suicida. 
Agarra bien fuerte su cartera. Finalmente, Howard Hughes, propietario de RKO, pone la pasta para Stromboli, Terra di Dio. Poco después, la volcánica Magnani anuncia el nuevo proyecto en el que está trabajando: se titula Vulcano y su argumento es sospechosamente parecido al de Stromboli. Entrañable mujer.
«Durante largo tiempo, más quizá del que nunca me admití a mí misma, algo había muerto dentro de mí. Nunca supe qué era exactamente. Faltaba algo en mi trabajo, en mi vida en casa…, de hecho en toda mi vida. Sin embargo, fuera lo que fuese lo que estaba mal, no era lo suficiente como para forzar un cambio. Hasta Roberto», explica Bergman en sus memorias.
Hasta Roberto. El divorcio entre la actriz y el ambicioso Lindstrom fue más bien desagradable.
 Y los platos rotos los pagó su hija Pia. Durante buena parte de su infancia y la totalidad de la adolescencia en contadas ocasiones estuvo con su madre.
 Como nos olvidamos ayer noche los hábitos de moralista en el burdel, nos abstendremos de los juicios de valor.
 Solo podemos decir que los divorcios los carga el diablo. En cambio, Rossellini tuvo pocos problemas para separarse de su esposa Marcella De Marchis
De hecho se trataba de un matrimonio derruido años atrás. 

Ingrid y Roberto pudieron casarse mediante un rocambolesca boda por poderes oficiada en México mientras ellos permanecían en una iglesia de Roma.
 Al cabo de poco tiempo se filtró la noticia —el taimado Hughes pasó la bomba de relojería a la depredadora plumilla Louella Parsons del embarazo de Ingrid Bergman.
 Y el escándalo estalló. Todo el puritanismo yanqui en masa se alzó en contra de la actriz, que, según una versión distorsionada de los hechos, había abandonado a esposo e hija para vivir en pecado con un italiano filocomunista.
 No ayudó a sofocar las iras de los reaccionarios la imagen de castidad que Bergman había proyectado en películas como Las campanas de Santa María o Juana de Arco. «La chica de al lado» era ahora a ojos pacatos una viciosa Jezabel.
 Su carrera en Hollywood parecía estar acabada. 

Foto: Corbis.
Foto: Corbis.
Bajo el volcán
Roberto, tout le monde va se dire, mais quel est le saligaud qui a éclairé cette merde? (François-Guillaume Lorrain, L’ année des volcans)
Bergman se centró en su trabajo con Rossellini. Tampoco tenía más opción, pues su nuevo marido no la dejaba participar en otras películas que no fueran las suyas. Fellini, Visconti, De Sica mostraron interés en rodar con la estrella de Hollywood, pero toparon siempre con la rotunda negativa de Roberto. A sus celos añadía una desorganización vital y una inestabilidad emocional considerables. Si arrancaba los proyectos enérgico, pronto el director se mostraba aburrido y apático. Era en esos momentos cuando montaba en uno de sus coches de carreras y se perdía quemando asfalto o desaparecía varios días con su caña de pescar al hombro. 
Para la disciplinada actriz fue una etapa decepcionante. Los rodajes sin guion (con unos diálogos garabateados por el director momentos antes de las tomas), sin ensayos ni planificación exasperaban a los actores profesionales, que además tenían que actuar con espontáneos y soportar largos parones ociosos. Todo aquello del neorrealismo nada tenía que ver con la monótona pero segura cadena de montaje de la industria de Hollywood. 
Tampoco los resultados comerciales eran halagüeños. Stromboli, Europa 51, Te querré siempre y La Paura fueron un fracaso y supusieron un duro revés para las mermadas finanzas de la pareja. Aquel brillante director de Roma, ciudad abierta para muchos había sido un puro espejismo. 
Solo años después, y gracias a la vindicación de los chicos de la Nouvelle Vague, la obra de Rossellini volvió a la primera línea del cine mundial


El encanto de Colman, el ‘emperador’ de Vitaldent.......................................................... Patricia Ortega Dolz

El presidente de la red de clínicas dentales se iba ganando la confianza de los franquiciados hasta proponerles los pagos en b, que alcanzaron los 17,5 millones al año.



Eran las ocho de la mañana del pasado miércoles cuando la policía llamó a la puerta de la mansión de Ernesto Colman en Pozuelo de Alarcón (Madrid)
. Abrió el personal de servicio y él recibió a los agentes en el vestíbulo ya como un pincel, en traje, listo para salir de casa.
 Mientras le informaban de la retahíla de acusaciones que se le imputaban (organización criminal, delitos fiscales, blanqueo de capitales, estafa, falsedad documental...), Colman permanecía tranquilo, colaborador e impasible, en una especie de choque apacible.
Su mujer, la asturiana Macarena Ibáñez, de 34 años, caminaba alrededor de la escena con su hija recién nacida, como si la cosa no fuera con ella
. El secretario judicial sacó la orden de registro y los agentes comenzaron a buscar pruebas por la casa.
 En una caja fuerte, encontraron 400.000 euros y una colección de relojes de lujo, pero eso no era nada al lado de la fortuna que había llegado a amasar: más de 120 fincas urbanas y viviendas de lujo, un pueblo entero abandonado en el Valle de Arán, una empresa de alquiler de aeronaves, negocios de caballos purasangre, 36 coches de alta gama...
 A lo largo de los años este protésico dental uruguayo de 55, que llegó a Madrid a finales de los ochenta con mil dólares en el bolsillo, construyó un imperio dental llamado Vitaldent cimentado sobre grandes cantidades de dinero negro.
Un empresa en venta con muchos pufos
Justo cuando la marca, con 450 clínicas en España y Europa, iba a cumplir 25 años y Colman planeaba venderla con todos sus pufos dentro —según fuentes de la investigación—, los agentes de la Brigada Central de Blanqueo de Capitales, la que ha destapado los principales casos de corrupción —incluido Gürtel—, hacían caer su lucrativo castillo de naipes empresarial, “antes de que sus marrones se los comieran otros”
. Colman y su círculo de confianza estaban hundidos de la noche a la mañana.
De los 13 detenidos aquel día, la juez mandó a seis a prisión.
 Se trata del propio Colman, de su mano derecha, el italiano Bartolomé Conte, responsable de la expansión en Italia; de su abogado y testaferro Nicolás Sissini, un argentino a cuyo nombre ponían las sociedades patrimoniales con las que lavaba el dinero, según el auto.
También ha ingresado en la cárcel la que comenzó siendo su secretaria, Yolanda Copete, y terminó como directora de la marca y como persona de su total y máxima confianza.
 Una especie de “chica para todo” de 37 años, según fuentes de la investigación.
 Por último, la juez puso entre rejas a los hermanos Javier y Oscar Arteaga, que comenzaron como franquiciados y terminaron copiando el modelo de Colman con 22 clínicas Vitaldent en su pode

Si algo caracteriza a Colman, un hombre hecho a sí mismo, es “su capacidad de persuasión, su don de gentes, su arrolladora inteligencia emocional”, aseguran fuentes del caso. Esa es la clave de su éxito, su encanto. “Se ganaba a la gente y cuando lograba su confianza les proponía los pagos en negro, por eso no son todas las clínicas las afectadas, algunos no entraron por el aro y denunciaron”, explican fuentes del caso. Los que sí lo hicieron se descontaban el IVA (21%) de esa parte de las ganancias y Colman se embolsaba el dinero directamente.

Manifestación de odontólogos

P.O.D.
Un grupo de odontólogos de Vitaldent defendió ayer su “profesionalidad” y la calidad de su servicio con una concentración convocada en una de las sedes de la cadena en Madrid.
“Somos colegiados como el resto. Tenemos la misma formación”, sostienen.
 Y aseguran que Vitaldent les salvó de la crisis cuando peligraba la continuidad de su carrera profesional ante la imposibilidad de montar sus propias clínicas.
Las leoninas exigencias del canon que establecía en los contratos con los franquiciados llevaron a algunos a denunciarle:
“En plena crisis, les terminó asfixiando”, aseguran fuentes de la investigación.
Les cobraba en b el 10% de lo facturado.
 A los de sus propias clínicas, en cambio, una cantidad fija de 10.000 euros. Sus fieles se turnaban para recoger las remesas de dinero.
 Inicialmente lo almacenó en cajas de seguridad de bancos y, posteriormente, comenzó a enviarlo a Holanda, con facturaciones falsas en empresas de ese país donde la legislación fiscal es más laxa

 . Y desde allí a cuentas suizas y luxemburguesas.

Llegó a obtener 17,5 millones de euros al año en b, que reinvertía en España mediante empresas patrimoniales y la adquisición de bienes inmuebles.
 Siempre con una perfecta sonrisa.

Carolina de Mónaco teme ser la viuda de Hannover Tras su ruptura con Simona, nada se sabe del que, a pesar de llevar seis años separados, sigue siendo el marido de Carolina de Mónaco. La prensa alemana lo achaca a su «delicado estado de salud»

La prensa alemana lo achaca a su «delicado estado de salud.
Carolina de Mónaco teme ser la viuda de Hannover
Ernesto de Hannover, en una de sus últimas apariciones públicas
Gtres
Hace meses que el príncipe Ernesto de Hannover no se deja ver en la esfera pública
. Esta ausencia ha provocado la alarma de la prensa alemana, que especula sobre graves problemas de salud del aristócrata y, según la revista «Die Aktuelle», también la preocupación de su todavía esposa, la princesa Carolina de Mónaco. 
 A pesar de que el matrimonio dejó de hacer vida en común en 2009, continúan oficialmente casados
. Carolina, cinco años después, sigue firmando como Princesa de Hannover y se muestra reticente a dejar de pertenecer a una de las casas reales más antiguas de Europa y a abandonar un título más importante en la jerarquía real europea que el de Princesa de Mónaco.

 Sin embargo, el divorcio le reportaría a la mayor de los Grimaldi un aumento de 4.500 millones de dólares en sus finanzas; la mitad de la fortuna estimada de su ex pareja, lo que tendría derecho a recibir según la ley alemana
. Si Ernesto falleciera, ella pasaría a la historia como la viuda del jefe de la Casa de Hannover, aunque el heredero sería el hijo de éste con un matrimonio anterior, Ernesto Augusto, nacido en 1983. Fuentes cercanas a la familia aseguran que, a pesar de los escándalos e infidelidades, Carolina sigue guardando un gran afecto por el padre de su hija Alexandra, como demostró al defenderle en un complicado juicio por agresión en enero de 2010.
Pese a que ha pasado más de un año desde la última vez que el también duque de Brunswick se dejara ver en público, en el Oktoberfest de septiembre de 2014, no es la primera vez que Ernesto pasa largas temporadas en el anonimato
 . Predicador del dolce far niente y enemigo de los actos sociales y protocolos principescos, no acudió a importantes eventos como la boda de los Príncipes de Asturias, aun siendo primo de la Reina Sofía. Además, su carácter en ocasiones violento y sus salidas de tono le han ido convirtiendo en una de las personalidades más controvertidas del panorama social.
Hace años que Ernesto arrastra graves problemas de salud, en parte ocasionados por su afición al alcohol y por un estilo de vida desenfrenado
 . Su primera estancia en el hospital llegaría en el año 2000, durante un banquete, aunque el episodio más grave lo viviría cinco años después, al ser ingresado de urgencia por una pancreatitis aguda que le llevó al coma en la víspera del fallecimiento de su suegro, Rainiero.
 En 2009, Carolina se separó de él tras saber de su infidelidad con una bailarina rumana de clubes nocturnos, Simona, a la que él convertiría en su pareja durante cuatro años.
 A pesar de su salud ya delicada, Ernesto se negó a abandonar la senda de excesos y siguió siendo un asiduo de las noches de Ibiza, donde pasa largos periodos que combina con estancias en la isla keniata de Lamu y su castillo austriaco.
 En 2011, tuvo que ser nuevamente hospitalizado.

Actitud escandalosa

«El hombre que hubiera podido ser rey de Inglaterra» acabó en octubre de 2015 su relación con Simona y, desde entonces, nada se sabe de él.
 Esta ruptura desató los rumores de una posible reconciliación con Carolina, pero, hasta el momento, parece que no fueron más que los deseos de una prensa ávida de resucitar una de las historias de amor más recordadas del panorama social alemán.
Ernesto de Hannover no es el mejor ejemplo de comportamiento modélico de la aristocracia alemana. Fue el protagonista de numerosos ataques contra la prensa, como la agresión a un fotógrafo en el festival de la ópera de Salzburgo en 1999.
 Un año más tarde, golpeó al dueño de una discoteca en Kenia, lo que le acabó costando 200.000 euros
. El descendiente de la importante casa principesca de origen alemán creó, además, un conflicto diplomático al orinar en el pabellón turco de la Expo 2000, algo catalogado como «insulto a Turquía» por la Embajada de este país.
Carolina de Mónaco, princesa consorte de Hannover, no ha sido afortunada con sus matrimonios. Siendo muy joven, contrajo nupcias con el francés Philippe Junot y le costó una década conseguir la nulidad eclesiástica.
 Años después conoció al gran amor de su vida, el italiano Stefano Casiraghi, quien perdió la vida en 1990 en un accidente marítimo, días después de que la pareja regresara de unas vacaciones en Marrakech
. Cuando ocurrió la tragedia, los hijos del matrimonio eran muy pequeños.
 Nueve años más tarde, Carolina se casó con el ex marido de su amiga Chantal, Ernesto de Hannover, quien renunció a sus derechos de sucesión para la Corona inglesa por contraer matrimonio con ella, una princesa católica.
 Fueron felices durante algunos años, pero la vida alocada del noble alemán e infidelidades públicas le llevaron a separarse de él definitivamente en 2009.

 

 

Prepararse para cuando toca morir............................................................... Dora Luz Romero

Cerca de 200.000 personas tienen registrado su testamento vital en España. En los últimos tres años, la cifra ha aumentado un 36%.

Escena en la unidad de cuidados paliativos de la residencia San Camilo en Madrid.
Carmen Aguelo no le teme a la muerte, pero sí al sufrimiento
. Por eso prefiere ser precavida
. Hace dos años decidió registrar su testamento vital en el que ha especificado, entre otras cosas, que en caso de que llegue un momento en el que no pueda expresar su voluntad debido a una enfermedad o un accidente, rechaza ser conectada a un respirador, ser alimentada por sonda o recibir cualquier tratamiento que alargue su vida.
 "Si vas a morir, qué más da que mueras en tres días que en uno, de lo que se trata es que no sufras. Ni tú, ni tus familiares.
 Para evitar eso debemos tomar las decisiones no cuando estamos enfermos, sino cuando podemos", asegura.

En España, son cada vez más quienes quieren asumir el control sobre qué cuidados médicos recibir y cuáles no al final de la vida.
 Según datos del Registro Nacional de Instrucciones Previas del Ministerio de Sanidad, 198.751 personas tienen registrado su testamento vital, lo que representa un incremento del 36% en los últimos tres años.
 A pesar de ello, la cantidad todavía es escasa: solo cuatro de cada 1.000 habitantes, es decir, menos del 1% de la población.
 El país comenzó a regular la expresión de voluntades anticipadas en 2002, con la Ley de Autonomía del Paciente
. Cada comunidad autónoma inició sus propios registros y es a partir de 2013 que el Registro Nacional logra sincronizar los datos de todas las comunidades.
Aguelo tiene 59 años y vive sola.
Esas son dos de las razones que la llevaron a registrar su documento de voluntades anticipadas. “Cuando vives acompañada, pues piensas que alguien se va a hacer cargo del tema, al encontrarme sola, pues tenía que formalizar este tema”, afirma. Luis Montes, presidente de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente, asegura que el haber vivido una mala experiencia de enfermedad o experimentado muertes de familiares, que al final de la vida han dejado de valerse por sí mismos, son otros de los motivos que llevan a la reflexión sobre la importancia de dejar por escrito las voluntades anticipadas.


Quienes más inscriben el documento de instrucciones previas en España son las mujeres, que representan al menos un 60% del total.
Los datos de Sanidad además muestran que más del 70% de quienes han dejado por escrito las indicaciones sobre sus cuidados médicos tienen más de 50 años.
Cataluña es la comunidad donde más habitantes realizan este trámite: casi 8 de cada 1.000. En segundo lugar está País Vasco, con 7, y le sigue La Rioja, con 6. Donde menos personas se inscriben, en cambio, es Extremadura y Galicia, con un habitante por cada 1.000.

Un documento "casi clandestino"

El testamento vital es un documento "casi clandestino" en España, asegura Montes.
 "Las administraciones públicas no han hecho absolutamente nada por informar a la población de este derecho y, peor aún, no han informado a los profesionales sanitarios", afirma.
El registro de las instrucciones previas depende de cada comunidad autónoma, cada una tiene su propio formato, y en algunas la inscripción es más difícil que en otras.
 Madrid es una de ellas: hay un solo punto de para hacerlo, abre de lunes a viernes, únicamente por las mañanas, y debe ser presencial.
En otras comunidades el trámite puede realizarse en hospitales, centros de salud, por correo y se hacen citas a domicilio.
 El pasado enero, sin embargo, la Asamblea de Madrid aprobó una proposición no de Ley en la que establece se podrá realizar el trámite en todos los centros de salud y hospitales de la Comunidad
.
En algunas comunidades como País Vasco y Andalucía, los médicos con pacientes que no puedan expresar su voluntad, están obligados a verificar en el registro de voluntades anticipadas si han dejado instrucciones por escrito.
“Hacer un testamento vital es un acto de ciudadanía responsable, casi de rebeldía, por el que uno toma el control de su propia vida y no la deja a merced de lo que le decidan los demás, como ha ocurrido tradicionalmente”,
 dice el presidente de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente
. Eso lo sabe bien Carmen Aguelo, que, ante una posible incapacidad, quiere quitarle esa responsabilidad a sus seres queridos.
“Es dejar el trabajo hecho”, dice, e insiste en dejar algo claro: “No somos locos que se quieren suicidar como piensan muchos.
Somos personas muy vitalistas que queremos vivir, pero vivir bien, hasta el final”.

Menos poder de decisión para las familias

El pasado agosto, el Partido Popular modificó la Ley de Autonomía del Paciente.
La reforma le ha quitado el poder de decisión a los familiares sobre un enfermo y obliga a los médicos a poner en manos de los juzgados todas aquellas decisiones que impidan conservar la vida de un paciente.
 “De nada servirá que los familiares trasmitan la voluntad previamente expresada por el enfermo si no hay un documento que lo atestigüe”, asegura el presidente de la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente.
El último caso que pasó por la justicia española fue el de Andrea, una a menor de doce años, de Santiago de Compostela, afectada por una enfermedad degenerativa irreversible
. Sus padres, que pedían que no se prolongara de forma artificial su vida, tuvieron que pasar por los médicos del hospital, un comité de bioética y un juez.